Partida Rol por web

- Está bien. - responde asintiendo. 

Una vez que termina de recoger las muestras, se incorpora con la intención de dirigir los pasos hacia donde se encuentra Jan. Realmente el lugar es asqueroso, más aún para la vulcana, pero ante la idea de cumplir con lo encomendado se permite mirar a los ojos al Oficial mientras le dirige la palabra. 

- Será mejor que entremos y descubramos por nuestros pocos ojos, no me importaría ensuciarme un poco. -  agrega al dar un paso hacia delante, posiblemente invadida por la curiosidad. 

Jankowsky entró con decisión en la sala de máquinas después de todo desde su ubicación no estaba haciendo nada útil. En cierto modo le molestó que tuviera que ser Elung la que diera el primer paso aunque no lo exteriorizó.

-Eso está bien por que creo que será inevitable dado el estado de estas instalaciones.- Repondió a Elung.

Al ingresar lo primero que encuentran junto al núcleo warp es la estación de trabajo de Ingeniería. En el puesto de control se incluyen los mandos de armamento y defensa.

Junto a la estación de trabajo una criatura humanoide de dos metros de alto y de gran porte se encuentra oculta en las sombras. Una especie de monstruo, ensamblado con diversos miembros de distintas especies, observa a Elung y Eduard llegar. Entonces la criatura alza una de sus poderosas manos para alejar al dueto de los controles. Aparte del movimiento de su garra y el gruñido alterador nada más hace. Solo permanece allí hasta regresar a las sombras dando un paso atrás.

El monstruo, una especie de golem o frankestein espacial, tiene una cadena en su cuello que lo ata a la pared, solo que es complicado medir el largo de la cadena porque una gran parte de ella se encuentra justo detrás del monstruo.

La curiosidad y la apariencia misma del lugar, impulsan a Elung para dar un paso mientras avanza hacia el interior de aquel sector. El intenso aroma anula los sentidos de la vulcana, que tras cubrir su nariz se mantiene observando con total concentración cada detalle, hasta que de repente surge aquella bestia entre las sombras, siendo un invento que Elung básicamente podría considerar como una avance inmenso en el mundo de la Ciencia. 

- No se le acerque, es bastante inestable. -  advierte al dar un paso hacia atrás, entretenida con la recreación visual que le ofrece la criatura. Posiblemente buscando alguna válida explicación que sea adecuada para interpretar su desarrollo y la construcción misma del golem. - Intentaré hacerle un escaneo a distancia, es por interés meramente profesional. - se explica al sacar el tricorder desde una distancia que no le permita intimidarlo. 

Una vez que enciende su tricorder, el escaneo comienza emitiendo una débil luz que rodea a la criatura. Es un tanto arriesgada la decisión, pero considera poco ofensivo realizar aquel test si no se lo amedrenta en demasía. 

El golem dió un pequeño susto a Jankowsky que se echó hacia atrás levantando su arma para encañonarle:

-¡Joder!- Exclamó - Así que este es el golem ese del que hablaban - 

Jankowsky observó la criatura con curiosidad y sin dejar de apuntarle. Miró como la vulcana procedía con el escaneo.

-Ten cuidado, como decimos en la Tierra "la curiosidad mató al gato"- Aunque los vulcanos a veces eran demasiado literales esperó que Elung comprendiera el refrán, era bastante obvio su significado.

-Bueno, con este aquí no vamos a poder hacer mucho más, supongo que parte de su labor es vigilar que nadie no deseado acceda a los controles.- Poco más podían hacer a ojos de Jankowsky por lo que cuando Elung terminó su tarea se encogió de hombros -¿Volvemos?-

El escaneo revela que la criatura presente no esta realmente viva, porque los impulsos eléctricos del “golem” son erráticos y sin otra señal aparente de vida como todo organismo viviente debería tener. Ni siquiera los “órganos” de la criatura presentan funciones activas, pese a que su estructura se encuentra conformada por miembros de distintas especies.

El examen de Jankowsky acaba allí, sin husmear en profundidad fuera del “golem” y de los controles de ingeniería.

Por consiguiente el par decidió volver a los camarotes para descansar un poco antes del encuentro con la otra nave.

Ishant entró en la sala de ingeniería, sin saber muy bien lo que iba a encontrar. Tenía en claro que la rección de la "tripulación" hacia Ollander se había debido a la impulsividad y mala cabeza del piel-rosa, pero no podía estar cien por cien seguro. Por ello, además de su equipo de ingeniero había llevado consigo su ushaan-tor, si bien lo mantenía prendido de la parte de atrás de su pantalón, listo para ser enarbolado rápidamente si era necesario, pero lejos de resultar amenazante en una primera impresión.

Tras los agitados eventos del día, volver a una sala de máquinas, al entorno que tanto conocía, por muy alienígena que fuese, le llenaba de paz, aún a pesar de que las recientes conversaciones aún pesaban en su pecho, sin tener demasiado claro qué depararía el futuro. Ni que iba a encontrar en la sala de los motores. Cuando la puerta se abrió a su paso entró con cuidado, ligeramente encogido debido a su gran envergadura,oteando su alrededor.

Ishant al entrar descubre varias cosas interesantes, que difieren de lo visto hasta el momento.

Por ejemplo el estado de abandono y dejadez es solo un disfraz para un motor en perfecto estado. Sin meter las manos en la estación de trabajo intuye que la nave puede dar warp 5 sin mucho esfuerzo y poco más también. Incluso la nave posee un escudo deflector de otra tecnología añadido a las defensas de la nave. El deflector le recuerda a los prototipos que Andoria comenzara a probar el año entrante, aunque la tecnología le es familiar pero no es de su pueblo. 

Cuando se dispuso a hacer lo siguiente un gruñido espeluznante hizo que el ingeniero diera un paso atrás, alejándose del panel de control.

Junto a la estación de trabajo una criatura humanoide de dos metros de alto y de gran porte se encontraba oculta en las sombras. Una especie de monstruo, ensamblado con diversos miembros de distintas especies, observa a Ishant y levanta una de sus poderosas manos para alejar al intruso de los controles. Aparte del movimiento de su garra y el gruñido alertador nada más hace. Solo permanece allí y regresa a las sombras dando un paso atrás.

El monstruo, una especie de golem o frankestein espacial, tiene una cadena en su cuello que lo ata a la pared, solo que es complicado medir el largo de la cadena porque una gran parte de ella se encuentra justo detrás del golem.  La criatura mide treinta centímetros más que el ingeniero y su musculatura es asombrosa, al igual que el trabajo empleado en ella al ensamblar todas las partes en un único monstruo.

Aparte de la criatura el sitio es frio, húmedo y pobremente iluminado, solo teniendo claridad allí donde las consolas de operaciones y el motor se encuentra.

En el suelo hay herramientas abandonadas y del techo cuelgan peligrosos cables y tuberías de refrigeración y quién sabe que más.

Detrás del ingeniero Andoriano ingresa a la sala de maquinas la MACO Artemisa Kendra, asignada a custodiar al ingeniero de cualquier peligro que pudiera encontrar allí.

Ishant se internó en la bahía de ingeniería y comprobó la negativa del "guardián" a permitirle acercarse a la consola de control. El ingeniero levantó las manos para hacer notar a la criatura que no tenía ninguna intención amenzante.

- Me gustaría comprobar el estado de los sistemas. Quiero comprobar si hay algún desperfecto o algo que deba ser reparado para que la nave funcione en perfectas condidiones.- dijo con voz estentórea y clara.- Puedo llamar al capitan su necesita una orden directa, pero le agradecería que me dejase actuar, no tengo intenciones hostiles.

Sabía que esa era la criatura que había atacado a Ollander por los comentarios que había oído en los camarotes y no tenía intención de hacer ninguna tontería que le pusiese en peligro, menos ahora mismo. Así que se mantuvo a distancia y con la actitud menos hostil que fue capaz de adoptar, apartando la vista de la criatura y elevando la barbilla para enseñar el cuello, en señal de sumisión. Aún así se mantuvo a distancia de la critatura, lo suficientemente cerca como para que distinguiese con claridad su voz y sus gestos pero lo suficiente lejos como para quedar fuera de su alcance con la cadena estirada al máximo.

Los intentos de Ishant en ablandar la actitud del “monstruo” por medio de la palabra son insatisfactorios porque al mínimo intento de proximidad el coloso reacciona de igual manera que la vez anterior, con sus fornidos brazos intentando ahuyentar al andoriano de la estación de trabajo de ingeniería.

Es posible que la criatura no tenga mente o que no entienda las palabras del ingeniero de las tierras gélidas.

Ishant retrocedió, aún con las manos en alto, y las antenas agitansose levemente, sin saber muy bien como solucionar la situación. Estaba claro que aquella criatura no le entendía o no quería entenderle, pero que tenía claro que su misión era mantener a cualquiera apartado de la consola e iba a hacer todo lo que estuviese en sus gigantescas manos para conseguirlo. 

Miró alrededor, buscando algún interruptor, o algo que permitiese el control de la criatura, pero su inspección quedó insatisfecha, sin encontrar absolutamente nada que parecise interactuar con la criatura. Salvo, claro está, la cadena, que no pensaba tocar.

Finalmente, optó por la única opción que le quedaba: hablar con el capitán.

- Aquí Ishant a Puente, Capitán, uno de sus... "sirvientes" me impide realizar mi trabajo ¿Le importaría ordenarle que me deje acceder a la consola de ingeniería?

Ishant colgó el comunicador en una de las trabillas de su pantalón y miró al golem ladeando la cabeza. No sabía cuando  tiempo tardaría el capitán en comunicarse con su esbirro, pero dudaba que fuese inmediato. Así pues se cruzó de brazos, intentando mantener la pose lo más relajada posible para no resultar amenazante a la criatura, mientras sus antenas se curvaban hacia delante en un esfuerzo por parecer cordial. 

Mientras esperaba alguna acción por parte del engendro, su mente empezó a divagar hacia los sucesos de la noche lo que, si bien no alteró su expresión neutra y ligeramente ceñuda, si provocó un leve estremecimiento de júbilo en los apendices de su craneo. A pesar de ello, saber que la que en cierto modo consideraba su zh'yi se encontraba en el puente, lejos de su capacidad para protegerla si el capitán o su aviesa tripulación decidían revelarse en su contra le llenaba de ansiedad. No sabía hasta que punto la biología de su gente funcionaba como la andoriana, pero su instinto primario le hacía desear estar a su lado hasta que su lazo de unión se sellase definitivamente, por improbable que fuese que lo que había ocurrido entre ellos acabase convertido en un kelthreh en el sentido tradicional de la palabra. Si sus diferencias no lo hacían imposible es en lo que se estaba convirtiendo para él, instintivamente, para ocupar ese hueco que su condena había dejado en él. Su kelthreh, su familia. Su clan. Y su deber como thaan era proteger el Clan, por poco preparado que estuviese para ello.

Mensaje al PADD de Ishant:

Ten cuidado, el Capitán está un tanto receloso con su nave.

Los pensamientos de Ishant se dispersaron como la bruma matinal frente a la llegada de una ráfaga de viento cuando el “golem” retrocede hasta casi desaparecer dentro de su nicho especial junto a la estación de trabajo.

Tan solo el tintinear de su cadena es el único indicativo de su presencia en la sala de ingeniería. Desde luego al mejorar la iluminación del lugar el monstruo es perfectamente visible, que de otro modo podría pasar desapercibido al confundirse por una pieza de equipamiento.

Mensaje al PADD personal de Elung:

Gracias por el aviso zh'yi, soy suspicaz tanto con el capitán como con la tripulación, cuidaré de mis antenas

Mientras Ishant teclea suavemente en su PADD personal observa como la criatura que guarda ingeniería retrocede hasta su nicho. El andoriano la observó durante instante al tripulante de la nave, confirmando hasta donde podía que el engendro era pacifico. Con paso precavido se acercó a la consola de control. Quería correr un diagnóstico general de la nave, buscando los puntos de fallo más graves. Una vez que los tuviese podría evaluar que precisaba reparación más urgente dadas sus circunstancias actuales, e intentaría mejorar el desastroso estado general de la nave. Si bien era cierto que la sala de motores se encontraba en un estado mucho más satisfactorio que el resto de la embarcación, distaba mucho de estar en su punto, por lo que suponía que cualquier mejora sería agradable.

Por suerte el científico azul había conseguido, con diplomacia, amansar la situación. Ella hubiera sido más directa. Más drástica. Más agresiva. Pero quería ver que sucedía. No siempre se puede estar desafilando siempre las armas, gastando munición y vertiendo sangre.

Estaba satisfecha, por una vez, el haber dejado a otro la situación. Que fuera adelante todo. ¡Y además había salido bien!

Tres eso preguntó entre susurros a su compañero: - ¿Y ahora?