Partida Rol por web

Alma viendo que la dejaban sola ante el peligro echó patas tras el resto de sus compañeros a esconderse en el arbusto del que habia salido el tipo raro ese lameculos de la reina.
Por el camino pudo ver cómo Curt, o lo que hasta hacía un momento aún era el extremeño, se intentaba lanzar como un loco poseso a por el pastelito de la realeza mientras Lorena y Max lo impedían con tanta brusquedad que dejó de ser Curt...

Tipo curioso este, cada vez que una de despista desaparece y viene alguien nuevo... piensa la maña desconcertada pues su neurona estaba descansando tras haber logrado sacar buenas palabras ante la reina.

Todo ocurre muy rápido. Antes de que me quiera dar cuenta, Curt casi se zampa a la Reina de los Pastelitos y Borbón, por no hablar de qué, cuando lo detienen, se transforma en una tía. Lo que nos faltaba, ahora resulta que el tío este es travelo... Con tanto cambio, parece Mortadelo versión transexual.

Tras este incidente, y el consorte la Reina diciendo chuminadas, caigo en la cuenta de que me han llamado por la espalda. Así que, decido buscar a nuestra querida y adorada pequeña mujer-hada por la sala... ¿Seguirá convertida en un pastelito?

El grupo entero hizo caso a las indicaciones del andoba, y se retiró lejos de allí, no fueran a caerles más rayos polimorfantes de esos (o como se diga), después de que el Padre P. Piscinas terminará por tirar la toalla al intentar distinguir a la Hadita Campanillera Aliviada de otros cuarenta y siete pastelitos de arándanos desperdigados por la zona que le gritaban lo honrados que estaban de conocer a un Druida del mundo exterior.

Una vez fuera de la vista de Morningstar, La Maravillosa Reina de los Duendes y los Pastelitos, esperaron a que las cosas se calmaran para terminar de huir de aquella fiesta de locos sin que nadie se percatara de ello, pero el mismo tipo que les recomendó que se escondieran hizo acto de presencia a su lado.

-Menuda la que habéis liado, se nota que no sois de por aquí. Dijo el tipo. Hay que tener cuidadín con lo que se dice delante de mi pichurri, que tiene un pronto que no veas, todos los habitantes del Subwayworld lo saben. Soy Germinio "lobo Malo" Gomez, Señor de la Orden del Germen y marido de la reina, y por cosiguiente, rey de estas tierras. A ver, ¿Qué es eso que decíais que buscáis? Será mejor que os saque de aquí antes de que terminéis convertidos en merengues... que ya veo que la capacidad del ser humano para meter la gamba, no ha menguado desde que dejé el mundo exterior. ¿Cómo llegasteis hasta aquí? A los no sintientes no se les está permitida la entrada a nuestro reino.

-Oye, no sintiente lo serás tú, que algunas somos muy sensibles...

Un sollozo salió de la garganta de Ana, ofendida por el cruel comentario del Lobo Malo ese. Que aunque una tenga unos redaños que no le caben en la boca ni a Yola Berrocal no implica que no tenga su corazoncito.

Pues a ver... Buscamos la entranda subterranea al Congreso de los Diputados, porque tenemos a unos amigos encerrados ahí dentro. Los que nos han dejado bajar aquí han sido otros amigos para rescatar a nuestros otros amigos, aunque los que nos han dejado bajar no son los mismos amigos que los amigos que tenemos que rescatar, son otros amigos. Está bastante claro... ¿No?.

Dicho esto, mi nombre es Padre Pepito Piscinas... Nuestro lider se supone que es aquel de allí -diciendo esto, señalo a Curt- Pero creo que ahora mismo se encuentra en un estado un poco... Alterado... A lo que iba. Luchamos contra Alejo, y necesitamos rescatar a nuestros amigos atrapados para ello... ¿Nos llevará a la entrada, Señor Lobo Malo?

Germinió parpadeó varias veces, mirando con cara de circunstancia al Padre P. Piscinas despues de que este le soltara semejante trabalenguas capaz de hacer patinar las neuronas al más pintado.

-Esto, sí vale. Lo que diga usted, padre. Respondió al Padre P. Piscinas, para luego girarse hacia los demás y decirles a estos: Creo que he entendido que estáis viajando al Congreso de los Diputados, si lo que quereis es marcharos de aquí, por mí encantado. No quiero problemas diplomáticos con la gente de la superficie, sólo nos faltaría ahora que los Fanhunters bajaran aquí a hacer prácticas de tiro con las hadas. Además, ya habeis cabreado a mi parienta una vez, y hoy no me apetece dormir en el sofá.

El hombre asomó su napia por encima del arbusto y llamó a alguien.

-¡Ebaristo! Haz el favor de venir pa´cá, anda. Que tengo un trabajito para tí.

El tal Ebaristo hizo acto de presencia ante el requerimiento de su señor, y ante los rebeldes se presentó un tio ataviado con una raida túnica marrón.

-A ver Ebaristo, está gente tiene ganas de marcharse con viento fresco de nuestro reino y tú les vas a acompañar. ¿Sabes donde cae el Congreso de los Diputados? Pues te vas a ir con ellos y les abres la entrada, que para eso te pago. Así que arreando.

Dicho aquello, Germinió dió un fuerte apretón de mano al Padre P. Piscinas y se despidió del grupo.

Alma se quedó callada pues el cura ya habia respondido a las preguntas formuladas por el tío raro ese marido o novio de la loca de la reina.

Además estaba muy entretenida consolando a Curt que se había puesto a lloriquear poniendo una voz como muy rara y más dulce de lo normal, y la maña no terminaba de comprender el por qué de sus lágrimas así que se dedicaba a decirle "Ea, ea, ea" mientras le daba palmaditas en la espalda. Eso es lo que solía ver que les hacían las madres a sus niños cuando Alejo empezó a hacer desaparecer todas las consolas de las tiendas y se montaban unas pataletas de impresión. Bueno, sí, ella lo sabía porque también habia sufrido el mismo berrinche solo que con unos cuantos años más que los chiquillos...

"Ea, ea, ea..." siguió diciendo esta vez también para sí misma.

Esta llorando? no me jodas Curt, cuando zalgamos de aquí ya te compraré un paztel maz grande y con maz frezaz hombre...viendo que por mucho que se esforzara no parecía animar a su compañero decidió dejarlo en manos de Alma.

Max se acercó al hombrecillo que iba a ser su guía dándole la bienvenida con dos golpes quizás demasiado fuertes para el pobre Evaristo. Pué ya has ezcuchao al señó perro malo, azí andando Evarizto.

Antes de marcharle le agradeció la lluda a lobo malo. Grazia por zu ayuda y recuerde, zi va por la zuperficie llammemé zoy el mejó taxista de MadrizdLuego siguió a Evaristo.

Gracias a los mimos y al consuelo de Alma, Ana poco a poco dejó de llorar a moco tendido por sus sentimientos heridos.

-Eres una buena amiga, de las que ya no hay. - le dijo emocionada el narizón/narizona a la tetona.- Tenemos que irnos tú y yo de tiendas. He visto unos cuantos nodelos nuevos de Smiz & Wessos que teno ganas de probar. Y además en unos colores preciosos.

-Venga, Risto, sácanos ya de aquí.

Ebaristo asintió con un movimiento de cabeza a Curt Anna, y le dijo al grupo mientras se ponía en marcha.

-Venga, vamos, que se nos queman los garbanzos.

Y fue de esta forma en la que el grupo de rebeldes dejó atrás los verdes campos de la fiesta faérica, para continuar su camino rumbo al Congreso de los Diputados. Durante el paseo, Ebaristo les explicó que difícilmente hubieran sido capaces de encontrar una entrada al edificio objetivo.

-Antes había una entrada, pero los duendes la cerraron mágicamente cuando decidimos aislarnos del mundo exterior. Menos mal que se me ocurrió ir a la fiesta, si no, no se quién os hubiera abierto el portal. Vereis, soy especialista en magia elemental. Lo cual no quiere decir que domine la magia de los elementos, si no que, desde que me cayó una viga en la cabeza hace ya varios años, sólo soy capaz de lanzar conjuros simples, que puedan entonarse con no más de dos palabras, por lo general, un verbo y un sujeto. Les dijo cuando llegaron a una zona en la que la vegetación casi había desaparecido para dejar paso al habitual aspecto de un túnel de metro. Ebaristo se encaró hacia una vulgar pared de ladrillos, y tras concentrarse y hacer aspavientos con las manos, gritó con decisión. ¡ABRO PIEDRA!

Pasaron unos tensos segundos en los que no pasó absolutamente nada.

-¡ABRO PIEDRA!

La misma situación

-¡ABRO PIEDRA!

Ante la evidente falta de caso del sólido muro, Ebaristo sacudió la cabeza, y se dirigió a los rebeldes diciéndoles:

-La magia faérica es muy poderosa, por lo que  voy a necesitar un foco, un objeto con alguna conexión con el hechizo, que me permita potenciarlo. Dicho aquello, Ebaristo sacó un descomunal martillo de picapedrero de los pliegues de su túnica, y entre gritos descontrolados de ¡ABRO PIEDRA! ¡ABRO PIEDRA! ¡ABRO PIEDRA!, arremetió a martillazos contra el muro, que tras algunos minutos de esta terapia acabó por derrumbarse, dejando vía libre para acceder a los sótanos del Congreso de los Diputados.

Tras semejante demostración de poder, capaz de rivalizar con el de Patxi, Ebaristo se guardó el martillo y se largó con viento fresco.

Alma sonrió a Curt Anna ante su sinceridad amistosa, aunque más bien aquello parecía la típica frase que dice alguien a sus amigos cuando va borracho, como ella anoche, pero mejor no pensar en eso...
Tras ello vio como un extraño hombrecillo les llevaba por túneles verdosos y otros negruzcos con raídas vías de metro... con unos cambios demasiado radicales de paisaje, lo cual no dejaba de descolocarla.

El hombre decía llamarse Ebaristo y también que era un mago, ante lo cual Alma abrió tanto los ojos que casi se le salieron de sus órbits recordando en un momento  un sinfín de enemigos finales de pantalla magos, como el brujo que atormentaba a Mario*, dado lo cual comenzó a mirar con cierto miedo y desconfianza al tipo ese... especialmente cuando se puso a pegar gritos y hacer gestos raros sin éxito.
Cuando le vio sacar el martillazo estuvo a punto de abalanzarse sobre él con intención de quitárselo, pero no llegó a tiempo... con fuerza rompió el muro a martillazos, el muro que nos llevaría hasta el Congreso de los Diputados.

Mierda, ahora nos matará a todos con ese martillo convirtiéndolo en su varita mágica. Los magos están locos y solo quieren matar al héroe protagonista, que en este caso somos nosotros... pensaba la maña mientras echaba a correr a través del muro hacia adelante tirando de su compañera.

Tras despedirse del hombre, me llevo el dedo índice a la cabeza, y mientras lo acerco un par de veces a la sien, comento- Están locos estos faéricos...

Bueno, a lo que vamos. Espero que hayáis recordado el camino hata aquí, porque luego tendremos que deshacer lo andado. Espero que para entonces, la pequeña hada-mujer se haya recuperado, y pueda traernos de vuelta... O que los faéricos no estén muy mosqueados con nosotros por convertirlos en pastelitos de fresa...

Lo dicho... ¡To'l mundo pa' dentro! -Y, gritando esto, me adentro corriendo en los sótanos del Congreso de los Diputados, escopetas en mano, sin un rumbo fijo, pero, eso sí, decidido, que no se diga. Parece que el efecto del beso de hada aún perdura...

Al ver que sus compañeros se lanzan a través del muro, Anna se tira sin pensarlo dos veces y gritando:
-¡Banzaiiiii...!

En su mano blande a Maricarmen, dispuesta a agujerear a todo aquel estúpido que se cruce en su camino.

Jo, la verdad es que esta gente es estupenda. Me da casi todo lo que mi ex-marido no me daba: acción, tiros, broncas, concer mundo y gentes extrañas... Definitivamente, molan.

Los rebeldes avanzaron por la abertura en la pared que Ebaristo les había proporcionado gracias a la "sutil" magia elemental, y se internaron en el lóbrego y profundo sótano del Congreso de los Diputados.

Con la escasa luz proveniente del SubwayWorld que se colaba por el bujero, el grupo caminó algo desorientado al principio, pero sus ojos pronto se acostumbraron a la tenue luz que había allí dentro y pudieron percibir lo que se extendía delante de ellos.

Por su aspecto, el lugar daba la impresión de haber sido utilizado por los okupas del congreso para guardar todos esos miles y miles y miles de papelotes inútiles que llenaban los archivos de todos los despachos, y que ahora se acumulaban en enormes montañas que estaban a un paso del colapso.

-Pues si que... Dijo Patxi mientras avanzaba por el bujero abierto en la pared junto a sus compañeros. Tanta hostia en vinagre, y tanta leche para que aluego lo arregle a martillasos. Si ya lo disía mi aitite pues, una buen soplamocos lo arregla todo, lo demás son tonterías.

El vasquito parecía sentirse herido en su orgullo de chicarrón del norte al no haber sido participe del derribo mural, y es que Patxi ya no recordaba cuando fué la última vez que espabiló a alguien con su mano abierta. Luego al ver lo que se presentaba antes ellos, exclamó:

-¡Esto no es una mina! ¡Es una tumba! Un poco insustansiales estos mutikos ¿No? Hay que ver lo cochino que tienen todo esto, la virgen.

Bueno Patxi, ser perroflauta es lo que tiene. Que tienen todo manga por hombro... Pero venga, que no hemos venido a ver papelajos... Tenemos que rescatar a esa gente, para que nos den esa carta, y así poder joder al barbas de Alejo...

Tras esto, sigo con mi marcha por el lugar... ¿Dónde se habrán metido?. Así pues, lo único que me queda por hacer, es preguntar, a voces- ¿Hola? ¿Señores Perroflautas? ¿Están por ahí? ¡Somos sus rescatadores!

Max no da crédito ante las palabras de evaristo. Un mago tu?. cuando comienza a recitar el escueto conjuro intenta prestar toda la atención de la que era capaz esperando ver algo sobre natural, pero de vez de eso se encuentra ante un record-man picando piedra. Si ya zabía yo que ezte tenía de mago lo que yo de cura... gira su cabeza encontrándose de morros con el padre. Sin ofendé, pare.

Continuó el camino tras todos sus compañeros hasta llegar a lo que parecía un vertedero o una habitación gigante de un soltero universitario. Por lo que yo ze zolo uno de ello tiene la carta, lo demá que ze buquen la avixuela, que me da a mi que eztos zon un poco vagoz.

Ante el enorme desorden que poblaba la estancia, Anna sintió un impulso difícil de parar de limpiar todo.

Ya me dijo madre que estas cosas no se pueden dejar así. Que el nombre de la familia Hammond reluce porque allá por donde pasa no vuelve a crecer el polvo...

Resistiendo sus impulsos primarios de dejar todo como los chorros del oro, siguió a sus compañeros callada cual estornino en busca de los perroflautas que invadían el Congreso de los Di-Putados.

-Putados...¡ji ji ji!

Los rebeldes avanzaron a través de los sótanos del Congreso de los Diputados con cautela, mirando con recelo a las amenazadoras montañas de papeles, archivadores, fotocopias y material de oficina.

El moho y el polvo habían unido fuerzas en una alianza inquebrantable, creando un imperio a su imagen y semejanza en aquel vetusto paraje de insondable antigüedad, ya en desuso mucho antes de que Alejo subiera al poder (¿Os pensabais que los gobernantes de la era Pre-Alejo le daban uso al material de trabajo de aquel edificio?), y motas de polvo flotaban delante de los ojos de los narizones, visibles a causa de los haces de luz que penetraban por el bujero abierto por Ebaristo.

Y fueron estas mismas motas de polvo las que provocaron la catástrofe cuando se introdujeron por los orificios nasales de Lorena:

-¡AAAAAAAAAAAAAAAAATCHIS!

La chica se detuvo un momento, con medio moco colgando y con cara de susto, mirando a sus compañeros en el momento en el que, golpeó sin querer una de las pilas de archivos a causa de la inercia causada por el movimiento del estornudo. Nadie movió un pelo y todos escucharon cómo un rumor que no presagiaba nada bueno comenzaba a incrementarse en la lejanía de los sotanos, producto del efecto dominó que se acababa de desatar.

El grupo al completo vió con horror, cómo la pila de archivos golpeada por Lorena comenzaba a derrumbarse sobre ellos, seguida de otra, y otra, y otra, hasta que aquello se convirtió en una puta fiesta de derrumbamientos digna del mejor de los templos malditos (o el peor de los parques de atracciones, según se mire)

-¡CORRE TÍA, QUE ME MEEEOOO! Le grito Lorena a su compañera Alma, y acto seguido la empujó a correr junto a los demás en pos de la salida de aquel lugar, que se divisaba al otro lado del sótano, mientras que sobre el grupo comenzaban a llover cajas repletas de archivos, fotocopiadoras en desuso y pollos de goma con poleas.