Previamente en...

"Previamente en..." es una escena de rol exclusivo para aquellos que han dejado cosas en el tintero merecedoras de rolear con otros o bajo sandbox. A tal efecto deberán consultar con sus compañeros o con el Almirante.

Una serie de eventos desafortunados

Fecha terrestre 03 de octubre de 2160, 06:43 A.M.

La pequeña nave de comercio Brazaniana huele a estiércol, gotea aceite por sus rendijas y algún que otro cable y conductor cuelga desde el techo. En realidad la historia oficial del pequeño carguero (de una especie que nadie jamas escucho de ella) era una estación de desguace, solo que un par de lingotes de latinio hicieron magia y el carguero volvió a las rutas comerciales con otro transpondedor a fin de confundir los controles Klingon.

La nave tiene espacio para seis pasajeros y otros dos tripulantes. Desde luego la bahía de carga contiene diez metros cuadrados de espacio sin soporte vital para almacenamiento. En realidad no hubo tiempo para reparar esa sección.

Y no es para menos, cuando un mensaje directo del alto mando desvió el curso actual de la Franklin para llevar a la nave al borde del territorio Klingon. Directo al sistema Archanis.

Con algo de dinero y contactos del bajomundo fue posible hacerse de disfraces, un carguero y un contacto al llegar a destino. ¿La misión? Rescatar sobrevivientes de la guerra Romulana, en especial una tripulación que ahora es prisionera de un criminal esclavista.

No es habitual rescatar sobrevivientes por el simple hecho que los Romulanos no hacían prisioneros. En esta ocasión es algo inusual pero sumamente importante. Tampoco hay grandes detalles al respecto cuando la misión se encuentra rodeada de hermetismo.

También es inusual que un tercio de la tripulación sea enviada al rescate de sus compañeros. Balthazar fue muy explicito en la elección de los “voluntarios”, dejando muy en claro que actuarían solos y a espaldas de todos. El fallo significa que la Flota negaría la acción.

Con ese detalle es como volver a la guerra fría del siglo XX en la tierra.

Los detalles son pocos. Un coliseo espacial, un “programa de televisión” y “un grupo de esclavos reconocibles”. Es una misión de extracción bajo el manto del sigilo, donde se aprueba todo tipo de acciones para el éxito. Si fuese necesario también se aprueba “la adquisición” de una nave de mayor porte si los sobrevivientes son más de lo esperado.

Al llegar al espacio de Archanis un mensaje encriptado será enviado. Entonces el contacto en tierra dará las instrucciones faltantes.

Ahora solo restan seis horas de viaje a warp 3...

Adiós Vulcan... - se despide en silencio. 

Aún cuando su decisión está tomada desde que la negativa es partícipe de sus actos, coartando sus proyectos que con tanto esmero y cuidado la indujeron a seguir una línea que roza lo prohibido, puesto que la sed de conocimiento no tiene freno. No cuando una investigación refleja un futuro que incierto, resulta ser muy preciso ya que los humanos lo forjaron y ahora Elung desea continuar bajo el prospecto de un razonamiento capaz de corregir los errores, la ciencia está de su lado y la bendice como nunca antes lo ha hecho. 

Pero trae sus consecuencias, unas que acepta de forma consciente y avanza dejando atrás la contradicción mientras las posibilidades se muestran delante de sus ojos. El pertenecer a una Flota de humanos, es un despropósito para su gente y más aún para Diav que ajeno al entendimiento, le permite marcharse decepcionado ante una decisión tan impropia, amoral. Ni siquiera aquello ha sido capaz de detener esta mente que brillante surca senderos tan peligrosos, austeros mientras juega con los cambios y las probabilidades. 

Todo está minuciosamente organizado. 

[...]

U.S.S FRANKLIN. 

Y allí está sirviendo a una raza que pese a sus errores, malos hábitos y descuidos, le ofrece un lugar en aquella nave. Uno para desarrollar su investigación mientras da la espalda por primera vez a su gente, no como una rebelde, sino bajo la potestad de regresar con resultados que sean de utilidad para los Vulcanos.

¿Buscando el perdón? No, no lo necesita.

Pero el tiempo que caprichoso se alimenta de sucesos ajenos al control de Elung, la terminan empujando hacia una misión que contradice todo precepto forjado para ella. Esto refleja riesgo, descuido y un rescate que sin órdenes específicas le dan el libre albedrío a la mente humana, cuestión que repele desde lo más profundo de su ser.

Sólo que ante el mandato de aquel Capitán déspota, no tiene mira a réplicas y por esa razón, se encuentra allí, ataviada con un "disfraz" para camuflarse en aquel lugar, dentro de un carguero que apenas se mantiene en pie y unos compañeros de los cuales deberá forjar ese lazo llamado "confianza". Retrasando sus investigaciones, sus proyectos personales en pos de salvar a más humanos. Sin duda será una experiencia nueva para alguien que no los odia, aunque intenta comprender cada una de sus acciones, encontrar la lógica ante decisiones desmedidas que arrastran consecuencias como estas. No se puede tener el control de los sucesos, pero sí prevenir algunos. 

Al menos un mensaje encriptado ofrece una posibilidad de seguir un lineamiento, aún así lleva su phaser oculto en la bota alta que tiene puesta, una larga chaqueta cubre aquella ropa tan ceñida al cuerpo y una capucha la alejará de su verdadera naturaleza al infiltrarse. No ha sido muy difícil conseguir algo acorde, rompiendo nuevamente sus estructuras para adaptarse a esta desviación circunstancial de los hechos. Aunque se pregunta cómo hará el Andoriano para cumplir con el objetivo, aquel ser con el cual comparte el cuarto, sus actitudes impropias y demás. 

De momento se mantiene en silencio, analizando el curso de aquel viaje, las variables y sus trayecto con lo poco que puede reflejar aquella vetusta en proceso de desarme mientras espera que el Primer Oficial muestre el mensaje. 

Estar en una tartana que parecía dispuesta a hacerse pedazos en cualquier momento era ideal para las habilidades de un ingeniero, e Ishant no dejó pasar la oportunidad. Llevaba horas dando vueltas por el pequeño espacio, parcheando lo que podía para evitar que se fuesen todos al garete en cualquier momento. El andoriano no tenía mucha idea de donde habían sacado semejante nave, pero era material de desguace, perfecto para mantener la cabeza y las manos ocupadas.

Cuando le comunicaron que realizarían una misión de incógnito, no pudo evitar sacudir ligeramente las antenas y arquearlas después. Era difícil, MUY difícil para un andoriano hacerse pasar por algo que no era: su particular anatomía y pigmentación eran lo suficiente particulares como para hacer casi imposible que pudieran pasar por otra especie. El problema era aún mayor cuando el que debía ocultarse era una mole azul de dos metros. Así que Ishant había optado por la vía fácil: no se ocultaría. Se había limitado a ponerse su ropa de civil, lo suficientemente neutra dentro de los suyos como para poder ser cualquiera, había dejado de afeitarse, por lo que una sombra blanquecina le cubría la mandíbula inferior y... poco más. Su tapadera era fácil: otro exiliado andoriano convertido en carroñero, mercenario o cazarrecompensas, la suya era una raza violenta y no era raro encontrar parias de su pueblo fuera de las fronteras de Andoria. Cuando pensó esto agitó ligeramente las antenas una contra otra, sardónicamente: la mejor tapadera era la que tenía visos de realidad.

Desatornilló otro panel de la pared, para encontrarse con un amasijo de cables enmarañados, algunos desconectados, otros pelados y la mayoría chisporroteando. Suspiró y metió la mano sin nuevo, sabiendo que hiciese lo que hiciese recibiría una descarga. Por suerte la energía de la nave era tan escasa que dudaba que sufriese poco más que un escozor momentáneo. Si conseguía redirigir la energía que se perdía al motor principal y el soporte vital podría darle un poco de impulso a esa vieja gabarra... y asegurar que no se quedasen sin aire. Parte de él, deseaba bajar la temperatura ambiental para ahorrar combustible y, de paso, sentirse más cómodo, pero sabía que los pieles-rosas se negarían. Tenían la mala manía de mantener el ambiente a una temperatura bochornosa. Peor aún era su.... "compañera de cuarto", la orejas picudas. Después del shock inicial de saber que compartiría su espacio personal con una zhen vulcana, lo peor había sido la lucha continua por la temperatura. Ishant había intentado fijar los parámetros ambientales en unos cómodos -5º con un porcentaje de humedad normal, pero la sangre-verde había insistido en 35º y una sequedad total. Tras una semana de cambios continuos y "luchas" sobre el regulador habían llegado a una suerte de status quo que mantenía el camarote en parámetros humanos. Básicamente ambos estaban incómodos. Parecía que era la tónica general para ambos.

El ingeniero miró hacia arriba, pensando en el capitán de la Franklin. Estaba acostumbrado a superiores autoritarios, pero aquel era de traca. Y parecía empeñado en hacerle la vida imposible tanto a él como a la orejas picudas. Ishant no terminaba de entender el motivo, pero lo cierto es que la motivación de la mayoría de los pieles-rosas le resultaba totalmente enigmática... no había manera de comprenderlos. Lo único que sabía es que si mantenía las manos ocupadas y los motores en marcha, le dejaban en paz. Así que, eso hacía. Mientras manipulaba los cables con un acoplador isolineal entre dientes no pudo evitar empezar a tararear un Blues de Ajhyza Sh'chakrir, ella si que sabía tocar la fibra sensible de cualquier andoriano.

La Jefa de Operaciones de la nave, como responsable del tránsito, estaba de guardia en el puente. Acompañando a la instrumentación, que trabajaba más en automático que otra cosa. Además, estando viajando a Warp 3, la intervención humana era algo ridículo. No existía manera de hacer nada, más que esperar a ver donde aparecían, y tras eso, enfrentar lo que apareciese por allí.

Ella, como luchadora, como instructora de combate personal, lucía un cuerpo fibroso, magro y menudo. Una chica pequeñita, que guardaba un gran secreto, y cuando lo desvelaba, saltaba sangre. Discreta y callada, escuchaba las conversaciones y le habían hablado del reto de combate que ese programa de la tele, les hacía sufrir a sus esclavos. Le recordaba a "Los Juegos" en el Coliseo de Roma. La barbarie no era algo humano. La sangre ajena era un divertimento que no pasaba de moda y que muchas razas disfrutaban con independencia de haber, o no, compartido lazos. Además, hoy día, la tecnología se aliaba con estos "entretenedores" para, tanto difundir "su mensaje" como para ocultar sus trazas.

Sus manos se entretenían en poner a punto una pistola phaser sobredimensionada. Esta, de potencia aumentada, era una bomba de relojería, y si se calentaba demasiado por el uso, lo más probable es que estallase en las manos de quién la portaba. Sus manos entretenían su mente, que acumulaba odio a raudales. El mancillar así un cuerpo, con el esclavismo de una sangre ajena, era tan vil como cualquier otra manera de violación. Para muchos, hubo suerte de que le ordenasen asistir a esta misión. Hubiera, gustosa, roto unas cuantas caras (por no decir que piernas o almas) para poder asistir. Además, si tenía la oportunidad de una "venganza" sería la guinda dulce, para finalizar esta receta.

La información era de fiar, varias fuentes habían identificado lo que parecían ser miembros de la federación en manos de esclavistas incluyendo varios oficiales. Aquella nave y la maloliente ropa eran su tapadera, James sabía desenvolverse en aquel tipo de misiones... el rescate era su especialidad pero por muchas veces que hubiera planificado y participado en misiones de rescate siempre sentía el mismo hormigueo en el estomago antes de la acción.

Bien señores, pónganse cómodos nos queda un largo trecho en esta cafetera Señorita Elung, ¿puede extraer los últimos planos del asentamiento?

James estaba pilotando, de momento no había mucho que hace excepto mantener el rumbo pasarían así las próximas horas hasta llegar a órbita.

El briefing de la misión será en 5 horas, les aconsejo que descansen un poco. No sabemos cuando lo podremos hacer de nuevo.

James estaba concentrado en su Padd mientra la nave seguía en su curso a velocidad warp, había descargado información que necesitaba estudiar

Karl Newton  se desenvolvía bien a los mandos de aquellos cacharros. No en un modelo como ese exactamente pero había pasado mucho tiempo en naves como esa. Prefería mercantes de largas distancias  para cargamentos mayores y aunque eran igualmente incómodos, como comerciante permitían mayores posibilidades. Quizás por su costumbre se le veía algo más relajado, aunque volver a parte de una vida que pensaba que había dejado atrás no le hacía ninguna gracia.

Su disfraz para él no lo era, era la ropa que siempre usaba más allá del mono y del nuevo uniforme de la Flota, la misma que utilizaba cuando su vida se desarrollaba en naves como esa y sabía que no tenía una reunión importante. Algo más informal de lo que solía vestir en sus momentos de ocio pero dentro de sus estándares. Llevaba una chaqueta de cuello alto de color ceniza, una camisa blanca y unos pantalones oscuros. Para llevar sus cosas había cogido una pequeña mochila y entre otras cosas se había traído un traje más formal. Sería raro si le ven bajar de esa tartana demasiado arreglado pero quién sabe si en algún momento la etiqueta fuera necesaria. Contra más normal fuera y más normal fuera su comportamiento menos destacaría.

El objetivo de la misión le gustaba, era bueno saber que si te pasaba algo la flota no te abandonaba. Pero que tuvieran tan poca información no mejoraba el ánimo de nadie, lo cual era más que evidente cuando el Capitán formó el equipo de "voluntarios". Karl estaba acostumbrado a ese estilo rudo de Balthazar cuidaba de su gente, no se ganaban guerras sacrificando soldados sin sentido. Pero no dejaba de ser muy desconcertante, esperaba que al menos en el informe les dijeran a quién y cuántos debían rescatar.

Se acercó al andoriano y le palmeó con fuerza la espalda una vez esta había sacado las manos de la maraña de cables. -Muy bien Ishant, depende de ti que esto se mantenga entero para que  recibir información. -Karl le veía molesto y quizás algo tenso, la misión sería suficiente molesta y tensa como para llevar en la espalda algo anterior.

Durante la guerra, Matthew había estado en no pocos vehículos, desde lanzaderas de despliegue a cargueros reacondicionados para el transporte de tropas, y desde luego, la mayoría de ellas no habían estado en muy buenas condiciones… pero en ese momento habría preferido estar en una de ellas en lugar de en aquella chatarra en forma de nave que parecía capaz de desarmarse por completo en cualquier momento. Claro que por otra parte, tampoco hubiese querido que fuese otro quien ocupase su lugar en aquella nave, pues, al fin y al cabo, se habría propuesto como voluntario para aquella misión incluso si el capitán no lo hubiese seleccionado.

Rescatar a una tripulación de alguna especie de coliseo espacial romulano… mucho me temía que aquellos pobres diablos estarían en un estado desastroso, así que necesitaban a alguien que pudiese tratarles in situ mientras les rescataban, así como también de enfrentarse a unos Romulanos que dudaba fuesen a dejarles marchar fácilmente. Por suerte, Matthew era capaz de ambas cosas, y también de mantener vivos a los que iban con él…. por mucho que alguno pareciese empeñado en darme trabajo extra.

Ishant, saca la mano de ahí antes de que te de una descarga- le dijo al andoriano, mirando con preocupación el amasijo de cables donde había metido la mano -No pienso ponerme a tratar a alguien que va metiendo las manos sin cuidado en cualquier sitio…- dijo de forma tajante, a pesar de lo cual, todos los que le conocían sabían que aquello no era cierto. Matthew nunca se negaría a curar a nadie, por estúpida y auto provocada que fuese la herida, aunque no dejaría de decir lo que pensaba de quien llegase a su enfermería por culpa de su estupidez -Y Karl, no le animes, bastante trabajo voy a tener como para que me vayáis dando todavía más- añadió mientras hacía un repaso mental de lo que llevaba. Además del kit reglamentario con los añadidos para la fisiología andoriana, también llevaba un pequeño kit personal de vendas y bisturís como los que se habían usado hasta el siglo XXI… nunca se sabía cuándo podía hacer falta. Y por supuesto, también mi viejo rifle phaser no es que fuese distinto a cualquier otro rifle reglamentario, pero desde que me alisté, nunca me había fallado.

Por lo menos, espero que esta vez no te hayas olvidado de tus suplementos- le dije a Ishant tras unos segundos, aunque por lo que le conocía del tiempo que llevaba en la nave, la verdad es que dudaba que se hubiese acordado. Por suerte, Matthew sí que lo había hecho

Ishant recibió la palmada del humano con una educada curvatura de antenas hacia delante, agitando suavemente las puntas. Le resultaba difícil distinguir a los humanos entre ellos, pero la calvicie incipiente de cha'Newton lo hacía bastante reconocible. Fuera como fuese, el hombre le caía bien o, al menos, le resultaba menos confuso que el resto. El oficial de comunicaciones parecía estar familiarizado con las formas andorianas o, al menos, se preocupaba por intentarlo, lo que hacía que sus interacciones fuesen más... normales. Aceptó de buen grado la suave palmada en la espalda que le brindó el humano y escuchó su frase con un encogimiento de hombros.

- Si mi maestro de la Chekthora viese el estado de las rutas electromagnéticas del manipulador de fuerza de este cacharro ladearía las dos antenas a la derecha.- dijo con voz seria y rostro pétreo. Sin embargo cruzó levemente las antenas frente a su rostro, frotando las puntas: obviamente bromeaba, si realmente su profesor viese aquello ladearía las antenas hacia la izquierda, como todo el mundo sabía. Esperó unos segundos, inquieto al ver que la risa del humano no llegaba. Cambió el peso de un pie a otro, consciente de que el silencio empezaba a hacerse incómodo y, finalmente, hizo un intento de ese gesto extraño que los humanos llamaban "sonrisa": retrajo los labios y enseñó los dientes. No entendía como un gesto que parecía de un depredador gruñendo se consideraba un gesto agradable, pero debía intentarlo. Según le dijo sha'Brys antes de embarcar en la Franklin había perfeccionado el gesto lo suficiente como para que sus interlocutores no quisiesen salir corriendo.

Antes de que pudiese constatar el éxito de su gesto y que cha'Newton hubiese captado la broma, el médico irrumpió en su pequeña conversación. Ishant levantó las antenas y las agitó ligeramente hacia atrás, incómodo. Su biología había demostrado ser bastante más incompatible de lo que imaginaba con las costumbres humanas y había tenido que visitar al doctor más veces de lo que deseaba. Tantas que había llegado a reconocer el rostro enfadado del thaan barbudo entre todos los thaan de la nave (y todos TODOS eran sorprendentemente parecidos). Intentó analizar el lenguaje corporal del médico para intentar analizar su estado de animo pero fue incapaz, su actitud estaba a medio camino entre la agresión y el cortejo, lo cual le resultaba sumamente perturbador. Que no tuviese antenas para confirmar su actitud no hacía más que complicar las cosas aún más y confundir al andoriano.

- Tha'Griffin.- retumbó su voz, intentando sonar lo más educado posible. Se giró ligeramente y apuntó con una de sus antenas al médico, demostrando que su atención se dividía entre él y su trabajo.- Creo que como yo no me meto en cómo mete las manos en una caja torácica usted no debería...- una duda se interpuso en la frase del andoriano, se giró hacia el de comunicaciones y ladeó la cabeza, agitando las antenas.- ...¿Tenéis costillas, verdad?... Bueno, el caso que igual que yo no me meto en como repara cuerpos, no debería meterse en como reparo...- no terminó la frase, cuando un chispazo especialmente fuerte le quemó el pulgar. El andoriano agitó la mano y lanzó un gruñido sibilante, dejando caer un par de gotas azul claro sobre las placas del suelo. Manipuló los cables durante unos momentos, ignorando a ambos humanos y gruñendo por lo bajo algo que sonaba como un montón de eses seguidas sin ninguna vocal entre medio. Cuando terminó de manipular los cables, chisporroteaban bastante menos, parecían ligeramente más ordenados y la iluminación general de la nave parecía algo más estable.

Ishant levantó las antenas que tenía aplastadas contra el cráneo, se chupó ligeramente el dedo lastimado y volvió a dirigirse al médico. En esta ocasión sus mejillas mostraban un avergonzado tono púrpura.

- En cuanto a los suplementos....- Obviamente los había olvidado. Todas las formas de vida de Andoria tenían una base de cobalto, por lo que nunca había necesitado un aporte extra del mismo en su dieta. La comida humana no cumplía esta necesidad por lo que debía suplementarla constantemente. Y, otra vez, había olvidado sus dosis en su camarote.

Las conversaciones surgen como un reflejo de la naturaleza humana, descartando aquellos silencios que necesarios son para reflexionar mientras la mente dibuja pensamientos. Nada le sorprende a Elung, aunque debe acostumbrarse a la cotidianeidad de tanto lenguaje incitador de discusiones, escasos en fundamentos lógicos que justifiquen esa imperiosa necesidad de esbozar palabra. 

Al margen de ello, sin reflejar una mueca o una ligera expresión que denote algún sentir en especial, va quedándose con lo importante en aquel momento. Así que tras la orden de su Primer Oficial, simplemente la Vulcana rompe el silencio que tan comedido ya forma parte de un hábito perpetuo. 

- De inmediato, Señor. - responde escueta y en un tono neutral. 

Obviando por cuestión de respeto y poco interés todo el diálogo entre el andoriano con el Doctor. Cada cual en su área, es lo que evita el conflicto, pero el espacio al ser pequeño y las personalidades tan acentuadas, generan un abanico de probabilidad que de momento es factible y llevadera, aunque evitable para Elung. 

Así que tras coger su pad, de inmediato cumple con la orden dictaminada por el Oficial Stevenson. 

Como no podía ser de otra forma metiendo la mano de aquella manera en el amasijo de cables pelados de aquella bañera espacial que teníamos como nave, al final el andoriano recibió un chispazo lo suficientemente fuerte como hacerle retirar la mano y soltar un gruñido, a lo que no pude evitar suspirar y poner los ojos en blanco.

Dame esa mano que le pegue un vistazo- le dijo al andoriano en cuanto acabó de manipular los cables, usando un tono que no admitía replicas y que llevaba un “te lo dije” implícito en él -Siempre igual, como si no tuviese ya bastante trabajo, nunca falta alguien que por no llevar cuidad y hacer el imbécil acaba viniendo conmigo… son como unos malditos niños grandes…- empezó a mascullar por lo bajo mientras le agarraba la mano y observaba la herida con movimientos aparentemente bruscos, pero bien medidos en realidad -Tienes suerte de que no haya sido nada… y de que al menos yo sí que me haya acordado de tus suplementos- le recriminó -Espera que vaya a por algo para que no se te infecte- añadió mientras se dirigía hacia donde tenía mis herramientas.

El oficial de comunicaciones miró al jefe de ingenieros con extrañeza cuando movió las antenas y contó aquella especie de chiste. Sabía que quería indicarle algo con el movimiento de antenas, pero no llegaba a ese nivel de sutileza. Por otro lado Karl se sentía un poco culpable, pensaba que quizás si no hubiera distraido al andoriano quizás no se hubiera hecho aquel arañazo.

Miró al oficial médico. -No sea duro con él, es quién está manteniendo este cacharro de una pieza.

Luego miró al enorme andoriano. -Aunque debería tener cuidado con esas manazas Ishant, necesitamos que estén enteras. Al menos por el momento. -Siempre le hacía gracia que con algunas culturas alienígenas ser algo rudo, casi acercándose al insulto era ser cordial. -Te dejo en buenos manos voy a ver si puedo ayudar a Elung. -Le dio otra fuerte palmada en el hombro, al menos fuerte desde el punto de vista de Karl.

Se acercó a la oficial científico. Sabía que lo que intentaba hacer, ayudar a un vulcano, no tendría ningún tipo de recompensa. Incluso mostrar agradecimiento era cosa de humanos. En cualquier caso necesitaban toda la información posible tanto si querían salir ilesos como si querían sacar con vida a los que estaba allí. -¿Puedo ayudarla con esa información?

El primer oficial encuentra información interesante sobre el sitio donde la misión tiene lugar. La estación espacial conocida como “Ultimate Arena” es un antro supurante del crimen, donde todo delincuente que se precie debe visitar. Desde luego la estación tiene un recorrido por los sistemas con menor presión legal y en especial aquellos que miran hacia otro lado a cambio de favores y riquezas.

La “Ultimate Arena” es una fortaleza del tamaño de una pequeña ciudad, con miles de habitantes permanentes, decenas de plazoletas de comercio y cientos de establecimientos de la mas diversa necesidad. Desde esclavistas, asesinos y mercenarios a sueldo, traficantes de órganos e implantes, genetistas e incluso vendedores de armas prohibidas pululan por la veintena de cubiertas disponibles al publico interesado. Desde luego existen más cubiertas que solo el avezado cliente (o estúpido por igual) puede visitar a riesgo de su existencia.

Cientos de especies recorren a diario sus calles atestadas de ofertas, donde las organizaciones delictivas tienen por común acuerdo un tratado de paz dentro de la estación. Por ejemplo allí se organizan reuniones por propósitos oscuros que generalmente tienen que ver con alguna alianza, el derrocamiento de un gobierno planetario y ese tipo de cosas.

Actualmente los Klingon y el gobierno de Archanis protegen a la estación y al líder criminal de Ultimate Arena. Mojho, y su programa galáctico conocido como “Mojhoverso” actuá de pantalla idónea para sus actividades ilícitas.

El entretenimiento de gladiadores tambien sirve para atraer clientes y mejorar las arcas de la estación.

La arena de gladiadores

Cabe destacar que la Ultimate Arena posee capacidad de vuelo warp e impulso. Sus defensas incluyen un poderoso escudo deflector, baterías de cañones disruptores y torres de torpedos fotonicos. Se dice que una reyerta contra el Sindicato de Orion le costó a los Orionitas treinta naves en un ataque que fue considerado un suicidio.

La información disponible por la base de datos Vulcana es escasa, por no decir nula. En consecuencia solo es posible obtener un mapa incompleto del circuito comercial de la estación. Ademas el mapa tiene doce años de antigüedad.

Mojho

De momento la Vulcana parece estar centrada en la búsqueda de los planos del Asentamiento, sus ágiles dedos se deslizan por la pantalla táctil mientras su rostro no manifiesta siquiera una mueca de algo. Puesto que su mirada perpetua al Pad, sólo le permite escuchar las conversaciones a su alrededor mientras gira el rostro ante las palabras de Karl. 

- Su amabilidad es una virtud típica de su raza, pero usted Oficial Newton, sabe perfectamente que debo declinar su ayuda ya que he encontrado una parte de la información en la fuente de Datos Vulcano sobre lo solicitado. - responde sin un ápice de ego o acritud, manteniendo las formas y la coherencia propia de su naturaleza. 

- Oficial Stevenson, acorde a lo indagado, sólo he encontrado un mapa bastante antiguo del asentamiento que ya mismo lo dejaré a disposición para un análisis exhaustivo. Posiblemente tenga algunas incongruencias con el estado actual del lugar, lo cual es importante tener en cuenta. No obstante, seguiré buscando a través del cruce de datos con otras bases a fin de mejorar el resultado obtenido. Por cierto... - mira a los ojos a James. - Quisiera recordarle que soy la Señora Elung, agradecería tener en cuenta el detalle en un futuro cercano. - afirma tras continuar con la tarea requerida. 

Tras unos minutos de plena dedicación, finalmente confirma lo que ya sospechaba. 

- Lo dicho, es lo único encontrado. 

James estudió la información durante algún tiempo, pensativo, estudiando cada uno de los informes a los que tenía acceso, más los planos proporcionados por la vulcana, solo había una cosa clara y es que no sería fácil. Tras varias horas de viaje y múltiples anotaciones James tenía un boceto de lo que podía ser un plan.

Bien señores hora del brienfing

James desplegó su Pad donde todos pudieran verlo para explicar la misión.

Como saben esta es una misión de rescate, las informaciones no son del todo concisas y hablan de entre 3 y 4 miembros de la federación algunos de ellos oficiales. Inteligencia esta tratando de identificarlos, pero el tiempo se nos acaba por lo que se ha decidido actuar en base a la información disponible.

Con un ligero movimiento de sus dedos, el Pad mostró un vistazo general del asentamiento con algunos datos.

Les seré franco, no será una misión sencilla. Ultimate Arena es una estación espacial fuertemente protegida y llena de peligros, haría falta una flota entera para realizar un asalto con posibilidades solo contando con las defensas y escudo de la propia base. No se equivoquen, aunque sea una estación estelar y eso pueda parecer algo pequeño, sus actividades delictivas son amplias desde contrabando, armas, drogas, esclavos... hay una población de miles de personas con diferentes intereses. No obstante dentro del caos existe un orden

El pad mostró una imagen de un bicho enorme

Este es Mojho, es quien manda en la estación y nada ocurre en la ciudad sin que se entere. Bien una vez hechas las presentaciones pasemos al plan de rescate. Todo rescate consta de 3 partes, localización, infiltración y escape. Las buenas noticias son que conocemos la primera parte.

James amplio una de las zonas del mapa de la zona señalando con el dedo.

El coliseo, el principal negocio de Mojho es la lucha de gladiadores de esclavos, estos eventos mueven verdaderas masas y son el centro de atención de la estación. El plan de infiltración consistirá en participar de estos eventos, nos haremos pasar por un grupo de mercenarios que trae un buen esclavo para luchar, Ishant no pasará desapercibido y su aparente corpulencia se hará irresistible para un buen combate. Nuestro contacto en tierra arreglará los contactos necesarios. Hacernos pasar por participantes nos permitirá infiltrarnos en las tripas del coliseo sin llamar la atención.

Ahora viene la pero parte, no será fácil salir de la estación sin ser descubiertos, un punto a favor es el gran trafico constante de naves pero los controles son férreos. La vía de escape siempre es lo primero que se debe controlar, deberemos conseguir una nave más grande pero que no llame la atención veremos si nuestro contacto en tierra puede proporcionarnos algo.

James puso especial enfasis en aquella parte

Si la salida es limpia y podemos salir antes de que se den cuenta lo haremos, en caso de problemas usaremos esta cafetera como señuelo, Ishant necesitaremos que al llegar hagas una trapilla en el casco al otro lado de la puerta de acceso. Si la cosa se complica accederemos a la nave y saldremos por la trampilla detonando la nave después intentando que nos den por muertos.

¿Preguntas?

Ishant se dejó tratar por el médico mansamente, ladeando con curiosidad la cabeza ante sus continuos reniegos e interjecciones, intentando encontrarle algún sentido a la actitud del medico. Cuando terminó de desinfectar y remendar la herida la observó detenidamente, rascando con el indice de la misma mano para comprobar la reacción del dedo herido. Notando sólo lo esperable, avanzó hacia el médico hasta casi arrinconarlo contra los maltrechos mamparos de la nave y le dirigió una comedida inclinación de cabeza, reconociendo su labor. Sin más palabras se dispuso a recoger sus herramientas para seguir trabajando en otra sección de aquella chatarra espacial, pero interrumpió esta labor cuando el Primero les llamó para desvelar los pormenores de la misión.

Aprovechando su altura, se colocó en un cómodo segundo plano, desde donde veía el padd sin estar directamente sobre él. Si bien su actitud inicial habría sido imponer su presencia en primera linea, había aprendido por las duras que se esperaba de él una actitud, al menos en apariencia, más sumisa, lejos de las demostraciones territoriales propias de un thaan. Así pues, se cruzó de brazos y se dispuso a escuchar lo que tuvieran que revelarle.

Según el briefing se iba desarrollando, las antenas de Ishant pasaron de estar dirigidas hacia delante, en educada atención a erguidas por la sorpresa y, finalmente, firmemente aplastadas hacia atrás, bien pegadas al cráneo. Su rostro, sin embargo, no demostró esta fluidez de emociones y se mantuvo imperturbable salvo por un ligero fruncimiento de ceño. Entendía que, frente a la facilidad para hacerse pasar por otros humanoides de los humanos (e incluso de la orejas picudas), él resultaba llamativo y pintoresco pero...la mera sospecha de que su papel más que de "mercenario" sería de "esclavo" le provocaba un rechazo visceral. Los andorianos eran gente orgullosa, y el Clan Talesh, más arraigado en la tradición que la mayoría, no era una excepción. El mero hecho de imaginarse como siervo de otro, aunque fuese una artimaña, arañaba los pocos límites que el ingeniero se negaba a traspasar. Se cruzó más firmemente de brazos, irguiéndose bien recto con sus dos metros de puro músculo. Miró a los ojos al comandante levantando soberbiamente la barbilla, posiblemente la primera vez que adoptaba una actitud tan hostil desde que ingresó en la tripulación. Sin embargo, cuando habló, su voz sonó suave y sibilante, a penas un susurro y misteriosamente educada. Una mala señal.

- Comandante Cha'Stevenson, ¿He de suponer que me tocará representar el papel de su... esclavo... en esta misión...- la palabra pareció atragantársele, como si lidiase con un alimento amargo. Una de sus antenas acompañó el término con un latigazo, para después volver a aplastarse contra su corto cabello.- ...O mi papel será de thaan libre?

Tras la pregunta, pareció contener la respiración, su respuesta dispuesta a desatarse de distinta manera dependiendo de las palabras del humano.

Iba a razonar con la vulcana explicando que quizas podía conocer algo de aquel lugar o incluso conocer a alguien que estuvo ahí como base para mejorar los datos, pero el primer oficial decidió que era el momento de informarles mejor de cuál era la misión. Se sentó para que el andoriano pudiera ver por encima suyo. Karl era un hombre relativamente alto pero parecía pequeño en comparación del ingeniero.

Escuchó con atención trató de recordar cada detalle, memorizarlo todo. Pero al terminar no pudo evitar maldecir para si mismo, aun no tenían casi ninguna información válida. Recuperar a personas que no sabían ni quiénes, cuántos, ni cómo eran, a lo sumo saber que son humanos. Tendrían que "levantarselos" a alguien que se consideraba su dueño y además robar una nave y que no les volaran en pedazos. Desde su punto de vista hacerlo por la fuerza sería imposible, salvo que montaran tal caos que lo que hicieran no pareciera más que un pequeño grano de arena. Único recurso a parte del cerebro de los presentes un contacto en tierra con una identidad desconocida por el momento.

Mientras pensaba esas cosas oyó la queja del andoriano, la cual podía entender aunque él nunca la hubiera realizado. Doblar la realidad fue su empeño durante mucho tiempo. Trató de rebajar un poco el animo tratando de saber algo de la primera parte del plan.

-Estaría bien saber cual es papel de todos. -Quizás una visión más general calmara a Ishant.

Por suerte, tal y como Matthew, había supuesto, la herida de Ishant no era realmente algo de importancia, por lo que apenas tardó unos momentos en remendarle el dedo, aunque claro, eso no significaba que no siguiese irritándose por haberse herido de una manera tan estúpida como evitable. Por eso, cuando Ishant se acercó a él hasta casi obligarle a aplastarse contra una de las paredes de aquella bañera, e inclinó su cabeza en lo que interpretó como una especie de agradecimiento, no pudo evitar emitir un ligero resoplido.

Si quieres darme las gracias, ponte guantes y deja de hacerte heridas de manera estúpida- le dijo, aún rezogando por lo ocurrido -Y no hace falta que te acerques tanto- añadió, aunque más por inercia que por otra cosa, pues ya había perdido la cuenta de las veces que le había dicho aquello. Tras eso, se sentó en uno de los asientos de la nave mientras la vulcana le pasaba la información a Ángel y este la estudiaba con su habitual intensidad. Sabía que si se podía confiar en alguien para eso, ese era él, y cuando nos llamó para explicar la situación, me coloqué justo enfrente suya para observar la información que nos mostraba desde su Pad.

No será una misión sencilla- se repitió Mathew para sus adentros, pensando en que aquella descripción era un inmenso eufemismo teniendo en cuenta todo lo que Ángel dijo -Un estercolero lleno de basura y dirigido por el montón de mierda más repugnante de todos… y en medio, los pobres diablos a los que vamos a rescatar- pensó, haciéndose un resumen mental de la situación e imaginandose el estado en el que debían encontrarse los miembros de la tripulación capturada.

¿No es demasiado arriesgado que entre cómo esclavo?- preguntó mirando a Ishant, a quien al parecer aquella idea tampoco le hacía mucha gracia… o tal vez sí, pues lo cierto es que nunca estaba seguro con el andoriano -Aunque pueda acceder, si tiene que entrar solo, las cosas pueden complicarse mucho, y desde luego, comunicarse con el resto le sería complicado… ¿no podría inscribirse como algún estúpido mercenario en busca de fama?- propuso -Al menos así podría entrar y salir del coliseo- añadió.

- Si me permite la intervención, este plan propuesto  presenta una inconstante analizable para tener en cuenta, al obviar detalles del entorno expuesto con anterioridad. Lo conveniente es que el Señor Th'Talesh actúe como un mercenario interesado en comercializar un grupo de esclavos.- afirma en un tono correcto. 

Tras ofrecer su opinión, decide aguardar silencio mientras fija la mirada en Karl sin manifestar algún gesto revelador. No necesita observar el movimiento agitado de esas antenas como para conocer el estado en el que se encuentra el andoriano. Demasiado previsible, tan natural.

Por otra parte luego de escuchar al Doctor,  decide agregar algo más:

-A su vez el ingreso en solitario dificultará todo tipo de contacto con el resto del grupo y las probabilidad de obtener un éxito será mínima. - responde Elung.