Partida Rol por web

Al salir del hangar de la Sombra os sale al paso Jymmi, que, a pesar de sus doloridos huesos, adopta una pose marcial y os tiende una tarjeta-llave, muy comunes hacía unos setenta años, pero anticuadas ante los sistemas lectores de ADN.

-El señor Smith. -Dice con su cansada voz chillona. -Dice que cojáis su Aero-Cadillac, al cual ya le ha instalado el remolque y que así podréis traer el pedido. Él ha cogido el utilitario de siempre.

-¡Ah! -Añade antes de regresar a a su garita. -¡Dice que ni un arañazo!

Jimmy, ¿cuando le hemos dañado el cadillac a Samus?, bueno, lo de aquella vez no fue culpa mía, me embistieron; y lo de la otra vez... en fin, mejor que las balas impacten en el deslizador y no en nosotros, no?

Tras recoger la tarjeta-llave le hago un gesto de despedida a Jimmy y mientras monto me dirijo a Lilian. ¿Y si comemos en el Somer?, el cuchitril que está en la misma manzana que el taller,¿sabes cual te digo?, tomamos algo rápido y recogemos las piezas, no vamos muy sobrados de tiempo. ¿Te viene bien?

Me quedo sorprendida ante las palabras de Smith. El jefe quiere que cumplamos con esta misión lo antes posible, dijo que nunca más nos iba a dejar el Aero-Cadillac Era, después de La Sombra la pertenencia más querida de Samus, una vieja joya rescatada milagrosamente de acabar como chatarra hacia algunos años. La habia encontrado en un sistema lejano, en uno de sus viajes de negocios y se habia encargado de traerlo hasta Nueva Jamaica y repararlo. Nadie que viera pasar el Aero-Cadillac de Samus negaría que no acababa de salir de la fábrica, si su fabricación fuera posible hoy en día.

-En el Somer? Supongo que es la mejor opción, aunque todavía no entiendo como te gusta esa comida, todavía me pregunto si usan aceite de motor para cocinar, la ultima vez lo parecía. No me gustaba demasiado comer fuera de mi casa y saltarme alguna de las comidas de mi madre, la mejor cocinera de Nueva Jamaica.

Me acerco al Aero-Cadillac y me siento en el puesto del copiloto.

-Si no te importa llamaré a mis padres por el camino, me esperaban a comer. Le digo a Nakon mientras entra en el coche.

Nakon y Lilian montan en el aero-deslizador descapotable con un enérgico salto lleno de juventud. De elegantes formas y colores brillantes, el Cadillac de Smith, junto con el remolque, se elevan medio metro mientras los motores de repulsión zumban suavemente.

-Sujetate, nena. -Dice Nakon, a modo de broma, calzándose unas gafas de sol y pisando el pedal del acelerador. El vehículo se pone en marcha, y al pasar frente a la garita de Jimmy, éste, os saluda con un gesto.

Recorréis las sucias calles de Nueva Jamáica levantando el polvo del asfalto y os metéis en el carril-autopista, que está elevado sobre enormes columnas de hormigón armado y que recorre la ciudad de punta a punta. El sol os dá en el cogote y la larga melena de Lilian se estremece salvajemente con el viento. Al tiempo un enorme camión de cargas pesadas que recorre el carril de al lado, se situa paralelo a vosotros adelantándoos. Desciende la ventanilla y un hombre grueso, de brazos peludos y melena grisácea os mira sonriente, asientiendo con la cabeza y con el pulgar del brazo levantado. Una canción del antiguo siglo veinte suena a todo volumen desde su radio.

A unos metros, aparece el desvío para meterse en el barrio, un arrabal, del otro lado de la ciudad. Allí está el taller de Fergus y el restaurante Sommer.

Nakon coge el desvío sin dejar de acelerar y en cuanto salimos de la autopista se alza ante nosotros el caotico barrio donde se encuentra el taller. Todas las calles están sucias y llenas de basura y mientras pasamos la gente se queda mirandonos, al fin y al cabo un humano y una cíclope montados en un Aero-Cadillac descapotable y arrastrando un viejo remolque que apenas se tiene en pie no es una imagen que pase desapercibida en muchos sitios.

Nakon conoce a la perfección esas calles y coge la ruta más directa hacia nuestro destino, al fin y al cabo no es un buen barrio para andar dando rodeos ni deleitandose con la vista, lo peor de la sociedad de Nueva Jamaica está reunida en este deprimente sector.

-Ahí tienes un buen sitio capitán!! Le digo mientras señalo un trozo de carretera vacío al lado de la cera. Está casi enfrente del Somer y mientras comemos no lo perderemos de vista, si le pasa algo al coche Samus tendrá que abortar la misión por falta de personal.

Nakon asiente con la cabeza mientras dirige el Aero-Cadillac hacia el lugar indicado y en una maniobra hace detenerse el vehículo justo al lado de la cera.

Salgo del coche de un salto.

-Será mejor que dejemos puesta la capota, no me fío de nada en este barrio.

Cuando nos aseguramos que el coche está correctamente cerrado nos dirigimos juntos hacia el Somer.

No podía quitarme la sonrisa de la cara, llamabamos la atención aunque no quisieramos y la verdad, me gustaba.

Cita:

Ja ja ja, ni aunque dejaramos una torreta automatica de defensa estaría seguro el Cadillac. Pero en fin, viendolo desde el Sommer me siento suficientemente seguro.

Seguimos caminando hacia la entrada, el rótulo luminoso parpadeante que parecía que llevaba siglos sin renovarse marcaba con una flecha roja luminosa las puertas automaticas de entrada. Al llegar la abro, -Las damas primero.Y con gesto reverencial y una carcajada dejo pasar a Lilian.

Dentro se respiraba el mismo olor a inmundicia que en el resto del barrio pero mezclado con algún tipo de especias aromáticas. El dueño y camarero, Nidell, tenía una máxima. "Si huele bien, sabe bien", como se notaba que los de su raza no tenían papilas gustativas en la boca...

Nidell! Muy buenos días. Acto seguido tomamos la mesa que meor perspectiva nos daba de la calle y en consecuencia del cadillac.

Respira hondo, ¿no te recuerda al lubricante de los moteres magneticos de la Sombra?, le susurro a Lilian.

No sabía por que, pero este antro, adornado de forma retro con sus cuadros no holográficos, lámparas colgantes y barra de madera auténtica, me ofrecía una sensación de tranquilidad que rara vez encontraba en otros sitios.

Vamos a echarle un vistazo a la carta. A ver que delicias del día encontramos hoy. Digo en tono socarrón.

Con una media sonrisa de desagrado cojo uno de los trípticos que hay sobre la mesa, donde espero encontrar algún "suculento manjar" que sacie mi apetito. Al menos tengo muchísima hambre hoy, eso seguro que ayuda a tragar lo que sea. Al intentar separar las hojas plastificadas noto como los restos de grasa que las mantenian pegadas van cediendo y se abre ante mí un sinfín de platos combinados de lo más variopinto. Total al final pidas lo que pidas dirá que ya no le queda y acabaremos comiendo lo de siempre. Voy recorriendo con mi ojo toda la lista hasta que al final encuentro uno de mi agrado.

Creo que pediré el número 25, aquí pone ensalada con salsa de queso y trozos de... Buaggggg Le digo a Nakon Trozos de jamón!! Es que una vegetariana ya no puede comer en esta ciudad!!? digo indignada. Le diré que me quite el jamón!!

Después de haber tomado la decisión, nunca era fácil decidirse en el Sommer, miro a Nakon mas tranquila.

-Y tú? Ya has decidido con que bazofia envenenarte?

Si, si, si!. Digo sin quitar la vista de la carta. Nidell, ya estamos.

Mientras esperamos a que nos tome nota, le digo a Lilian, -Je je, yo me voy a tomar el especial carnes flambeadas, si no recuerdo mal son cuatro tipos de carne cubiertas con la salsa especial Summer. Nunca supe ni de que carne se trata ni de que lleva la salsa, pero... ¡como me gusta!

Era extraño, cada vez había menos clientela en el Summers cuando siempre estuvo lleno... Supongo que en realidad Lilian tenía razón, era un antro apestoso con mala comida condenado al fracaso.

-Y será mejor que no lo averigues nunca!! Es mejor que te lo comas sin pensar, como siempre...digo a Nakon con una sonrisa de complicidad.

Me dirijo hacia Nidell y le digo:
-A mí ponme el plato 25, el de la ensalada, pero asegurate que no lleve ni jamón ni ninguna otra cosa de esas que llamas carne...Odio tener que separarlas luego y hoy no tenemos tiempo Nidell.

Cuando me aseguro que ha tomado nota de todo y ha entendido el mensaje añado:

-Para beber traeme una gaseocola, como siempre. Y tu Nakon, que quieres?

Nidell apunta el pedido en una libreta de notas, vieja y cochambrosa. -Ya va... ya va... -Dice sin ganas, y se aleja con el ceño fruncido hacia la cocina.

-¡¡Salvattore!! ¡¡Duo merdas per il duo insoddisfatto de clienteli repolonis!! ¡¡Mama mia, llamare bazofia il mia insaladilla!!*

Quince minutos después Nidell aparece con sendos platos de comida,dícese que parecidos a lo que habíais pedido.

-Que les aproveche. -Añade sonrriente.

Nidell deja los dos platos encima de la mesa y tanto Nakon como yo comenzamos a comer, si bien es cierto que él come con mas ganas. A veces pienso que realmente le gusta eso...

-Me alegra que hayas venido conmigo, no tenía ningunas ganas de ir al taller sola digo mientras meto un trozo de algo vegetal, aunque su gusto sería mas próximo al plastico, en la boca.

Mmm, sabe exactamente como lo recordaba! Digo con la boca medio llena.

Cita:

Si, puedo imaginármelo, los hombres normalmente solo pensamos en lo Único, pero Fergus... es un caso aparte, si no fuera por los buenos precios que solemos sacar con él...

Según acabo de comer pido la cuenta. Acaba tranquila, vamos bien de tiempo, voy a ir pagando.
Hago un ademan a Nidell, rápidamente me trae el SCI(sistema de cobro inalámbrico, como un tpv pero en el futuro XD). Para trabajar no se da mucha prisa, pero cuando se trata de cobrar pierde el culo el muy cabrón.
Introduzco mi chipjeta en el SCI pongo el dedo en el lector de huellas dactilares... y bualá! en cuestión de microsegundos... BIP BIP, OPERACIÖN ACEPTADA, BIP BIP

Mientras Nakon paga la cuenta revuelvo un poco lo que me queda en el plato, sin ninguna intención de acabarmelo y apuro mi vaso de gaseocola, lo único que ha merecido la pena de la comida.

-Gracias por la invitación Nakon, pero la próxima vez pagaremos a medias, no soy ninguno de tus ligues. le digo sonriendo eso sí, mejor comemos en otro sitio...

Como ya no tenemos nada que hacer en el restaurante nos levantamos y nos dirigimos al coche. Respiro profundamente antes de montar en él y lleno mis pulmones de aire. Aunque en este barrio no huele nada bien, cualquier cosa es mejor que el pestilente olor del taller.

-Bueno pues vamos hacia allí, espero que lo tenga todo listo.

Nakon dirige el coche un poco más adelante hasta una avertura oscura en medio de una pared, tenuemente iluminada por apenas cuatro luces, nuestro Aero-Cadillac va iluminando las estanterias y cajas apiladas contra las paredes y llenas de piezas de desguaze. Este sitio es un completo caos, no me extrañe que nunca tenga los pedidos a tiempo, si no debe encontrar nada...

Detenemos el coche en mitad del taller y nos disponemos a salir.

-Mejor habla tu con él, mientras yo iré abriendo el remolque.

Salimos del coche los dos y yo me dirijo hacia la parte de atrás para ir abriendo y acondicionando el remolque para las nuevas piezas.

Arranca el aerodeslizador y avanza lentamente por la estrecha callejuela, no conbiene que el remolque se golpée. Nakon gira el volante y torcéis por un desgastado callejón, más o menos amplio en el cual, a unos cincuenta metros de la entrada, hay a un lado dos enormes aberturas, siempre abiertas de par en par. Tal es el conocidísimo taller de Fergus.

La siniestra sombra del edificio a cuyos pies os halláis proyecta una oscura sombra a lo largo de todo el callejón de tal forma que casi parece el anochecer. El lugar perfecto para una emboscada. Bajáis del cadillac, y mientras Lilian se dirije hacia el remolque, Nakon da unos pasos a través del taller.

-¡Sèñor Dàswaaalken! -Dice una voz odiosa, con un extraño acento. De entre las sombras, precedida por un sonido de pasos repiqueteante, aparece una figura ancha y maliciosa. Es Fergus, un siniestro caudillo de los barrios bajos, a pesar de lo que pueda parecer. Viste una larga gabardina negra, bajo la que es fácil ocultar un arma, y sonrríe extrañamente.

-¿Hàs venido soooolo? -Añade con aire hipócrita, pues ya ha visto a Lilian.

Tras meter el cadillac, aún intacto, en el callejón, asiento con la cabeza a Lilian. Si yo fuera ella tampoco me gustaría un pelo tener que soportar gentuza de este calibre.

Debido a la siniestra oscuridad que siempre hace gala en el taller, apenas puedo ver nada, solo estanterías desordenadas y montones de chatarra diversa agrupada en desordenados montones...

Cita:

Vaya, ahora soy señor... Todo un halago Fergus, todo un halago,digo en un tono del que se denota cierto desprecio con un poco de respeto, no precisamente a mi interlocutor pero sí a la posición que ostenta.

Parado, bajo uno de los pocos focos de luz operativos y brazos en jarra hago un pequeño disparo verbal evitando responder a la hipócrita pregunta de Fergus.Parece que no solo tu taller necesita una reforma, quizás también deberías revisarte la vista.De mi mirada se desprendía un claro grado de desafío acompañado de una sonrisa de medio lado.

Aún sosteniendo la mirada a Fergus comienzo a caminar hacia él, de forma inconsciente me mantenía en un estado de alerta y tensión considerables. Siento no tener mas tiempo para que disfrutes de nuestra compañía, le digo señalando con el pulgar por encima de mi hombro hacia donde Lilian se encontraba, así que alégrame el día y dime donde está el pedido para que podamos salir de aquí de una puta vez, amigo.

Al oir la voz de Fergus un escalofrío recorre todo mi cuerpo y hago un gesto con el cuerpo hacia el interior del remolque en un intento de mantenerme lo más oculta posible, aunque se que Fergus me ha visto ya. Si ha llegado a ostentar esa posición es porque muy pocas cosas escapan a su vista y a su control en este barrio.
Sonrio al escuchar la conversación con Nakon, ya que sé que no lo traga y si no fuera porque estabamos obligados a trabajar con él sospecho que habria más que palabras.
Cuando termino de hacer todo lo necesario para acondicionar el remolque me quedo en la parte de atrás disimulando como si todavía estuviera haciendo algo.
No pienso acercarme hasta que el capitán sepa donde están nuestras piezas y tenga que ir a ayudarle, cuanto más tiempo lejos de ese tipo mejor.

Fergus frunce el ceño primero, luego sonrríe, y pasando la mano sobre el hombro de Nakon, le dirije hacia el interior del garage.

-Rèlajeseee amigo mio.... Le noto muy tènsooooo. ¿Le puedo invitar a una copa?

Se acerca a una sucia y destartalada neverita y saca tres vasos y una botella.

-Què timida es esta chica... -Añade mientras empieza a llenar los vasos con el líquido verduzco que contiene la botella.

Veo a Fergus sacar los tres vasos y no puedo hacer otra cosa que tragar saliva. Aquello era un gesto inequivoco de que Fergus deseaba beber con Nakon y conmigo y una cosa era intentar escurrir el bulto mientras fuera posible y otra muy distinta rechazar una invitación tan clara, por muy repulsivo que fuera Ahim Fergus, nunca convenia contrariarle abiertamente. Respiro profundamente y poco a poco voy saliendo de detrás del remolque y me voy acercando hacia donde se encuentran Nakon y Fergus, colocandome de tal manera para que Nakon se quede en medio.

-Hola Fergus, veo que hoy te sientes generoso con tus clientes. cojo uno de los vasos con líquido verde pero de momento solo lo sostengo y no me lo llevo a la boca. Espero que tengas todas las piezas que te pedimos, si volvemo sin ellas Samus nos matará. Era mentira, Samus nunca haría eso pero no quería estar allí mas tiempo que el necesario.