Partida Rol por web

Buzz: Capitan! han cambiado las cosas aqui. Hemos hecho retroceder a los biosoldados, pero no hagan vacio a menos que se los pida, hay muchos heridos. Dadme unos minutos mas.

-¡Bendito garromeano! Parece ser que ha conseguido tiempo. Nos traeremos a la chica y luego buscaremos a Madok. Lil, tu sobrevuela camuflada al Nautillae y dispárales con los cañones de munición solida. Al estar amarrados no podrán maniobrar y con el camuflaje les será imposible responderte. Aunque estoy preocupado por eso de los heridos. ¿Los heridos de quién?

¡Vamos!

Después me dirijo a la exclusa de salida mientras cierro de nuevo mi escafandra.

-Perfecto.- dice Reynolds mientras se agarra al cinturón de Daswalken. mientras no se siente seguro al tener que abandonar su recién recuperada tranquilidad en un entorno normal.
La verdad es que Reynolds no tiene la menor gana de ir otra vez a la nave extraña, pero se ha prometido ayudar a esta gente y es exactamente eso lo que hará.

—Que susto me has dado Alfie!! —exlamó Lilian—. La próxima vez haz un poco más de ruido.

—Lo lamento —se disculpó Alfie—. La próxima vez que me aproxime a ti por la espalda, emitiré algún sonido.

Un desagradable chillido metálico inundó la cabina de mando, por tres segundos.

—¿Así está bien? Consultó Alfie.

—Ahora estoy esperando las órdenes del capitán —prosiguió Lilian—. No te preocupes, rescatar a Buzz es nuestra máxima prioridad, no dejaremos que le pase nada malo.

—No me preocupo —replicó Alfie—. No creo que pueda hacerlo. Aunque podría intentarlo. ¿Qué hacen los humanos para preocuparse?

—Comprueba los niveles de potencia del motor y el estado de los sensores —le ordenó Lilian, muy concentrada en su terea—. Voy a transferir parte de la energía al camuflaje de La Sombra.´

Alfie enlazó su conciencia a la computadora de control de navegación y solicitó un reporte de performance de cada componente de la nave.

—Impulsor de Gravedad a 95 por ciento de capacidad óptima. Reactor de Fusión a 80 por ciento. Radares activos y pasivos a 95 punto 85 de capacidad.

Me llevo las manos a la cabeza cuando en la cabina comienza a sonar un estridente y molesto sonido metálico.

-Creo que algo menos llamativo estaría bien, así seguirías dandome un susto de muerte, a mí y al resto de la nave.

Al oir la confirmación del Capitán y también la de Alfie de los niveles de los distintos apartados de la nave cojo con fuerza los mandos y voy dirigiendo a La Sombra hacia el objetivo. Habrá que ponerse en una posición ventajosa con respecto a la Nautilae, porque aunque contemos con la protección del camuflaje a veces las cosas pueden no salir tan bien como planeamos. Mientras doy comienzo a las primeras maniobras de acercamiento sigo la conversación con Alfie.

-Pues nunca me había planteado como hacemos para preocuparnos, simplemente lo hacemos. Cuando alguien o algo que nos importa está en peligro nos preocupamos. Supongo que a tí te pasa igual con tus acciones, simplemente haces lo que está programado. Es un asunto complicado...

Ya nos habiamos acercado bastante, así que comenzé las maniobras para poner a la Sombra en posición. La pondría paralela a la otra nave pero en una posición ventajosa para nuestras armas, intentando dejar fuera de ángulo las armas enemigas y a su vez con La Sombra preparada para salir de allí si la cosa se ponía fea.

-Capitán estamos en posición y listos para disparar, esperamos tu orden de confirmación antes de abrir fuego. En mi tiempo de instrucción como piloto en la Dart Corp siempre nos habían insistido en cofirmar las órdenes cuando se trataba de abrir fuego con otra nave.

-Alfie, transfiero a tu monitor los controles de la nave, si algo va mal aprieta el botón de propulsión y saldremos disparadas, yo tomaré los controles de disparo.

-Capitan Daswalken...- dice Reynolds que está al tanto de la situación por los comunicadores -... creo que sería mejor evacuar a los de la nave y traerlos aquí antes de disparar, por si tenemos que salir huyendo. Aquí estaríamos un poco apretados, pero probablemente mejor que en la linea de fuego.-

-Querido Capitán, no creo nuestros cañoncitos de munición solida puedan agujerear esa fragata. Confío en que almenos les distraigan. ¡Vamos! -Y en ese momentos, justo cuando se cierra la esclusa exterior, le doy impulso a los propulsores y slimos despedidos de nuevo hacia el Chamaleon.

-¡Lil, abrid fuego, pero solo con los cañones de munición solida!

Una sacudida, y las ventósas de las patas de La Sombra se desprenden del casco. Abordo sentís un ligero cambio de gravedad cuando los giroscópios reconfiguran los estadios de habitabilidad, pero solo dura unos segundos, y en cuento la electricidad deja de pasar por los electroimanes de las ventosas, os desprendéis del todo y en la cabina se encienden una docena de indicadores.

A la par que los cuerpos de los astronautas Daswalken y Reynolds se deslizan con aparente tranquilidad hacia el gigantesco tren espacial, la nave contrabandista los "sobrevuela" a un centenar de metros y antes incluso de que ellos lleguen al casco que les da la bienvenida, La Sombra cruza sobre la arista del casco del Chamaleon y las pantallas muestran inmediatamente a la fragata con forma de crustáceo pegada justo delante del puente de mando. Todo el ventanal está cubierto por masilla de contención y el conjunto tiene la apariencia de estar fuertemente unido.

Tras un giro brusco con el que Lil pretendía apuntar los cuatro cañones (dos a proa y dos a popa), tansolo logra situar dos de ellos ante el objetivo (los de popa)*.

-Camuflaje activado. -Dice la IA cuando el ordenador de abordo termina el chequeo de errores estándar.

Fuera, bajo la bóveda estrellada, en el tiempo que dura un parpadeo, una suerte de ola fulgurante recorre el casco de la Sombra y al instante siguiente a no está en su sitio, una invisibilidad casi perfecta la oculta.

Buzz:Capitan! evacuen la nave!, El charmeleon esta por estallar! A menos que Alfie pueda ayudar en algo. La IA de la nave no puede controlar el reactor. Creo que fui yo. La nave hará colapso en bre...

Buzz escucha un ruido, y se queda mudo, sin poder articular palabra. Lo que estan viendo sus ojos... es algo que no esperaba.

Ese que esta ahí es Madok? dice aun por el comunicador. Por fin aparecio el muy idiota... pero que carajo lleva encima?... Parece una cabeza humana, pero en un frasco... Luego reacciona, y le dice a Nakom: Capitan, aparecio Madok, la nave esta por estallar, encontrare la forma de salir de aqui, no se preocupen.

La maniobra de aproximamiento final no me sale bien y no logro colocar la nave correctamente, tan solo podré disparar con los cañones de popa de momento. Un poco fastidiada por no haber podido maniobrar bien dirijo mis manos hacia los controles de los cañones de popa después de haber recibido la confirmación de Nakon de abrir fuego sobre la fragata.
Marco cuidadosamente el objetivo, intentando no fallar. Los primeros disparos, sobre todo cuando se tiene una posición ventajosa como la nuestra siempre suelen resultar determinantes en cualquier enfrentamiento.

-Fuego!!! Grito mientras aprieto los botones de disparo.

-¡Vamos! -Me agarro al saliente del hueco de entrada y me deslizo dentro, cayendo pesadamente dentro del puerto de atraque de babor cuando la gravedad artificial tira de mi. -¿El traje, tienes el traje? ¡Si esto va a estallar tenemos que darnos prisa, tu coje a la chica que yo ayudaré a mis compañeros!

-Perfecto.- dice Reynolds y sale disparado hacia donde está Tomiko. Sabe que no hay tiempo que perder y cualquier cosa que pase se enterará por los comunicadores.

Mecánicamente, los cilindros de diversas aleaciones que componen la estructura de los cañones, giran sobre sus bases blidnadas y apuntan a la fragata Nautillae. Un instante después, cuando el pulgar de Lilian levanta la tapita de seguridad y pulsa el disparador, dos fogonazos salen disparados de la aparente nada (pues la sombra es invisible en ese momento) e impactan contra el casco curvo y estilizado del objetivo. El primero de los afilados proyectiles rebota contra la superficie de acero consiguiendo poco más que una abolladura mientras se aplasta deformandose hasta tener la forma de un disco.

El segundo disparo, sin embargo, se hiende profundamente entre dos placas de blindaje provocando un escape de aire y presión que empieza a sellarse mediante los sistemas automáticos.

H. Reynolds:

Nakon se aleja por el pasillo inexplorado tras darte la mano y tú te vas por el lado contrario, buscando la escotilla número 3. Al abrirla y entrar en la ya conocida sala de hardwere, donde conociste hace apenas una hora a los tripulantes de la SOmbra, te das cuenta de tres cosas; una, no hay aire; dos, un fluorescente parpadeante de color rojo informa de una alarma. Y tres, Tomiko te mira preocupada desde el otro lado de la escotilla 4

-Bien le hemos dado Alfie!!! digo con satisfacción al ver como el segundo disparo hace un buen blanco en el objetivo. Aunque no será suficiente, necesitaremos muchos más si queremos hacerles daños serios, intenta maniobrar la nave para poder utilizar todos los cañones.

Abro las comunicaciones hacia el capitán.

-Capitán uno de los disparos ha hecho blanco, pero me temo que no será suficiente. Estamos intentando maniobrar para tener máxima capacidad de tiro.

Sigo disparando contra el objetivo con los cañones disponibles.

Reynolds le muestra el traje a Tomiko y luego hace dos cosas. Primero trata de cerrar la escotilla de la sala de hardware y segundo le pide a Sara que analice lo que pueda de la nave para determinar cual es la alarma de la luz parpadeante.

-¡Joder!-Maldigo

Nada ha salido como habiamos planeado, nuestro objetivo era un maldito tren lleno de soldados bionicos que podian "respirar" y actuar en el vacio del espacio, la misión que supuestamente iba a darnos pingües beneficios se habia convertido en una misión de rescate de unos seres de otra galaxia, y por si fuera poco dos de mis hombres se encontraban en serios apuros, y lo peor de todo es que ¡No podia hacer nada para ayudarles!

-¡Lilian!-dije por el intercomunicador mientras volvia a salir por la escotilla al exterior-¡No dispares mas! Buzz y Madok estan atrapados ahi dentro, y el trasnporte va a estallar ¡Su unica oportunidad es intentar escapar en el Nautillae!

-Escuchame Buzz, vuestra mejor oportunidad es huir con el Nautillae se que esa nave estará repleta de enemigos, pero al menos también son enemigos de nuestros enemigos y querran salir con vida de allí. Si se te ocurre una idea mejor, o alguna manera de salir de esa sala al exterior ¡dinoslo! y te recogeremos con la Sombra, pero por el amor de dios ¡Si quiereis cobrar la nomina de este mes, salid de ahí vivos!

Intento aclarar un poco las ideas en mi cabeza, el estres de la situación y tantas variables inesperadas, esta poniendo a prueba mis nervios. Vuelvo a llevarme la mano a la pierna, el dolor empieza a ser soportable, pero aun así eso no ayuda a que consiga pensar mejor.

-Reynolds, daos prisa, os llevaré a ti y a tu compañera de nuevo a vuestra nave.

Alfie:

Estás sola en la cabina de la Sombra, Lilian se ha marchado a controlar el disparador y te ha dejado encargada de modificar el rumbo. Te sientas en el ancho asiento del piloto, claramente ideado para frágiles humanos.
No es un puesto diseñado para tu tamaño, sois de escalas diferentes. Tus piernecitas robóticas cuelgan como péndulos del acolchado, los brazos laterales del sillón te quedan grandes y el enorme panel de mandos, dominado por el grueso parabrisas, se exiente ante ti iluminado por cientos de luzecitas led. El grueso joystick del piloto se alza seguro y señorial entre las piernas del que ocupe el puesto, a la altura de sus rodillas. A tí, sin embargo, te queda un poco lejos y la única manita que conservas lo sujeta fuertemente gracias los músculos hidráulicos, metiendo los delgados dedos inertes en las hendiduras pensadas para manos más gruesas y rechonchas.

No obstante, conoces la funcion de los indicadores, los cientos de controladores y sabes leer la información de las pantallas que componen los medios para menejar ese trasto espacial.

Reynolds:

No alcanzas a entender los pormenores de la arlarma, pero parece de importancia en la escala de prioridades de la nave.
Al darte la vuelta, en la pared del habitáculo, sobresaliendo sobre un mamparo, ves el sencillo panel de mandos que controla la presión de esa pequeña cabina, está a la vista pues es importante preservar a salvo el gruso de los ordenadores de la nave.
Pulsas un botón y la sala de hardwere se llena de aire y presión. -¡Al fin! -Dice Tomiko en chino, y atraviesa el pequeño umbral. Parece asustada. -¡Creí que me habíais dejado atrás!

Inmediatamente le pasas el traje y se lo pone apresuradamente encima de la ropa deportiva que lleva. Listos y preparados, Tomiko estudia los controles del comunicador de muñeca y asiente con la cabeza cuando termina de enganchar la junta hermética de la escafandra plegable. Entonces pulsas de nuevo el botón y el aire es absorbido rápidamente por los estractores especializados. Unos segundos de tensión silenciosa y el indicador se torna verde fosforito de una vez, podéis pasar y nada más deslizarse la compuerta hacia arriba corréis por el corredor hasta encontraros de nuevo con Nakon en el puerto de atraque de babor.

Aquel puerto de atraque donde te habían recibido horas antes y, traidoramente, te habían echo prisionero.