Partida Rol por web

Vitos que no íbamos a encontrar nada más miré a mis compañeros con poco ánimo y bastante molesta. Sabía que tenía que haber alguna caja fuerte o algo de valor en la oficina del mafioso, pero se ve que lo tenía bien guardado.

No podemos quedarnos aquí toda la noche. Además tenemos otro sitios que mirar. Seguro que en el hangar hay más material que podamos agenciar. Y también está el negocio por el que hemos venido aquí... que espero que no nos esté esperando. Vamos a ver a Anzak y compañía por si saben algo.

Salí de aquel sitio mirando aquello que nos pudiera valer para la nave o para vender.

Cuando iba abandonar la habitación, se fijó en un cajón disimulado junto a las planchas del compactador de basura unipesonal. Tras abrirlo sin dificultades extrajo del mismo un puñado de créditos, dos cargas de blaster deportivo y un medpac que mostró a su compañeros sin mediar palabra. Tendió el medpac a Red según la joven salía por la puerta.

—Ten, seguramente esté ocupado con el gatillo cuando tengas que usar esto —comentó algo sombrío mientras guardaba la munición y los créditos.

Sin más, salió de la estancia tras la técnico.

Anzak salió del hangar y se dirigió a la cantina donde al parecer Kormac había dado con el tipo del gas tibana. No hizo falta llegar a la cantina y vio que Kormac ya venía hacia ellos*. Ya le estaba hablando con lo que se quedó escuchando según se lo contaba a su compañero. Cuando terminó se presentó para.

-Hola, soy Anzak, capitán de la nave que va ha llevar la mercancía como acordamos. No hace falta que me cuentes otra vez lo que le has contado a mi compañero, ya lo he oído -comentó el contrabandista seriamente.

-Solo tengo un par de preguntas. La primera es de cuánto tiempo disponemos para salir. Y la segunda es si vendrás con nosotros o nos das las coordenadas -preguntó el humano sin perturbarse.

Sean acompañó a Red hasta los restos del almacén. El lugar era un absoluto desatre después del regalito de Anzak. El techo amenazaba con desplomarse y varios contenedores se amontonaban en un amasijo de hierros retorcidos. El frío y los copos de nieve se colaban por la obertura en el techo.

—Red, un ojo en las vigas —señaló el techo como advertencia velada—. Si encontramos un dataport intacto en todo este lío quizá puedas acceder al registro de inventario, eso aceleraría las cosas —dijo con algo de urgencia mientras buscaba uno en las paredes usando la instalación eléctrica como guía—. ¿Tom, nos echas una mano? No os alejéis demasiado de las paredes.

El cazarrecompensas activó el comlink en el canal de la tripulación.

<< Anzak, el almacén es un desastre. No podemos perder mucho tiempo aquí. La autoridad del dominio no tardará mucho en aparecer. No necesitamos más enemigos ¿Como va el asunto del gas? ¿Podemos irnos? Cambio >>

Estaba hablando con el tipo del gas tibana y escucho el mensaje de Sean, al que contestó rápidamente.

<< Sean y los demás, no vamos a tener mucho tiempo. Tendremos que salir de aquí casi de inmediato. Para acelerar el tema, pedid ayuda a los twi'lek y así meteréis las cosas más rápidamente. Es una ayuda por ayudarles. Decirles que les daremos la mitad de lo que saquemos para que empiecen una nueva vida. Nos vemos en la nave. Corto y cierro. <<

Tras decir esto volvió con el hombre y le miró esperando que contestara sus preguntas.

A través del comunicador el contacto informó a Anzak...- El asunto debería ser tratada de forma rápida, te diría que aproximadamente en media rotación deberíais de salir para el punto de encuentro, las coordenadas os las traigo en un disco de datos cifrado para vosotros, una vez que el trabajo termine debéis de destruirlo, debe de ser un trabajo rápido y muy limpio, no olvidéis la carga que lleváis no por lo valiosa que es solamente....es por el  peligro que supone un impacto descontrolado o la fricción, es solo un comentario.

Anzak escuchó atento lo que le dijo el tipo, apuntando todo en su mente de negociante, mientras seguí caminando rápidamente para llegar hasta él y hablar con él en persona. Al contrabandista le gustaba cerrar los tratos en persona, mirando a la cara de su contratador, pues podía ver en ella muchas más cosas de las que podía oír. Aun así tenía una cosa que se le escapaba y se lo hizo saber.

-Gracias por el disco cifrado con las coordenadas. Pero lo de aproximadamente media rotación es bastante impreciso, tratándose de algo tan delicado. ¿Te comunicarás con nosotros y nos dirás el momento exacto de salir? Si no necesitaré una hora más precisa -pidió el contrabandista.

-Y descuida que nuestro equipo es profesional al máximo... tanto para bien como para mal. Solo tienes que ver lo que podemos hacer tras habernos engañado en el trato.

Aquella última frase era una advertencia velada, pues dejaba claro que eran capaces de hacer cualquier cosa que se les pidiera, pero también de castigar a quien se la jugara.

Cojo el medpack que me da Fire pero le miro con la ceja enarcada. 

Sabes tan bien como yo que cada uno debería llevar uno de estos. Imagínate que no estamos ninguno cerca y te tienes que curar a ti mismo. Es mejor que cada uno lleve el suyo por si acaso.

Y... el tema del dinero lo lleva Anzak, ya sabes que todo es de todos... como lo que nos hemos dejado en tu armadura.

Al decir esto último le sonrío y le guiño el ojo como si fuera Anzak el que hablara. Pasar tanto tiempo con él hacía que se pegaran cosas. Pero estaba claro que mi temperamento y personalidad eran las de siempre y no podía estar callada cuando algo no me parecía bien.

Con cuidado me alejé del hangar, pues Fire tenía razón, era peligroso estar en aquel sitio mucho tiempo. De hecho si tenían que sacar algo deberían hacerlo los que estuvieran más protegidos, o sea, Kormar y el propio FireStorm.

Sean asintió a las palabras de la técnico bajo el casco de metal oscuro, sin decir nada. Los créditos no significaban demasiado para él y confiaba en su nueva armadura para permanecer en pie. Mientras tanto, seguía atento a posibles amenazas de colapso de la estructura y revisaba lo que quedaba de la carga. Ni rastro de indicios de un dataport operativo. Le preocupaba que hubiera otro contenedor de "plantas" entre los restos del arrebato de Anzak. Un arrebato más meditado de lo que parecía, intuía el cazarrecompensas tras las recientes palabras del contrabandista. El honor entre ladrones y la reputación era cuanto tenían. ¿Para quien trabajaría Big Host? Si los esclavos eran ilegales en aquel sector, a saber que más mercancía ilegal manejaba. ¿Estaría al tanto Norman de que Big Host era un esclavista? No es que le importase demasiado, el mundo era así, un estercolero donde unos estaban arriba y otros abajo. Pero era un indicio de la catadura moral de Norman, su actual fuente de empleo ahora que Rick estaba desaparecido.

Andando entre los escombros recordó su pasado como esclavo, podía entender el odio de Anzak en parte. Hace tiempo habría matado a su captores con sus propias manos de haber tenido la ocasión, pero ese camino de espinas también le llevó a conocer al amor de su vida. Todo es siempre más raro de lo que debería. Se dio cuenta de que se había detenido en medio de aquella ruina, pensando en el roce de su cuerpo. Maldijo para si, torció el gesto y se puso en movimiento de nuevo. Abrir heridas, cerrar heridas, abrirlas de nuevo, ¿no era ese era su condenado oficio? Apretó los dientes y lanzó todos esos pensamientos negativos y autocompasivos a la parte de atrás de su cerebro, casi con ira.  

Si allí no había nada no tenía sentido seguir exponiéndose. Se daría un par de minutos en busca de alguna ganga y si no había nada pasaría página. Tenían un trabajo que hacer en otra parte. 

- Créeme cuando metas el disco tendrás todos los datos en la cabeza...en este tipo de negocios, es mejor saber lo menos posible hasta el momento preciso, olvidar todo tan rápido como apareció y puedo garantizarte que no poner todos los huevos en la misma cesta...con todo eso unido, puedes llegar bastante lejos chico...eso puedo prometertelo... dijo mientras frotaba sus manos ...y bueno que cuando te hagas mayor en este negocio dejes de meterte en sitios donde haga mucho frío, conservas mejor la piel pero al final con el tema del resto del cuerpo...je...digamos que no te sale muy a renta.

Anzak sonrió y entendió perfectamente a lo que aquel tipo se refería. No estaba muy orgulloso de lo que había hecho, pero tampoco se lamentaba de su decisión. Aún así sabía que tenía mucho que aprender de su profesión.

-De acuerdo, escucharé el disco, lo memorizaré y lo destruiré. Espero que no tengamos contratiempos que nos retrasen la entrega, pues seguro que estaremos en la recogida a la hora que se nos pida.

-Y si sale bien ya sabes con quién puedes contar para futuras empresas.

Firestorm arrastró sus botas a través del suelo congelado del espaciopuerto hasta la rampa de acceso a la bodega de carga de la Centella. Cuando llegó, se deshizo del casco y compartió una mirada de frustración con Red y los demás. Negó por todo saludo. Después observó a los twileks brevemente entrecerrando los ojos. Finalmente torció el gesto y subió al carguero. Se apostó con tranquilidad en lo alto de la rampa, rifle en mano, a la espera de los compañeros que estaban por llegar. Después de todo estaban en territorio hostil y le había parecido percibir un tono de urgencia en la voz de Anzak.

A la vez que salíamos de aquel amasijo de hierros y escombros, fui tomando nota de todo lo que podíamos recoger y que nos pudiera valer tanto para la Centella como para venderlo. Luego seguí a Fire hasta la nave. Allí me quité el abrigo pues dentro de la nave la temperatura era otra.

Chicos, he sacado todo este material que podemos sacar del hangar de Big Host. No tenemos mucho tiempo así que voy a pedirle a los Twi' Lek que nos ayuden así terminaremos antes.

Me acerqué a Kirk para que me dijera cual de todos Twi' Lek era el cabecilla o el líder para hablar con él. Luego le llevé a la carlinga y comencé a hablar mientras Chispa me traducía lo que le decía.

Necesitamos vuestra ayuda. Si nos ayudáis a subir las cosas a la nave os daremos la mitad de los créditos que saquemos cuando vendamos el material.

Esperé a que lo tradujera frase por frase.

Firestorm, normalmente frío y estoico, comenzaba a impacientarse. Sus dedos tableteaban sobre el cañón del rifle blaster. Anzak no llegaba ni se comunicaba con ellos. ¿Qué estaría pasando? Los twilek revoloteaban a su alrededor como una molestia. Parecía que Red les había cogido cariño por algún motivo que no acababa de comprender, quizá eso que llamaban sentimiento maternal. Y todo en medio de un encargo difícil. El cazarrecompensas presentía complicaciones. 

Al poco apareció Anzak acompañado de Kormac al que se había encontrado a mitad de camino entre el hangar y la cantina. Allí cogió el dispositivo que le tendió el tipo y sin decir nada más volvió a la Centella.

-Todos a dentro, a la sala de control, tenemos que ver el destino donde hay que recoger el "paquete" para luego llevarlo a donde diga también el jefe -comentó levantando la tarjeta de datos que le había pasado el contacto y que contenía todo lo que necesitaban saber.

Al llegar metió el dispositivo en la ranura correspondiente y para que se activara y les mostrara el lugar al que debían ir.

Kirk se acercó al grupo...- A veces por mucho que critique a la República se me olvida que existe desde hace miles de años en decenas de sistemas y todo lo que han hecho...esos esclavos están a merced de los criminales...la esclavitud no existe en la República y esta no existe aquí...es un poco en fin...

Afirma con la cabeza pesadamente...- Algunas de las personas que están aquí ya ni si quiera recuerdan su hogar, o se les ha intercambiado como si fueran objetos a lo largo del tiempo pasando de dueño a dueño, es francamente demencial la verdad.

Firestorm asintió a Anzak listo para largarse de allí y soportó la compasión de Kirk con paciencia. No era muy amigo de tales sentimientos. Chapotear en ellos nunca había mejorado nada en el pasado, pero entendía otros necesitaran verbalizar ciertas cosas como terapia. La galaxia puede ser un lugar áspero de tragar. Se separó del mecánico y se cercioró de que la carga de la bodega estuviera asegurada con cinchas y que nada impidiera levantar el vuelo. Cuando todo estuvo listo se reunión con los demás.

–Todo en orden. ¿Nos vamos? –preguntó sujeto al dintel de la servopuerta que daba acceso la sala de control.

Llegué a la Centella esperando ver lo que había en el pincho de datos que nos había dado el tipo del gas tibana. Esperaba que nos diera tiempo para poder meter las cosas que Mina y yo habíamos etiquetado como valiosas o necesarias para nosotros. Kirk nos dio una lección de moralidad republicana, algo que en aquellos momentos no estaba de más y nos recordaba lo que podía suceder si el imperio se imponía. A mi lado Fire parecía que tenía una guindilla en el culo pues estaba decidido a largarse cuanto antes.

Pero ¿quieres hacer el favor de esperar? ¿no ves que aún no hemos visto el documento donde nos dice a dónde tenemos que ir? Relájate. 

Le pegué nuevamente un golpe con el puño en su hombro y volví a hacerme daño por su armadura, aunque habría sido igual si le hubiera pegado en su pétreo músculo.

Además, que sepas que nos tendrás que ayudar metiendo cosas... o por lo menos, haciendo de vigía por si viene alguno de los secuaces de Big Host.

Trae ese chip de datos y veamos dónde nos lleva éste asunto.

–No estamos de vacaciones, Red –dijo sonriendo de medio lado–. Quizá nos acabamos de cargar la operación de miles de créditos de alguien y no hablo de Big Host. No hemos sido especialmente discretos y la autoridad portuaria ya debe haber dado aviso. Apuesto que alguien, a un lado u otro de la ley, acudirá pronto buscando culpables. La info la podemos consultar en vuelo –dijo revisando la carga del rifle blaster–. Pero todo eso ya lo sabes.

Se puso el casco de nuevo y cargó el rifle al hombro.

–Estaré en la rampa de la bodega, hasta que acabéis de jugar las casitas –dijo con paciencia mientras se dirigía tomar posiciones de vigía–. Anzak, abrir los sensores no nos vendría mal por si se acercase otra nave –comentó ya por el canal de la tripulación.