Partida Rol por web

Mientras Jax conduce hasta el motel, podéis ver resguardados en su furgoneta como la oscuridad se abalanza sobre las últimas horas de la tarde y Redmond encrudece su aspecto al entrar la noche.

Es el infierno en la tierra donde residen los runners fallidos y todos aquellos que han tenido la mala suerte de ser devorados, tragados y escupidos de nuevo por la metrópolis. Un sitio en que hasta los más humildes de Seattle tratan de evitar a toda costa. 

Las sirenas de la policía suenan constantemente en la periferia, pero curiosamente jamás lo suficiente cerca para ayudar. Ruidos, gritos, música estridente y disparos ocasionales resuenan entre los edificios de hormigón y los patios despejados llenos de maleza como el rayo y el trueno.

La mayoría de las personas que viven aquí están drogadas o son unos yonkis de los BTLs solo para superar la miseria de su existencia diaria un día más sumidos en trance digital. Los veis envueltos en la suciedad de la acera, temblando y retorciéndose con su cerebro recluido en su propio y aislado falso paraíso.

Perros rabiosos, ratas diabólicas del tamaño de gatos enormes y cosas peores gruñen desde los callejones y salivan en la oscuridad. Pandillas de toda clase merodean por las calles como manadas de lobos, buscando presas sobre las que puedan abalanzarse, metahumanos, débiles y enfermizos, empleando la ley del más fuerte y la más feroz y violenta supervivencia.

Resumiendo: este es un sitio que da por culo hasta de día. De noche, cualquiera debería querer salir de las calles lo más rápido posible, antes de que algo te coma o te mate por tus zapatos.

Si no fuera por el cartel de neón y las constantes AROs que confirman el edificio del “Novelty Hills Sleep And Eat,” pensarías que esta estructura se trata de lo que realmente fue alguna vez, tan solo un gran almacén en las afueras. Al final de la calle hay un Stuffer Shack tan incrustado en grafitis que es casi irreconocible; todo edificio cercano al barrio está en un estado parecido o a punto de estarlo.

Un trío de prostitutas de aspecto destartalado: humano, elfo, y enano: con medias de rejilla rotas, chaquetas de piel sintética y en minifaldas merodean en una esquina del motel. Algunos otros clientes igualmente indigentes van y vienen, alquilan y abandonan habitaciones, seguramente para comprar o vender drogas o de camino a la tienda a por algo de comida. Pero el área está mayormente abandonada y débilmente iluminada. A través de las grandes ventanas de cristal sobre las puertas del motel, las cuales derraman una débil luz amarilla en las oscuras y humantemente toxicas calles, se puede ver una oxidada escalera en espiral que lleva a las habitaciones de las tres plantas sin pasar por el interior de la recepción.

Me asomo por una ventana y murmuro para mi.-Hm.. es justo como imaginaba, no hay camaras ni nada... -Dirigiéndome a los demás. -No debería ser muy complicado, ni siquiera tenemos que pasar por el mostrador. Jax puede quedarse abajo y cubrir la escalera para que no nos encierren y el resto vamos a la habitación. Deberia estar en el tercer piso. ¿Qué decís?

- Debería… es el tiempo verbal correcto. Los Runs tienen la fe costumbre de complicarse por los condicionales. – BB torció el gesto – Yo podría hacerme invisible y subir a echar un vistazo a este plano y el astral. ¿Tú has conseguido ya el registro del motel y los planos por dentro? – le preguntó al supuesto dron autónomo.

- Cuidad mi traje de carne. Voy a darme un garbeo por el lado astral. – avisó al equipo antes de dejar su cuerpo sentado cómodamente en la furgo de Jax. 

Primero se dirigió a dar un garbeo alrededor del hotel para comprobar si había alguna otra presencia astral en las cercanías, lo que no esperaba y de haberla sería mala señal. Si estaba satisfecha entraría entonces primero en la recepción del hotel para verificar la seguridad de dentro y si había gente que pudiera ser una complicación.

Para entonces esperaba que Glitch hubiera conseguido el registro de la habitación, por lo que regresaría a su cuerpo para pedirle la información antes de volver a salir para revisar la escalera de incendios y primero las habitaciones a ambos lados de la habitación en la que iban a entrar, luego la de arriba y la de abajo a la misma. Si había alguna clase de seguridad especial o algo inesperado en alguna de esas habitaciones sería una mala señal y más fácil de evitar que si había una trampa en la propia habitación del tipo.

Por último, si no encontraba nada extraño entraría en la habitación del tipo para examinarla.

En unos instantes, Glitch consigue sacar los planos del motel y os los hace llegar a vuestros commlinks para que los visualicéis como mejor os vaya. 

Los planos os revelan que tras las puertas acristaladas y las paredes empañadas por el vaho y la suciedad os aguarda una mini salita de descanso junto a la entrada. También allí se encuentra una "garita" de seguridad donde a su vez se gestiona el check in, la entrega de llaves y el control de todos los dispositivos generales. 

Más a la izquierda hay unas escaleras que os llevan a los pisos superiores y las escaleras de incendios que están ubicadas a la derecha del plano. Todo el espacio industrial que queda, desde el primer piso hasta el tercero, está flanqueado y lleno de habitaciones y cubículos de varios espacios y categorías, desde poco más que un nicho con algunas comodidades hasta habitaciones modestas. 

Mientras la IA y el equipo estudia los planos, tu exploración astral no detecta ninguna otra presencia mágicamente activa en los alrededores del edificio, al menos que se deje ver.

Una vez en el interior puedes corroborar que hay una persona en una especie de cuadrado, más parecido a una jaula que a una recepción de un hotel. En la salita hay un tipo frente a lo que supones que serán dispensadores de bebida o hielo y conforme curioseas por los pasillos de la primera planta te cruzas con un par de sujetos más. Varios están enfermos, un indicio que también podría transmitir una adicción. Tras unas vueltas puedes ver que las habitaciones del perímetro son más espaciosas y tienen un mínimo de sitio para hospedar una cama y un par de muebles utilitarios más. Las cápsulas del centro están apiladas en varios pisos a los que la gente sube por unas escaleras de mano como si se tratase de sus propios sarcófagos. Dentro apenas tienen más espacio del que se necesita para dormir. 

En la planta baja solamente ya debe haber una treintena de habitaciones y cientos de cápsulas, pero por el volumen de huéspedes actualmente el motel, este no debe llegar a un cuarto de su capacidad total. 

Las escaleras de incendios están despejadas y las habitaciones colindantes a vuestro objetivo (Oxycode) están vacías, ya que en el tercer piso no se aloja prácticamente nadie. 

Dado que en el espacio astral no puedes leer números ni letras, te resulta imposible orientarte. Cuando tratas de leer la placa de cualquier habitación solo ves borrones y contornos arremolinándose que te terminan transmitiendo vivencias y sensaciones de estas paredes, que cuentan historias de  hambre, pena, rabia, miseria y locura. 

Sin embargo, tras un buen rato deambulando te encuentras frente a la que jurarías que es la habitación 312. Detrás, debería estar vuestro objetivo. 

Bethany suspiró astralmente. Se sentía insegura, pero había tardado una barbaridad en lograr dar con la habitación correcta. El perímetro parecía seguro. Volvió a suspirar. Estaba nerviosa, pero si era una trampa… eran riesgos del oficio, ¿no? Se dirigió a la habitación de la derecha. Entro en ella y desde allí atravesó la pared que la separaba de la habitación 312. Si había una trampa astral sería más esperable en la puerta de entrada, pero astralmente podía atravesar cualquier objeto.

Ahí estaba yo, sentado junto a una bella durmiente, a un robot que daba cobijo a una IA y varios de mis drones.

Nunca me había sentido tan acompañado sin apenas un alma.

-Cojonudo. -digo al analizar los planos- Puedo subir con un dron que escanee por dentro... -añado mientras voy acercándome a por el controlador- Aunque no sé si será muy necesario teniendo en cuenta el viajecito de la compi.

-Claro tranquila, pobre del que se acerque a esta furgoneta -le respondo a Beth mientras saco mi subfusil y compruebo la munición de los cargadores. Una vez satisfecho de que todo está en orden, vuelvo a guardarlo en mi compartimento y sigo la sonda de Jax en la matriz alerta de responder a cualquier ataque virtual que pueda recibir. 

El MCT sale despedido con su característico zumbido (mucho más silencioso que el de un insecto real) hacia el motel. Acceder a la habitación 312 no es muy complicado, dado a los amplios huecos y ventanas del edificio, un dron del tamaño de un insecto fácilmente puede llegar hasta la puerta. Sin embargo, la habitación carece de ventanas al pasillo y desde el otro lado del edificio estas se encuentran cerradas y con las persianas abajo.

El pequeño cubículo (dos metros de ancho, tres metros de alto, cuatro metros de profundidad) es oscuro, excepto por la suave luz de un juego de trideo portátil o algún aparato con pantalla que lanza destellos intermitentes desde el suelo. No lo percibes al principio; en la ondulante penumbra apenas se distingue la cabeza y el brazo derecho de un orco tendido al suelo. Sobresale más allá del borde lejano de la estructura de plástico en forma de cama empotrada en la pared de su izquierda. Desde el plano astral no cabe la menor duda de que el tipo está muerto. El cuerpo no tiene sino un residuo de lo que una vez fue su aura vital. Labios morados y sus ojos vidriosos, ahora mirando fijamente la nada en la parte superior izquierda de la habitación, donde solía estar su aparato de trídeo. 

Beth ahogó un grito en el plano astral que no iba a servir de nada. Luego se guardó para sí una maldición que tampoco le iba a ayudar. Tenían que darse prisa en revisar aquel lugar si querían encontrar algo que les pudiera ayudar a saber quien se lo había cargado porque se olía que se les habían adelantado y se habían llevado su commlink, pero tenía que revisar bien aquello a fondo antes de volver abajo e informar a sus compañeros. Primero se fijó en el cuerpo, con suerte podría hacerse una idea de cuanto llevaba fiambre, luego en la cama, la pantalla de trideo, el suelo de la habitación y la cama. Observar aquel pequeño espacio en busca de cualquier pista que pudieran joder por entrar con demasiada prisa como haría en pocos minutos en cuanto regresara a su cuerpo.

-Todo bien cerradito, ¿eh? -murmuro mientras sigo manejando el vuelo del dron- Por algún lado entrarás...

Sin sorprenderme por no encontrar una entrada fácil, dirijo al dron en busca de respiraderos o alguna otra entrada por el otro lado.

La habitación está cerrada en puerta y ventana, pero cuando ciberpilotas un mini-drone del tamaño de un avispón asiático te replanteas la propia percepción sobre los espacios y las distancias de las cosas. Estas limitaciones son una mera sugerencia para la unidad MCT. Tras dar un par de vueltas, identificas que los conductos de ventilación del antiguo almacén siguen en uso para hacer circular un mínimo de ventilación dentro de los cubículos.

Una vez dentro, no tienes mucha dificultad para manejar el dron por los espacios hasta que llega a la salida de la habitación 312. Una rejilla de ventilación bastante polvorienta te impide el paso, pero desde tu posición tienes un amplio angular de todo el cuarto.

Un aparato de trideo portátil ha sido arrancado de la esquina superior donde colgaba y, precipitado al suelo, lanza intermitentes flashes de luz que iluminan el cuerpo de un orco tumbado boca arriba en el suelo junto a la cama, con los ojos abiertos y los labios morados, aparentemente muerto y con un brazo estirado.

Beth no encuentra muchas pistas de cómo pudo morir este tipo, suponiendo que sea Oxycode. Solamente sabes que fue bastante rápido, violento y casi por sorpresa. 

Desde el espacio astral es complicado determinar la forma y características concretas de las cosas, pero, tendidos en el suelo a su lado, fuera de su alcance, encuentras la inconfundible forma de, no uno, sino dos commlink. 

- ¡Mierda! – se oyó a Beth regresar a la vida en la furgoneta – El idiota está fiambre en el cuarto. Boca arriba en el suelo junto a la cama, ojos abiertos, labios morados, brazo estirado, un video trideo… y ¡dos commlinks! Maldita sea, me apuesto lo que queráis a que encima ninguno de los dos va a ser el que necesitamos. – refunfuño poniendo morritos – Pero hay que entrar en ese sitio y buscar más pistas, a ver si podemos averiguar quien se lo ha cargado y posiblemente se ha llevado el commlink que queremos.

- ¿Alguno sabe como abrir puertas sin llamar la atención? Porque yo sólo se hacerlo reventándolas, aunque si está muerto lo mismo quien se lo cepilló tuvo la delicadeza de dejarnos la puerta ya reventada para entrar – comentó mientras alteraba su aspecto para parecer un tipo humano rubio, más alto que ella y to’cachas. Estaba claro que si alguien no sabía abrir aquella puerta por las buenas lo iba a hacer ella por las malas.

-Déjame la puerta a mi, no va a ser ningún problema. Crees que el tip-... -Me quedo atónito sin palabras viendo como Beth cambia de forma. -Wow, no sabia que podiais cambiar el icono del mundo físico. -Puedo decir mientras intento recordar que estaba diciendo. -En fin, ¿crees que lo han matado? Tal vez haya sido una sobredosis, con ese mote... En cualquier caso voy a mirar si puedo averiguar de quién son esos commlinks

En cuanto Beth cuenta lo que ha descubierto, Julius se pone tenso de inmediato.

-Un cuerpo...- masculla, llevándose la uña del pulgar a la boca - Maldición, ya estamos metidos en algo con un fiambre de por medio- 

Se supone que tan solo debían sacudir un poco al maleante de Oxycode. La agitación interna es contenida a causa de su atemperado sentido del autocontrol. ¿Será una trampa para cargarnos un asesinato?

-Estoy de acuerdo con vosotros- dice al grupo - Parece que somos los primeros que han descubierto que, si ese de ahí es nuestro Oxycode, al tipo le han dejado tieso. No sé si será una trampa para cargarnos el muerto a nosotros o alguien se nos ha adelantado, pero no tengo ganas de averiguarlo.  Deberíamos actuar rápido y sacar esos commlinks de ahí. Con suerte puede que uno o ambos sean suyos-