Partida Rol por web

Primer ciclo del proceso solar, día décimo primero - Coruscant - Capital de la República Galáctica

En aquel día las voces de la Federación estaban alzadas, había convocada una reunión al mediodía, una transmisión desde un planeta del Borde Exterior para una prueba de desarrollo de droides, como no, era todo parte de los negocios de Gunray el cual había dibujado la gran mayoría de los planes de negocio futuribles para los próximos años, sin duda como siempre sería algo que no se tomaría a la ligera, hasta esa hora, no había más actividad programa en las instalaciones de la Federación en Coruscant.

Confíais mucho en los droides, ¿no creéis que esa confianza puede constituir una vulnerabilidad de toda vuestra fuerza de poder? No me refiero al número y por ello a la ventaja de la cantidad que supone tener un ejército de máquinas sino a su entrenamiento - Había estado estudiando el comportamiento mecánico de los droides escolta, así como, los de combate. Y sí, eran auténticas máquinas de matar, pero demasiado predecibles, les faltaba el elemento de la improvisación, tan importante a la hora de tomar decisiones como de ejecutarlas.

No niego su poder, tampoco su necesidad; tan sólo digo, que desde mi perspectiva un ejército de droides es un complemento necesario de otras fuerzas - no solía interactuar con droides más de lo estrictamente necesario y conveniente, vamos lo justo. No perturbaban mi paz interior, ni mi concentración, aunque en cierto sentido estudiar su comportamiento tan sólo comprometía el estudio de protocolos de intervención, y tras ver cómo se realizaban las programaciones, había llegado a la conclusión que tan sólo habría que capturar a su diseñador para controlar al resto. Cosa que no ocurría con otras formaciones militares.

De vez en cuando, se permitía establecer un diálogo productivo con Mik Dremon, era interesante conocer otras culturas y civilizaciones.

(Todo ésto acontece durante el viaje - en tránsito - o en los tiempos muertos, evitando en todo momento que hubiera más participantes en las conversaciones).

Mik miró a su guardaespaldas como si fuese una columna que hubiese hablado. No es que la sorprendiera de verdad, por supuesto: solo le gustaba utilizar esa mirada. La había ensayado. Consultó el reloj de pared de su despacho y determinó que había tiempo de una pequeña conversación. 

- Los droides tienen una serie de ventajas que son inherentes a ellos y que yo y mis jefes apreciamos enormemente. -apuntó la neimoidiana sonriendo de manera franca- Una de las más importantes es que puedes mandarlos a la muerte a docenas sin preocuparse por la mala prensa o la pensión de viudedad. Por si fuera poco, son el Guarda Jurado perfecto: uno que jamás va a decidir que no le pagan bastante para morir por una caja de caudales o por un carguero lleno de frutas de Lothal. 

La neimoidiana se encogió de hombros:

- Naturalmente, como Representante de la FSC sé perfectamente que un ejército droide presenta vulnerabilidades. Y parte de mi responsabilidad será asegurarme de que esas vulnerabilidades están cubiertas. -sonrió- A esa fuerza de droides la va a tener que seguir un pequeño ejército de técnicos e informáticos. Pero eso tiene arreglo.

Mik pareció dudar un momento y empezó a trastear con el ordenador del correo interno:

- ¡Qué raro que no me hayan mandado detalles! ¡La junta no es nada dada a gastar dinero!. Me da miedo pensar en los droides que hayan comprado. Hay diseños en el mercado que son baratos y a la vez decentes sustitutos de un humanoide. Pero otros...

El silencio cayó sobre el despacho mientras buscaba.

- De todas formas, le haré una pregunta: ¿Quién cree que está mejor entrenado? ¿Un espadachín adiestrado toda su vida en el uso de la espada, o un miliciano con dos semanas de práctica en el uso de un bláster semiautomático?

- De todas formas, le haré una pregunta: ¿Quién cree que está mejor entrenado? ¿Un espadachín adiestrado toda su vida en el uso de la espada, o un miliciano con dos semanas de práctica en el uso de un bláster semiautomático? (Mik Dremon)

Tardé unos instantes en responder, dándole vueltas a la pregunta, aparentemente simple - Indudablemente el sujeto adiestrado por delante de quien no tiene experiencia, pero... un bláster no debería de encontrar rival frente a un espadachín blandiendo una espada - había escuchado relatos en cantinas a cerca de una misteriosa secta religiosa en la que sus discípulos blandían espadas láser, nunca había visto a ninguno por lo que poca credibilidad me tenían aquellas historias, pero el ejemplo empleado por Mik rescató del olvido aquello - Nunca he visto a un espadachín de esos, corren historias...

Aún así, no quería desviarme de la argumentación sobre los droides, sabiendo que la senadora les tenía un gran aprecio - un droide es un arma de combate cuya producción en serie reduce el tiempo de entrenamiento que pueda disponer un ejército de humanos o de cualquier otra especie, ahí estamos de acuerdo - pese al coste económico que conllevaba producir a los tecnificados, siempre resultaría más económico que adiestrar y mantener unidades de otra especie, las cuales requieren no sólo aprender disciplina, sino habituallamiento y hasta refugio para mantener las condiciones óptimas de victoria. - Los droides no poseen sentimientos por lo que no cuestionan órdenes, pero el miedo y los sentimientos pueden constituir un arma impredecible. Eso da una ventaja importante a cualquier ejército no mecanizado - igual que los sentimientos pueden acobardar o romper la disciplina de mando, del mismo modo también pueden ser utilizados como armas: romper las órdenes de un ataque, convierte a sus fuerzas en impredecibles - no hay peor enemigo que aquél que se encuentra herido, porque no actúa conforme a la razón sino por puro instinto.

Y las máquinas no tienen instinto, simplemente se desactivan cuando pierden el control - Por no decir, del problema que constituye cuando un droide es hackeado y se convierte en un kamikaze silencioso invisible a cualquier supervisión - Siempre me ha resultado más interesante una especie que siente que otra que depende de un sistema de cables y procesadores, ya sólo por la cultura que pueda reflejar su civilización, a diferencia de los droides que no tienen - ¿sueñan los androides con ovejas eléctricas?

Supongo que instalarán en todos los equipos droides un dispositivo de seguridad, por si sus órdenes se corrompen - Nunca me había dado por suponer, qué pasaría si los droides llegaran a pensar por sí mismos, ¿se rebelarían, constituirían una sociedad hermética, se convertirían en un problema o una solución?

- Bien: mis sinceras disculpas. Veo que ha entendido la situación. "Militarmente" la idea es que las pérdidas sufridas por seguridad no sean "Pérdidas". Es un concepto diseñado para maximizar la reposición de bajas. Si no importa cuantas pérdidas sufra la fuerza, estas son globalmente insignificantes... entonces toda lucha es asumible. La defensa de todo cargamento y todo pasajero. Lo que nos permite conciliar los intereses económicos con los del comité de RRPP. La tasa de reemplazo es lo más importante. 

Mik cesó por fin la búsqueda en el ordenador, constatando que Gunray no había enviado más detalles. Solo la nota marcada con "Leer y formatear" firmada por su secretario. Sentía el mayor respeto por el Virrey y su servicio a la compañía, claro. Pero la frustraba que la tuviera en la oscuridad sobre lo que parecía un proyecto muy avanzado. Habría que trabajar en los puntos de vista del ilustrísimo señor. Se levantó:

- Respecto al hackeo de las unidades: ¡Si, claro que me preocupa!. ¡Y si el blindaje informático de las unidades no es el adecuado, no apoyaré el proyecto!. Me extrañaría que Gunray o incluso el consejo ahorren en ese departamento: al fin y al cabo la otra razón para tener droides de seguridad es tener guardias insobornables que no te disparen mientras duermes. No es que lo mismo no se pueda conseguir pagándola a usted, querida amiga... pero apreciará que a diferencia de lo que haría Gunray, yo siempre he comprendido que usted necesita dormir. Ahora ¡Vamos a esa maldita reunión!. Toda esta anticipación me está matando.

Se levantó y, deteniéndose a medio camino de la puerta, llamó a los dos droides OOM de seguridad:

- Quedaos dentro del despacho y vigiladlo. Informad a Aiks de cualquier intrusión, y que nadie entre sin su permiso. 

Y dicho esto, comprobó que su bláster de bolsillo estaba en su funda en lo profundo de su ropón, antes de dirigirse hacia la sala de reuniones. 

Como si fuera a servir de algo: -Pensó- las reuniones de neimoidianos pueden llegar a ser bancos de pirañas.

Senadora, una última pregunta, si esos espadachines son tan peligrosos, ¿por qué no se acaba con ellos directamente? - no sé qué ventaja táctica puede traer el dejar con vida un enemigo peligroso, salvo que los necesiten o quieran algo de ellos, pero aún con todo seguirían siendo peligrosos.

Repaso con la vista que la habitación no contenga nada fuera de su sitio y memorizo los objetos de valor que haya, así como su colocación exacta, reviso los accesos de ventilación y compruebo la puerta por si hubiera alguien o algún dispositivo de seguimiento o escucha en las proximidades, cuando todo esté revisado y correcto, es entonces cuando doy el visto bueno a la salida de la senadora de sus estancias y la acompaño hasta la sala de reunión, dejando atrás a los droides - Todo correcto, vayamos a esa reunión.

Me voy fijando por el camino, pasillo por el que circulamos en la gente que nos encontramos, así como cualquier cosa "extraña" para poder anticipar circunstancias no deseadas. Con independencia de la atención que presto, sigo interesada en conocer las distintas coyunturas étnicas y grupos de individuos que hay en esta galaxia - Los neimoidianos si tienen un gran ejército de droides, ¿por qué entonces no controlan la galaxia completamente? quiero decir, ¿tienen algún enemigo natural? - No entendía muy bien las relaciones de fuerza y equilibrio de poder, cuando una facción es tan poderosa no suele pactar sino imponerse.

Se detuvo ante la puerta como si la hubieran pinchado con un alfiler

- ¿Eliminar a los espad....? ¡No!. ¡No, no, no! ¡No estaba hablando de los Jedi. Ellos juegan en otra liga. ¡Son bastardos con superpoderes, que los usaron para acabar con los Sith y derrotar a los mandalorianos!. Noooo. Los Jedi cuanto más lejos mejor. Se consideran guardianes de la paz en la República. Son... en fin... monjes guerreros que caen muy bien porque supuestamente salvaron la República hace miles de años. Matarlos sería impráctico e innecesario. 

Hizo un gesto a su guardaespaldas para que se acercara.

- Cato Nemodia y la Federación tienen fuerzas de seguridad, no verdaderos ejércitos. No en el sentido galáctico de la palabra. Los planetas individuales tienen fuerzas de seguridad y pequeños ejércitos según sus culturas. Y ciertamente, debido a nuestro tamaño, la nuestra es significativamente más grande que las suyas. Pero no estamos solos: el Clan Bancario también cuenta con importantes activos de seguridad, el Gremio de Comercio, la tecno-unión... el retail Caucus creo que no tiene una gran fuerza, pero es otro más... -Mik pareció ponderar durante un momento- Tal vez podríamos HIPOTÉTICAMENTE con los paramilitares de Tarkin, pero a eso habría que añadir las fuerzas judiciales, los rivales que acabo de citar y, claro, los Jedi. No: la guerra es un medio, no un fin. Y esta guerra costaría más esfuerzo y daría más trabajo del que merece. Los neimoidianos llamamos a nuestros mundos natales los "Mundos monedero" y la Federación está en el negocio del comercio: hacemos dinero. Los cadáveres son solo un subproducto.

Le dedicó una sonrisa amistosa a Aiks que, a decir verdad, parecía sincera:

- Y una cosa -Le puso una mano firme en el brazo, y apretó con una fuerza que indicaba molestia pero no amenaza directa- Soy Representante. Re-pre-sen-tan-te de la FDC ante la oficina del senador Dod. Si me llama "Senadora" delante de  cualquier desconocido o, el dactario la socorra, del Senador, nos meteremos en un lío. Gordo. -La miró a los ojos, tratando de transmitirle la seriedad de una advertencia aparentemente inocua- ¿Me explico?

Representante de la FDC Mik Dremon, entendido - ella buscaba una seguridad en el trato que eliminara cualquier duda en el protocolo a seguir, así que, nada que objetar.

¿Monjes guerreros? mmmm - tenía curiosidad por llegar a ver alguno, no necesariamente batallando sino simplemente contemplar su aspecto para poder estudiarlo detenidamente. La apariencia no dejaba de ser un disfraz de la esencia de cada cual, aún así, también delataba rasgos propios y de comportamiento.

Estuve repitiendo varias veces aquel término que sonaba muy extraño pero a la vez era esclarecedor - Mundos monedero - los neimoidianos eran únicos a la hora de describir otras culturas, demasiado pragmáticos quizás.

Mik abrió la puerta y reafirmó sus órdenes a los droides.

- Vamos Aiks. Veamos que tiene entre manos su excelencia. 

Se encaminó hacia los lujosos pasillos, aparentemente aún agitada por que se hubiera sacado a colación a los Jedi:

- No sé por qué, pero tengo un mal presentimiento...

Siempre negativa - era algo que empezaba a ser una constante en Mik Dremon cada vez que tenía que reunirse con un superior.

Aquella Galaxia era de todo menos un lugar apacible, parecía que todos los planetas se organizaban para generar conflictos unos con otros, como si buscaran hallar la paz de las cenizas del incendio que lo consumaría todo. El afán auto-destructivo no tenía límite en aquella gente, aunque por alguna razón veía que la re-pre-sen-tan-te de la FDC Mik Dremon a pesar de su apariencia malvada, a su modo, pretendía mejorar las cosas.

Los holoproyectores de las salas de reuniones se encendieron mientras descendía la tonalidad de luces como para dar telón de fondo a la presentación. La sala de reuniones eran simple un gran ventanal curvo, una larga mesa rectangular, la figura de Gunray apareció en los holoproyectores, elegante con su traje escarlata con adornos de tono melocotón recorriéndole la figura en hebras finas.

- Estimada Federación, les presento la mayor innovación en tecnología robótica y de combate de la Galaxia, ¡algo que nos llevará a la cima!... dijo con un gran entusiasmo ...un prototipo de combate revolucionario, no olvidarán jamás...

Un droide de combate apareció tras él, poseía tres patas, un núcleo de gravedad central, un exoesqueleto bastante compacto y al parecer armamento...- Será portátil, configurable y podrá comprimirse para avanzar a grandes velocidades, contanto con un grandioso campo de protección, un destructor de clase suprema... no hubo ningún miembro en la sala que no soltase un ruido de admiración seguido por un cuchicheo constantes ...¿preguntas?... normalmente nunca nadie formulaba preguntas para Gunray, nadie quería quedar como un "idiota".

La reunión estaba siendo bastante aburrida hasta que el neimoidiano presentó en sociedad al droide de combate, estudié aquel prototipo con gran interés, me fijé en la cantidad de armamento que disponía la unidad, así como el escudo defensivo y la movilidad, francamente parecía un gran proyecto. Aún así, me gustaría verlo sobre el terreno para saber si realmente la capacidad de fuego era tal, así como detectar cuáles eran sus puntos débiles.

En comparación con los demás droides que había visto, suponía una perfección de cara al combate, pero empecé a visualizar carencias. En primer lugar la maniobrabilidad, aunque tuviera 3 patas, no parecía tener demasiado equilibrio, así que, fuera de superficies lisas sería desaconsejable utilizarlo. Tampoco servía para coger o llevar cosas, era un droide exclusivamente para el combate, echaba de menos la capacidad prensil en sus brazos. Ese defecto, implicaría que estos droides necesitarían un refuerzo consistente en otros droides o personal con capacidad para manipular objetos, es decir, no eran autosuficientes.

Y en cuanto a la forma, de pelota, cierto que facilitaba la movilidad, no negaba que pudiera alcanzar gran velocidad pero esa forma era menos compacta a la hora de trasladarlos, así que, su portabilidad no parecía sencilla. Aún así, no negaba que su finalidad principal fuera destructora, y en eso el droide se parecía a un tanque con patas.

Cuando el jerarca neimoidiano permitió la opción a que se realizaran preguntas, observé que el auditorio permanecía en silencio, no tenía intención de tomar la palabra y llamar la atención, así que, dejé por escrito mis reflexiones y le pasé la nota a Mik con la evaluación técnica que observaba, para que ella pudiera lucirse delante de sus compatriotas, o bien manejar dicha información a conveniencia.

Mik observó el modelo disimulando su entusiasmo con cuidado. Naturalmente sabía que había que tener cuidado con las preguntas cuando Aiks le pasó la hoja de flimpsy-plast con las anotaciones que, la verdad, eran legítimas. Inoportunas tal vez pero... en última instancia relevantes. Para los halagos, no obstante, siempre había tiempo:

- Virrey, creo que hablo en nombre de todos -dijo Mik aprovechándose del silencio incómodo, que tampoco convenía a Gunray ni al acta de la reunión- cuando digo que sus palabras no parecen exagerar ni un ápice. El modelo ciertamente promete incluso antes de visto el pliego de especificaciones. Para empezar por el escudo y su formato: no solo protege a la unidad sino a cualquier pasajero o ejecutivo que se proteja tras él: ¡Bravo!. Respecto a la potencia de neutralización de amenazas, bien... llevo tiempo queriendo dotar a la seguridad droide de un arma de apoyo ¡pero yo no le pedía tanto! -expresó ella en un tono alegre, animando con la mirada al resto de la concurrencia a aprovechar esta oportunidad para mostrar su aprobación a la munificencia del Virrey- Asumiendo que la seguridad informática es la estándar, solo puedo decir que espero ansiosa la prueba para ver su desempeño campo a través y así tener una comprensión total de la operatividad de la máquina. 

Volvió a su asiento, dispuesta a ceder el testigo a Gunray para que respondiera a los halagos -que no preguntas directas- o al resto de asistentes para que formulasen sus propias cortesías. Naturalmente se uniría a cualquier aplauso. Al fin y al cabo nadie la estaba pagando para ir en contra del poderoso Virrey. Miró al holograma del droide:

- ¿Cuanto cuestas, montón de chatarra? Y si eres barato ¿Por qué lo eres? -Pensaba la neimoidiana, aún con su mal presentimiento rondándole la cabeza. 

Durante la intervención de Mik no perdí detalle en observar cualquier gesto contrariado que producían sus palabras en los demás allí reunidos. También formaba parte de mi trabajo estar atenta a cualquier movimiento o impresión que pudiera ser hostil, así que, centré mi atención en cualquier detalle que fuera extraño.

Tras la intervención de la representante de la FDC dudé en si aplaudirla o no. Analicé las circunstancias ambientales, no estaba allí por mis conocimientos sino como escolta, así que, rehuí aplaudirla pues aunque trabajara para ella, el acto en sí no era de mi competencia. Evitaba también atraer la atención, que al ser la única de mi especie en la reunión, era difícil.

Lenah escuchó con atención como el hombre describía los acontecimientos y frunció el ceño. Resultaba obvio que algo no encajaba en todo este asunto.

- Necesitaré una copia de la holo-grabación de sus cámaras de seguridad y un listado pormenorizado de las flores sustraídas junto a cualquier posible aplicación médica o química que puedan tener.

La violencia del robo indicaba que los trandoshanos tenían prisa o estaban desesperados... aunque quizás eran tan inútiles que eran incapaces de cercenar una simple terminal. Con brutos como esos lagartos, nunca se podía saber a ciencia cierta.

El aplauso fue generalizado al término de tus palabras y por supuesto Gunray no dudó en aceptar los halagos...- Estamos en un gran momento para la Federación... el plano del holograma cambió a una roca de color amarillenta de algo más de dos metros de altura, y un ancho considerable del doble de su altura, los disparos continuados del droide comenzaron a quebrar la formación rocosa, la intesidad del fuego y su velocidad superaba el modelo B1 en gran medida, aunque su desplazamiento fuese ruido ni si quiera un jedi podría repeler esos impactos por mucho tiempo ...una auténtica maravilla.

La hazaña del droide elevaron los aplausos y los tonos de la conversación en Coruscant, las preguntas eran claras, a qué velocidad podrían producirlos y que energía requerían, el plan era conseguir reunir con la aprobación una tanda para cada unidad de la Federación en cinco años, lo cual suponía una producción muy elevada.