Partida Rol por web

Tomas se le quedo mirando tranquilamente, no era algo de que asombrarse, aunque si que le dio cierto gustillo el haber podido haberlo hecho el

Vaya, si pasara esto muy a menudo mis padres se quedarian sin trabajo
Mirando hacia donde andaba el rey-Dios Tomas se dispuso a hacer algun saludo, el primero que le viniera a la mente de los que hubiera visto en algun dibujo de sus padres

Rogelio permaneció en su lugar, quieto, tomando notas, repitiendo mentalmente las palabras del encantamiento que el profesor les enseñaba cuando del sarcófago, por segunda vez, surgió algo.

-Ay, madre mia.- Prácticamente grito y dio un respingo en su asiento.
Una persona, de carne y hueso, parecido a las pinturas y a las reconstrucciones que habia visto por tele, era Ramses.

-No tenia idea que la magia podría ser tan poderosa.- Pensó mientras admiraba al Rey de Egipto.

Levantó la mano tímidamente y le pregunto al profesor: -Esto, ¿es una ilusión?-
La pregunta rebelaba lo mas obvio, Rogelio es hijo de Muggles.

Observa a Rogelio y camina hasta el lado de la momia, la momia de ahora carne y hueso, él lo mira y dice algo en un idioma completamente desconocido para vosotros.

No, no es ninguna ilusión, pero se le parece, este hechizo dura solo quince minutos... cuando esté a punto de pasar el tiempo, Ramsés II volverá a su sarcófago y volverá a dormirse. La primera vez que consiguieron despertarlo tuvieron suerte que no hubiera ninguna arma cerca... pero durante los quince minutos destrozó todo un Departamento del Ministerio. Gracias a eso hemos podido descubrir muchas más maldiciones y muchos hechizos que nos vienen del Antiguo Egipcio. Lo malo es que solo lo hemos conseguido con Ramsés II, sobre las demás momias están intentando descubrir el hechizo correspondiente.

Carraspea levemente, y os vuelve a mirar.

¿Alguien tiene alguna curiosidad sobre el Antiguo Egipcio? Aquí tenéis un experto - señalando con la mano al faraón - Yo os haré de traductor.

Vera se sentía realmente impresionada por lo que ocurría en esa clase. Había estado tomando apuntes de todo, pero la presencia de Ramsés II le había sorprendido bastante.

Cita :

Tragó saliva, no era un dato muy alegrador. Tras aclararse la voz alzó la mano para poder hablar para preguntarle.
Yo...quiero saber más sobre la magia en ésa época. ¿Era como hoy, que existen muggles y magos? ¿O sólo lo usaban los sacerdotes o...similar?

Salomón recordó una pregunta que le atormentaba desde el accidente en coche de cuando el era un bebe. Y quizás indirectamente aquel Rey pudiera aclararle algunas dudas.

Tras escuchar la contestación a Vera Salomón levantó la mano y preguntó.
En su tiempo, ¿Utilizaban varitas para realizar mágia? La mágia de su época es muy poderosa y todavía perdura, aunque en su tiempo había muy pocos que podrían realizarla supongo. ¿Cree que el uso de las varitas aunque haya permitido que aprendamos más rápido los conjuros, de alguna forma haya creado alguna especie de dependencia que limita nuestros poderes? Vamos que ¿cree que al igual que otras razas los hombres podrían realizar mágia sin varitas?

Continuo con interés la clase, tras haber tomado nota de todo, copiado el hechizo y los comentarios del profesor.

Mis compañeros hacen una serie de preguntas que me parecen interesantes, pero en el fondo pienso...

¿Le agradará que le despierten para esto? Y más importante ¿subrirá? Sinceramente espero que no, sería un experiencia horrible.

África se había dedicado a apuntar con interés y ahínco todas las explicaciones y datos relevantes que iban acaeciendo en la clase, con lo que estaba algo menos participativa que al principio.

Aprovechó el breve tiempo que tomó el profesor para traducir sus preguntas a Ramsés para susurrarle a Sara.

- Al final conseguirá que me gusten sus clases, le dijo con voz apenas audible y cara de asombro.

El profesor traduce la pregunta de Vera al faraón, éste la mira y empieza a hablar... Carlos Milán va traduciendo mientras va hablando:

- Sí, había magos y no-magos, pero los magos entraban en los palacios y en los templos para poder usar su magia abiertamente a los ojos de los no-magos, las escuelas de sacerdotes eran lo que ahora es esta escuela. - el profesor traduce con agilidad, mirándoos.

Con la pregunta de Salomón, Carlos Milán también le traduce a Ramsés II y éste mira al chico para hablar.

- La magia puede hacerse sin usar una varita, y es posible lanzar hechizos sin ella, pero en muchos magos los resultados son vagos y la elaboración de pociones siempre precisa de algún paso con varita. - Ramsés II os mira a todos y esboza una leve sonrisa. - Esto no ha cambiado.

Carlos Milán os mira de nuevo.

¿Ninguna pregunta más? Se acaba el tiempo.

Salomón agradeció con un gesto de la cabeza la respuesta.

Así que sí es posible.

Un rayo de culpabilidad le atravesó el alma mientras sus recuerdos lo llevaban a aquel asiento trasero del coche, cuando sus pies nisquiera llegaban al borde del asiento. Recordó perfectamente como, llevado por una sensación de alegría indescriptible, volcó toda esa energía en el cochecito que estaba jugando. Movió con su manitas el coche en el aire, haciendo una parábola, mientras que por las ventanillas del vehículo en el que viajaba se podía ver como el asfalto, la ruidosa calle, quedaba por debajo de ellos.
Y luego un bombero sacandolo de aquel coche, estrellado cual avión en un cuarto piso.

Tras eso le vino la imagen de aquel viejo al que iban a atracar el y sus amigos, su cara de terror y la vieja pistola -que parecía sacada de una película de la segunda guerra mundial- con la que primero les amenazó y con la cual luego mató a sus dos mejores -y últimos amigos- y le metió una bala a Salomón en el cuello antes de que, en el momento de que el arma volviera a escupir plomo remantando su trabajo, se convirtiera en una cámara de fotos cuyo flash lo acompañó mientras quedaba inconciente.

Con la respuesta del rey podía descartar que aquello fueran imaginaciones suyas y a la vez, que no había tenido nada que ver con la muerte de sus padres.
Aún así, Salomón se limitó a seguir con la clase, el pasado -tanto el lejano como el próximo- solo le habían deparado desgracias. Salomón quería creer que, por una vez, le podría pasar algo bueno.

Sonrio a Africa y asiento sus palabras respondiendole por lo bajo.

Lo mismo creo yo... una clase sorprendentemente amena.

Levanto la mano y realizo mi pregunta.

¿Solo a los hijos de magos se les permitia aprender magia? Pregunto despues de oir su explicación entre la división entre magos y no magos.

Tomas levanto la mano y realizo la pregunta un tanto lenta, como si tuviera miedo de la respuesta en si...

-Las maldiciones que protegen ciertos sitios sagrados duran toda la vida o hay algun metodo para eliminarlas...

Mira a Sala Lago y vuelve a mirar al faraón, éste la mira y niega con la cabeza mientras habla y el profesor la traduce.

No, todo aquel que tenía magia era instruido en los templos como sacerdotes o sacerdotisas. Se decía que tenían el Don, y por lo tanto, habían nacido para ejercer este oficio.

Tomás pregunta, y como las otras veces, el profesor le traduce y el faraón responde.

No acostumbran a poder eliminarse, las maldiciones de nuestra época, sin embargo todas tienen trucos para que no te afecten... descubrir los trucos, por eso, es bastante complicado.

Mira al profesor, hablan en un idioma extraño (suponéis que egipcio antiguo), y el faraón os mira y os hace una reverencia de su época. Sin más tardar, abre el sarcófago y se mete dentro... el profesor es el que lo acaba de cerrar. Os mira de nuevo.

Bien. Ahora quiero que hagáis una redacción de 50cm de largo* sobre lo que hemos dado hoy a clase, os llevaréis los libros para poder documentaros mejor, me la entregaréis el próximo día, es decir...mañana. - añade, abriendo una carpeta que tiene en el escritorio y mirando unos pergaminos. - Podéis empezarla ahora, en silencio, es trabajo individual.

Ole! Òó

Vera terminó de tomar apuntos vertiginosamente, procurando no dejarse nada sobre las respuestas del faraón. Cuando éste se despidió para volver a su sarcófago miró al profesor, atendiendo.

Asintió y tomando un nuevo pergaminó, tomó tinta y empezó a escribir con dedicación, compronado los apuntes tomados.

Siempre se me había dado mal la historia. Siempre. Odiaba empollar y mucho menos que me obligaran, pero... aquella clase me había gustado, y había tomado bastantes apuntes. Bueno, era importante añadir que también era el primer día, conociéndome... la semana que viene o la siguiente ya estaría sin hacer el huevo.

Suspiré para mí mientras abría el libro por las primeras páginas y empezaba la redacción... ¡¡¡50cm de pergamino!!! La clase había sido amena... pero se había pasado un huevo...

Isaac había tomado apuntes, lo había hecho, pero al mirarlos se dio cuenta al instante que no entendía nada.

Joder.

Y encima no podía sintetizar lo que había escuchado a clase, había observado lo que habían hecho, pero... a los cinco minutos ya estaba divagando entre sus mundos de nuevo.

Y encima 50cm...

Empieza a escribir, no muy seguro.

Jordi había dejado de escribir en el momento en el que el faraón de carne y hueso había aparecido.

Medio embobado al principio y atento al final, prestó atención a las respuestas del antiguo egipcio. Aun así se había olvidado completamente de sus apuntes.

Ahora que éste se ha ido y el profesor requiere el trabajo, Jordi se centra en el pergamino y el libro que tiene delante. "Pues vamos a ello, no?"

Coge su pluma, abre el libro por la primera página que encuentra y empieza a poner orden a sus ideas. "A ver... si pongo esto aquí y lo junto con esto..."