Partida Rol por web

Un nuevo día comienza en el templo jedi de Dantoine. Es un día importante, pues es el momento en que el maestro jedi Rantal elegirá a su futuro padawan. Y para ello, el torneo de demostración dará comienzo en tan solo unas horas.

Finalmente sois llamados a la sala de reuniones y allí el maestro Plarion se dirige a vosotros.

-Os saludo a todos - Digo haciendo una leve reverencia. - Como bien sabéis, hoy contamos con la compañía de un maestro jedi interesado en buscar un aprendiz. como ya hemos hecho otras veces, se realizarán unos combates de demostración de las facultades de cada uno de vosotros.

Me detengo un momento para que lo que he dicho no caiga en vaso roto.

-Los combates ya han sido elegidos, serán al primero en golpear dos veces a su adversario. Ahí - Digo señalando a un panel en una pared - tenéis los combates. Y ahora por favor, los primeros contendientes, venid aquí y comenzar la demostración.

Es curioso que en la demostración solo está el maestro Plarion, no hay rastro de ningún otro maestro que esté observando el combate.

Me acerco a Koro Koon y fuerzo una sonrisa.

-Parece que nos ha tocado combatir... no tengo demasiada suerte.

Se dirige hasta Zakarías, quien será su contendiente y hace una reverencia.

-Espero que ambos den lo mejor de si mismo y que gane el mejor.

Afirmo con la cabeza.

-No te lo pondré fácil, Pnorr, aquí y ahora va a comenzar mi camino como un auténtico aprendiz jedi.

El nombre que sale junto al mío... Maldito sea el destino.

Miro sin poder creermelo quien sera mi contendiente, eso es imposible, no puede estar sucediendo de verdad- Bislara- solo soy capaz de decir eso.

- Nunca se sabe mi querido Urt, nunca se sabe. - digo mientras le paso la mano por la cabeza como tantas veces he hecho en los últimos tiempos.

Recuerdas la conversación que tuviste solo unos días atrás... Urt parecía no tener claro si lo correcto era combatir al máximo o no en el torneo y no puedes evitar preguntarte si lo hará o no.

Miré a Daesha y no dije nada. Hacía tiempo que no nos hablábamos, aunque antes de eso la había considerado mi mejor amiga. Ahora tendría que enfrentarme a ella, no podía dejar de ver una desagradable ironía en todo aquello.

Daesha había meditado el doble aquella mañana, tenía un presentimiento que no le gustaba en absoluto, pero debía enfrentarse a su destino, hoy cabía la posibilidad de ser elegida para convertirse en padawan de solo un maestro y dejaría el templo, tenía que hacerlo bien.

Lo que no esperó es lo que vio sus ojos y escuchó sus oídos, se tendría que enfrentar contra Siria, aquel del que apenas sabia nada desde hacía años, del que intentaba no mirar para no avivar esos sentimientos de tristeza y decepción, pero aquel día debía mirarle directamente a la cara, se iban a enfrentar.

Ignoró los murmullos que se oían entre el resto de los que se presentaban, su mente estaba embotada con el pensamiento de vencer a Siria. Sin quererlo se comenzó a sentir muy débil, muy poco rival para él, pues como una vez le dijo Koro, aquellos que se inclinaban hacia el lado oscuro, encontraban el poder más rápidamente... eso hacía que desesperara, pero tenía que ser firme y ser resistente, y sobretodo, tener esperanzas.

Caminó hasta posicionarse delante de él, clavando sus ojos en los de su antiguo amigo esperando que el Maestro diese la señal.

La puerta de la sala se abre y entra un maestro con una túnica amarilla que es nuevo en el templo.

Entro en la sala y miro a los padawans. Me acerco hasta la posición de Plarion.

-Venga, chicos, mostradme lo que sabéis hacer.

Reconocía a aquel Jedi era el que había rescatado a mi madre y el que había visto como mataba a aquel hombre. Sabía que era inútil la pelea y que aunque ganara no me escogería. Era una tontería que un jedi escogiera a sabiendas a un asesino.