Partida Rol por web

El asco llenó súbitamente mi cuerpo. Dejé caer un cortador de plasma accidentalmente y el sonido del impacto contra el suelo se perdió mientras me zambullía en una oscuridad pegajosa y lúgubre.

-¿Qué mierda es esto? -dije en voz alta, algo asustada.

El xhaguar le provocó un asco instantáneo al pobre de Kjarl.   Sintió su voluntad desfallecer, como que no podía ni contestar o responder a tiempo, ni en mente ni en cuerpo. 

Aún así, intentó acceder a la base de datos que cruzara la historia que había oído de la boca de este dentudo ser.  ¿Primordiales? ¿Xhaguar?   ¿Qué será lo que les pertenece? 

Trató de mantener su postura y su puesto, por supuesto, pero no sabía si lo lograría.

Intentó bloquear la extraña comunicación psíquica, o al menos sus efectos dañinos violentos violetas y rojos. 

Todo el mundo reaccionó como de costumbre, por fin parecían una tripulación, aunque la nave no estuviese en las mejores condiciones

...y no sea la Excalibur

Aakesh se colocó de pie junto a la capitán, como era su costumbre en la Excalibur. Las atenciones de Winwood le habían calmado los dolores y se sentía mejor, aunque débil, pero se notaba con fuerzas de permanecer junto a la capitán, en su puesto.

Los informes de ingeniería eran alentadores, podrían alcanzar mayor velocidad. La nave poco a poco se recuperaba, pero el perseguidor no les daba tregua. Aakesh se disponía a realizar una sugerencia cuando les alcanzó y una luminosidad llenó el puente. La figura que se materializó y la voz que le escuchó hizo que casi se pusiese de rodillas por el mareo, la angustia y el asco que sentía.

Las palabras que pronunció no amortiguaron su malestar, pero sí aumentaron su preocupación. No dijo nada pero estaba tentando a preguntar quienes eran los Primordiales y que era lo que decían que habían detectado en su nave y que quería a cambio de perdonarles la vida

¿Lo harían?, ¿nos perdonarán?

No, Aakesh estaba seguro que no, eran maldad pura y alguien así no tiene en consideración la vida de los demás. Si no acababan con ellos sería más por desprecio que por cumplir un acuerdo.

Destructores de mundos, no saben de nosotros, ¿estaremos extinguidos?

Aakesh comenzó a plantearse seriamente si aparte de viajar en el tiempo habían viajado a otra dimensión a la vez, una en la que los humanos se habrían extinguido o ni siquiera hubiesen evolucionado.

Es pronto para saberlo, hasta que no lleguemos a la Tierra o a algún punto conocido no podremos sacar conclusiones, necesitamos más información

Fijó de nuevo la vista en la criatura

Pero lo primero es lo primero...
 

- Escanear o no escanear. He ahí la cuestión.

Mi idea, buena o mala, generó algo de polémica en el puente de mando. Yo seguía sin entender porque se consideraba un gesto hostil realizar algo que no hacía daño. Pero había tantas cosas que no llegaba a entender sobre las normas sociales, que una más no me quitaría el sueño. Así pues, guardé silencio y esperé a que ellos mismos se aclarasen con aquel tema.

La nave dio la vuelta por orden de la capitán, pero era demasiado tarde. Fuese lo que fuese aquello, tenía interés en nosotros. Lo habíamos despertado y perturbado. No nos iba a dejar irnos con tanta facilidad.

Lo siguiente que ocurrió, será algo que no olvidaré jamás. O al menos eso pensé en aquel momento. La luz púrpura, seguida de la llegada de la  más absoluta oscuridad y aquel dolor que generaban unas sencillas palabras. Me llevé las manos a la cabeza, sintiendo como si aquel dolor pudiese volverme loco. Quería gritar, pero mi garganta no era capaz de generar sonido alguno. Y ese ser...

- Alucinante. - Pensé al verle. Había criaturas feas en el universo, pero esta era realmente horrenda. Sus ojos, carentes de emociones, permanecían fijos en mí. No era el único, puesto que todos teníamos una cosa de aquellas delante nuestro. Criaturas que generaban nauseas y mal estar con su sola presencia. La sensación de maldad que emanaban, era perfectamente palpable en el ambiente. Retrocedí un par de pasos ante aquella presencia, la cual volvió a taladrarme la cabeza a cada palabra que nos dedicaba.

- ¿Qué buscas? - Pregunté con curiosidad y con verdaderas ganas de perder de vista a aquella cosa. Sobre todo de que no hablase más. - Y se parco en palabras, por favor. Creo que tu voz me volverá loco.

La nave no era nuestra y la verdad era que la capitá de Alba no me había dejado salir a explorarla. No sabía que "tesoros" ocultaba aquella nave en su interior y menos aún, que era aquello que reclamaban aquellas feas criaturas. Tenía mil preguntas más para ellos, pero por no tener que aguantar aquel dolor más, por mí que se llevasen lo que "era suyo" y que nos dejasen marchar en paz.
 

Cristina sintió nauseas acompañado de un miedo irracional, sentada como estaba en el sillón de mando no pudo evitar echar la espalda hacia atrás en un impulso instintivo. Aquel ser le recordó a una vieja leyenda de la Tierra, o más bien mito, sobre unos seres con poderes sobrehumanos que bebían sangre, recordó que de pequeña y de adolescente le gustaban mucho esas historias y hasta había visto películas y leído libros. Sin embargo aquello era mucho más aterrador.

Al mirar a su lado y ver a Muk con ella, se sintió reconfortada, le gustaba tener a su primero cerca y le ayudaba a asumir su papel.

Entonces vio a Daniel hablar con su peculiar descaro al ser, por aquel oficial sentía un calor especial, como el de una madre por su hijo pequeño, siempre tenía el instinto de protegerlo en especial por la propia idiosincrasia del señor Windwood, tan dado a perderse y vivir en su propio mundo.

A continuación escuchó la voz de la ingeniera y de un rápido vistazo comprobó el estado de los demás oficiales que se encontraban en el puente, tal vez deberia de haber mantenido a Kendra con ellos, por sus habilidades de combate, pero de momento tendrían que vérselas con aquel Xhauar y tratar de averiguar que era lo que querían.

-¿Qué es el lo que le pertenece? -dijo la capitana conservando la tranquilidad.

Aquel ser resultaba algo más alla que repulsivo, su aura maligna lo impregnaba todo incluido las mentes de los oficiales. James pudo sentir una profunda tristeza sin duda inducida por aquel extraño ser, el oficial se fijo en aquella figura, en su sombra, en sus pies como intentado discernir si era una especie de holograma o realmente estaba allí.

Sin duda sus intenciones no eran buenas y James sabía perfectamente lo que había venido a buscar, instintivamente se acerco ligeramente a la capitana interponiéndose entre el camino de la figura con ella pero sin tapar la línea de visión entre ambos.

-Lo dije. Debemos disparar primero y preguntar después. Esta absurda manía de no querer ser los primeros en disparar hace que seamos los primeros en ser disparados.

La indignación del piloto era palpable en sus palabras. Ya estaba harto de este atajo de blandengues de la Flota que eran incapaces de tomar la decisión de protegerse antes de recibir sin parar. Johnny miró a los controles. Tenían algo de hiperimpulso. Igual con suerte podrían escapar de allí y no tener que aguantar más a ese engendro demoníaco que se divertía torturándolos mentalmente.

Jankowsky sintió una profunda incomodidad con las palabras de aquel ser. Le avergonzaba admitir que tenía miedo pero eso es lo que sentía podía sentir que no les deseaba nada bueno. Las reacciones de sus compañeros fueron similares y admiro a quienes tuvieron las agallas de responder, entre ellos la capitana.

Además, a esa sensación tan desagradable, se le unió un profundo pesimismo. No creía que pudieran huír pese a las mejoras y reparaciones hechas a la D5 y por otro lado tampoco confiaba en que la capacidad de fuego o las defensas lograrán hacer frente a esos seres.

Querían algo que ellos tenían y Jankowsky solo pudo pensar en una cosa pero no pudo creer que aquellos seres les estuvieran esperando dura te 1555 años.

Miró a la capitana con temor y al oír a Johnny nunca pudo estar más de acuerdo con él, habían perdido el efecto sorpresa.

La gran mayoría de los presentes nada pudieron hacer ante la cuchilla psíquica que asola sus mentes. Una braza humeante en la lengua es algo placentero en comparación al hurgueteo psíquico del Xhaguar en las mentes de todos. Es un dolor fantasma, algo no físico pero igual de terrible que una abierta en canal en el cuerpo. Ni siquiera la peor jaqueca que alguna vez han sufrido se compara al atropello mental de la criatura que hurga sin ningún miramiento en sus mentes.

Los intentos de Kjarl por buscar en la base de datos se interrumpen ante la tortura irreal, acabando por flaquear sus fuerzas y llevar inútilmente las manos a su cabeza buscando protección inexistente.

James tan solo avanzó un par de pasos, con la idea de proteger a flote, pero terminó cayendo de bruces por el dolor del escaneo psíquico. El horripilante ser ahora podía leerlo como a un libro abierto, hasta conocer sus más oscuros secretos. Los demás corrieron la misma suerte.

Johnny por un segundo no llega a encender la velocidad warp, porque de inmediato una oleada de agujas invisibles se clavó en su psique, provocando que tambaleara incluso desde la comodidad de su asiento. Por más que lo intentara no podía acercar sus manos a la consola por el inconmensurable sufrimiento.

El Xhaguar lograba su cometido con ellos. Sus destrezas psíquicas inexistentes permitían que el escaneo mental fuera simple y veloz. En un abrir y cerrar de ojos obtenía más información que en horas de tortura física. Por eso su estirpe era valorada y protegida por los Primigenios. Aunque fuera la envidia mortal de las demás especies serviles.

- Nos pertenece todo el universo. – responde el Xhaguar a Kjarl – en cuanto descubra que és- advierte al mirar ligeramente a su alrededor.
- Oh… sí. Existe el perdón, porque el camino a vuestra realidad será la moneda de cambio por sus vidas. – agrega el mortecino ser ante la pregunta mental de Mukherjee. Esta más que claro que el torturador puede leer los pensamientos de todos.

Sin embargo la insospechada resistencia mental de Aakesh ocultó, por el momento, las memorias al intruso, que únicamente pudo leer sus pensamientos superficiales. No todo estaba perdido.

- NO.- Aulló telepáticamente el Xhaguar al encontrar una muralla en la psique de Daniel. El delicado cuerpo del torturador avanzó hacia Winwood para examinarlo de cerca, aunque sus pasos eran precavidos pese a que el monstruo no estaba realmente allí. ¿O si lo estaba?

Daniel respiraba aliviado por ahuyentar de su mente al ser. Ahora podría moverse libremente a diferencia de sus compañeros.

- Realmente inusual pero en definitiva si hemos estado en vuestro mundo. Tal vez en vuestra realidad, porque aquí ustedes, Humanos, no existen. – replica a las palabras de Alba.
¿Más de un milenio? Sorprendente – alega ante los pensamientos de Eduard – ¿Hiperimpulso? Vuestra nave será un tesoro oportuno para mi señor. Incluso puede que ese universo y la Tierra sea interesante. – añade al percibir las ideas del timonel.

De Alba por algún medio consigue mantener a raya los intentos psíquicos del Xhaguar, solo que las precarias defensas de la mujer llaman la atención del torturador vampírico.

- Eso nos pertenece. Ahora veo porque han llegado a nuestros dominios. – señala el artefacto-guantelete en el brazo de la mujer.
- VEN – ordena el aborrecible Xhaguar al artefacto. Y con un gesto de sus lánguidos y afiladas manos el guantelete regresa a la vida.

El artefacto se estremece, como una criatura viviente, e intenta desprenderse por la fuerza de su huésped, dañando el tejido por donde se enraizó previamente. La sangre comienza a caer por los lindes donde la máquina y la carne se habían entrelazando antes.

Kjarl luchaba ferozmente por quitarse el dominio mental del vampiro espacial.  Tenía que tener la claridad suficiente para ayudar a todos a defenderse de este embate xhaguar que les llegaba a lo más profundo de su red neuronal. 

Que bu-bbb-bueno que nuestros cerebros son sistemas complejos, que si no, estábamos fritos.  ¡Gracias evolución, y tatarabuelas homínidas!  

A "Diana" le habían contado lo que un compañero había hecho para salvar al resto. Un sacrificio máximo para un beneficio óptimo. Ella no era tan boba. Tan suicida. ... o si quiera tan benevolente y entregada. Le habían encomendado defender ingeniería, pero ahora se la precisaba en otra parte. Aprestó su equipo de combate, que no eran otra cosas que sus amadas falcatas y para el puente que fue otra vez.

-Para allá, para acá, para allá, para acá...joer jefa, aclárese.

Se despidió con un gesto de la ingeniero.

Quedé paralizada con el dolor más horrible y desconocido que había tenido nunca. Por un momento pensé que se trataba de un arma de ultrasonido diseñada para reventar cerebros a distancia. La idea de que me estallara la cabeza de una vez no se veía tan mal tras el segundo minuto de tortura.

El dolor se apodero de la mente de James quien no pudo sino caer al suelo cuando su mente parecía quebrarse, apenas podía escuchar una voz entre cortada y echar alguna mirada furtiva sin ser plenamente consciente de lo que sucedia.

Estaba claro que el poder de aquella criatura era inmenso y tan solo era un individuo de la raza que probablemente acabaría subyugando al universo entero.

La mente de James no podía centrarse solo sintiendo el dolor de aquella bestia.

Miré a aquella cosa nuevamente. Esta vez su voz no me dolía al hablar y me sentía libre. Pero Xhaguar se dio cuenta de ello y se acercó con cierto temor a observarme más de cerca. Mientras se acercaba a mí, mi cabeza pensaba en sus planes. Decía saber como podíamos volver a casa, pero nos salvaría la vida si les llevábamos con nosotros. Ellos tenían la ciencia y nosotros las coordenadas a nuestra realidad. Claro que venderíamos nuestra libertad realmente cara, puesto que él mismo se presentó como una raza destructora de mundo. Extenguirían a todos los nuestros... quedando nosotros para el final.

Le tenía frente a mí, escrutándome con aquellos ojos amarillos, incómodo por mi liberación. Me tentaba extender mi mano y ver si realmente era real aquel ser tan repulsivo. Sus siguientes palabras se las dedica a la nave. Por su forma de hablar y, a pesar de los 1555 años de evolución, parece que esta cafetera aún supera su tecnología. - Podíamos tener una oportunidad para salir de esta.

Miré a de Alba, dispuesto a compartir mi idea con ella cuando aquel ser contempló el guanteleta que mi capitán llevaba aferrado a su cuerpo, mezclándose la carne con el metal. - ¿Suyo? - Sus palabras dijeron algo más. Aquella cosa fue lo que nos hizo saltar a aquella realidad. Aquel guantelete podría ser la llave para volver a casa. Pero no me esperaba lo que iba a ocurrir a continuación. Ver como aquella cosa, recuperaba la vida y se desprendía con violencia del brazo de la capitán, regresando a las manos de su amo. - Está aquí. Es real y... ya he visto suficiente.

Parecía que era capaz de leer todas la mentes, de tener a todos paralizados, salvo a mí. Era la ocasión perfecta de saber si lo que nos había dicho sobre nuestra nave, era verdad. No estaba muy seguro, pero... No habían más opciones. Salté hacia los mandos de la D5 tan rápido como pude. Escuchar a Cristina gritar de dolor no era de mi agrado, sabía que tenía que ayudarla, pero antes debíamos salir de allí. Me coloqué junto al piloto. Era usa suerte que estuviese familiarizado con aquellos controles por el tiempo pasado tratando de repararlos. Y lo hice. Activé el hiperimpulso de la D5, con la esperanza de que realmente esta nave fuese más rápida que la suya.

Con suerte, no se esperarían esa maniobra y el Xhaguar aquel, junto con el brazalete, permanecerían en el puente de mando de la D5, mientras que su nave espacial se quedaría estancada en aquel lugar.

- Realmente inusual pero en definitiva si hemos estado en vuestro mundo. Tal vez en vuestra realidad, porque aquí ustedes, Humanos, no existen. – replica a las palabras de Alba.
¿Más de un milenio? Sorprendente – alega ante los pensamientos de Eduard – ¿Hiperimpulso? Vuestra nave será un tesoro oportuno para mi señor. Incluso puede que ese universo y la Tierra sea interesante. – añade al percibir las ideas del timonel.

Los humanos no existían en aquella realidad... pero aquellos seres habían estado en la Tierra, lo que quería decir que el tema de los vampiros y todas las leyendas populares y folklóricas, desde la Edad Media... había sido cosa suya, algo que la llenó de pavor porque eso significaba que había una puerta y se podía traspasar desde ambos sentidos.

Pero es que encima ¡¡Querían su nave!! 

- ¡¡NO... NUESTRO UNIVERSO NO ES INTERESANTE!!- se levantó airada con los puños apretados en un intento de quitarle de la cabeza aquella idea a aquel ser pero entonces...

- Eso nos pertenece. Ahora veo porque han llegado a nuestros dominios. – señala el artefacto-guantelete en el brazo de la mujer.
- VEN – ordena el aborrecible Xhaguar al artefacto. Y con un gesto de sus lánguidos y afiladas manos el guantelete regresa a la vida.

Y ante aquella simple orden, Cristina sintió como el tan odiado brazalete, aquel ser, ente, máquina o lo que fuera que tanto había deseado que le fuera quitado, se estaba desacoplando a la fuerza desgarrando tejido y músculo, haciendo que la sangre y el dolor se desbordasen sumiendo a la capitana en el más insoportable de los dolores. No podía pensar, no podía mantenerse en pie, la española cayó de rodillas al suelo y gritó con toda su alma.

Aakesh escuchó pacientemente las respuestas del repulsivo ser

Así que eres capaz de leer la mente....interesante.

Aakesh entonces comenzó a pensar en la India y le vino a la mente la imagen de una película de Bollywood, con su música y sus canciones, sonrió

Espero que te guste muchacho

No quería que le leyesen la mente así que se centró en eso, ya llegaría el momento de pensar en más cosas. El ser había dado varias pistas pero Aakesh no quería dar más información, estaba seguro de que el ser no tenía buenas intenciones. Pero hubo algunas cosas que le llamaron la atención, especialmente su interés por la D5.

Fue entonces cuando todo se precipitó, el ser, de alguna manera consiguió "llamar" al dispositivo que la capitán tenía en su brazo y éste respondió y acudió hacia él. De Alba gritó y cayó de rodillas al suelo. Aakehs dejó de lado sus pensamiento y corrió hacia ella.

-¡Capitán!

Miró al ser con odio

-¿Por qué ha hecho eso?, ¿que es ese aparato?

Bajó por un momento las defensas pero se centró en la capitán. Intentó parar la hemorragía que le había producido el dispositivo. No sabía la gravedad de la misma pero no quería correr riesgos.

En eso que Daniel activó la velocidad warp de la nave. Aakesh no supo que decir, pero sabía que la D5 no estaba lista para esa maniobra.

-¡Mierda!

Corrió hacia el puesto del piloto e intentó manejar la nave como pudo para alejarse de allí.

-¡Daniel intente echar una mano a ingeniería desde aquí para evitar que esto explote!

Si no controlamos esto regresaremos a nuestro universo en pedazos

El flagelo mental del monstruo presente en el puente poco a poco abatía a la tripulación, rompiendo sus voluntades y accediendo violentamente a sus memorias.  Solo algunos, con una fuerza de espíritu impensada, mantenían a raya los avances el Xhaguar. Kjarl fue uno de los últimos en sobreponerse al azote psíquico al enfocar sus pensamientos en sus estudios sobre el cerebro humano. De esta forma pudo levantar una muralla y dejar afuera al repugnante ser y su mano invisible.

En cambio Diana y su riguroso entrenamiento militar supusieron una barrera infranqueable para el sirviente de los destructores de mundos. También fue culpa de él abarcar demasiadas mentes a la vez y con ello dividir su poder psíquico. Diana llegó pronto a ingeniería y descubrió un panorama similar al del puente, con el Xhaguar también allí presente.

Mientras tanto en el puente Daniel en un instante masticó varias opciones y se lanzó valerosamente cuando nadie lo podría imaginar. Y todo en pos de la seguridad de todos y en especial de su capitana. Directamente saltó sobre los controles del timonel, para finalizar aquello que Lightman aún no podía hacer por el dominio mental del vampiro psíquico.

Sí que lo es. Vuestras mentes lo atestiguan. Cientos de mundos que conquistar. – responde sin prisa el castigador a la mujer mientras esta sufre en el suelo por su carne desgarrada por el artefacto que poco a poco se desprende de su cuerpo.

La jugarreta de Mukherjee parece tener éxito al confundir momentáneamente al monstruo torturador. Desde luego que una escena de baile Bollywoodense es algo inesperado para su enemigo. Y este dudo por un segundo, algo que fue aprovechado por Aakesh para intentar asistir a su capitana.

Es la semilla de la destrucción, el colmillo Primigenio – respondió el Xhaguar a la pregunta iracunda del primer oficial. Y una imagen psíquica llegó a todos. Una trasmisión mental del mundo natal Xhaguar, un sitio sin tiempo ni luz habitado por millones de seres dispuestos a esparcir la miseria y la desgracia a todos los confines del universo. Algo que podría suceder en cuanto le echaran el guante a la D5 y a su tripulación.

Entonces la velocidad warp es activada por Daniel y la nave salió disparada a velocidades increíbles sin curso destinado. Fueron pocos segundos de viaje a la velocidad de la luz, pero los suficientes para que el enlace psíquico se rompa con la vaina.

NOOOooo… - dijo el vampiro poco antes de ser devuelto a su mundo y arrancado de cuajo de las mentes de sus víctimas. El horrible ser desparramó su psique por el frio espacio y hasta es posible que la información recabada por su tortura se haya perdido. Es difícil saberlo ante criaturas tan oscuras e impensables como los Xhaguar.

Aakesh apenas pudo corregir el rumbo para no acabar dentro del corazón de una estrella cuando el núcleo warp se desestabilizo por el vuelo sin preparación. Al generarse fugas en los conductos de plasma en la barquilla dañada el campo subespacial perdió cohesión y la nave salió al espacio normal, para acabar a la deriva sobre un gigante gaseoso y sus decenas de lunas. En pocos segundos habían cruzado todo el sistema y ahora se encontraban en el extremo opuesto, lejos de los restos monolíticos y de la nave vaina de los Xhaguar.

Un sonido de la estación de comunicaciones los devolvió a la realidad. Era el mensaje de la tierra del siglo XX. El cual ahora era fuerte y claro porque se encontraba allí, perdido en las capas superiores del gigante gaseoso…

El dolor de cabeza era insoportable, Jankowsky lanzó un grito y agarró su cráneo con ambas manos en un vano intento por aliviar el dolor.

Entonces recordó su entrenamiento de técnicas para interrogatorios con tortura, había aprendido a ignorar el dolor aunque no era fácil. Aquel ser se había metido en su cabeza, incluso había leído sus pensamientos, pero ahora tenía que expulsarlo. Lo hizo. El dolor fue bajando hasta desaparecer. Aún todavía como despertando de una terrible resaca pudo ver como el guantelete se salía del brazo de Cristina haciéndola gritar.

Eso enfadó sobremanera al comandante que, de nuevo, se aferró al periscopio y, tras centrar en la mira su objetivo disparó. No estaba seguro de que le fuera hacer demasiado daño pero al menos lo distraería y quizá eso ayudase a que sus compañeros se libraran de su yugo.

-¡Iaarg!, a ver  si esto tambien os interesa.- Exclamó a la pantalla. La furia había cegado a Janwkosky que no se había dado cuenta del salto warp. En ese momento el objetivo desapareció de la pantalla por lo que los proyectiles se perdieron en el espacio.