Partida Rol por web

Cristina desde el asiento de mando observó la nueva situación con rostro impasible, para después mirar a Sirril de reojo durante unos segundos. La juerga acababa de empezar... ¿Por qué demonios le habría hecho caso al vulcano? ¿Había necesidad de ponerse en peligro pudiendo dar aviso a la caballería? Respuesta... NO, no la había y sin embargo ahí estaban en mitad de un campo de pedruscos expuestos a que la Excalibur quedara reducida a un amasijo de hierro... 

La Excalibur no está preparada para hacer ese tipo de escaner. Haría falta unas modificaciones a realizar por ingeniería y unas cuantas horas que ahora mismo no tenemos. Sin duda es nuestra nave y me atrevería a decir que aquella esfera que vimos ha sido la causante de la anomalía.

- Alerta roja- declaró la capitana manteniendo la calma

No estamos preparados y no tenemos tiempo... no se por qué pero no me extraña- suspiró mientras barajaba todas las opciones- Trate de hacer las modificaciones necesarias mientras tratamos de pasar entre los asteroides... señora Shirrazz, ¿sería posible que usted pudiera ayudarnos con las modificaciones? necesitamos acortar tiempo- mientras hablaba se levantó del asiento para acercarse al lado del timonel- Ahora si que vienen curvas señor Lightman le dijo mientras comprobaba datos desde la consola- vamos a tener que ir recalibrando las coordinadas constantemente hasta salir de aquí- dijo mientras se disponía a ayudar con el pilotaje a Johnny, de hecho no era la primera vez que Cristina asistía en el pilotaje de al Excalibur y confiaba en que no fuera la última...

- Capitana, estoy encriptando la información que hemos obtenido hasta ahora, para cuando tengamos una abertura de comunicaciones y pueda transmitirla. La mantendré en stand-by mientras nos encontramos encubiertos. En todo caso, recomiendo cargar una baliza de comunicaciones con ello...- McCall dejó la frase abierta, pero su continuación era clara "por si no salimos vivos de esta".

- Hombre de poca fe... se nota que lleva poco tiempo a bordo de esta nave- miró a McCall dedicándole una ligera sonrisa, si querían salir vivos la tripulación debía mantener al calma para actuar rápido y eficazmente, los nervios sólo acarrearían efectos negativos y eso no lo podía permitir- ¿Que son unos cuantos pedruscos para nosotros? No obstante prepare la baliza y esté atento a cualquier novedad o anomalía señor McCall.

 Capitán, tenemos que hablar, ¿es un mal momento?.

- A no ser que tenga una fórmula mágica para sacarnos del campo de asteroides o ayudarnos a mejorar nuestros escaners en cinco minutos... me temo que es un muy mal momento señor Soong.

El puente estaba al rojo vivo y no podía ser para menos, cualquier fallo o mala decisión los dejarían a todos más planos que una hoja de papel. En la pantalla el mercenario pudo observar un precioso campo de asteroides muchos del doble del tamaño de la Excalibur.

Ante la orden de la capitana, me esmero lo más que puedo para hacer un vuelo lo más suave y seguro posible. Todo el entrenamiento tiene que verse reflejado en estos casos, dando lo mejor de mi.

Ni siquiera la declaración de alerta roja hace que me ponga nervioso. Me concentro en los controles de la nave, en corregir la maniobra según vamos avanzando, para lograr acercarnos a la otra nave y que no nos detecte o se percate de que estamos allí a su lado, y a la vez evitar chocar contra ninguna de las rocas que nos rodean.

- Es complicado, capitana, pero nada que no podamos hacer incluso con los ojos cerrados.

- Hombre de poca fe... se nota que lleva poco tiempo a bordo de esta nave- miró a McCall dedicándole una ligera sonrisa, si querían salir vivos la tripulación debía mantener al calma para actuar rápido y eficazmente, los nervios sólo acarrearían efectos negativos y eso no lo podía permitir- ¿Que son unos cuantos pedruscos para nosotros? No obstante prepare la baliza y esté atento a cualquier novedad o anomalía señor McCall.

Dameon levantó la mirada de sus pantallas, junto con una sorprendida ceja, ante la interpelación de la Capitana. ¿Estaba intentando chincharle? No era posible ¿O si? La tenue sonrisa que le dirigió le confirmó sus sospechas ¡Vaya que si!.

El cuerpo del Oficial de Comunicaciones se relajó ostensiblemente, y la amplia sonrisa que le caracterizaba volvió a bailotear en sus labios, olvidados momentáneamente los Romulanos, la anomalía y los pedruscos que amenazaban con convertir la nave en una loncha de metal espacial.

- Bueno, Capitana, siempre se ha dicho que la Fe es una fuerza... y considero que la Gravedad y la electroéstatica de los fáser suelen ser fuerzas más poderosas. Así que si, mi indice de fe es bastante bajo en estos momentos. Pero no dude que si salimos de esta de una pieza la adoraré como a la Santa de los Peligros y cantaré saetas a su paso.- bromeó, sacando a colación la ascendencia española de la capitana y sus pintorescas costumbres.

Rió para si mismo sacudiendo la cabeza jocosamente, y volvió a dirigir la vista a sus pantallas, mucho más relajado de lo que había estado unos minutos antes. No había nada como el humor para espantar los nervios. Estaba realmente agradecido por aquel pequeño momento de relajación tras el tormentoso turno que estaban viviendo. 

Abrió una pequeña pantalla flotante y envió una solicitud a Ingeniería para que preparasen una baliza, dejando nota que remitiría el paquete de datos tan pronto como lo tuviese encriptado. 

De acuerdo Capitana.   -la embajadora se movió hacia una terminal libre desde donde podría trabajar con los escáneres, tanto pasivos como activos.  Su intención era modificarlos para que pudieran notar alguna de las ondas psi, activas o en reverberancia, emitidas por la nave, o el arma, que lo utilizaba.  Alternaba ella entre su propia sensibilidad psi, tratando de detectar a sus hermanos Aenar capturados por los Romulanos -los de su sueño lúcido-, y las modificaciones a los escáners.   Estaba segura de que combinando ambas cosas podría inventarse algo para seguir mejor a esa esfera destructora de planetas. 

La luz roja le daba un ligero tono violeta a su piel.  Se veía bonita, como yendo de fiesta a uno de esos antros en Andoria conocidos por su juego de luces en el techo y sus esferas de múltiples espejos. 

¿Esferas, espejos?  Trató de hacer memoria de la nave que habían soñado para identificar elementos de su estructura que revelara algo de sus funciones.  Le fue mandando el sketch a Sirril para que lo completara y editara.  Esto quizá les daría alguna ventaja táctica, por ejemplo, sabiendo donde estaban piezas de cloaking, comunicación, ataque, defensa, etc. 

Dibujar un sueño lúcido es como escribir con tinta transparente.

 Viendo que este no era el mejor momento para comenzar una conversación, me acerqué al oficial táctico y le pregunté, con resolución, con el fin de poder ayudar y prestar apoyo:

 - ¿Situación?.

Cuando decidieron introducirse en el campo de asteroides Jankowsky desvió una mínima cantidad de energía a los escudos estos no necesitarían tanta como cuando la nave se enfrentaba a fuego enemigo. Además ajustó las baterías de fasers por si a Lightman se le despistaba alguno de esos pedruscos aunque confiaba en las capacidades del piloto.

Cuando vió que entraba Gaheris al puente Jankowsky no pudo evitar cierta tensión, no era momento para que el tipejo viniera a molestar a la capitana.

-Tengo los faser listos por si alguno de esos asteroides se nos acerca demasiado.- Realmente Jankowsky confiaba más en las capacidades del joven piloto que en las suyas como artillero de la nave pero procuraría no fallar esta vez.

Entonces el impertinente Gaheris se le acercó. Jankowsky entreveía cierta intención en él de enterrar el hacha y trató de calmarse, aunque hubiera preferido que el polizón mantuviera las distancias, aún así le contestó.

-Como puedes ver, complicada. Vamos a atravesar un campo de asteroides para acercarnos a una nave que, con toda probabilidad, es hostil. Dudo que pueda ayudar, si quieres sal fuera y si se nos acerca una roca de esas le das una patada con tu superfuerza. 

Al final no pudo evitar el sarcasmo.

 Ignorando el comentario sarcástico del oficial táctico, me dirigí al piloto y a la capitán:

 - Si todavía no conocen nuestra posición actual, tengo una sugerencia. Consiste en usar la gravedad de los asteroides para desplazar la nave, apagando los motores. Es una buena manera de acercarse a un posible objetivo hostil, por sorpresa, desprendiendo una energía mínima, dificultando nuestra detección, ocultos entre los asteroides...

Aakesh entró en el puente siguiendo a la embajadora. Al parecer se encontraban persiguiendo o siendo atacados por una nave romulana, aunque este último pensamiento lo descartó enseguida

Si estuviesemos bajo ataque ya nos hubiésemos enterado. No hay alerta roja

La Excalibur enfiló de súbito hacia un campo de asteroides. Aakesh no entendía que pasaba, se disponía a preguntar a la capitán pero se detuvo unos instantes. Parecía absorta y concentrada, pero no podía quedarse de brazos cruzados.

-¿Qué está pasando?, me basta una versión resumida para hacerme una idea de lo que ocurre.

El tono y el semblante de Aakesh eran serios. Se había percatado, mínimamente, de la situación en la que se encontraban por lo que las bromas y el tono desenfadado habían pasado a la seriedad del momento. La capitán activó la Alerta Roja, lo que confirmó los temores de Aakesh, estaban en peligro.

Las palabras de Soong le hicieron girarse hacia él unos instantes. Parecía muy seguro de lo que estaba pasando y dando sugerencias como si fuese uno más de la tripulación. Aakesh se quedó mirándolo fijamente, esperando que alguien respondiese a sus preguntas.

La capitán le ha permitido moverse por la nave pero....¿hasta el punto de actuar como un oficial más?

La Excalibur se desliza suavemente entre los erráticos asteroides, abriéndose paso hacia el otro extremo del peligroso campo de rocas bamboleantes. Muchas veces Lightman y De Alba tuvieron que cambiar de curso porque los asteroides chocaban enfrente a la NX para enloquecer cualquier curso previo. En realidad no hizo falta disparar a ningún asteroide por la gran pericia de los pilotos. En ese punto Jankowsky respiró tranquilo por no tener que delatar la nave al disparar a las rocas, aunque tal vez la lanzadera del mercenario podría tomar la delantera y ayudar con el curso actual.

Pronto la baliza de auxilio estuvo lista con el mensaje encriptado. Sin demora el dispositivo fue disparado por uno de los tubos de torpedos de popa en dirección al espacio aliado. Con algo de suerte la baliza llegaría al sistema Wolf 424 antes que el enemigo se percatase.

La mezcla de energía y habilidad psíquica con los sensores de la nave produjo alguna que otra fluctuación en la nave, alterando las luces del puente y enloqueciendo las puertas de acceso al lugar.
A cambio del altercado menor Shirrazz obtuvo información importante. No tanto como seria con el dispositivo de tele-presencia pero algo al menos.

Sus parientes Aenar se encuentran en el centro de la anomalía y esta se mueve con mayor velocidad hacia el espacio de la Coalición. Las ondas cerebrales de ellos son erráticas, quizás producto de algún peligro físico que por ende altera su estado mental.

Entonces la mirada del Primer oficial cambió del mercenario a la pantalla principal, donde un Ave de presa Romulana, con su tono verde y su ave pintada en el vientre, sale al cruce de la NX en busca de pelea.

El enemigo mantiene “silencio de radio”, algo que pudo comprobar Mccall al examinar todas las frecuencias posibles. Incluso el escaneo de sensores de Sirril solo devolvió datos insuficientes, proyecciones de los asteroides y actualizaciones de sus trayectorias. O solo tal vez, una posibilidad entre un millón, es posible que la Ave de presa también sufra los mismos problemas de comunicación que la Excalibur.

Aakesh seguí sin saber a ciencia cierta que pasaba, pero al ver la nave romulana su rostro reflejó ira y rabia. Apretó con fuerza los puños y si su mirada pudiese atravesar la pantalla y hacer daño, ahora mismo la nave romulana estaría volando en mil pedazos.

Se acercó a la consola de Jankowsky

-No soy un experto como usted en armamento, pero si puedo asistirle lo haré. Al no ser que haya alguien con más pericia que yo.

-Capitán, dado que parece que nos han detectado, o al menos nos ven, ¡¡¡me dejaría de preámbulos y dispararía de inmediato!!!

Aakesh se quedó mirando la nave, evaluándola e intentando predecir su siguiente acción.

¿Están ahí o hay dos naves?  ¿Se parece esta a la del sueño? 

No disparen a matar.  En el centro de esa anomalía, probablemente en esa misma nave, están mis conciudadanos aenari, y temo que están siendo torturados.  -dijo con una claridad la embajadora, como si lo estuviera viendo. 

Temía que los impulsivos terrícolas soltaran una andanada de torpedos al instante. 

Pero en eso sintió los flujos psíquicos más claramente.  Cerró los ojos.  ¡No, en esta nave no están!  Hay que entrar a la anomalía, ¡ahí están ellos!

Terrícolas, esta nave romulana, por mí pueden destruirla.  Pensó fríamente, pero no lo expresó, por respeto táctico a la capitana.

Una de las cosas que Aakesh aprendió por las malas es que las ave de presa jamas andan sin compañía. Por ejemplo la Ulysses fue sorprendida por dos naves romulanas, que al principio una sola fue quien combatió contra la nave de la tierra y finalmente las dos se encargaron de rematar la Ulysses y de destruir a los sobrevivientes.

Con el tiempo, y las historias de bar, Aakesh entendió que los grupos pequeños son duetos y que grupos más grandes corresponden a ataques a gran escala – como la batalla del sistema Sol, encabezado por diez aves de presa o el asedio a Denobula – o grupos de tres o cuatro naves para escoltas o misiones importantes.

Por un momento, Dameon se sintió tentado de ponerse a explicar al Primer Oficial qué había pasado hasta el momento y por qué le parecía una locura ponerse a disparar como un gángster del siglo XX terrestre, pero la embajadora habló, solicitando que no se disparase " a matar". Tuvo que reprimir un mal gesto y torció los labios de manera extraña intentando evitarlo. Sabía que estaban en guerra, estaba lejos durante el ataque a la Tierra y no había sufrido en sus carnes el combate directo. De hecho, la mayor parte del servicio de McCall había sido en bases de espacio profundo, naves científicas y de exploración, podía tener ideas magníficas para explorar una anomalía y no temía enfrentarse al peligro que suponían, pero una batalla... Cuando se unió a la Flota, siempre pensó que se unía a un grupo que representaba lo mejor que podía dar la humanidad: el ansia por el conocimiento, la curiosidad, la ciencia, el deseo de conocer a otros y compartir sus experiencias y, por qué no, su ayuda si les era posible. Era innegable que había cosas peligrosas ahí fuera, pero la Flota no atacaba primero, se defendía, utilizaba la respuesta menos letal hasta que no quedaba otra opción. No eran guerreros, eran científicos y exploradores. Al menos en su mayor parte. Al menos la parte que él más apreciaba, cuyos ideales admiraba. Y, debía reconocérselo a si mismo, ver esa agresividad en el Primer Oficial le disgustaba aún más.

A pesar de todo, estaba sujeto por la cadena de mando, y no dejaba de ser un mero alférez, no estaba en su mano reprender a nadie en el puente, estando la Capitana delante, así como la embajadora y el polizón. Aún así, no le gustaba.

Cerro los ojos y suspiró profundamente, para después calzarse esa sonrisa que usaba cuando su madre y su hermana discutían pero había cosas que tenían que hacerse (y no podía meterse en la batalla campal que mantenían las mujeres de su familia)

- La baliza ha sido lanzada hacia espacio aliado, es improbable que haya sido detectada.-  se aclaró la garganta, intentando sonar más animado de lo que realmente se sentía.- Por otro lado puedo confirmar que al igual que nosotros, están en silencio completo de comunicaciones, posiblemente estén afectados por la anomalía del mismo modo que nosotros.- Una vez terminó el reporte se giró hacia el puesto de ciencias.- Señor Sirril, si necesita ayuda con los sensores, cuente con mi ayuda.

Todo resultaba bastante confuso ya que la anomalía afectaba de gran manera a los sistemas por lo que era necesario escudriñar en ellos para intentar determinar que era un dato real y que era una falsa lectura. La capitán finalmente opto por acercarse a la nave, si aquella decisión alentada por Sirril era acertada o no pronto tendría respuesta.

El campo de asteroides se interponía entre las dos naves y sin duda el vulcano pensaba que ambas naves estaban siendo afectadas por las interferencias, las maniobras de Lightman eran precisas para sortear los asteroides cuando interrumpió nuevamente el intruso en el puente.

Sirril no sabía muy bien cual era el rol en la nave de aquel individuo pues no había sido informado pero pronto dedujo que había dejado de ser un intruso en la nave ya que nadie pareció alarmarse con su presencia no obstante el vulcano no pudo dejar de arquear una ceja al escuchar el comentario del salvaje al que respondió sin siquiera quitar la vista de su consola.

Prometo que no azotare a nadie, pero mejor deje la gravedad en mis manos...

El comentario del vulcano fue tan sarcástico, como serio y sin si quiera dignarse a mirar. Los dedos de Sirril seguían centrados en la situación que tomaba un nuevo rumbo con el acercamiento de la nave romulana.

Sin duda el centro de la anomalía corresponde con los seres que vimos en nuestra visión, lo más lógico sería pensar que se encuentran en la esfera que pudimos ver la embajadora y yo aunque los sensores no sean capaces de captarla.

Lo más obvio y más probable es pensar que sean hostiles, pero si atacamos primero sin previo aviso ni provocación y no lo son... sin duda habremos ganado un enemigo. Capitán no digo que no sean una amenaza pero solo quiero que pueda ver todas las posibilidades antes de tomar su decisión. No tenemos información suficiente ni tan siquiera sabemos si la anomalía es un arma o una amenaza real.

Las comunicaciones no funcionan y me atrevería a decir que en ambas direcciones, sugiero utilizar destellos de luz para una comunicación visual con la nave. Mientras tanto capitán si le parece bien intentaré fijar a uno de
los compatriotas de la embajadora con el teletransportador, quizá sea imposible con estas interferencias pero no tengo duda de que si consiguieramos transportar una sola persona la simbiosis del grupo con la anomalía podría sufrir un corte desactivandola.

Sirril había sido quien había sugerido investigar la anomalía junto a la nave romulana, había algo en el comportamiento de Sirril del cual era incapaz distinguir si se movían por la lógica de lo que realmente pensaba o estaba siendo sutilmente manipulado por si mismo para encontrar respuestas.

Respuestas, conocimiento empezaba a ser como una droga para Sirril, las consecuencias o los riesgos parecían importar menos cada vez a una mente ansiosa por saber y conocer. El vulcano era incoscientemente consciente de aquello y empezaba a dudar de si sus decisiones realmente eran suyas...

Gracias a la pericia de Lightman en el timón la Excalibur pudo sortear los asteroides "casi sin despeinarse", parecía que después de todo el termino de Santa Peligros no era del todo desarcetado, la capitana enarcó una ceja para evitar sonreir ante el comentario de su oficial de comunicaciones, sin embargo el peligro no había terminado... estaba la nave romulana de por medio y... conociendo al dios primigenio que los guiaba en todas sus empresas... seguramente la cosa no acababa más que comenzar, así pues se centró en lo que tenía delante.

-No soy un experto como usted en armamento, pero si puedo asistirle lo haré. Al no ser que haya alguien con más pericia que yo.

La ceja de la capitana se volvió a arquear, detectó de inmediato del deseo por parte del señor Mukherjee de disparar.

-Capitán, dado que parece que nos han detectado, o al menos nos ven, ¡¡¡me dejaría de preámbulos y dispararía de inmediato!!!

El ceño de De Alba se arrugó.

- Negativo, somos oficiales de la Flota Estelar. Dispararemos cuando sea necesario- iba a seguir con sus argumentos cuando la andoriana, McCall y el vulcano intervinieron.

 ¡No, en esta nave no están!  Hay que entrar a la anomalía, ¡ahí están ellos!

Cristina miró por inercia la pantalla, calculando posibilidades.

- La baliza ha sido lanzada hacia espacio aliado, es improbable que haya sido detectada.-  se aclaró la garganta, intentando sonar más animado de lo que realmente se sentía.- Por otro lado puedo confirmar que al igual que nosotros, están en silencio completo de comunicaciones, posiblemente estén afectados por la anomalía del mismo modo que nosotros.- Una vez terminó el reporte se giró hacia el puesto de ciencias.- Señor Sirril, si necesita ayuda con los sensores, cuente con mi ayuda.

Aquello ayudaba mucho a la hora de tomar su decisión.

 

Prometo que no azotare a nadie, pero mejor deje la gravedad en mis manos...

En aquella ocasión las cejas de De Alba se elevaron por la sorpresa, era la primera vez que escuchaba a Sirril hacer un comentario de aquella índole. El tono había sido muy serio pero se podía decir que iba progresando para ser un vulcano.

Sin duda el centro de la anomalía corresponde con los seres que vimos en nuestra visión, lo más lógico sería pensar que se encuentran en la esfera que pudimos ver la embajadora y yo aunque los sensores no sean capaces de captarla.

Lo más obvio y más probable es pensar que sean hostiles, pero si atacamos primero sin previo aviso ni provocación y no lo son... sin duda habremos ganado un enemigo. Capitán no digo que no sean una amenaza pero solo quiero que pueda ver todas las posibilidades antes de tomar su decisión. No tenemos información suficiente ni tan siquiera sabemos si la anomalía es un arma o una amenaza real.

- Cierto señor Sirril...- dijo dedicándole una mirada a su primer oficial, disparar primero sin evidencias de hostilidad suponía riesgos

Las comunicaciones no funcionan y me atrevería a decir que en ambas direcciones, sugiero utilizar destellos de luz para una comunicación visual con la nave. Mientras tanto capitán si le parece bien intentaré fijar a uno de
los compatriotas de la embajadora con el teletransportador, quizá sea imposible con estas interferencias pero no tengo duda de que si consiguieramos transportar una sola persona la simbiosis del grupo con la anomalía podría sufrir un corte desactivandola.

- Me parece bien, póngase con ello inmediatamente

Aakesh miraba con odio hacia la nave romulana, pero algunos comentarios le hicieron volver a la realidad

-¿Anomalía?, ¿ellos?, ¿alguien me puede decir que está pasando?. ¿Se refieren a la anomalía que detectamos lejos de nuestra ruta? ¿y quienes son ellos?

Aakesh dio un paso hacia adelante

-Capitán, las aves de presa romulanas no van solas, ha de haber otra nave en las cercanías. Siempre van de dos en dos, nunca solas.

Aakesh apretó los puños con rabia, la visión de los romulanos removía en su interior a los fantasmas del pasado, y la falta de información no le ayudaba a controlarse precisamente, le impacientaba.

-¿Que vamos a hacer capitán?

Una parte de él quería quedarse callado, pero la parte bocazas de su carácter (la principal) no podía callarse, y menos aún ante la impaciencia por "apretar el botón de destrucción" que exudaba el Primer Oficial. La sonrisa correcta seguía en sus labios, pero cuando habló había un tono duro en su voz que no había habido hasta el momento.

- Comandante, nos hemos dirigido hasta el punto de origen de la singularidad, el campo de asteroides nos separa de él; posiblemente los meteoritos se traten de los restos de la explosión. En el centro del campo se encuentran tanto el origen de la singularidad como la nave romulana que captó la sonda relé antes de fundirse, parecen estar cerca pero no en el mismo punto. La Embajadora Shirrazz y el señor Sirril parecen haber detectado algún tipo de energía Psi procedente de la anomalía, teorizan que se pueden tratar de compatriotas de la Embajadora que están siendo torturados. El centro de la anomalía puede ser otra nave, siendo la segunda nave que usted "sugiere", en todo caso su actividad interfiere tanto en sus comunicaciones como en las nuestras y afecta negativamente a nuestros sensores, con lo que es difícil asegurar algo al 100%, aunque parece una teoría bastante sólida.- el sudáfricano desgranó los datos desapasionadamente, a pesar de su sonrisa, casi parecía que había intercambiado el puesto con el oficial científico. Sostuvo durante unos instantes la mirada de Mukherjee, en espera de que preguntase algo más o le reprendiese por el tono. Una parte del alférez se fustigaba por haber abierto la boca cuando el pacifista que tenía dentro se estaba revelando contra la actitud de su oficial superior, mientras otra clamaba que el indio necesitaba información para poder valorar la situación correctamente.- Siéntanse libres de corregirme si he omitido o malinterpretado algún dato.- soltó al aire, por si se había excedido con lo escueto del resumen.

Después se volvió hacia la capitana.

- Puedo intentar la comunicación mediante luces que sugiere el señor Sirril.- se giró hacia el vulcano un instante para dedicarle un gesto de aprecio por la inspirada solución.- Transcribiré sus palabras.

Aakesh comenzaba a entender lo que estaba pasando, pero seguían habiendo varias cuestiones por resolver.

-Gracias por la explicación señor McCall. Si he entendido bien hay una segunda nave romulana en la anomalía con andorranos en su interior que han provocado está anomalía, ¿Correcto?

Aakesh quedó pensativo y negó con la cabeza

-Por lo que sabemos de ellos su tecnología nos sobrepasa en algunos campos, pero de ahí a crear esto....dudo mucho que sean capaces de hacerlo con su tecnología. Si así fuese hace mucho que la guerra la habrían ganado.

Calló de nuevo y dirigió su mirada hacia la embajadora

-Embajadora, habló de la energía psíquica, ¿Es posible que la gente de su pueblo fuesen capaces de crear....esto? - pregunta mientras señala hacia la pantalla

-Si no son romulanos, tendremos una segunda nave dando vueltas por aquí