Partida Rol por web

Lorena salió del coche y se estiró haciendo crugir todas sus articulaciones una vez estuvo fuera. Miró al rededor y se quedó observando a Alma mientras se atusaba la peluca.

-Ya te vale tía, le dijo ahora no nos vamos a quitar el pestazo ni con lejía conejo, ni con jabón lagarto, ni con nada.

Tras decirle aquello observó detenidamente el edificio del Congreso de los Diputados, estudiándo la enorme campana ígnea que lo envolvía.

-¿Y esto? ¿Protección fina y segura para el edificio? Preguntó mientras se acercaba hacia la misma con cara de interrogación:

Curt se bajó feliz del coche. Se había salido con la suya, sentado en el único lugar del coche que el vómito no había salpicado (sí, que pasa, era en la manilla de la puerta del copiloto).
Con cara de extrañeza miró el Congreso de los Diputados. Las pintadas eran más o menos normales, ya las había visto antes cuando estaba en el cuerpo. Lo de que ardiese, pues que te voy a decir, en Madrid es algo común. Ahora, eso de que el fuego sea púrpura, no le cuadraba demasiado. Curtito se sacó del bolsillo un caramelo mientras daba uso a sus neuronas para intentar entender el fenómeno.

Si yo soy de color blanquito, y mi burbuja es azul-eléctrico-transparente; entonces este edificio debe ser de color rojo, porque su burbuja es púrpura. Sin embargo, hay algo que escapa a mi control.

-¿Alguien sabe de qué color dan la leche las vacas negras?

Alma salió del todoterreno a trompicones. Maldito alcohol, juro que no volveré a beber... se decía a sí misma intentando recuperarse aún de los vaivenes sufridos desde que salieron del aparcamieno.
Como el resto de sus compañeros y, sí, a pesar de su estado resaquil, se percató de la extraña purpúrea esfera que parecía proteger el Congreso de los Diputados y arrugó el morro ante semejante visión, especialmente al ver que los leones estaban pintados de rosa.

Luego se giró a mirar al conductor y al cura:
- ¿Esto siempre ha estado así con esta cosa rodeando el Congreso? Vosotros que sois de aquí... - les preguntó inquieta. Aquel sitio no le daba muy buen rollito aunque había que reconocer que las pintadas le molaban un huevo y parte del otro (bueno, eso si ella tuviera... así que mejor hablemos de ovarios).

Max se baja del Jeep sonriendo por haber realizado una nueva carrera llegando sanos y a salvo, le da unos ligeros toques en la carrocería al coche y se saca un puro que no tarda en llevárselo a la boca. Perdonar, alguien tiene fuego? acompañó las irónicas palabras con una larga carcajada aunque sus compañeros estaban más atentos a otras cosas. No le ha echo gracia?, pero si e lo más aquí en Madrid... en fin. Se acerca a Alma para intentar responder a su pregunta.

Y a mi que me dices, yo solo soy el taxizta... recuperando la compostura y viendo que eso no es suficiente para sus compañeros intenta corregirse. Ahora que lo dicez mi arma, creo que hay algo raro aquí... Algún mamón a pintao el león de roza! Tras el collejón recibido de su compañera toma una actitud más seria. Hazta ahora no había vizto na que detuviera las llamaz de Madrid, será mejor que entremo a exar un viztazo.

Pues venga, entremos. Aunque no tengo ni idea si esto nos va a achurruscar o no. ¿Cómo leches sobrevivís aquí con el calor infernal que hace?

Curt llevaba horas con la gabardina en la mano, pero eso parecía ser insuficiente. Ahora mismo lo que quería era quitarse el kevlar y lo demás hasta quedarse en gayumbos (y en calcetines con sus pertinentes ligas, que para algo es detective).

Metiendo un dedo entre la camisa y el cuello intentó aliviar un poco el malestar que el calor le producía.

Joder, y eso que soy extremeño...

Max y Curt se adelantaron al resto del grupo con la intención de entrar en el edificio, pero en cuanto se acercaron a menos de un metro de distancia de la cúpula, esta vibró y lanzó sendas llamaradas de fuego carbonizante y achicharrante sobre ellos, tras arremolinarlos sobre su superficie.

Los dos narizones se vieron envueltos en las llamas durante unos fatídicos segundos y ni el campo de fuerza de Curt fue capaz de repeler tan satánico ataque. A causa de la enorme fuerza ígnea, fueron despedidos hacia atrás, quedando tendidos en el suelo cerca del Jeep cuan largos eran, y dejándolos con el mismo aspecto de una salchicha frankfurt tras pasar por una parrilla de barbacoa.

¡Virgen de Guadalupe! ¡Pero que coño! -grito al ver como Curt y Max salen volando por los aires, más chamuscados que una morcilla. Rápidamente, me agacho ante los heridos y los examino, después digo- Parecen que siguen vivos, aunque se han llevado un buen pepinazo.

¿Alguien es médico? -pregunto a los presentes. Si nadie dice nada, tendré que prestarles primeros auxilios yo mismo, y si eso pasa, espero la virgen me ampare...

Max camina junto a su compañero Curt parlamentando con normalidad.

Cita:

Eztando to el día en el Bar bebe que te bebe... Max mira su puro y por un momento piensa en guardarlo ya que nadie le a dado fuego mientras sigue caminando.

Una llamarada los lanza hacia atrás dejando tras ellos una estela de humo QUE ME QUEMOOOOOOOOO el grito del zevillano se apagó al caer de bruces contra el suelo rodar como una pelota y acabar estirado cerca del Jeep. Gracias por el fuego, pero no hacia falta tanto... comenzaba a ver borroso hasta que perdió el sentido.

Ese extraño humano medio tarumba estaba hablando con el del puro cuando una llamarada los lanzó hacia atrás. Cayeron achurruscaditos, y en lugar del loco aparecí yo, el único, inimitable y valiente Émpata Fiero. Grrrrrrrrr....(mirad que fiero soy)

Del sitio donde estaba Curt salió un extraño ser de color marrón y verde con las patas muy largas y todas las pintas de ser un jodido elfo (y nunca mejor dicho). A las mentes de sus compañeros se les proyectaba el discursito antes dado (lo que está en cursiva).

Se levantó con trabajo del suelo y se dirigió directo a saludar a las llamas, que le habían hecho el favor de sacar de la carcel de carne en la que estaba preso.

-Hola, llamas....- las saludó con voz nasal y aflautada, pero sin acercarse más de la cuenta.

- ¡Por la Vírgen de la Pilarica! ¡Menuda llamaradica! - gritó la maña al presenciar los rijostios importantes que se llevaron dos de sus acompañantes.
Se acercó rápidamente a ellos, cuando vio que Curt estaba, más o menos, bien aunque herido, se dirigió hacia Max para comprobar que estaba incosnciente.
- ¡Ey! Este está OUT, ¿alguien sabe de primeros auxilios, boca a boca o una cosa de esas que usan los Vigilantes de la Playa? - gritó mirando al resto de sus compañeros. Ella no tenía ni idea de esas cosas, salvo de lo del boca a boca, pero no usado para estos casos precisamente.

-¡Aiba la virgen de Begoña! Exclamó Patxi al ver la explosión ígnea que llevó por delante a Max y a Curt, abriendo los ojos como platos. Luego giró la cabeza a medida que seguía la trayectoria de vuelo de ambos narizones, como si de un partido de tenis se tratara, y los cerró en una mueca de dolor al verlos golpear el suelo.

Se acercó a los dos cuerpos y observó como los atendían sus compañeros.

- Joooder, los han dejao más quemaos que la pipa de un indio. Luego miró al cura y le respondió. Lo siento padre, yo ayudaría, pero no me queda nada de Gaseosa Crus de Gorbea, que revitalisa chicha y serebelo. Apenas terminó de decir aquello pegó un respingo al escuchar la voz del Émpata Fiero en el interior de su cabeza y se giró para mirar a Curt y encontrarse con una cosa bien distinta.

-¿Ein? Joer Curt, no sabía yo que te daba por estas cosas pues ¿No serás amigo de La Otxoa verdad?

¡Por toda la corte celestial y los angelitos del cielo! -grito al ver como ese bicho sale del interior de Curt- ¡Está poseído! ¡Eso es el demonio!

Rápidamente, saco mi crucifijo y mi agua bendita, y, arrimando la cruz, y rociando de agua bendita al engendro, me pongo a decir- ¡Bicho! ¡Vais, vais! ¡Vuelvete al infierno a molestar a otro! ¡Vais!

La voz mental del bicho inundó de nuevo a la concurrencia.

-¿Vais?¿Donde vais?¿A qué vais?¿Estoy sucio y tengo que lavarme? Estos humanos son la mar de raros. Aunque co el calorcito que hace me viene bien el agüita esa.

El bicharraco curtiano este se acercó al cura con la sana intención de pegarle un trago al agua que estaba derrochando tirandola por encima y alrededor de él.

¡Ah! ¡Bicho! ¡Fuera! ¡Vais, vais! -digo mietras veo como el bicho se aproxima, mientras echo agua a más velocidad, y agito el crucifijo sin parar...

Como este ser endemoniado siga acercándose, pasaré a realizar un exorcismo de nivel 2... El agujero humeante en el pecho nunca falla como exorcismo...

-¡EEEEEEEEE! ¡LOS DE AHIIIIIIIIÍ! Gritó una voz evidentemente femenina desde el otro lado de la semiesfera ígnea, sorprendiendo a los rebeldes que intentaban asimilar este nuevo cambio de acera carácter de Curt.

Al girarse a mirar, los rebeldes pudieron ver en la entrada del edificio a un grupo de rebeldes que los miraban asustados y hacían gestos para llamar su atención, cuando la chica vestida con llamativa ropa de color rosa fosforito que había gritado, vió que les miraban, siguió haciéndolo.

-¡GENTE, MENOS MAL QUE HABEIS VENIDO! LLEVAMOS AQUÍ MÁS DE UNA SEMANA ENCERRADOS SIN VER A NADIE QUE NOS AYUDE A SALIR! ¡Y LOS PORROS EMPEZABAN A ESCASEAR!

-¿Pero dónde estamos? Esto no tiene pinta de bosque ni nada que se le parezca. Más bien es una urbe o algo así. Yo quiero irme a mi casa.

El Émpata fiero puso cara de ferocidad (ò.0) y se dio media vuelta dispuesto a irse en busca de bosques mejores. Cuando iba a salir de estampida, se acordó de una cosa.

-¿Por donde se va a Magik? Quiero llegar a casa.

-¡Ey! Segúramente esa sea la peña que hemos venido a buscar. Les dijo Lorena a sus compañeros y luego, poniendose las manos en la boca a modo de megáfono improvisado les gritó a los del otro lado de la cúpula cabrona ¡SOMOS DE LA RESISTENCIA! ¡VENIMOS BUSCANDO A ALBERTO BOBADILLA, HACE UNA SEMANA QUE NO SE SABE NADA DE ÉL! ¡¿SE ENCUENTRA AHÍ?!

Lorena esperó a la respuesta desde el otro lado.