Partida Rol por web

Johnny sabía que no iba a poder ejecutar la orden dada por el hindú, que la capitana no se quedaría en la retaguardia y que sería como una más del grupo y no se perdería la acción. Y no se equivocaba. 

Como sus compañeros, logró deslizarse con sigilo y lograr una posición más que excelente desde la que poder disparar, y pareció que realmente había conseguido el mejor lugar de todos.

- No soy una damisela en apuros- 

Le hizo gracia el comentario de De Alba al que no pudo evitar responder con una sonrisa:

-A estas alturas no creo que ninguno de nosotros te tome por una "damisela en apuros".- Dijo haciendo el gesto de las comillas con los dedos.

El primer obstáculo eran dos guardias, por suerte los habían pillado por sorpresa, sin más dilación Jankowsky disparó el arma klingon repartiendo democráticamente su fuego entre los dos sorprendidos guardas.

A sus disparos se añadió el fuego de sus compañeros- "Pobres degraciados" -  pensó.

Ante los disparos de todo el grupo los dos incautos guardias poco consiguieron hacer. Tal vez esquivar un disparo para luego ser abatidos por el resto de las andanadas. La aparición de la D5 en el cielo también fue un ingrediente favorable en la incursión de Aakesh y los demás. El caso de solo hallar dos guardias en el acceso parcialmente desconocido es la prueba de ello.

Y sin miramientos el grupo ingresa al palacio, cruzando la reja y los árboles para llegar a un pequeño patio repleto de verde, donde un umbral de roca tallada se antecedía a una simple puerta de madera sin demasiado mantenimiento.

Pasando la puerta un largo pasillo con pequeños tragaluces da la bienvenida al grupo. El largo corredor desemboca en un salón amplio, solo que antes de llegar al salón existe una habitación a mitad de camino cuya finalidad es un depósito de maquinaria herrumbrada cuya apariencia se antoja a computadoras. Sobre las maquinas se apilan filas y filas de papeles, cajas de madera y toda clase de material de librería.

En esa sala un hombre, de la especie de Junk, revuelve un fardo de papeles dentro de una caja. En su búsqueda desparrama por la sala aquello que no necesita y guarda en un bolso aquello que cree necesitar. El sabio, vestido de túnica y sandalias, encaja con la descripción del maestro de Junk llamado Reks.

Por el momento el hombre no se ha percatado de los visitantes que lo espían desde el pasillo…

Jankowsky se adelantó a los demás, apuntó a aquel sujeto en cuanto lo vio aunque estaba demasiado entretenido y no había reparado en él todavía.

Miró a Aakesh y haciendole gestos con la cabeza le susurró:

-Puede que este sea aquel del que nos habló Junk.-

De alguna manera, debido al estado de Cristina y de que aún no se había puesto bien al día de a quién buscaban consideró que era Aakesh quien estaba al mando pero no quiso ningunear a su capitana.

-Alguien nos dijo que buscáramos a un tal Reks, una especie de sabio o científico que quizá nos pueda ayudar.- Informó a Cristina.

La incursión había sido todo un éxito y el grupo entró en el edificio. Aakesh intentaba retener todo aquello que veía, no siempre tenían la oportunidad de entrar en un edificio de una cultura alienígena, pero había prisa, así que no se entretuvo demasiado. Estaba más pendiente de alcanzar su objetivo lo antes posible.

Tras pasar un pasillo llegaron a un amplio salón. Aakesh de nuevo dio un vistazo rápido antes de reparar en una figura que guardaba papeles.

¿Tal vez sea él?

Las palabras de Jankowsky le hicieron asentir pero no dijo nada. Miró a la capitán

-Capitán, ¿me permite que sea yo quien hable con él?. Posiblemente se trate de nuestro objetivo

Mientras hablaba con la capitán, Aakesh activó el escáner buscando presencia alienígena y trazas de maquinaria alienígena en activo. No quería ser sorprendido por alguien o algo.

Cristina no tenía ni idea de quién era el tal Junk ni el tal Renk de los que hablaban, lo único que sabía de todo aquella era lo que había dicho Muk, que estaban en tierra hostil con algunos aliados, por tanto ella no iba a interferir en la misión que llevaba encabezando el hindú, lo único que le había pedido era que no la volviesen a dejar atrás, ya lo había estado durante demasiado tiempo.

- Haga lo que estime conveniente señor Mukherjeeyo acabo de bajar y todavía ando perdida.

- Ha sido muy fácil - dijo Johnny cuando pudieron dar cuenta de los guardias.

Con los demás, penetró en el templo hasta llegar a una sala donde un tipo de aspecto austero parecía buscar papeles importantes, dado el ímpetu con el que los buscaba en un baúl.

- Sea quien sea, le daremos un buen susto, creo que no nos ha oído llegar.- comentó mientras los demás discernían sobre quien debía acercarse a ese sujeto.

Aakesh asintió ante las palabras de la capitán

-Cubran las salidas por si intenta escapar, no queremos que de la alarma

Se ocultó el rostro lo mejor que pudo, se puso de pie y se acercó lentamente. Cuando estaba algo cerca golpeó una mesa con sus nudillos, como si llamase a una puerta. Esperó unos segundos a ver la reacción del hombre antes de hablarle. En cuanto comprobó que el sujeto tenía su atención

-Perdón por la intromisión, busco a una persona llamada Reks. Vengo de parte de Junk. Necesitamos su ayuda y tal vez, él la nuestra.

El veloz escaneo en el área por parte de Aakesh no revela mucho. Tan solo una débil firma de energía proveniente del corazón del palacio fue lo único llamativo. Aparte de esto el interior del edificio se encontraba atestado de ocupantes, siendo imposible no toparse con grupos numerosos luego de la sala donde finaliza el pasillo actual. Dejando de lado los datos del escáner personal el resto del palacio podría albergar trampas mecánicas y diversos dispositivos que no requieran una firma de energía, aunque siendo un sitio concurrido es difícil imaginarlo como una trampa mortal.

Entonces el grupo se ubicó a ambos lados de la única salida de la habitación sin dejar de vigilar ambos lados del extendido pasillo. Luego el capitán en funciones tomo la iniciativa de entablar el contacto con el Sabio encargado de los archivos históricos de la ciudad, según palabras de Junk.

El hombre Volkrom, entrado en años, dio un salto al percatarse que había alguien en el umbral. Primero pensó que eran otros Sabios del consejo, o guardias, pero al contemplar por un instante las vestimentas y la apariencia del visitante su confusión se hizo evidente. Al final el temor a lo desconocido se sumó a todo lo que estaba experimentando en el día.

Retrocediendo un par de pasos hasta quedar detrás de un mueble con cajas apiladas por encima el anciano respondió algo dubitativo.

-¿Junk? No, no sé quién es Junk. ¿Cómo entró usted aquí? – la evidente mentira y su pregunta fugaz dejo la respuesta en la punta de su lengua. Algo que sirvió para su siguiente formulación. – Hay guardias por doquier… - indico, casi temeroso de amenazar a Mukherjee pero dejando entrever que si pedía auxilio tal vez podría acudir alguien en su ayuda.

Cristina que no sabía estarse quieta ni así se estuviera muriendo... Cómo era el caso, se acercó pasito a pasito a Mukherjee, hasta ponerse detrás para escuchar mejor y viendo que el tal Reks tenia mas miedo que vergüenza trató de echar una mano.

- No todas las entradas están cerradas pero no sé preocupe no vamos a hacerle daño, solo estamos buscando a Junk y nos vamos.

Las palabras del hombre, así como su actitud, dieron entender a Aakesh que estaba mentiendo y asustando. Dio un paso hacia adelante para seguir hablando, alzando las manos para que viese que venía en son de paz y no quería hacerle daño, pero escuchó las palabras de la capitán. Aakesh se detuvo, y si alguien le hubiese podido ver la cara en ese momento, vería que tenía una mueca mezcla entre sorpresa y como si hubiesen metido la pata. Giró a medias el rostro hacia la capitán y murmuró por lo bajo

-No buscamos a Junk, buscamos a un tal Reks

De nuevo se encaró hacia el hombre y sonrió todo lo que pudo, pero sin forzar

-Entiendo sus temores pero venimos en son de paz, no queremos hacerle daño. Buscamos a Reks, necesitamos de su ayuda y como le he dicho posiblemente también necesite la nuestra, por no decir todo su pueblo.

Bajó los brazos

-Somos exploradores de otro mundo, que hemos quedado varados en su mundo. Supongo que ha visto la lluvia de fuego que ha venido del cielo. Sabemos quien la ha provocado y posiblemente intentará volver a provocarla. Estamos aquí para detenerle y así evitar más muertes de su pueblo. También para intentar reactivar la computadora que antes les daba bienestar y que tal vez contiene respuestas a nuestras preguntas para volver a nuestro hogar.

Dio otro paso hacia adelante

-Junk nos habló de Reks, nos dijo que nos podría ayudar. El tiempo apremia....¿nos ayudará a encontrar a Reks? si es que no es usted.

Cuando preguntó lo de los guardias Jankowsky mostró su rifle:

-Esto es capaz de hacer mucho daño.- Le dijo seriamente. Sabía que Aakesh y la capitana intentarían hablar con el hombre de forma pacífica, pero quería que también entendiera que podrían usar otros métodos.

Mientras los demás seguían hablando Jankowsky se ocupó de vigilar los accesos, no quería que nadie les pillara por sorpresa.

Johnny dejó los parlamentos a los más entendidos, aunque los farfullamientos de la capitana casi provocan la estampida del sujeto que tenían delante. Por suerte Muk siempre estaba alerta e intervino para esclarecer un poco su situación, quienes eran y qué buscaban.

- Esperemos que ese sea nuestro hombre, o nos diga como encontrarlo - dijo mientras tomaba posición junto a Jan para vigilar el acceso a la sala.

Gilbert, quien había permanecido en la retaguardia atento a los posibles perseguidores decidió intervenir en el encuentro con el bibliotecario luego de comprobar que nadie los sigue.

Y hablando en la lengua nativa del anciano se aproximó junto a Mukherjee y de Alba con las manos  abiertas tal cual lo hacían antiguamente en los templos mesopotámicos al momento de las oraciones.

tahiat alrajul alhakim. jit bisalam wabhath ean 'iilhik alnaayim.. – dijo en otro idioma y las palabras se tradujeron automáticamente para los demás gracias a los traductores y comunicadores personales de cada uno.

hadhih hi alhaqiqat. tasqut nar alsama' min yd alalihat almuzalimati. nahn bihajat 'iilana altahaduth mae walii 'umrik. – añadió a continuación mientras que con la mano izquierda indicaba a Eduard que bajara su arma. Todo esto sin desviar la visión del bibliotecario.

La situación rápidamente se fue de control con la intervención de todo el grupo, comenzando por Cristina y luego por los demás. Hasta el momento las palabras de los altos oficiales habría funcionado pero la exhibición de las armas de fuego no pasó desapercibida para Reks, quien era uno de los pocos que sabía de su existencia por los años dorados cuando toda la tecnología funcionaba plenamente. Actualmente solo los eruditos como el poseen el vivo recuerdo de las armas de “truenos y relámpagos”.

-Entonces es verdad…ustedes vienen de las estrellas, tal como lo anuncia la profecía. Por favor no es necesario emplear la violencia dentro del palacio. Es un recinto sagrado. – respondió abogando por un encuentro pacifico. Las palabras de Gilbert, sumadas a las de los demás en el intento de aplacar al anciano parecen surgir efecto.

- Soy Reks, el Maestro de Junk y el guardián de los registros de la ciudad. ¿Ustedes podrán despertar a la Madre computador? Los registros indican que la Madre computador tiene un corazón real en su interior, y que allí duerme el ultimo dios. ¿Cómo lo sabían? – pregunta el anciano luego de buscar rápidamente un asiento. La habitación y todo lo demás gira descontroladamente por el carrusel de emociones generadas en el último minuto.

Pese a las palabras de Reks, Jankowsky no guardó su rifle quería estar preparado por si surgía cualquier sorpresa desagradable. Aún así, y para no intimidar demasiado a Reks, se hizo a un lado manteniendo la distancia como si la conversación no fuera con él.

-Esto es trabajo para los mandamases- Pensó, ya que consideró que llegados a ese punto Reks colaboraría con ellos pero las riendas las llevaban sus superiores. 

Se mantuvo vigilante por si aparecía alguien más, por suerte por ahora no había novedad.

Aakesh se acercó a Reks

-¿Quiere agua?

Observó a sus compañeros y cruzó una mirada con Gilbert.

-Profecia, ¿que profecía?. Creemos que su...Madre computador podría sernos de ayuda. Tenemos....madres similares en nuestros mundos y tal vez podamos...ponerla en marcha.

Guardó silencio y volvió a alzar las manos

-No se lo podemos asegurar, pero lo intentaremos. Pero el tiempo corre en contra nuestra, necesitamos ponernos en marcha ya.

Observó los papeles

Cuanto saber podría haber aquí, ojalá podamos echar un vistazo luego

-De su pirámide ha surgido una especie de rayo hacia un navio de las estrellas. Allí mora ahora nuestro enemigo, pero hemos de recuperar intacto ese navío. ¿Sabe algo de ese rayo? ¿Dónde está su Madre computadora?

Cristina tras el primer encuentro con aquel asustadizo hombre, decidió guardar silencio y dejar que fuera Muk quien hablara con él, al fin y al cabo tampoco sabía por donde entrar y lo mejor era escuchar para enterarse de las cosas e intervenir cuando fuese necesario.

Lo que parecía claro es que la Madre de la que hablaban era un ordenador y que dicho ordenador estaba estropeado, era una pena que no contasen con ninguno de sus ingenieros pero si unían los conocimientos de todos lo mismo podían hacer un apaño, pero primero debían convencer a Reks...

Con más calma que antes el erudito acepta de buena gana el agua ofrecida por el capitán adjunto.

Si, gracias. – agradece y toma el odre con sus manos temblorosas.

Y con mejor ánimo el hombre comienza a ordenar sus pensamientos y responder a cada una de las preguntas de los visitantes.

La profecía, concebida por la Madre computador en los albores de nuestra ciudad habla del retorno de los demonios celestes, precedidos por los guardianes de las estrellas. Su llegada seria anunciada por una larga temporada de sequía, hambre y confusión, donde mi gente tomaría a los Elphih por la fuerza. El gran advenimiento seria precedido por la larga muerte de la Madre Computador y el resurgimiento de todo lo antiguo, aquello que existió antes que Abzu y nosotros. Así como nosotros, los Volkrom, venimos de las cenizas de este mundo que antes fue otro y el fuego lo purificó para nuestra llegada ahora nuevamente el fuego intenta purificar la llegada de los demonios celestes y su semilla maligna.

Antes, la Madre computador y la gran pirámide nos protegida del exterior y de las bestias. Y fue que el Dios durmiente creo todo aquello que nos rodea. Incluso la profecía habla de los visitantes y su conocimiento de la lengua ancestral de la Madre Computador, aquella que habla directo a nuestras cabezas por medio de sus palabras silenciosas.

La gran pirámide antes hacía cosas como esas, desde cuidar la ciudad de las rocas del cielo hasta proveer lluvias. Pero hasta ahora no había vuelto a hacer nada. Eso es otro presagio de lo que está por suceder. A veces una luz de la pirámide atrapaba grandes rocas de hielo las depositaba en la ciudad para reabastecer el sistema de irrigación…tal vez el navío acabe allí, en la antigua sección de la ciudad donde las maquinas hacían fluir el agua.

La Madre computadora se encuentra en los subsuelos del palacio, allí donde conecta con la gran pirámide. Solo que por ley universal se nos prohíbe ir mas allá. Lo que han cruzado el portal jamás han vuelto…

Podría guiarlos pero me temo que levantarían sospechas. Sus ropas de ciudadano no coinciden con las mías ni de aquellos que dedican su vida al palacio. Deberán esperar aquí, sin salir de esta habitación, hasta que regrese con atuendos idénticos a los míos.

Las palabras de Reks recuerdan coincidencias fundamentales en Eduard y Johnny durante aquella visita en B-sygnus y su gente viviendo dentro de la pirámide. Por el resto depende de Aakesh y los demás confiar en el erudito y dejar que este vaya por los ropajes adecuados o arriesgarse a cruzar todo el palacio con las vestimentas actuales.

Aakesh escuchó con suma atención las palabras de Reks. Que la profecía tuviese tantos paralelismos con la situación en la que se encontraban le pareció extraordinario, aunque no sabía que pensar

¿Somos nosotros los guardianes de las estrellas? ¿los demonios serán los X'aguar?

Dada la relación de esta cultura con la cultura de su universo de B Sygnus, y sus experiencias con otras dimensiones, que la profecía fuese tan parecida a los sucesos que estaban viviendo no le extrañaba.

No sería raro que de algún modo hubiesen podido acceder a eventos futuros y predecir nuestra llegada

Tras la marcha de Reks tocaba ponerse al dia y planificar los siguientes pasos

-Esos demonios podrían ser los X'aguar. Si esa profecía está en lo cierto no tardarán en llegar. Tenemos que recuperar nuestra nave, si es posible dotarla de cristales de Dilithio y dejarla lista para el combate, aunque posiblemente si conseguimos hacer funcionar esa madre computadora podamos poner a esta gente a salvo, y a nosotros también.

Guardó silencio pensativo

-Me preocupa que si en verdad dejan a la Princesa en los depósitos, Napoleón pueda hacer de las suyas. Tal vez convenga que nos separemos y que un pequeño grupo intente ir allí a ver el estado de la nave, contactar con Stevenson y T'arell, que deberían estar a bordo, si no les ha pasado nada -se detiene un segundo- y frenar en lo posible a Napoleón hasta que podamos reactivar la computadora y hacerle frente. Si se hace con esta tecnología lo pasaremos muy mal y será más difícil detenerle.