Partida Rol por web

Daswalken:

Reynolds se adelanta mientras hablas por el comunciador con Buzz y unos minutos después ves acercarse por el pasillo a dos figuras vestidas con sendos trajes de la Intrepid. Los tres os encontráis frente a frente en la solitaria y fria habitación. Es hora de marcharse.

-Bien Tomiko, aquí vamos.- dice Reynolds a su compañera y por el intercomunicador suelta una -Sara, prepárate a recibirnos.- y agrega, emulando a un antiguo programa de televisión que veía de pequeño -Capitán Daswalken, dos para transporte.-

—Bien le hemos dado Alfie!!! —Exclamó Lilian entusiasmada.

Alfie la miró y supuso que esperaba una reafirmación de algún tipo. Aunque era evidente que su afirmación era cierta. Los humanos a veces redundaban innecesariamente.

—Sí, le hemos dado —replicó.

Maniobró la nave hasta situarla con la banda de estribor mirando a la popa de la nave enemiga. Así Lilian podría disparar sobre los impulsores de la nave y evitar su nave podría evitar la mayor parte del fuego de contraataque.

Ahora La Sombra estaba en una posición de disparo excelente tras la maniobra de Alfie, con una nueva ráfaga de nuestras armas sería suficiente para destrozar los impulsores de la nave enemiga y dejarla practicamente inmovilizada.

-Bien hecho Alfie, ahora los tenemos a nuestra merced.

Me tomo mi tiempo para no fallar el disparo y fijo los localizadores de fuego sobre los objetivos, será un trabajo limpio. Cuando estoy a abrir fuego suena la voz del capitán por el intercomunicador.

Cita:

En el último momento aparto mis manos de los botones de disparo, habíamos estado a punto de cortar la única retirada que tenían Buzz y Madok.

-Entendido Capitán, abortado el ataque. ¿Cuales son sus órdenes ahora? ¿Sigo en posición por lo que pueda pasar o retiro a La Sombra hacia otro sitio más protegido? No se si devolverán nuestros disparos o sus tripulantes están ocupados luchando en el interior de la Chamalleon y no pueden hacerlo.

Mientras espero las órdenes del Capitán transfiero el control de la Sombra a mi monitor y le paso el control de armas a Alfie. Si al final tuvieramos que retirarnos modificaría la centralita para trasferir la energía de las armas al camuflaje de La Sombra.

-Alfie, te transfiero el control de las armas a tu monitor, los blancos están fijados y tenemos un disparo limpio. Estate atenta a las órdenes del Capitán y no dispares a no ser que nos lo vuelva a pedir. Parece que Buzz y Madok tendrán que utilizar esa nave para salir de allí.

Llevas razón, Alfie, lo he modificado de manera que exprese mejor lo que quería decir.
Mientras los escribía pensaba eso mismo que has dicho, pero al final ganó mi consciencia mala, sentada en mi hombro izquierdo. (La buena nisiquiera se presentó, creo que está de huelga o a muerto, algo de eso)

-Lilian, activa el sistema de camuflaje y mantente a la espera. Si Buzz y Madok aun tienen intactos sus trajes, es posible que consigan salir al exterior de alguna manera, asi que mantente a la espera por si hay que recogerlos, yo voy a llevar a Reynolds y Tomiko a su nave, si hay tiempo volveré a La Sombra, si no, tendras que llevarla tu ya que no se cuanto tardará en explotar la Chamaleon.

Tras dar las ordenes a Lilian, suelto un bufido y me dirijo ahora a nuestros compañeros en problemas.

-Buzz, mantennos informado de lo que vayais a hacer, La Sombra esta a la espera por si tiene que rescataros, ¡y espero no tener que recoger vuestros restos carbonizados!

Me giro ahora hacia Reynolds y Tomiko:

-Bien capitan Reynolds, cogeos fuerte.

Paso un brazo por la cintura a Reynolds y con el otro a Tomiko, y con un leve pero seguro salto me impulso en dirección a la nave "alienigena" por el vacio. Lo he echo miles de veces, pero estar a la deriva en el espacio siempre me sigue produciendo un nudo en la garganta.

-¿Qu... po... lugar... -Tomiko manipula los mandos de comunicaciones del traje de la Intrepid pero no acaba de hacerse con ellos. Al parecer os escucha, pero no puede haceros llegar sus mensajes. Entonces Nakon la agarra por la cintura y reacciona con alguna sorpresa, pero se deja llevar.

Poniendo al máximo la potencia de los propulsores de la cadera, el capitán Daswalken logra alejar a los tres , que os agarráis entre vosotros, como buenos astronautas solidarios, de la atracción artificial del tren espacial. Sin querer gastas todo el combustible que te queda, el dolor de la pierna es demasiado fuerto y no habrías podido subir por el hueco ni hacer fuerza contra el casco de acero. Atravesáis el espacio. Vuestras escafandras se tocan y cada uno ve los rostros de los otros dos ansiosos y sudorosos. Tomiko especialmente parece nerviosa, posiblemente sea su primer paseo espacial y, de todos modos, llevaba un año encerrada en esa nave del demonio.
El capitán Reynolds, por otro lado, se muestra impasible, observando la situación desde detrás de sus gafas "de astronauta" sobre las que resbala el sudor. Quizás la calefacción de los trajes es excesiva, quizás es otra cosa, pero tenéis calor.

Ya sin impulso, por fuerza de la inercia, llegáis al casco de la Intrepid. Tomiko se agarra como un gato asustado, con desesperación y fuerza, imitando a una lapa. Reynolds se dirige a la escotilla de entrada y Nakon, que sinquerer ha echo la recepción son su pierna herida se agarra a duras penas al pasamanos* y da un grito involuntario que escucháis todos por la radio.
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En la cabina de la Sombra la pequeña unidad cibernética independiente Alfie, eún sentada en el asiento gigantón del capitán, estudia minuciosamente la nueva interfase del monitor que tiene delante. Es el control de armas y no le parece muy complicado, una imagen de la fragata enemiga y los blancos seleccionados y fijados mediante automatismos varios.

Lilian comprueba algo en su puesto, algo por detrás de Alfie y de pronto acontece un movimiento brusco en la pantalla, El Nautillae se estremece y se separa unos metros del casco del Chamaleon, agitándose graciosamente bajo la fuerza de sus motores. ¡Han desplegado los cañones de las bandas! Los indicadores de la Sombra se ponen a pitar.

La gruesa pared de goma aislante, reseca y estropeada tras tantos minutos, se parte en mil pedazos que, o se diluyen por el espacio o son succionados por la presión de la enorme cabina ahora despresurizada. Los cañones de babor de la nave crustáceo se mueven mecánicamente y disparan sin contemplaciones hacia el interior del tren espacial, esa pobre masa de acero y hierro diseñada para recorrer grandes distancias pero ahora decadente y vencida, como el gran y orgulloso saltamontes agijoneado a la vez por dos abejas asesinas tres veces más pequeñas que él*

Los proyectiles explosivos al no ser amortiguados por las capas de blindaje exterior, se hunden profundamente en lq estructura de andamiaje del buque de carga y el puente de mando, sobre el que os encontrábais ahce apenas media hora antes estalla formando una bola de fuego que deforma el modelo original de los planos.

¡Peeeebbeeeeeeeeeeeeutt! ¡Peeeebbeeeeeeeeeeeeutt!

Los indicadores avisan constantemente de que el armamento enemigo os apunta, sin embargo, los cañones del NAutillae parecen confundidos, la Sombra tiene el camuflaje activado y apuntan en todas direcciones en vuestra dirección, pero no alcanzan a determinar un blanco fijo.

-Sara, vamos a entrar.- dice Reynolds mientras abre la escotilla y agrega -Tomiko, Daswalken.... adentro.- haciendo señas a ambos para que pasen detrás de él.
Una vez en la cámara de descompresión, mientras espera al resto dice:
-Sara, vamos a actuar coordinadamente con la nave que desaparece a boluntad, así que estate preparada.-

Parece que el Nautilae comienza el proceso de separación de la Chamalleón y no quieren dejar nada detrás de ellos. Han empezado a disparar sobre el puente de mando, lo cual sin lugar a dudas será fatal para la nave, sin la protección del fuselaje exterior todo en su interior saltará por los aires. Miro con terror la escena y cruzo los dedos para que Buzz y Madok hayan podido escapar de allí. De súbito algo comienza a llamar mi atención. Los sistemas de alarma de La Sombra se conectan y se olle un pitido característico que conozco bien, nos están apuntando con sus armas. Sé que nuestro camuflaje confundirá los sistemas de armamento enemigos y que por ahora no tenemos que preocuparnos, pero cualquier fallo o un tiro hecho al azar podría ponernos en una mala situación.

-Capitán!! La Nautilae se separa y ha abierto fuego sobre la Chamalleón, probablemente estalle en poco tiempo.¿Tienes noticias de Buzz y Madok? También han activado sus cañones y sus sistemas de armamento nos buscan, de momento sin éxito, si abren fuego a discrección podríamos sufrir algún impacto, pero todavía contamos con ventaja mientras funcione el camuflaje.

Por un instante, la explosión en el puente de mando parece haber absorvido también la vida de Daswalken.

-Buzz...Madok...

Pero al instante vuelve a recuperar la consciencia:

- Lilian, mueve la nave, no la dejes en el mismo lugar en el que desapareció, pueden intentar alcanzaros disparando al lugar donde os han visto desaparecer, y id desviando potencia a los motores, tendremos que salir pitando de aquí.

-¡Buzz! ¡Madok! ¿Estais ahi? ¡Contestad maldita sea!- grita por el intercomunicador, esperando una respuesta.

Las palabras de Reynolds parecen llegar por fin a los oidos de Daswalken. Y rapidamente se gira y sigue al capitan y Tomiko al interior de la nave.

-Lilian, Alfie - parece abatido, pero no quiere perder la esperanza- ¿Habeis recibido alguna comunicación de Buzz y Madok en La Sombra?

Mientras todos van entrando, y ante la preoocupación de Daswalken, Reynolds vuelve a hablar con Sara:

-Sara, escanea la nave grande y dimde qué formas de vida hay a bordo con su localización aproximada.-

La la cabina de la nave en la que habían dejado a Buzz estalló en mil pedazos. Alfie dedujo que era altamente probable que Buzz hubiese muerto. Inmediatamente sintió una sensación extraña, que no fue capaz de identificar. Tal sólo se tratase del hecho de ver frustrada su directiva autoimpuesta de ayudar a Buzz, o quizá fuese algo más. Algo indescifrable, por el momento.

—Lilian, mueve la nave —ordenó por la radio Daswalken—, no la dejes en el mismo lugar en el que desapareció, pueden intentar alcanzaros disparando al lugar donde os han visto desaparecer, y id desviando potencia a los motores, tendremos que salir pitando de aquí.

A pesar de que el capitán le había dado la directiva de mover la nave a Lilian, Alfie supuso que él no sabía que era ella la que conducía la nave, así que decidió tomar la iniciativa. Moviendo los controles con precisión, condujo la nave hasta situarla por debajo de la nave enemiga, donde sus cañones tendrían el ángulo menos adecuado para disparar. Siguiendo las instrucciones del capitán, movió una serie de perillas y la energía de la nave comenzó a acumularse en los impulsores de popa.

Daswalken volvió a comunicarse.

—Lilian, Alfie ¿Habeis recibido alguna comunicación de Buzz y Madok en La Sombra?

—No — respondió Alfie.

Su lacónica respuesta disparó nuevamente aquella extraña sensación, que no podía definir. Era como si el pensar en la muerte de Buzz, de alguna manera afectase su rendimiento negativamente. Como si le dificultara pensar. Si es que esa palabra se podía aplicar a lo que ella hacía.

-¡Enseguida, Capitán Reynolds! -Dice Sara, e inmediatamente después su holograma salta graciosamente a través de la cabina. Reynolds es el primero en salir de la esclusa una vez ésta se llena de aire y se abre la compuerta interior. En una de las consolas del piloto, colgando de un brazo articulado, aparece acompañado de un pitido un gráfico del Chamaleon y los diferentes filtros del escaner multiespectro. Hay varias formas de vida, un grupo de cuatro o cinco se encuentran cerca de la proa, y otro grupo similar en la popa, no se mueven, pero ahí hay algo vivo.
El escaner también detecta unas formas orgáncas extrañas, seguramente Biosoldados. Los hay a cientos en los contenedores que arrastra el tren espacial, pero aprecen inactivos. En el curpo principal del navío hay varias docenas que se mueven sin un patrón de comprotamiento aparente.

Daswalken y Tomiko se arrastran tras Reynolds al interior de la esclusa. El uno dolorido y la otra torpe y temblorosa. -Mierda -Dice la chica, y se la escucha por la radio que aún no sabe usar correctamente. Aún así, sujetándose la pierna, el capitán de la Sombra se las apaña para ayudarle a entrar.

Una vez a salvo en la Intrepid, mientras Reynolds comprueba los indicadores, todos os quedáis atentos a la linea de comunicaciones... nada, solo niebla y el tren espacial no estalla...

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La sombra se mueve y acelera. El Nautillae hace un giro preciso, para acercarse a la Intrepid con el Chamaleon a modo de pivote, alejándose de esa bomba potencial. Sus maniobras son cautelosas y parecen recelosos del posible armamento de la Intrepid.

La Sombra se mueve bajo la mano del pequeño y talentoso robot y acaba situándose bajo la fragata crustáceo, sigiéndola de cerca bajo la quilla, a algunos metros por detrás.

-Sara, empieza con las evasivas.- dice Reynolds refiriéndose a la serie de maniobras que Sara tiene previstas en su programación para este tipo de situaciones tácticas -Vamos a distraerlos, necesitamos ganar tiempo y determinar donde están los de nuestro grupo para que la nave oculta destruya o o a la que nos va a atacar.-
A Reynolds le sonó raro decir "nuestro grupo" pero dadas las circunstancias no se lo pensó demasiado, se giró encarando a Daswalken y le dijo:
-Esos puntos rojos son las formas de vida en el tren, dígame alguna cosa particular de los que estamos buscando a ver si el escaner de Sara puede diferenciarlos del resto.- y agrega, a modo de comentario -Y por cierto... bienvenidos a bordo, pónganse cómodos.-

-No hemos recibido ninguna comunicación de ellos, estoy preocupada, si siguen ahí dentro están en un gran peligro, es probable que las explosiones se extiendan por el resto de la nave.

Siguiendo las órdenes del capitán voy modificando los parámetros de configuración de la centralita para llevar más energía a los motores y poder movernos más rapidamente o iniciar acciones evasivas si llegara el caso.

-Para seguir con el camuflaje al 100% y poder aumentar la potencia del motor al máximo deberemos renunciar a las armas capitán. De momento he anulado el laser y transferido la energía sobrante al motor, ¿desactivo los cañones de munición sólida?

Era una díficil desicisión, nos quedaríamos si poder atacar si llegaba el caso, pero nuestra capacidad de maniobra sería muy alta.

Al oír el último mensaje enviado a Daswalken Reynolds parece recordar algo, y le dice a Sara -Sara, también busca algún sitio seguro para saltar, por si acaso...-

A bordo de la Intrepid:

-En acción, Capitán. -El holograma de Sara desaparece y la posición relativa de los objetos mas allá del parabrisas empiezan a moverse. La Nautillae, que un instante antes se dirigía en linea recta hacia vosotros desaparece de vuestro campo visual. La construcción de la Intrepid es sólida, pues apenas se nota la aceleración, la fuerza de los motores y aparentemente la estructura no se ve sometida a grandes presiones.

La Intrepid se mueve ágilmente describiendo una curva y girando sobre si misma para representar un blanco más difícil y más reducido a la fragata enemiga, pero ésta parece haber detectado a la Sombra y tansolo os dispara una vez antes de dar la vuelta y encararse hacia la anve invisible, que Sara no consigue detectar.

Un fogonazo, una chispa de fuego rápidamente extinta por la ausencia de aire en el costado del Nautillae y en lo que dura un parpadeo sentís un impacto sobre uno de los cristales de la cabina, que queda horriblemente rayado por profundos surcos. Por suerte no se abre ninguna fuga y Sara baja uno de los paneles de blindaje sobre el panel afectado.
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Mientras, en las consolas, los simuladores calculan los posibles movimientos durante la refriega, pero en la mayoría de los casos no disponen de datos suficientes como para dar resultados realistas. Y en una ventana se ven los cálculos para realizar un salto supralumínico, que tardarán aún unos minutos debido al desconocimiento del cielo de ese lugar del espacio, lo que reduce el trazado de rutas 100% seguras.

Los escaneres apuntados al Chamaleon muestran cómo los grupúsculos de manchas atenuadas, criaturas órganicas pero extrañamente sin vida, se reunen alrededor del grupo "humano" de popa y los eliminan uno a uno hasta el exterminio absoluto. Solo queda el grupo de proa, pero no aprecen moverse del sitio.

Daswalken y Tomiko no logran entender el idioma extrangero de la interface.