-No lo creo, Daesha no ha dado el máximo. Estaba todavía mas distraida que yo, si no me hubiera ganado sobradamente-
-Uno debe luchar como le toque hacerlo y contra quien le toque.
-Aun así...-Pnorr tenía parte de razón, Daesha había sido débil. Pero eso hacía que me preguntara si había sido ella quién había hecho mal o si había sido yo...
Antes de que empiece el siguiente Combate (o después como prefieras) me acerco al Maestro Plarion.
- Maestro. - digo inclinando la cabeza a modo de saludo. Me gustaría hablar con usted en relación a mi combate con Urt.
- Me he dado cuenta de que Urt no estaba al 100% en el combate. Le he pedido en un par de ocasiones que diera todo lo que tiene pero no sé porqué no ha querido hacerlo.
- Sé que es mejor que yo aunque no haya querido demostrarlo hoy. Os pido que le deis el combate por ganado a él pues es el justo vencedor.
- En caso de no hacerlo renuncio a seguir participando en esta prueba pues no me considero ganador al no haber luchado Urt al 100%.
Koro Koon se me acerca y me pide hablar en privado.
-Esperad un momento - Solicito a los contendientes.
Espero que no esté pidiendo perder la victoria... pero se que lo está haciendo.
-Tranquilo, sabemos lo que ha ocurrido en el combate, y el maestro ha solicitado que continúe el torneo como si eso no hubiese ocurrido. Ten en cuenta que lo ocurrido habrá hecho que tome una decisión respecto a si seleccionar o no a Urt-Athin.
- Disculpadme Maestro Plarion pero no puedo seguir adelante sabiendo que mi contrincante se ha dejado ganar. - digo.
- Mi código moral no me permite seguir adelante en el Torneo. Os ruego que acepteis mi renuncia a seguir participando.
- Estaría encantado de ser Padawan suyo. - digo inclinando la cabeza ante el otro Maestro. Pero no a cualquier precio.
Desde mi posición escucho la conversación del maestro Plarion con el aprendiz y decido acercarme para interceder.
-Ya he visto de lo que es capaz tu compañero, ahora quiero ver de lo que sois capaces el resto, y ninguno estáis a su nivel con el sable láser, por lo que cualquiera que combata con él no podrá demostrar lo que sabe hacer.
Daesha pertenece en todo el resto de los combates en silencio, y apenas prestando atención cuando anteriormente la hubiera puesto para aprender. Pero se estaba dedicando mas a mirarse dentro de sí misma y de apaciguar lo que sentía.
Había decepcionado al Maestro y no había dejado atrás sus emociones a la hora de la pelea, desde luego eso era un error de un recién padawan, de alguien que acababa de comenzar. Se preguntaba que rumbo iba a tomar ahora.
Estaba deseando que acabara todo para regresar a su habitación y no salir de allí durante un tiempo.
- Maestro, me temo que tengo que declinar el ofrecimiento pues iría en contra de mi código moral. - digo inclinando la cabeza. No puedo seguir adelante a sabiendas de que no merezco hacerlo.
-¿Y los demás merecen poder enfrentarse a un rival con el que puedan demostrar su potencial?
- Eso no me corresponde a mi decidirlo Maestro.
-Igualmente, tú no has podido demostrar de lo que eres capaz, y es por lo que quiero que combatas de nuevo.
- No vas a llegar a ningún lado Koro. Quieren que sigas luchando. Hazlo y ya está. - pienso en mi interior.
- Como desee Maestro. - digo inclinando la cabeza.
-Gracias por concederme la oportunidad de verte combatir.
- Gracias a usted por permitirme participar para intentar ser digno de ser su padawan.
Tras retirarme de hablar con el Maestro me acerco a Urt y cogiéndolo aparte del resto de aprendices le digo.
- Urt. Los Maestros saben al igual que yo que no te has esforzado al máximo. Aun así me han pedido en varias ocasiones que siga participando para ver de lo que soy capaz.
- Sin duda alguna eres el mejor en el manejo del Sable Láser.
- ¿Por qué no lo diste todo en la prueba?
Koro se acerca hasta donde estoy y me coge del brazo para alejarme del resto.