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Comedor, Sala de Estar y Comedor del Capitán.

Comedor y sala de estar

El comedor está situado en la cubierta E, ocasionalmente usado como sala de cine. Puede albergar alrededor de cuarenta personas al mismo tiempo en diez mesas rectangulares. Las comidas sencillas están disponibles en el resecuenciador de proteínas de la pared, mientras que los platos más elaborados se preparan en la cocina. Los brebajes disponibles también se obtienen junto al resecuenciador, desde un dispensador de bebidas. En el menú de bebidas se encuentra disponible café, té, leche chocolatada caliente, gaseosa cola, soda, varios jugos naturales y agua. Un pequeño comedor exclusivo para el capitán se encuentra junto al pasillo del comedor general.

dispensador de bebidas                               Menú de bebidas

Comedor                                                  Comedor del capitán

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Comedor, Sala de Estar y Comedor del Capitán.

Comedor y sala de estar

El comedor está situado en la cubierta E, ocasionalmente usado como sala de cine. Puede albergar alrededor de cuarenta personas al mismo tiempo en diez mesas rectangulares. Las comidas sencillas están disponibles en el resecuenciador de proteínas de la pared, mientras que los platos más elaborados se preparan en la cocina. Los brebajes disponibles también se obtienen junto al resecuenciador, desde un dispensador de bebidas. En el menú de bebidas se encuentra disponible café, té, leche chocolatada caliente, gaseosa cola, soda, varios jugos naturales y agua. Un pequeño comedor exclusivo para el capitán se encuentra junto al pasillo del comedor general.

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Comedor                                                  Comedor del capitán

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Shirrazz siguió las indicaciones para llegar al comedor de la capitana.  Se puso su capucha para pasar como una de las posibles pasajeras religiosas que podría haber por la Excálibur.  

Al llegar allá y ver el lugar vacío se retiró la capucha y se dirigió de nuevo a Sirril. 

Se que quisiera saber porqué estoy aquí, así que le voy a confesar algo. Ni yo lo se.  Levantó las antenas en el gesto de "dios sabe". Nos será revelado una vez que llegue aquí la capitana. 

¿Puedo?  Dijo viendo un replicador.  Uuy, última generacioón, antesmehabla...¿ Sr. Sirril ? era?  ¿Ustedes usan de apellidos los de su clan o sus padres? 

Esperaban aún a la capitana.

La presencia de la andoriana resultaba extraña pero parecía que no arrojaría mucha luz sobre eso, La capitana no informó de que esperara su visita aunque en su comunicación tampoco parecía sorprendida pensó Sirril.

Quizá tenga algo que ver con al visita de las otras autoridades. Sírvase lo que desee, si quiere algo de comer el cheff puede prepararle algún plato típico de su pueblo.

Sirril no acostumbraba a ser anfitrión y sin duda se veía algo forzado por ser amable.

Simplemente es Sirril... ¿Sabe cuanto tiempo lleva en la capsula y porque le metieron allí?

No puedo revelarle nada, Sirril.  No insista.  -dijo tajante. 

La curiosidad de los vulcanos a veces raya en la descortesía, ush.  

Mientras Sirril y Shirrazz esperaban por la capitana en su comedor privado, un invitado inesperado entró en escena. La puerta doble se abrió y entró el enlace vulcano del alto consejo de ciencias, el señor Turak.

Con su mirada pétrea examino el rustico lugar al cual su congénere estaba acostumbrado para luego descubrir la presencia de la embajadora Andoriana Shirrazz. Eso sin lugar a dudas fue toda una sorpresa para Turak, quien hizo una mueca de disconformidad. Casi forzadamente el vulcano saludo inclinando levemente el mentón.

Inmediatamente tomo la palabra al hablar a Sirril.

- ¿Que medicación emplea para disminuir el olfato? Los olores a bordo de esta nave son una “distracción” que empeora en cada minuto - preguntó con disimulada altaneria.

Shirrazz le contestó con el mismo gesto de mentón.  Ella estaba entrenada en el trato diplomático de las diferentes razas y corrientes culturales de todos y cada uno de los miembros de la Coalición, así que sabía que ese era el gesto de reconocimiento muto principal, al menos para los de mayor edad.

No sabía si la había reconocido, probablemente lo haría de sacar su tricorder, así que se limitó a mover las antenas en gesto de esperar ser hablada para responder, como corresponde a los gestos de "cortesía racional" que la corriente de vulcanos a los que asocia Turak esgrimía como la mejor práctica. 

"Ahorrar aire", era el apodo dado a esa técnica en los pasillos de la escuela diplomática de Andoria Prime.

El suave sonido de la puerta al abrirse indicó que alguien había entrado en el comedor. Se trataba de Cristina De Alba.

Capitana de Alba, un placer.  -Se acercó a darle la mano, como les enseñaban que les gustaba hacer a los humanos-. 

Soy la embajadora Shirrazz zh'Irín y desde este momento activo el protocolo de que nada de información de mi presencia debe salir de la nave, hasta que se decida por los altos mandos y usted misma lo contrario. 

Lo siento Consejero Turak, queda usted también bajo el mismo protocolo, por lo fortuito de su presencia en este momento.  De acuerdo a la Directiva X16 de la Coalición de Planetas, esto es. 

Ahora bien, yo también quiero saber que fue lo que hizo que la Coalición me pusiera en ese contenedor de hipersueño sin decirme absolutamente nada al respecto. Se estiró, desperezándose, enrollando y desenrrollando sus antenas varias veces.

Creo que deberá activar su consola de alta seguridad para saberlo.  Le hizo el gesto de manos que quería decir, según ella, para los humanos un: "Vayamos". 

Cristina miró a los dos vulcanos unos segundos antes de dirigirse a la andoriana, le gustaban mucho más los pieles azules que los orejas puntiagudas, pero de momento ambos eran aliados de la flota y ella poseía sus defectos, pero no había llegado a capitanear la Excalibur por nada.

- Encantada señora Zh´Irín- le estrechó la mano con una sonrisa, esforzándose en pronunciar correctamente el apellido de la andoriana- Su presencia no será revelada fuera de la Excalibur- asintió tras el saludo- Me gustaría que ambas pudiéramos hablar en privado, he de informarle de varios aspectos que requieren de la máxima discreción- le dijo tranquila para después dirigir su atención a los dos vulcanos- Señor Sirril, de nuevo he de rogarle una cosa más, ¿podría atender al señor Turak e indicarle el camino hacia la enfermería?- miró a Turak unos segundos con seriedad forzándose a ser amable- cuando el guste, por supuesto- A continuación volvió a hablar con la embajadora- me gustaría hablar con usted en un lugar más apropiado. Acompáñeme a mi camarote, si tiene al bondad- le indicó a la espera de que aceptase

Sirril iba a responder al vulcano cuando la capitana hizo acto de presencia en el comedor. No parecía muy sorprendida de la presencia de la embajadora así que sin duda ya habría leído el informe al que la andoriana hacía referencia.

Todo era cada vez más confuso, la presencia de tantos embajadores sin duda se debía a un motivo importante y la Excalibur parecía estar en medio de todos ellos.

Sirril asintió al comentario de la capitana e invito a Turak a que le acompañara Le acompañare a la enfermería.

El vulcano se despidió de la embajadora y la capitana y salió del comedor.

Un minuto antes que Cristina ingresara a su comedor, lo mismo había hecho el enlace vulcano Turak, acompañante del flamante Viceministro Walker durante su visita al Excalibur.

- Capitana – saludo formalmente Turak al ingreso de la capitana, dejando su pregunta inconclusa no hasta la participación de Sirril.

Luego, bajo la solicitud bajo la Directiva X16, el miembro del Alto consejo Vulcano respondió – Es entendible, considerando su estado de defunción actual. - Al parecer Turak estaba al tanto de las ultimas noticias sobre los sucedido en el Cuartel General de San Francisco.

Finalmente cuando Sirril ofreció su guía hacia al enfermería, Turak saludo formalmente a las mujeres. - Capitana, Embajadora.- y abandonó el comedor.

A altas horas de la madrugada el único tripulante en todo el comedor era McTagger, quien reemplaza a Jankowsky en el puente durante el turno Delta. Ahora el ex MACO tomaba su café en pequeños sorbos mientras disfrutaba de la vista al exterior en una mesa cercana a una ventana. A esas horas la cocina estaba cerrada y solo se podía usar el Dispensador de bebidas.

El alférez, de casi la misma edad que Eduard, había dejado la carrera militar para seguir la senda de la Flota Estelar. El porque era un misterio para jankoswky.

Jankowsky no esparaba encontrarse con us homólogo a estas horas en la cafetería, se acercó y se sirvió un whisky solo:

-Buenas noches McTagger, ¿te apetece un whisky?- Tomó en su mano su bebida y la del alférez*

Se sentó al lado de McTagger dió un trago a su bebida y soltó un gran suspiro:

-Buf, menudo día, necesitaba beber algo antes de retirarme a mis aposentos. ¿Qué tal en el puente?

Realmente, Jankowsky, no tenía demasiadas ganas de hablar, estaba un poco cansado y hubiera preferido encontrarse una cafetería vacía pero le pareció educado tratar de entablar conversación, al menos se enteraría cómo habían ido las cosas en su ausencia.

William se levantó de su asiento para saludar reglamentariamente a su superior y luego volver a su café.

- Buenas noches Comandante. Una jarrilla de crema y canela para acompañar mi café estará bien. - y dicho eso Jankowsky trajo a la mesa el agregado para el café de William. Cuando vio que su superior tenía una copa de whisky una sonrisa se dibujo en su rostro pero nada dijo al respecto. Una bebida acorde a su porte.

- Realmente fue un día de locos, con el ataque, las visitas, el polizón y todo lo demás. Ahora vamos camino a Babel por el espacio Andoriano. No creo que esos Klingon vuelvan a dar problemas dentro del territorio de los “azules”.  El primer oficial continua en el puente, como una estatua. Los demás han terminado sus turnos. – respondió el alférez que también se encontraba igual que Eduard. Cansado por el trajín sin fin.

Casi sin dar tiempo a Eduard a que responda, una llamada del puente llama por William.

- Alférez McTagger por favor acuda al puente de inmediato. -

Este ante el mensaje del puente se levanta de la mesa, junta sus cosas y se disculpa con el comandante por el pronto mandamiento.

- Y ahí esta mi llamado al turno de guardia. Si me disculpa señor en otro momento continuamos. Con su permiso. - dijo para luego salir rápidamente al puente de mando.

El alférez puso al día a Jankowsky cuando le dejó solo el MACO se sumió en sus pensamientos por unos minutos, terminó su bebida y se retiró a sus aposentos. No pudo descansar mucho tiempo, Unger le llamó con urgencia.