Partida Rol por web

Ishant no se giró hacia la humana, sino que siguió tecleando en la consola, ladeando ligeramente la cabeza.

-Ahora intentaré hacer mi trabajo lo más rápìdamente posible, intentando que esa criatura o el capitan no cambien de opinión a mitad de las reparaciones y decidan rearmar mi cuerpo con una configuración diferente.- susurró.- No haga ningún movimiento agresivo pero esté atenta por si... cambia la situación.

Artemisa asintió levemente y cambió su mirada, de curiosa e inocente, a desconfiada, y desde el gigante azul a otro, marrón.

El análisis de Ishant lo deja un poco decepcionado. Todo funciona al noventa y siete por ciento de su capacidad y el tres por ciento restante es un producto de ajustes y calibraciones menores que podrían levantar la eficiencia al ciento cinco por ciento.
Desde luego es posible realizar las correcciones desde la estación de trabajo al ejecutar varios diagnósticos autosuficientes. Luego de eso resta esperar cualquier posible daño por combate entre naves. Y tal vez dormir una pequeña siesta mientras tanto...

Tras la evaluación inicial de los sistemas, el ingeniero ladea la cabeza, entre sorprendido y decepcionado. A pesar del aspecto cochambroso de la bahía de ingeniería y el calamitoso estado del resto de habitats de la nave, esta parece funcionar mucho mejor de lo que un mero vistazo sugeriría. Lo que significa que el capitan al menos mantiene las prioridades de mantenimiento en los motores y sistemas básicos, cosa por la que el andoriano no puede protestar.

Con un leve resoplido, aparta las manos del panel y retrocede, sin apartar la vista del guardián de la sala, intentando evitar alterarlo.

- Hay poco que pueda hacer, en apariencia. Esta nave está en mejor estado de lo que aparenta, en parte este aspecto cochambroso parece una cohartada.- pronuncia tanto para la criatura como para Diana, mientras se va dirigiendo a la puerta.- hasta que entremos en una situación de combate poco puedo hacer aquí, por lo que me dirigiré a la bahía principal, para ver como se encuentran los abducidos. 

Con estas palabras, Ishant se da la vuelta y abandona la estancia.

Sin tener demasiado claro lo que pasaba, sigue al gigante azul, a ver si tenía suerte y le explicaba alguien algo mejor.

- Te acompaño. Se ofreció amablemente, mientras le seguía. Aún desconfiaba del golem ese.

No había demasiado tiempo, se acercaban a la Orion y esta no se quedaría esperando a ser abordada, debían salir en la lanzadera cuanto antes para estar en posición y abordar la nave antes de que se dieran cuenta de su presencia.

James busco al mercenario, esperaba que no se opusieran... el incidente entre el doctor y y el gorn no había ayudado aunque al menos el herido había sido el doctor por lo que James esperaba que la cuenta hubiera quedada saldada y no consideraran ninguna cuenta pendiente.

Tenemos a la Orion a alcance, es hora de acabar lo que empezamos y abordar la nave. Necesitamos la lanzadera para la operación de rescate espero que no sea un inconveniente.

El piloto llegó a ingeniería, junto con los demás tripulantes.

- Bien, ¿dónde está esa belleza de lanzadera? Tengo que echarle un ojo para ver su operatibilidad y estado de los motores.

Cuando la puerta de Ingeniería se abrió con un sonido sibilante y veloz, no pude evitar quedar paralizado. Eché un rápido vistazo, dirigiendo mi mirada en todas direcciones. En cuanto estuve seguro de que ni una mosca volaba dentro, di un paso dubitativo.

Una vez dentro, la primera tarea fue ubicar al golem para mantenerlo vigilado.

-¡He venido en son de paz! -vociferé, esperando algún tipo de reacción que me dijera donde se encontraba la criatura.

La segunda tarea fue familiarizarme con el espacio, conocer donde se encontraban todos los paneles de control, las herramientas y los accesos al motor de salto y los impulsores. Pronto sería necesario que mi único brazo mantuviera en pie toda la nave.
 

Jankowsky contestó a Lightman:

-¿Acaso temes que nos deje tirados?, ¿no te fias de Licahss?- Preguntó irónicamente. Le gustaba bromear con Lighman. -Venga, una comprobación visual rápida y vamos, el tiempo apremia.- No era él quien debería meter prisa, pero tenía ganas de ponerse en marcha, cuanto antes marcharan antes volverían ¿no?.

Johnny sonrió ante el comentario de Jan, sabía que lo hacía con ironía, aunque se guardó de decir que en parte no se fiaba de Lichass. No lo conocían tanto y no podían estar seguros que no hubiera hecho algún otro trato con los Orion para venderlos a ellos como esclavos. Si bien el hecho de estar presente la Franklin le daba cierta seguridad, podían aparecer más naves.

En todo caso, asintió ante la petición de Jan de darse prisa en la revisión de la lanzadera, cosa al que se puso enseguida.

Ollander e Ishant llegan junto a los demás a la sección de Ingeniería donde junto al acceso a la sala de motores se encuentra la pequeña bahía de lanzaderas donde la Ktoch Klingon calienta sus motores para abandonar muy pronto la Zeshkan.

Los dos ingenieros ingresan a la sala de motores, dejando atrás a James y los otros. Ahora cada grupo tiene ocupaciones muy distintas.

- Bien, ¿dónde está esa belleza de lanzadera? Tengo que echarle un ojo para ver su operatibilidad y estado de los motores.

No hay duda al respecto. Es la lanzadera de exploración e infiltración Klingon que utilizó Gaheris para ingresar en la Excalibur sin ser detectado. Es una nave creada para el sigilo. La simple experiencia pasada con el mercenario lo demuestra.

El estado de la pequeña nave no puede ser mejor a simple vista. La misma recibió hace poco un mantenimiento completo. Sus motores de impulso ronronean como un gatito al prestar un poco de atención.

Tenemos a la Orion a alcance, es hora de acabar lo que empezamos y abordar la nave. Necesitamos la lanzadera para la operación de rescate espero que no sea un inconveniente.

La puerta de acceso se abre y del interior de la pequeña nave desciende Nazram. Entonces se dirige a James.

- Nadie va a “echarle un ojo” a nada de la lanzadera. No es propiedad de Licahss ni de la Tierra. Desde luego que es un inconveniente que ustedes crean disponer de nuestra nave a gusto y placer -

La breve pero determinante respuesta del alienígena de color amarillento deja en claro su partida y nula intención en entregar la lanzadera.

Junto a la estación de trabajo una criatura humanoide de dos metros de alto y de gran porte se encontraba oculta en las sombras. Una especie de monstruo, ensamblado con diversos miembros de distintas especies, observa a Ishant y levanta una de sus poderosas manos para alejar al intruso de los controles. Aparte del movimiento de su garra y el gruñido alertador nada más hace. Solo permanece allí y regresa a las sombras dando un paso atrás.

El monstruo, una especie de golem o frankestein espacial, tiene una cadena en su cuello que lo ata a la pared, solo que es complicado medir el largo de la cadena porque una gran parte de ella se encuentra justo detrás del golem.  La criatura mide treinta centímetros más que el ingeniero y su musculatura es asombrosa, al igual que el trabajo empleado en ella al ensamblar todas las partes en un único monstruo.

En esta ocasión el monstruo permaneció inmutable en su lúgubre espacio, bajo el refugio de las sombras, sin hacer ni emitir gruñido alguno.

Entonces, con breves palabras, Ishant le explica al humano que el capitán de la Zeshkan permitió que los ingenieros trabajen en los motores de la nave solo cuando sea necesario. De este modo Ollander puede mirar de cerca la estación de trabajo donde todos los controles de los motores y de los sistemas defensivos de la nave se encuentran.

Ahora podría hacer algo por la nave cuando haga falta.

James dio un paso al frente, aquel era un nuevo problema y estaba claro que el altercado con el doctor había alterado los ánimos aun más con los mercenarios.

Nazram, se que la operación no ha sido fácil y que no todo ha salido como esperabamos pero estamos juntos en esto.
El trato con la federación consistía en el rescate de los rehenes y esa misión no ha finalizado todavía. Nos acercamos a la Orión y solo tendremos una oportunidad de abordarla y debemos hacerlo en esa nave para que no se den cuenta hasta que sea tarde y evitar que ejecuten a las prisioneras.

James miró al mercenario con mirada amistosa La federación os recompensará como merecéis y podéis quedaros con el botín de la Orion pero acabemos el trabajo que hemos empezado, acompañarnos en la lanzadera o al menos prestárnosla y nosotros correremos el riesgo.

Cita:

Johnny exhaló un suspiro de desesperación al oír esas palabras. Parecía que esta operación de rescate estuviera gafada desde el principio. Se aguantó las ganas de propinar un puñetazo al tipo amarillento, no teniendo al comandante James allí delante, aunque pensó que hubiera sido muy de acorde con todas las trifulcas que habían ocurrido.

En su defecto, dejó que James intentara convencerlo de poder usar la lanzadera.

El intercomunicador se activó.

-Aquí Ollander desde Ingeniería, estamos listos para recibir órdenes.

Intimidado por la situación de encontrarme frente a mi atacante, me dispuse e ingresar en los ordenadores de control de los motores, tanto de salto como de impulso, así como las computadoras del generador.

Mi intención inicial, redoblando las apuestas, fue la de desactivar el control a distancia de Lichass. Tratando de anular el dominio que tenía desde el teclado que llevaba consigo.