Partida Rol por web

17 de julio del 2018. Hospital St. Thomas.

La noche en el hospital había sido tranquila. No particularmente cómoda, claro, pero tranquila.

Una hora luego de que Charlotte se fuera, Doc se había pasado por el hospital para dejarles ropa, algo de comer, y cargadores de móvil. Incluso les había dejado un libro, por si alguno de los dos se aburría, o como dijo al entregarles el ejemplar de la historia de los filósofos griegos más importantes, "necesitaba un empujoncito para dormir". De todas formas su visita había sido precisa y concisa, y luego de darle ánimos a AJ, se había marchado otra vez.

Como de todas formas necesitaban descansar, se habían tomado turnos para hacerlo. Primero había dormido un par de horas Kate, y tras un rato, cuando el cansancio ya le ganaba la mano al motero, había sido turno de Jesse de cerrar los ojos.

AJ no se había movido de su lugar en toda la noche más que para ponerse de pie y caminar de un lado a otro. Estaba volviéndose loco de preocupación por Joan, y para cuando dieron las nueve de la mañana, seguían sin tener noticia. Aún faltarían unas horas, probablemente. Con la cantidad de balas que se había llevado, era de esperar que la cirugía tomara unas diez horas.

Al despertar, Jesse tenía al lado una magdalena y un café caliente de la cafetería con un mensaje escrito en el vaso que ponía "Espero que encontraras al hijo de tu amiga. Me debes dos ;)". Con diferencia de apenas un par de segundos, ambos recibieron mensajes de texto en sus móviles.

17 de julio del 2018. Casa de Alyssa.

Tras una noche en que ninguno de los dos se había intentado moderar en lo más absoluto, y ambos habían disfrutado del cuerpo del otro como nunca, habían caído rendidos en un profundo sueño que a pesar de solo durar unas pocas horas, fue el más reparador que jamás hubieses tenido.

A las nueve y poco, te despertó el sonido de un mensaje de texto en tu móvil. Alyssa estaba abrazada a ti, desnuda y enredada en las sábanas entre las piernas, con el torso descubierto. Ella no se había inmutado siquiera con el sonido. Algo que sin duda alguna le envidiabas era lo pesado que tenía el sueño, porque podía dormir aunque tocaran una batería al lado suyo. Tú no habías podido dormir tan despreocupado desde antes de entrar al ejército, y tras días como el anterior, a veces hacía falta.

17 de julio del 2018. Casa de Charlotte.

Aunque hubiese sido un buen momento para que ambos hablaran, no tuvieron demasiado tiempo. Charlotte había mandado a Jill a ducharse antes de ir a la cama, y había tenido que ayudarla con las manías de la ducha, pasándole un pijama, toallas, y arreglando la habitación. Ni siquiera le había dado tiempo de escuchar los mensajes de la contestadora, para ser sinceros. Pero al menos había llegado a casa, así que Killian podía tener el alivio de saber que estaba bien.

Para cuando se despertaron esa mañana, cada uno en su habitación -puesto que Jill había tenido que compartir cama con Charlotte- Jill ya estaba vestida y leyendo en el sofá. Tenía un montón de libros que había sacado de la estantería a su lado, pero por ahora no soltaba el ebook del que no despegaba la mirada.

Mientras el chico dormía, pudiste ver a una enfermera rubia acercarse y dejarle el desayuno al lado con una sonrisa. Guiñándote un ojo, se llevó el índice a los labios para pedirte que no dijeras nada, y volvió a su trabajo, entrando al pasillo que daba al área restringida al personal.

Abri los ojos ante un mensaje de texto entrante. Parpadee repetidas veces para terminar entrecerrando los ojos no ante la luz, sino ante esos ultimos instantes de dolor residual. Relami mis labios notando el sabor de la mujer que me acompañaba en la cama, pero tambien mas profundo, en el fondo de la misma lengua, el amargor de la bilis. Otra pesadilla. No es que me hubiera acostumbrado, simplemente que a veces cursaban con gritos y actos similares y otras eran como esta encadenado a la cama sin poder moverme hasta que despertaba con ese extraño sabor en la boca. Al menos esta vez no era sangre.

Suspire, girandome para mirar a la mujer que yacia medio desnuda a mi lado. Mi mirada recorrio un cuerpo de pecado consumado y sonrei disfrutando de la belleza que emanaba mientras dormia como yo no recordaba haberlo hecho en muchisimo tiempo.

Comprobe la temperatura ambiental y de ser necesario la tape con el sobrante de sabana mientras depositaba un beso en sus labios. Me levante, desnudo y me acerque al movil para leer el mensaje. Mi ceño se fruncio y no dude en devolver ese mensaje y enviar otro nuevo, pero este ultimo con el segundo movil que siempre llevaba conmigo. Coloque la contraseña de acceso antes de nada.

Tras eso con el movil en la mano y sin preocuparme de vestirme, fui al baño primero y luego a la cocina. Aseado como el exmilitar que era, alli por donde iba dejaba orden, sobretodo cuando no era mia la casa. Deje el movil sobre el banco de la mesa y busque hacer algo de desayuno, no solo para mi, sino tambien para ella. Algo que aunque tardase mas en levantarse, no estuviera especialmente frio. Si tenia fruta...

Tras tomar algo de cafe y una pieza de fruta, me vesti y volvi a mirar el movil, ambos, por si tenia algo nuevo. Tras eso escribi una pequeña nota, que deje al lado de la comida.

Club.

Te he robado algo de zumo, aunque me gusto mas el de anoche.

Hoy toca mi casa.

Sabia que no era habitual, pero... que mas daba. Solo se vivia una vez y en mi caso, no seria mucho tiempo seguramente.

Sali de la casa, tras asegurarme la pipa y mis cosas, cerre con cuidado y arranque la moto para ir al Club, tenia que hablar con el presidente. Alli ademas tendria alguna muda con la que cambiarme.

17 de julio del 2018. Casa de Madison.

Tras el traslado del intruso de la casa de AJ al club, viste como Darling descargaba el cuerpo con ayuda de Dapper y lo llevaban al taller. Como le habían ordenado, Mike fue cojeando hacia el interior del club, a unas de las habitaciones traseras, no sin antes agradecerte mil y una veces por todo lo que habías hecho aquel día y por ofrecerte a buscar las motos. Se podía estar desangrando por la pierna, pero claramente sus prioridades entre darte las gracias y descansar estaban claras. 

Mientras Dapper se quedaba en el taller con el secuestrado, Darling fue a la parte de atrás para sacarle la bala a Mike. Si te asomabas, podrías ver y disfrutar de la sangre y dolor del chico, pues ambos estaban demasiado ocupados para decirte nada. Una vez se ocupó de él, con esa medicina de guerra y de calle, el británico fue al taller y Dapper salió a hablar por móvil. Pudiste escuchar que le preguntaba a alguien sobre el chico de AJ, así que confirmaste sin duda que no lo habían encontrado aún.

Al ir a buscar las motos no tuviste problemas, porque la policía ya se había ido, llevándose el coche accidentado también. Con calma, aparcaste la van, sacaste la rampla, y subiste las motos a la van. Según Mike te habían dicho, estaban escondidas en un callejón aledaño, y por sus indicaciones no tardaste en recogerlas. Cuando las bajaste de la van, Dapper revisó bien la de Jesse y luego te miró, asintiendo a modo de agradecimiento antes de volver a meterse al club. Su teléfono no dejaba de sonar, así que tampoco le daba tiempo para nada más.

Cuando te diste una vuelta por el parque ya eran cerca de las cinco, y no encontraste a nadie. Bueno, sí, a un mendigo, pero en cuanto te acercaste a revisar que no fuera el niño camuflado, pudiste asegurar que no se trataba de él. A menos que hubiese crecido cincuenta años en un par de horas, claro.

Al llegar a casa y mandar el mensaje de voz a Jess, caíste rendida al sueño. Mucha adrenalina y mucho tiempo acelerada y a la caza traían un bajón de golpe tan pronto te relajaste. De todas formas, tras tanto tiempo ansiando un subidón como el de hoy que saciara tu sed, sabías que dormirías como un bebé.

Despertaste al día siguiente, cerca de las nueve, con el sonido de un nuevo mensaje de texto. Los ronquidos de tu padre te hicieron saber que ya estaba en casa, durmiendo luego del turno, como siempre. Hasta donde sabías, esa noche trabajaba también, así que no despertaría por varias horas más.

Jesse se pasó la mano por la cara y se remarcó una mueca de bostezo en ella mientras parpadeaba un par de veces situándose. Había sido una noche condenadamente larga, aunque al menos había conseguido "descansar" algo, la visita de Doc también había ayudado, en gran parte por la ropa, aunque también por el libro, pero no dudó en alzar una ceja y preguntarle si habría reventado por traerle un libro normal y no aquel cemento mental que había traído. No obstante Jesse le echó un ojo, no era ni de lejos su lectura habitual, pero desde la muerte de Alma había cogido la costumbre de leer.

Estuvo vigilando a AJ, esperando que no hiciera una tontería, pero no hizo ninguna, simplemente estuvo muy preocupado toda la noche, le dio incluso un poco de pena, quizás se pasó con él, o eso pensó hasta que se dio cuenta de que en su preocupación por su mujer parecía haberse olvidado por completo de su hijo, no sabía si era imbécil o un desastre, pero más bien parecía una mezcla de ambas cosas.

Tras espabilarse un poco lo primero que llamó su atención sin duda fue el café y la magdalena, el joven alzó un poco las cejas, entonces vio el mensaje y no pudo evitar sonreír y que una pequeña risotada se escapara entre sus labios. Miró a los lados y no la encontró, aun así su sonrisa no se borró. Pero entonces un mensaje lo sacó de sus pensamientos.
Jesse simplemente lo vio y se quedó pensativo, había reunión pero quería que fuese AJ también? Porque no le parecía buena idea dejarlo solo, aunque había otro tema que no había preguntado hasta entonces, el transporte, así que miró a Kate directamente.

-¿Como viniste anoche?- Preguntó dando un trago al café mientras escribía un mensaje.

El primer mensaje, como podías esperar, era de tu propia voz calmando a Kal para que no se comiera a Killian. Eso parecía haber funcionado, porque aunque el perro no le quitaba el ojo de encima a Killian, y ladraba si intentaba acercarse a ti, tenía una relación medio cordial con él.

El otro mensaje en cambio, era de alguien distinto. De Mills, concretamente.

Está en solitario, y es mejor que se quede ahí dentro. Ven de visita mañana.

Estaba agotada, muy agotada pero aun asi tenia tantas cosas en la cabeza que me costo dormirme, y eso que la ducha antes de dormir había sido reparadora. Pero entre todo los ue me estaba pasando y saber que Killian estaba a una habitación de distancia... fue una noche dura. Cuando solo el despertador primero mire extrañada la cama al ver que Jill ya no estaba pero al levantarme y verla en el salón sonreí.

- Buenos días nena. - Le dije dandole un besito en la cabeza y un toque a la parte de abajo del sofá donde estaba sentada, pues todas las partes de abajo d los socas eran cajones - Ahi tienes trabajos míos de la universidad si te interesa y el cargador del libro electrónico esta en la habitación donde ha dormido Killian - Pues al ritmo que iba en unos dias le haría falta, aunque lo bueno del Kindle es que tenia una batería larguísima.

- ¿Has desayunado? - Pregunte cogiendo el telefono para escuchar los mensajes mientras ponía hacer cafe - Tu como en tu casa, coge lo que quieras ¿vale? - Con el telefono en la ceja me acerque acariciar a Bike y le puse comida a Kal, que había que osificársela o el gordo copia hasta empachar. Después ya me apoye en la encímela mirando hacia la puerta de la habitación, Killian estaba allí... La ultima vez que había estado allí fue el dia que se marcho...

Claro que al escuchar el segundo mensaje se me paro el corazón. Mire a Jill y tuve que recordarme respirar. - Tenemos que marcharnos rápido, asi que a desayunar y nos vamos al club. - Tenia la voz ligeramente quebrada. ¿Mejor qu se quede ahi? ¿Que ha pasado?

Al verla llegar de aquella manera, con la niña de Average Joe, pensé en lo peor. Pero la niña no parecía derrumbada por lo que pensé que seguramente su madre no había muerto. Suspiré aliviado de comprar que ella estaba bien, realmente me estaba empezando a preocupar. Sonreí ante la actitud de Kal y negué resignado. Ya habría tiempo de intentar intimar más con él.

Al parecer ellas iban a dormir juntas y de repente no sólo no iba a poder hablar con ella, sino que además me moría de ganas de dormir abrazado a ella . Estar allí era una tortura y más sabiendo que ella estaba a nada de mi. Esto ha sido una idea horrible. Me estoy martirizando yo sólo. Aunque bueno... en casa iba a ser peor. Intenté dormir de primeras pero al ver que mi cabeza no dejaba de darle vueltas a todo lo ocurrido (tiroteo incluido) me acabé cansando y me puse a hacer flexiones y abdominales hasta que terminé bastante cansado. Sólo entonces pude descansar.

En cuanto sonó mi móvil con aquel mensaje del presi desperté. Notaba el cuerpo cansado de haber dormido poco pero el ejercicio me había ayudado a activarme un poco. Salí de la habitación rumbo al baño para darme una ducha para terminar de despertar y allí me quité la ropa, dejando que el agua intentara aclarar mis ideas. Tenía que ir a la Capilla pero también quería hablar con Char, pero no iba a ser una conversación corta precisamente y con la niña de Average allí no iba a ser del todo correcto. 

Tras ducharme salí del baño con una toalla enroscada a mi cintura y me dirigí con mi ropa hacia la habitación para terminar de vestirme con calma, fue entonces cuando me percaté de que ellas ya estaban despiertas. -Buenos días. -dije antes de meterme rápidamente en la habitación, sonrojado. Genial gilipollas, ahora pensará que haces esto para intentar provocarla o algo. Tu no eres muy inteligente que digamos. Andas pensando en tantas cosas que no te das cuenta de lo que está sucediendo a tu alrededor. Espabila de una puta vez.

Ya vestido me dirigí a la cocina y le sonreí a Charlotte. -¿Novedades? La verdad es que no tengo ni puta idea de lo que pasó ayer. Me gustaría saber algo más. -era un soldado, necesita un informe de la situación. -Y... -Fui hacia la cafetera y me serví una taza de café sólo. -...me me gustaría poder hablar contigo... en algún momento. A solas. Pero si quieres y puedes eh, no quiero importunarte. 

Ligeramente azorado busqué al perro y sonreí. -Hola grandullón. -La niña parecía muy dispuesta a estar enfrascada en los libros y parecía autosuficiente. Eso era una ventaja para Char. -Tengo que estar en la Capilla a las 10. -​​​​​​​informé. 

El camino estaba despejado, así que no tardaste en llegar al club. Lo primero que te llamó la atención fue que el taller estaba cerrado, con las cortinas de metal bajadas. En la oficina, que habían cubierto con plástico en la ventana rota, estaba Novak. Podías verlo justamente a través del plástico.

Las motos de Jesse y AJ ya estaban ahí, como habías ordenado. También lo estaban la de Butcher, en muy pobre estado tal como te habían descrito el día anterior, la de Dapper, Bullseye, Junior, Doc, Darling y Daddy, así que podías suponer que al menos ellos estarían dentro.

Cuando entraste, te encontraste con todos los nombrados, excepto Jesse y AJ. Butcher estaba bebiendo como pocas veces en una esquina, con una botella de whisky a la que le quedaba la mitad. Se veía bien y entero. El casco había hecho bien, y la ropa lo había cubierto de la mayoría del daño. Dapper y Bullseye estaban estaban en la capilla, pero cuando el presidente te vio entrar, le dijo algo al vice y este salió, haciéndote señal de que entraras.

Junior estaba limpiando, como siempre a esas horas, pero cojeaba de la pierna derecha. Doc estaba en la mesa siguiente a la de Butcher, calificando trabajos finales mientras se bebía un café, y Darling y Daddy se echaban una partida en la mesa de billar. Jesse y AJ seguramente seguirían en el hospital y aún no habrían ido por sus motos.

Nada mas entrar con la moto fui consciente de que el taller estaba cerrado, con sus persianas bajadas y como un plastico cubria la ventana rota de la oficina. Aparque la moto y mire a la oficina donde se veia a Novak a traves del plastico. Levante la mano como saludo, dejando claro con ese gesto que tenia prisa, la suficiente como para ni pararme a hacer el saludo mas personal, como deberia ser entre ambos.

Una vez aparcada la moto y visto las motos de quienes estaban alli, no pude mas que fijarme en como estaba la moto de Butcher. Debia estar muy cabreado, como poco. Ademas de que Fauve aun no se habia reportado. Las motos de Jesse y AJ ya estaban aqui, Junior sin duda se esforzaba lo suyo en hacer lo que se le ordenaba. Era un buen chico y a este paso acabaria consiguiendo el cuero pronto, sobretodo tras recibir un balazo. No era lo mismo estar dentro y recibir un balazo, que hacerlo cuando aun no estabas con ambos pies dentro. Si el chico seguia es porque tenia madera.

Me acerque al Club y cruce la puerta. Viendo a quienes estaban alli y saludando con la cabeza y un buenos dias general. El gesto del presidente fue suficiente y me puse en camino hacia la capilla, deteniendome apenas un instante para dar un golpe en el hombro a Junior. No era de excesivos halagos, pero el chico se lo merecia en esta ocasion. - Buen trabajo.

Tras eso fui directo a la capilla, saludando al VP cuando este salia. Cerre la puerta detras mia y me coloque en esa posicion que el presidente ya conocia, cuando me dio permiso me sente en mi lugar o mas cerca, si asi lo requirio el mismo.

Presidente. - Espere por si el tenia algo que decirme y sino lo haria yo. Me apoye en el respaldo pero sin reclinarlo. No era alguien de mucha labia y sin duda no me iba, lo de ir dando vueltas para no decir las cosas. - Queria hablar de Killian y lo ocurrido anoche. Soy su padrino, y por eso mismo visto todos los detalles y tras meditar sobre ello, queria llevar a la mesa la expulsion de Killian de los Hijos. - Por la forma de mirar al hombre, era consciente de lo que decia, de las implicaciones y el posible final de toda la situacion.

Mi rostro no se inmuto, estaba serio y se notaba que me tomaba muy en serio mis palabras. El chico era un problema, mas alla de su personalidad infantil y sin apego a la estructura de los Hijos, que habia mostrado el dia anterior. Todo lo que le rodeaba lo convertia en un problema para los Hijos y aunque estaba seguro de que el presidente podria encontrarle un uso, yo como minimo debia dar mi punto de vista al mismo, y presentar a la mesa y al hombre, lo que consideraba justo para poder proteger al Club.

Aquella niña sin duda era mucho mas responsable de lo que debería con su edad, era una cria, estaba en el momento de hacer cuanta tontería pudiera ocurrírsele y en cambio mostraba mucha mas madurez que muchos adultos que conocía. - Genial, nos hago dos cates para llevar, me visto y nos vamos - Le dije con un guiño referente al café y agradeciendo esa media sonrisa.

Claro que cuando vi pasar a Kill en toalla, ahí me quede ladeando la cabeza ¿Porque a mí?  Era una buena chica, me esforzaba por ser una buena chica y era como si el puto universo estuviera torturándome. Cuanta mas sequía y sola me sentía mas maromos me aparecían delante, y encima Killian no era un maromo simplemente, era mi maromo, mi primer maromo, mi primer corazón roto, joder, si es que mi madre tenia razón cuando me decía que era idiota, sumamente idiota y masoquista, eso era.

Cuando salió vestido yo ya estaba con el primer café en la mano, llevaba una camiseta enorme puesta, claramente de chico y unos pantalones cortos.

- Yo tengo que ir al club tambien, tengo que dejar a Jill allí con mi madre, tengo la mañana llena de cosas y que mover reuniones y traerme cosas de trabajo a casa - Di un sorbo al café mientras frotaba el dorso de mi pie con el gemelo opuesto. Con la parte de hablar conmigo lleve mis grandes ojos verdes a los suyos - Kill... Deja de tratarme con cuidado, creo que ya deje claro ayer que si me cabreas te lo haré saber - Pues el nunca se había acercado a mi como un cachorrillo, normalmente lo hacia arrasando y picándomelo, no como con miedo, que es como parecía acercarse ahora.

Cuando Jill salió ya lista sonreí - Vale nena, salgo en un poco - Pues no podía perder mucho tiempo - Anda ven - Le pedí a Kill terminándomelos el café de un trago y caminando hacia mi habitación, parándome un segundo en el camino para poniéndome de cuclillas acariciar y dar unos besitos en la cabeza a Kal - Tu tambien puedes venir peluche - Kal no estaba acostumbrado a tener a gente en casa conmigo, como mucho a las inoportunas visitas sin aviso de mi madre, así que era normal su comportamiento y mas cuando era un hombre, era territorial con mama. 

Ya en mi habitación abrí el armario y cogi algo de ropa - Siéntate a tomar el cafe si quieres y te cuento desde el baño - Pues cambiarme delante de el no era lo mas apropiado pero bueno, desde el baño de la habitación era otra historia con paredes de por medio aunque dejara la puerta entreabierta para oírnos.

Ya dentro del baño comencé asearme y arreglarme mientras hablaba - Por lo que se fueron dos SUV, las que acribillaron el club y después una siguió los coches de Lorelai y Joan, otra se desvió. Joan recibió varios balazos, estaba aun en quirófano cuando me fui del hospital, por encima el hermano de Jill se escapo por el baño y varios fueron en su busca - ¿Sabrían algo de el ya? - Conseguí ganar algo de tiempo con la policía y que se marcharan, pero hoy no creo que nos den mucha tregua, así que tengo que ir al club para dejar a Jill allí unas horas, hablar con mi tío y ver que consigo en comisaría - Ademas de camino al club pasar por el deposito. - También tengo que pasar por la carcel y ver como muevo todo lo del trabajo para liberarme esta semana, porque esta claro que será larga.

Ya vestida empece a peinarme un poco y darme un maquillaje muy suave, no era de las que se maquillaban muchísimo o de forma llamativa, algo de polvos, rímel y un color natural en los labios. La ropa como siempre entre semana era mas formal, el fin de semana ya volvía a mis pantalones cortos vaqueros y mis camisetas cortadas, pero entre semana vestía como era acorde al trabajo.

Me puse una camiseta suelta negra, con una de las múltiples faldas de tubo que tenia qué era lo que le daba toque de color, los tacones negros y ya después cogeria la americana negra fina, estábamos en verano y tampoco quería morirme de calor.

Cuando ya estaba lista salí y me acerque a la butaca cogiendo mi portafolios de cuero abriéndolo y revisando lo que llevaba dentro, quitando algunos archivos y metiendo perfectamente doblada una camiseta extra ya que la que siempre llevaba se la había puesto ayer Jill. - Y... no se que quieres que hablemos, porque no tienes que darme explicaciones Kill, me dolió, mucho, no te llegas hacer una idea de lo mal que lo pase cuando deje de saber de ti y no sabia si estabas vivo o muerto - Me refugiaba en meter las cosas en el porta folios para no mirarlo porque aun ahora hablar de eso me dolía - Pero tampoco me debes ninguna explicación, este verano hace siete años que te fuiste, tu seguiste con tu vida y yo con la mia, yo... - Me quede quieta por un momento y suspire cogiendo el blazer del armario aunque no me lo pusiera, mirando ahora al chico - Yo te quiero Kill, pero... - Mire el Joyero y me acerque a el cogiendo su colgante y acercandesolo para dárselo - Lo lleve seis años, nunca me lo quitaba, hasta que pensaba que estabas muerto y me quemaba en el cuello - Recordándomelo a cada momento - Y enterarme por terceros que estabas vivo y en casa tampoco me gusto. - No me gusto nada - Tu... necesitas digerir que estas en casa - Y al decir en casa toque su chaleco - Y yo que estas aqui. - Porque ahora mismo no podia con todo, sentía que en cualquier momento llegaría a mi tope.

Y tenerlo ahi, tan cerca, en mi casa, en esa que había sido nuestra casa... nuestro refugio... era una bomba. Apoye mi frente en su pecho y suspire aun con una mano en el chaleco - Tengo que ir al club... - No podia pararme a pensar en como me sentía o aquello me paralizaría. Aunque sabia que meterlo en una burbuja seria peor cuando esta estallara.

Verla con aquella camiseta (que no era mía) hizo que mi corazón se comprimiera. Era una estampa familiar, la había vivido tantas veces que ahora, viendo que no era así, me destrozaba. Guardé la compostura y la seguí a su habitación mientras por dentro maldecía mi estupidez una vez más.

Aquella habitación guardaba tantos recuerdos que me abrumaron en cuanto entré en ella. Terminé mi café de un trago dejando la taza en la mesilla de noche y me obligué a centrarme en sus palabras, eso era lo importante ahora. Ya habrá tiempo de para darle vueltas a todo, te va a sobrar.

Toda la información puso algo de luz a la oscuridad de lo ocurrido y agradecí tenerla para poder ir a la Capilla con conocimiento de causa. Tengo que hacer algo para empezar a ser útil para el club. A ver qué se me ocurre. Quizás el presi o Bullseye sepan algo.

Cuando salió del baño vestida así abrí completamente los ojos, alucinando con lo hermosa que estaba. -Estás... estás preciosa.  Eres preciosa. -fue lo único que fui capaz de decir. Tenía un nudo en la garganta. Eres el mago de la elocuencia Kill... anormal.

Me levanté para escuchar lo que me tenía que decir. No estaba cómodo sentado. Cuando terminó la abracé con fuerza, como llevaba haciendo desde siempre. Sólo que este abrazo llevaba 7 largos años esperando. -Lo siento... lo siento mucho. Pero era lo único que podía hacer. -Noté que una solitaria lágrima caía por mi mejilla derecha. Controla tus sentimientos soldado. No seas así, ella es la que peor ha estado. -Me mataba el hecho de joderte el futuro, de depender de ti todo el tiempo porque no era capaz de salir adelante solo. Me sentía egoísta y no podía hacerte algo así. No te pido que me perdones, porque no tengo perdón, pero si que intentes entenderme. -suspiré. -Este año y medio... estaba en una misión que en teoría iba a durar 6 meses... pero todo se complicó. -Y tanto que se había complicado, casi había muerto. -Lo siento de veras... tuvo que ser insoportable. -de haber sido al revés me hubiera ido a buscarla a donde fuera yo sólo. -Y sobre no enterarte... yo quería darte una sorpresa. Supongo que cuando te ponen tantos videos de soldados volviendo a casa sorprendiendo a la gente que quiere acabas deseando eso. Lo siento de veras Greeny. -Volví a suspirar. Me aparté ligeramente de ella y cerré su mano con mi colgante. -Te daré ese tiempo que necesitas. Esta noche me iré a mi casa o dormiré en el club. -lo último que quiero es joderte aún más. -Ven a devolvérmelo cuando podamos hablar con calma. -miré fijamente sus ojos, esos ojos que me habían cautivado siempre, hasta límites que sólo yo sabía. -Mi casa... mi hogar... está aquí. -toqué su cuerpo en el centro del pecho, señalando su corazón. -Siempre has sido tu Char... siempre serás tu. Eres el amor de mi vida y eso no podrá cambiarlo nadie. -Sonreí ligeramente y besé su frente dulcemente. Me moría de ganas de besarla. 

-Yo también voy, tengo capilla a las 10 y así de paso le devuelvo las llaves a tu madre. -sonreí. Verla tan cerca de mi era el mejor bálsamo para cualquier herida. -Por cierto, Gavel me ha dicho que te pregunte por su caso, quiero ayudar a averiguar que pasó y a sacarlo de ahí. 

Cuando Madison cayó dormida esa noche tenía una sonrisa en los labios. El niño seguía extraviado y había gente herida, pero sentía que ella había hecho un buen trabajo. Más aún, un trabajo cuidadosamente planificado para dar la impresión correcta de un modo sutil. Y además, delante de los peces gordos del club. Si ya era satisfactorio tener la atención encima del escenario, lo que había logrado esa noche era suficiente para que descansara como un bebé.

Aunque no por mucho rato, porque apenas llevaba unas pocas horas durmiendo cuando el teléfono reclamó su atención. Con los ojos entrecerrados leyó el mensaje de Jess y la sonrisa con la que se había dormido, regresó rauda a sus labios. Después de dormir tan poco habría rechazado prácticamente cualquier plan que le propusieran. Pero no ese. Si la mujer que admiraba la invitaba a acercarse por allí y tener la oportunidad de hacerse presente de nuevo... desde luego que lo haría. 

Así que se levantó y se dio una buena ducha con agua más bien fresca para despejarse. Después tenía toda la intención de tomarse un café triple bien cargado, comer algo, pillar la moto y ponerse en marcha hacia el club.

Pasé de estar incómoda… a conmovida. Toda yo se estaba derritiendo de amor (si, tan intenso y cursi como suena) por ver a Jill pasar a despedirse así de Jesse.

Muchas veces me siento desconectada de mis sentimientos. Otras, siento con demasiada intensidad. Amo y odio, y me apago y enciendo. Me cuesta identificar a veces mis emociones o ponerles nombre, pero desde que Fauve llegó como un cometa y me atrajo con un magnetismo que le da norte a mis hemisferios, he comenzado a sentir con una intensidad abrasadora.

Creo que me puse incómoda al ver a AJ indiferente, pero verla con Jesse…

No me incomodó su toque, y le pude devolver la sonrisa. Me sentía cada vez más cómoda con algunos miembros del club, especialmente con él, Maddie, Charlotte y Mike.

Dormí como una niña. Por al menos un par de horas. Cuando Jesse se durmió, me quedé leyendo, pero a pesar de que el libro tenía un contenido interesante, es demasiado interpretativo y humanista. Yo soy más de ciencias.  Abrí un ebook: Hinderburg: las propiedades del hidrógeno y las ventajas del helio. Cuando llegó la enfermera, le guiñé el ojo de vuelta, para dejar a Jesse dormir. Parece que alguien tiene novia...

Fui al baño. Poco después de que regresé, Jesse despertó.

Aun puedo robar una bata. — le sonreí. Traía un sándwich que saqué de una máquina expendedora. — Para complementar un desayuno de héroe conquistador. — después de lo que hizo por Jill, movía montañas por él. — Parece que alguien tiene novia... Y le gustan las rubias...

Siento que me vibra el celular. Antes de sacarlo, escucho la pregunta de Jesse. Mierda…

¡Mierda!

— En mi moto… — no le dije… ¡No le dije!

El mensaje de Mike me regresa a la mente. Cerré los ojos, preparándome para decirlo. Ay, no. Ahora como le digo que…

— Desapareció tu motocicleta, parece ser que se la llevó la policía. Mike no la encontró. — ¡Mierda! ¿Cómo pude tener esa laguna mental? — Yo la sacaré como sea del corralón, pero puedes usar la mía… — metí la mano al bolsillo, a buscar mis llaves.

Junior había sonreído al escuchar tus felicitaciones, y había abierto la boca para contestarte, pero como ibas con prisa se había quedado con la palabra en la boca. Al girarte a cerrar la puerta para la capilla pudiste ver que fruncía un poco el ceño, pero lejos de parecer enfadado, en realidad parecía algo incómodo. Seguramente te lo diría luego. El novato era muy fácil de predecir, porque era transparente como solo él podía serlo.

Prendiéndose un cigarro, esperó a que tomaras asiento. Sus ojeras dictaban que si había dormido algo, había sido poco, pues parecía cansado. Al mismo tiempo, a su edad, parecía tan listo para enfrentar el día como viniera a pesar de ello.

Tus palabras no encontraron respuesta inmediata. El hombre te miró indescifrable, el absoluto opuesto a Junior en transparencia, y dio un par de caladas más, botando las cenizas en un cenicero con un par de golpecitos del índice mientras pensaba. Tras un prolongado silencio que podría haber durado una eternidad, aunque realmente solo había durado un par de minutos, por fin habló.

¿Por qué? - te volvió a mirar, esperando tu respuesta. Por su tono, entendías que no veía falta de razones, sino que parecía estar más interesado en cuales te motivaban a ti particularmente.

Vi la mirada de Junior al ir a cerrar la puerta y mis ojos se quedaron fijos en los del novato, dejando claro que sabia que algo le pasaba. Suficiente para que entendiera que tendriamos un momento luego.

Observe al presidente. El homre no parecia haber dormido mucho, aunque yo tampoco lo habia hecho, estaba seguro de que ambos estabamos acostumbrados a eso mismo, aunque eso no quitaba que se notara mas en segun que dias. Esta noche debia haber sido mala. Aun asi el mismo porte dejaba claro que eso no lo aminalaba lo mas minimo ante el Nuevo dia que venia.

Sabia que no podria leer sus reacciones, pero en este caso me era indiferente. Yo tenia mis motivos y lo que queria era presentarselo al presidente. Confiaba en ese hombre, lo que dijera, es lo que seria.

La pregunta no me sorprendio y era mas que justa, lo que si consegui entender es que el hombre no estaba del todo en contra. Pense durante un minuto, solo para enumerar las causas segun importancia dentro de los Hijos. -  El punto mas importante esta en todo lo que le rodea y que si considero que puede ser un problema para el Club en su conjunto. Sigue formando parte del ejercito americano, con la de pasta que habran soltado para entrenarle no le dejaran ir sin mas. Un miembro de una unidad como esa, codeandose con nuestro Club, con hipoteticos lazos con el trafico de armas, implicara que ademas de las agencias federales pueda unirse a las pesquisas la propia policia militar, quizas incluso el NCIS. Lo que menos nos interesa es llamar la atencion de mas agencias que investiguen sobre nosotros. Ademas el mismo incumplio varias normas del reglamento militar ayer por las que podria ser llamado de vuelta para acusarle de ellas. Cualquier buen agente o investigador veria que hay mas de un lazo del que tirar, para poder conseguir informacion de el que pudiera poner en peligro a los Hijos.

Eso sin contar que al ser un militar en activo, como se le pille con un arma no identificada como suya, golpee, pegue o dispare a un civil entonces lo tendran cogido por las pelotas. Incluso nuestros enemigos mas directos podrian usar eso, provocandole para que meta la pata y entonces la tormenta caera sobre nosotros. Ayer sin ir mas lejos salio con un arma registrada a nombre de otro para devolver el fuego. De haberlo hecho, seria un militar disparando un arma no oficial y no suya, hacia civiles en el terreno del Club. - Las implicaciones de eso a nivel militar eran serias, y tarde o temprano caerian sobre nosotros.

Lo ultimo. - Como siempre era la parte personal. Algo que el presidente ya sabia de otros informes. - seria por desobedecer una orden directa en una situacion de combate, olvidando el respeto a la cadena de mando de los Hijos. Durante lo ocurrido anoche, le ordene quedarse en el interior del edificio, pero segun sus palabras el sabia lo que debia hacer, asi que yo me encargase de lo mio y el de lo suyo. - No era solo desobedecer la orden en si, era una falta de respeto en si misma a un oficial. Aun asi desobedecer una orden no era para que te expulsaran. - Se supone que mandamos a un chaval al ejercito a hacerse un hombre y todas las reacciones de ayer, relacionadas con el Club y sus miembros, incluida esa, a la que considero mas seria por la situacion en si, me hacen pensar que ha vuelto un crio prepotente que se cree especial por haber ido a la guerra, o formar parte de los SEALS.

Habia colocado las cosas segun el orden que habia en mi mente. Primero el Club, luego mi opinion personal. El Club lo era todo. Desobedecer una orden era grave, pero el problema era la actitud, las formas, el comportamiento en general exhibido ayer y sobretodo el hecho de que siguiera estando en activo.

Queria ademas comentarle que en cualquier caso, si esta de acuerdo, he contactado con mi amiga* para hablar con ella y conseguir que me ponga sobreaviso, si el nombre de Killian sale en sus sistemas.