Partida Rol por web

-¿Capitana? -dije, al verla despertar- Señora, no tenemos mucho tiempo. No quiero, bajo ningún concepto, que el dispositivo que tiene se active, por lo que tendremos que hacer esto rápido y fluido. -indiqué- La doctora Blake y yo hemos discutido una forma para retirar el dispositivo, que parecería ser la única: utilizaremos el Transportador para removerlo. Se trata de una operación de extrema complejidad y sensibilidad, pero es la manera que encontramos de liberarla de esa tecnología. Será muy... muy arriesgado y peligroso, y es muy probable que no salga como lo esperamos y... -estaba muy nervioso, nunca había hecho nada igual- es probable que muera. Pero al menos tendrá una posibilidad de salvarse. El bisturí, por el contrario, sería sencillamente mortal.

Hice una pausa, en la que miraba a los ojos a mi Comandante con desesperación, suplicando su absolución del resultado de aquel terrible destino.

-Ojalá tuviéramos otra opción, pero no hay ninguna -dije-. Necesito su aquiescencia, Capitana.

De Alba al comprobar que estaba atada dejo caer la cabeza con un suspiro, había olvidado que ella misma lo había ordenado. Entonces escuchó con suma atención todo lo que Ollander le dijo, mirándolo a los ojos. El que no le pillara de nuevas no significaba que le gustase, podía morir en el proceso pero tenía una opción y aquello era mucho mejor que dejar que el enemigo se apoderase de ella o morir directamente. Sólo necesitó unos segundos para decidirse.

-Proceda, maldita sea, sáqueme el dispositivo usando el transportador. Una opción es mejor que nada.-Miró con seguridad al ingeniero confiaba en él y si moría en el intento... bueno, que se le iba a hacer gafes del oficio.-Venga dese prisa, simplemente haga su trabajo. La responsabilidad es mía.Trató de ayudarlo liberándolo de cualquier culpa ante un resultado negativo de la operación- Y cuando haya extraído el puñetero chisme elimínenlo, sea cual sea el resultado. No debe de haber ningún vestigio de esa tecnología.

El marine, sentadito, junto al orionita, que seguramente se hubiera prestado en arrancárselo de un tirón, le tocó la mano al ingeniero.

- Señor Ollander. Tal vez los MACO veamos fantasmas donde no los hay, pero mi comentario es este: Suspiró. - La decepción, no es estar triste por una desilusión, sino una maniobra de engaño. Aquellos que se lo han implantado saben perfectamente las circunstancias y posibilidades del "trasto" pero ¿No puede ser que al hacer eso se les de unas capacidades o información, incluso acceso a la nave o al control de esta?Le doy un leve empujoncito amistoso son el antebrazo al ingeniero y le comento: Recuerde la invasión del virus ese.

- Yo esperaría llegar a base y que los científicos hagan lo que estimen. No es que la vida de la Capitán corra peligro en estos instantes, así que mejor tenerla estable hasta que se pueda dirimir. Si pasase a una emergencia vital ... está claro que hay que actuar como la Capitán comenta. Ha dicho bien, comenta, y no ordena. No piensa que esté plenamente en sus capacidades o totalmente bajo su control. Miró a la mujer. Lo siento jefa, pero siempre he pensado en la misión, y ya le dije que esta era mantenerla a salvo. Igual tiene que seguir "encarcelada" otro poco, pero es por su propia salud y seguridad.

Cristina miró muy fríamente al MACO, acababa de dar una orden y este se atrevía a llevarle la contraria.

- Agradezco su preocupación señor Silky pero no es conveniente que el dispositivo se active, las ordenes están claras. Asumo el riesgo, tanto da ahora que después o incluso puede ser peor si esperamos, el resultado va a ser el mismo. No hay ninguna información mas que se pueda sacar del enemigo. Y ahora señor Ollander, por favor. Proceda

Tomé la mano de la Capitana entre las mías y la apreté con fuerza.

-Capitana, todo estará bien, nos veremos en un rato -dije, al tiempo que hacía un gesto a Blake para que volviera a sedar a la comandante en jefe. No podíamos arriesgarnos a que el dispositivo se activase en medio de la operativa. Me erguí solemnemente y me cuadré, mientras el sedante era administrado-. Ha sido un honor servir a su lado, Capitana De Alba.

-Gauntle -respondí al MACO-, debemos hacerlo. Ya tenemos suficientes desventajas contra el enemigo como para que además tengan el control de nuestra Capitana. La verdad es que decidimos sedarla, pero no estoy muy seguro de si eso es suficiente para evitar la activación del aparato. Cada minuto que pasa con ese trasto en su cabeza es un minuto más de riesgo en que toda la información de esta nave y esta tripulación podría estar en manos del enemigo. 

Me encaminé hacia la puerta.

-Deseenme suerte -les dije al Silky y a Blake-. Y bajo ningún concepto muevan a la Capitana. ¿Está claro?

Sin más dilación partí en dirección a la Sala de Transportes.

Cristina al sentir las manos de Ollander sobre las suyas las apretó con fuerza, aquello le dió animo. Se sentía como una completa idiota que podría haber echado a perder toda la misión por su temperamento, pero que aceptaría pagar con su vida su error si con ello conseguía solventar todo aquel entuerto... sólo que pensar en la muerte no es lo mismo que tener que afrontarla, en pocas palabras, no quería morir, estaba acojonada y además le había costado mucho acceder a la capitanía de la Excalibur, para ello había tenido que renunciar a muchas cosas y cuando por fin lo conseguía tener que sacrificarse en su primera misión era cuanto menos indignante.

De Alba sonrió a Ollander, había tenido la fortuna de contar con una tripulación excelente, estaba orgullosa de todos y cada uno de ellos pero su ingeniero jefe era su favorito, dentro de lo malo estar en sus manos era algo positivo, si alguien podía hacer que aquello funcionara sólo podía ser él.

- Saldrá bien Jack, confio en usted- amplió su sonrisa- y sino... bueno, de algo hay que morir- al ver como Ollander se cuadraba se emocionó, no se lo merecía... lo había hecho todo mal- el honor ha sido mío, créame señor Ollander- una lágrima traicionera le recorrió la mejilla- ser vuestra capitana ha sido el mayor de los privilegios- entonces los ojos de De Alba que permanecían clavados en el ingeniero se fueron apagando con el convencimiento por parte de la capotana de que aquella sería la última imagen que vería en vida, ojalá hubiese podido llegar hasta el final con ellos, no tenía derecho a dejarlos sin capitán... pero tampoco podía consentir que el enemigo los destruyese a través de ella, ¿los habría fallado a todos? Un último pensamiento en forma de imagen se materializó en su mente, la mirada del cuadro que estaba en su camarote, su antepasado más famoso el Gran Duque.

Le pediría permiso a la capitana para destruir el cacharrito ese, pero, procuró ser discreto y no entrometerse más. Tenía que darle el apoyo, sobre todo cuando esa decisión era un autosacrificio. - Estoy y con usted mi Capitán. Sonrió añadiendo: - Todo saldrá bien.

No era el mejor en las habilidades sociales. Todo lo contrario, pero cuando un compañero tomaba unos riesgos, asumía unos honores que todos le apoyaban. Daban por supuesto muchas cosas, y a su regreso, será elevado a los niveles de héroe.

Asintió al compañero. La capitán estaba cerca y no quería que cualquiera comentario pudiera importunarla.

Eso si, le tomó las manos entre las suyas, sin incorporarse y las agitó con energía, para transmitirle toda la energía y confianza que pudiera. - Adelante. Y le animó: - Saldrá bien.

La situación era crucial con Ollander en camino a la sala del Transportador. La doctora auxiliar no dejaba de moverse de un lado para otro intentando calmar, en vano, sus nervios. Al salir de allí Jack, la doctora asiente las órdenes del joven prodigio y responde para los tres. – Buena suerte. La necesitaremos, y despreocúpese, la capitana se encuentra en buenas manos. – afirmó al mirar por ultimo a Cristina, que desde su sitio contempla a todos un poco resignada al dejar su destino en manos de otros.

El solado MACO, de origen Orion, se encontraba allí antes del despertar de Cristina y de la llegada de Ollander y Blake. Al enterarse que su comandante había sobrevivido a la misión en la nave enemiga había acudido de inmediato. Era su único amigo a bordo, además de su tutor.

Vaya trastada le han jugado a la capitán. – dijo el corpulento y verde hombre, casi murmurando para oídos de Silky – Bueno, regreso a mis rondas. Cuando se recupere lo invito a comer algo…y tal vez hacer algunas vencidas Je Je Je- luego el hombre se cuadró frente a su superior y abandonó la enfermería.

Se despidió del orionita con un saludo de la mano y una extraña sonrisa.

Pasados unos treinta minutos desde que abandoné la Enfermería, me comuniqué con Blake. No podía perder tiempo apersonándome en el lugar, así que esperaba que entendieran mi lenguaje indirecto.

-Doctora Willis, aquí Ollander -recité por el intercomunicador-. Necesito que me traigan a la paciente. ¿Me explico? No quiero dar mayores detalles. Traigan a la paciente, con cama y todo, hasta donde me encuentro, que es el lugar a donde me dirigía. ¿Está claro?