Partida Rol por web

- Sus habilidades serán requeridas doctora, sean en la estación Omega Tres o en Kointinar. Puede regresar a su puesto de trabajo, que diecisiete horas no son nada. - responde a la doctora en jefe de la nave ante su propuesta de ir con algunos de los equipos de rescate.

- Mis habilidades siempre son requeridas...- dijo sonriente, quizás un poco molesta por el comentario de las diecisiete horas que era todo un mundo en el espacio y decepcionada por haber sido despachada por Cira, se habría quedado para hablar con ella pero lo mismo era más apropiado buscar al romulano y volver a revisar la enfermería...- capitán- se despidió saliendo de la sala.

Liam permaneció sentado tras la marcha del último integrante de la sala, restando tan solo Cira y él.

- Ha pasado tiempo, Cira. Me enteré de tu estancia en el hospital, pero no pude ir a verte. Estaba destinado en la U.S.S. Cavendish, aunque pedía informes sobre tu evolución. Luego volví a perderte la pista. Y mira, hemos terminado en la misma nave.

Liam intentó contenerse y no dar rienda suelta a sus deseos. Su relación con la que aun era su esposa había pasado por muchos altibajos, y cada vez era como reiniciarlo todo de nuevo.

Aquello que tanto se había extendido y demorado finalmente colisiona como un iceberg en un trasatlántico, situando el desastre en el aire. De forma inminente.

- Podrías haber llamado, como aquella ocasión antes de la batalla en Tyra. Sabes, ese día perdí a todos, y no importó el arrojo ni la habilidad. Simplemente murieron sin más, y cuando estaba a segundos de perecer el único pensamiento fue el no haber terminado con nuestra relación.

Ahora los estúpidos designios de la Flota nos sitúan en una misma nave. Es justicia poética ¿No crees? -

La severidad de sus palabras atestigua su muerte en aquella batalla. Porque Cira volvió a la vida en ese hospital dejando muchas cosas detrás…

Liam asintió, cabizbajo.

- Cierto, en ese momento no te llamé, no tengo excusa. Supongo que quería poner distancia entre tú y yo y alejarme lo más posible del... del dolor que me causaba nuestra separación. No es excusa, pero es que no puedo decirte nada más.

El ingeniero se la quedó mirando, intentando escrutar en su rostro algún atisbo de sus pensamientos.

- ¿Justicia poética? Tal vez es el destino, que no quiere que estemos lejos el uno del otro.

Las palabras del ingeniero y esposo de Cira le recuerdan su deber por encima de sus intereses personales. Luego tendrá tiempo de lidiar con su marido y poner fin a este drama sin sentido para ella.

- El destino es un montón de basura Liam. Desde el momento que el alto mando entro en pánico y nos vendió en una alianza con el enemigo a cambio de un poco de paz. ¡Desde luego a esos idiotas de San Francisco no les importamos un cuerno mientras ellos conserven sus sillas mullidas y su vista a la bahía nosotros aquí morimos! -

El disgusto de la capitana crece con cada palabra, hasta llegar a un limite donde la ira es lo único en su corazón. Entonces Cira se levanta y se dirige a la puerta con intenciones de salir de allí.

- Teniente. Vuelva a su puesto, la nave necesita de usted. Tenga cuidado con los saboteadores. - advierte la mujer, volviendo al formalismo propio de la Flota Estelar y con ello dando por terminada la charla personal. En su mirada es posible adivinar que la situación no tiende a mejorar, solo a empeorar.

Con esas palabras ella abandona la sala en dirección al puente.

Liam permaneció en silencio mientras escuchaba a su esposa, percibiendo cada ápice de dolor, rabia y frustración que ibaen crescendo a medida que habla.

- Han pasado unos años, pero da la impresión que ha pasado toda una vida entre nosotros. Realmente lo pasaste mal y ahora me maldigo por no haber estado a tu lado en esos momentos, y tendré que vivir con eso; por no haber sabido estar a la altura y ser egoísta. Aunque creo que aun hay alguna posiblidad para los dos.- concluyó con un tono esperanzador.

Cuando ella volvió a ejercer de capitana, Liam asintió con un ademán de la cabeza. Ese no era el momento para tratar algo tan íntimo, estaban en una misión y tenia que comportarse como el oficial que era, aunque en su interior quería abrazar fuertemente a la mujer que tenia delante.

- De acuerdo, Capitana. - dijo mientras él también abandonaba la sala.

¿Saboteadores? Me cuesta imaginarlo... pensó de camino a ingeniería.

Si los cardasianos están en esto, deberíamos pensar qué conseguirían atacando una estación de la Federación y atrayéndonos hacia ella, Capitán -comentó el primer oficial en cuanto las puertas se cerraron detrás de ellos.

Romulanos, Caradasianos, incluso Federales, habían jugado durante mucho tiempo al ratón y al gato de los espías, y todo aquello le olía precisamente a eso, a un juego mucho más peligroso de lo que parecía.

Son muchas las ideas al respecto. Incluso no tan descabelladas. Por ejemplo los Cardasianos podrían estar atrayendo nuestra atención hacia el borde del territorio de la Federación para dejar el camino libre hacia la Tierra. Incluso no parece descabellado. –

Las palabras de Cira son expresadas con notable convicción. Para ella los lobos siempre serán lobos, incluso “domesticados” como aparentan actualmente.

Me preocupa la tripulación Cardasiana. Podríamos tener espiase a bordo. Comandante, le encomendaré la sutil tarea de vigilarlos de cerca. – advierte al recordar a la oficial Marayn en el puente.
Es una trampa desde el minuto uno. Pero al menos sabemos que vamos a una. Incluso podríamos sorprenderlos al cambiar nuestra firma warp. Con eso ganaremos tiempo. -

La situación era bastante comprometida y no poder contar con la propia tripulación era una situación en la que nunca se había encontrado y que nunca quiso haber conocido. -Debido a su cargo de poder Da'Par es la más peligrosa. Con la escusa de camuflar nuestras señales podemos establecer silencio de comunicaciones en toda la nave, de tal forma que solo desde la consola de Annaith se pueda conectar con el exterior, con sus códigos personales, el suyo y el mio. E instalar un programa de rastreo en el sistema de comunicaciones. Es fácil camuflar una comunicación entre muchas pero no entre las pocas que ordenemos a Annaith. -No le gustaba desconfiar de su tripulación pero desgraciadamente era lo que debía hacer.

-Respecto a ocultar nuestra señal de curvatura. Creo que vamos a hacer historia ya que no estamos camuflando una señal habitual si el deslizamiento cuántico, quizás haya que hacer un aprovechamiento novedoso hasta que salgamos del deslizamiento para usar la... vieja, curvatura. -Aunque en parte era frustrante no saber todo lo que podían hacer con el nuevo motor, reconocía que era interesante explorar nuevas posibilidades y en otro momento hubiera sido un ejercicio bastante divertido.

La posibilidad de combatir la fuga de información representa un problema mayúsculo al considerar las posibles implicaciones de la tripulación.

- Concuerdo con usted. A partir de ahora es prioritario anunciar la alerta amarilla y bloquear todas las comunicaciones salientes bajo nuestros códigos personales y con la supervisión de una subrutina de rastreo. Que la estación de comunicaciones del puente sea la única forma de información con el exterior. Proceda cuanto antes con esa acción. –
- El nuevo motor incluso puede ser rastreado si es que nuestros nuevos aliados han logrado acceder a la información que la Federación tiene de los Borg. Y me temo que la Federación en toda su ingenuidad probablemente haya brindado los datos. Por ende no está de más disimular el rastro warp una vez saliendo del túnel transwarp. –
- Es todo comandante. Trate de descansar porque en quince horas aproximadamente creo que no podremos ni ir al baño. -

Hablado lo suficiente la capitana se despide para ir a su camarote. Necesita asearse un poco y cambiar su uniforme para prepararse a los acontecimientos de las próximas horas.

- Cira, creo que tendríamos que hablar... es bueno que aclaremos las cosas entre nosotros...

Doce horas para llegar, para cambiar el curso de un amargo resultado. Incluso doce horas no alcanzan cuando el plazo de arribo es de diecisiete horas. Sin definir aun una misión arruinada Cira no se rinde. No desde la perdida de la Typhon…

Por ende, esas doce horas, no son para descansar. No hay cabida para esas intenciones en la mente de la capitana de la nave insignia de la Federación. Por lo tanto debe investigar, tiene que trabajar a destajo y sin pausas hasta encontrar, hasta discernir alguna opción olvidada, un detalle perdido o algo que permita un desenlace feliz para la mayoría. Desde luego no para ella.

Cuando el jefe de ingenieros entra a la sala encuentra a Cira en la equina de la larga mesa, leyendo informes entre un sinfín de datapads y tomando notas en su ordenador personal.

- Liam. No es momento de egoísmo. De esta misión pende un hilo la Federación y una posible guerra interestelar. - responde la mujer sin apartar la atención de sus cosas.