Partida Rol por web

Los diferentes vaivenes del carguero le permitieron ver en su amplitud del campo de asteroides, los cazas enemigos querían alcanzarles pero ahora las rocas eran sus aliadas al obligarles a separarse. El zabrak seguía disparando el cañón, era una tarea que requería de tiempo y ahora aprovechó que el carguero se alineaba con los enemigos, eso le facilitó que los disparos encajaran atravesando a uno de los oponentes hasta que estalló en pedazos.

"Buen disparo, tienen lo que se merecen..."

Era una celebración mental, que no podía expresar en voz alta porque los jedi eran pacifistas, ya sabía un poco sobre ellos y sus tendencias.

- Quedan cuatro, si tienen sentido común se retirarán.

Fue lo que al final expuso porque no estaban logrando causar desperfectos al Ala de Fuego.

Las ráfagas de disparo de Xostum acabaron con otro de los cazas. Estaba claro que a pesar de la superioridad númerica la cosa no estaba tan mal como habría podido parecer en un principio. Si Zated lograba eliminar a alguno más era bastante probable que hicieran lo que decía el zabrak.
A no ser, claro está, que le tuvieran más miedo a quién les mandó perseguirles que a los asteroides y al Ala de Fuego.

La perturbación que notaba en la fuerza hacía que le fuera complicado centrarse en los cazas para poder apuntar correctamente. Su visión era sensitiva, y los pilotos en movimiento en un lugar como aquel hacían que le costara mucho apuntar. Además, lo cierto era que no había practicado demasiado el disparo con artillería. No le gustaban los blaster, ni cualquier otro arma que tuviera cañón. 

- Ánimo Zated - se dijo a sí mismo - No es tan complicado. 

Zated acabó con otro de los cazas. Quedaban tres más, pero el campo de asteroides al que había entrado Mave Ric hizo lo que el viejo piloto esperaba. Dos de los cazas chocaron contra algunas rocas mientras que uno las evitaba sin problema. Aunque no se destruyeron con el impacto era bastante claro que habían sufrido graves daños. Y la que estaba intacta no pensaba enfrentarse sola a una nave que había derribado a las demás. Así que las tres se retiraron.

Ja. Lo sabía. Ya no hay pilotos como los de antes, está claro. Antes los piratas tenían más agallas. Ahora se acojonan enseguida, espero que el que les haya mandado tras nosotros captase el mensaje.

Sonreía mientras maniobraba con pericia entre los restos de roca. El resto podía respirar aliviados.

Bueno pequeña, otro día más has salido indemne. Buena chica. Ahora a casa a vivir del dinero bien ganado.

Fue en ese momento, obviamente, cuando todo se fue al traste. El viejo piloto no se fijó en que una de las rocas más grandes estaba más cerca de lo que parecía y el lateral izquierdo le dio de lleno.

¿Pero qué...?

La nave empezó a entrar en barrena, Mave trataba de estabilizarla pero le faltaba un cacho grande. Era un milagro que los motores aún funcionasen, así podía esquivar el resto de asteroides. Aunque no era fácil. Todas las luces estaban en rojo y había muchos pitidos de alarma.

¡Sujetaos bien a algo. Estamos a punto de caer al planeta!!!

Mi-Neb sintió el golpe. Había visto el asteroide... pero de alguna manera sentía que aquello era la voluntad de la Fuerza. La nave aguantó, aunque empezó a caer hacia el planeta. 

—No vamos a caer al planeta, vamos a aterrizar —dijo con calma suprema— si hay voluntad y motores, hay un camino. 

—Ventila los generadores una vez entremos, los activaremos de nuevo cuando nos sirvan, ahora... primero debemos asegurarnos que el choque contra la atmósfera y la delta sean suaves, así... —consiguió estabilizar el aparato— De momento usaremos el aire para planear, luego usaremos los propulsores para frenar la caída o más bien para entrar con un mejor ángulo y en cuanto podamos... activamos los repulsores para seguir descendiendo, y enderezarnos del todo. 

A la vez que sus manos se movían sobre el panel de instrumentos, a la vez que iba cambiando iconos de rojo a amarillo, que trazaba un curso de descenso, el joven Jedi (aunque parecía bastante mayor) buscaba un lugar para aterrizar. Sus movimientos eran precisos, había entrenado muchas horas en el simulador en las peores condiciones y esta era otra simulación, o realidad, pero la Fuerza le proporcionaba la calma suficiente para afrontarla de la mejor manera. 

Fue buena señal que los cazas enemigos dieran la vuelta, reconocían de ese modo que no tenían opciones contra un robusto caparazón como el que les protegía. El joven Zabrak entonces notó la sacudida, sin saber al principio a qué se debió hasta que escuchó las voces. Se levantó del asiento para ir en busca de otro más seguro al que poder inmovilizarse, antes de que recibiera un tirón gravitatorio que lo arrojara al suelo.

- ¡Yo estoy listo! No he visto qué tipo de planeta es pero confío en que las cosas salgan bien.

No tenía nada que hacer en esa situación así que se encomendó a las habilidades de pilotaje y los poderes místicos de sus compañeros. Echó la cabeza hacia atrás queriendo serenarse pues era su mejor opción en ese viaje que se anticipaba movidito.

Zated se había quedado en el sitio, bien agarrado con los amarres. Seguía dandole vueltas. ¿Qué había sido aquello que había notado? Trató de concentrarse, de entender, de captar. Lo sentidos del Miraluka estaban ya optimizados, y si conseguía obviar la preocupación de Mave, quizás podría entender mejor aquella ¿petición de ayuda?

El Ala de Fuego seguía dando vueltas en dirección al planeta. Tan solo la habilidad de Mave y Mi-Neb había logrado que pasara el campo de asteroides sin chocar con ninguno más. Ya eso era un pequeño milagro. Aterrizar en el planeta como decía el Jedi sería otro.

Xostum se había movido a la sala central de la nave para atarse a los cinturones de seguridad junto con Reek Kon, el cual parecía estar llorando de miedo. Por su parte Zated se afianzó lo mejor que pudo en el control de la torreta ventral de la nave.

El carguero modificado entró en la atmosfera desmontandose un poco más y dejando una estela de fuego e humo. Hubiera sido mucho peor si Mi-Neb no la hubiese nivelado al angulo correcto. Aún así iban a mucha velocidad, no todos los motores funcionaban y los que lo hacian estaban saturados.

El suelo se acercaba a gran velocidad y Mave Ric no podía hacer nada por evitarlo. Un chisporretazo en los controles dejaron aturdido al viejo piloto y sin poder hacer nada para evitarlo. Ahora todo estaba en manos de Mi-Neb.

Joder. Sólo era un último trabajo.

Todo iba bien, estaba controlado...

De pronto, vino la catástrofe —¡No hace falta que redirijas la energía al panel de control, ya está todo... —los controles chisporrotearon y dejaron aturdido al viejo piloto. 

El panel de instrumentos se apagó, Mi-Neb trató de mover los controles y reiniciarlos una y otra vez. Nada, daba igual lo que hicieran con las palancas.

—¿Alguien sabe si este trasto tiene cápsula de escape? —era otra posibilidad. Mejor que en un peso muerto. 

No le gustaron los llantos de Reek, era un fastidio que en una situación complicada como esa tuvieran que soportar esos lamentos. El zabrak notaba ahora la gravedad y estaba pendiente de la inclinación, todo dependía de ella, de si lograban recuperar la horizontalidad. Incluso sin recuperarla podría darse el caso de estrellarse contra una masa acuosa, el casco resistiría algo como eso con facilidad.

- Tranquilízate ya, el carguero soportará el aterrizaje, es muy robusto.

Expuso al humano pensando que saldrían de esa aunque el comentario de Mi-Neb le restó bastante confianza.

- Creo que es tarde para eso. Confiad en Corellia.

Pero hizo cálculos mentales por si valía la pena echar a correr hacia las cápsulas hasta que pensó que era más seguro soportar el impacto bien aferrado al asiento que yendo hacia ellas.

Zated recibió las noticias en silencio, el cuál se acentuó aún más cuando el sonido de los motores también desapareció. Se iban a estrellar, una forma bastante horrorosa de morir. Zated estaba bien amarrado, y en una parte elevada del casco. Le preocupaba contra qué podrían estrellarse. 

Zated seguía sin moverse. Notaba con la nave iba inclinándose por la fuerza de la gravedad y ganando velocidad. Quizás si pudiera reducir la inercia y frenar la caída, podría no ser un golpe tan fuerte. Trató de concentrarse. El objeto que quería mover era muy grande, y tenía pasajeros dentro, era todo un reto. 

Notó cómo conseguía controlar algo la caída, quizás el golpe no iba a ser tan fuerte, después de todo...

La vieja nave, el Ala de Fuego, rota y haciendo honor a su nombre se precipitaba a gran velocidad contra el suelo. Con Mave aturdido Mi-Neb estaba solo a los mandos, y aunque hizo todo lo posible para estabilizar y reducir la velocidad no fue suficiente. La nave se iba a estrellar y no había nada que se pudiera hacer para evitarlo.

El choque era inminente, en el interior trataban de aferrarse a algo sabiendo que en el fondo no serviría de nada…Pero justo casi en el último momento la nave desaceleró. No llegó a pararse del todo, ni mucho menos, pero sí lo suficiente como para que el choque no fuese letal del todo. Zated, usando la Fuerza, había conseguido frenar un poco la nave. ¿Sería suficiente?

El Ala de Fuego chocó contra el suelo arrancando árboles y vegetación ahí donde tocaba, rebotó varias veces rompiéndose aún en más cachos y dejando un buen recuerdo a lo largo de todo el recorrido. Era fácil seguir el rastro que había dejado, el surco a lo largo del bosque era considerable.

En el interior había varios incendios y aparatos eléctricos chisporrotenado. El miraluka había tenido suerte de que la nave se estrellase de lado, pues si hubiera caído en plano se habría destrozado totalmente la torreta ventral donde se encontraba. El zabrak y el bothan habían salido despedidos de sus asientos a pesar de los cinturones de seguridad, en realidad había salido directamente el asiento. Mi-Neb y Mave lo habían pasado peor, pues ellos estaban justo en la parte delantera.

¿Estarían vivos nuestros héroes?

Zated estaba muy cansado. Había usado gran parte de su poder en detener la velocidad de la nave. Cuando ésta se estrelló el impacto le pegó un latigazo en el asiento que por poco hizo que perdiera el conocimiento. Sin embargo, la preparación mental a la que había sometido segundos antes, le hizo mantener la compostura... más o menos. 

El descenso sería silencioso de no ser por los lloriqueos del rescatado, Xostun preferiría estar en silencio para notar lo que iba sucediendo, por ejemplo ahora que estaban en la atmósfera de un planeta se podía sentir la inclinación respecto al suelo y la temperatura creciente. En un momento dado la velocidad descendió pero no fue un cambio brusco, el zabrak pensó que los Jedi debían de estar interviniendo de algún modo, pues era esa opción o que una nave usara un rayo tractor con ellos. Después empezó el impacto, inesperado pero a una inclinación que le parecía aceptable y le hacía creer que tenían opciones de sobrevivir.

"Los Jedi hicieron su parte, haz la tuya, Corellia."

- Mi-Neb, Zated, Mave Ric, Reek, ¡fue un placer acompañarles!

Exclamó apretando los dientes cuando la nave terminó de romperse, los asientos volaron en una dirección que no convenía pero al ver que el muro de enfrente se le acercaba a gran velocidad interpuso sus propios brazos para amoriguar con ellos el golpe.

Mi-Neb ajusto los cordajes del asiento antiimpactos, lo giró para llegar en el mejor ángulo y esperó el choque. Cuando llegó, no le afectó demasiado. 

Nada más se quedó todo quieto, se levantó y fue a comprobar cómo estaban todos sus aliados. 

—¿Alguna herida? ¿Estáis bien?

El estruendo del impacto contrastaba con el silencio reinante, roto tan solo por los chispazos de los aparatos rotos y los crujidos de la nave al mecerse un poco. De vez en cuando podía escucharse como alguna parte se acababa de desgarrar y caía al suelo haciendo ruido, pero enseguida se apagaba.

Poco a poco, los milagrosos supervivientes del “aterrizaje” empezaron a moverse. Despacio al principio, con dolores y quejidos, pero con vida. Dolía demasiado para estar muertos.

El primero en recuperarse fue Mi-Neb. Su cinturón de seguridad había aguantado lo había mantenido firme, con lo que tan sólo tenía unas magulladuras y cortes.  Nada grave. Más cuando se desató y se acercó a Mave Ric pudo comprobar que el viejo piloto había hecho su último viaje. Un trozo de metal de su querida Ala de Fuego se le había incrustado en el pecho. Por lo que el jedi pudo ver había sido rápido e indoloro.

Zated se descolgó de la silla de la torreta y “cayó” a un lateral, la nave estaba medio ladeada, y se levantó tambaleándose  mientras notaba cómo le dolía todo el cuerpo. No sabía si tenía algún hueso roto o no, pero esperaba que no fuera el caso.  Con paso lento se acercó a la parte central donde estaban, o al menos eso esperaba, Xostun y el bothan.

El zabrak empezó a moverse, quitando algunas partes de la nave que le habían caído encima, y tras un poco de esfuerzo logró desatarse y levantarse. También le dolía todo el cuerpo, y seguramente estaría así algunos días. Aunque no parecía tener nada roto.  Había tenido suerte, ya que al salir disparado su asiento fue a parar a un pequeño hueco donde se encajó, o habría acabado aplastado contra una de las mamparas. Cuando se fijó bien se dio cuenta de que eso precisamente le había pasado a Reek kon. Se había estampado contra uno de los laterales y quedó aplastado contra el mismo. La cantidad de sangre que había por todos lados no daba muchas esperanzas para el bothan. Y cuando se acercó a mirar, justo cuando llegaba Zated, el aspecto que tenía el cuerpo dejó disipó las pocas dudas que hubiera.

Sólo habían sobrevivido ellos tres al accidente. Había que pensar que harían a continuación.

Tras el golpe vino la inconsciencia, un velo pesado que cayó enseñándole una pared metálica. Le dolía la cabeza, se palpó con suavidad buscando sangre sin encontrarla. Luego al tratar de moverse el cuerpo le respondía bien por lo que fue dando pasos para ubicarse.

Al descubrir a Reek muerto mostró una mueca disgustado, el intento de rescate resultó su final. La noticia de la muerte de Mave Ric llegó al momento, solo sobrevivieron tres pero visto desde otra perspectiva lo sucedido era casi un milagro.

- Bien... esto es una tragedia.

Se sentó donde pudo para descansar, sabiendo que no iban a dedicar tiempo al reposo, no sin haber dado sepultura a los muertos. El zabrak miró a ambos Jedi.

- Deberíamos de salir y cavar tumbas, no sabemos lo que tardaremos en encontrar civilización o lo que pueden tardar en venir a rescatarnos. Es decir, por medios normales no lo sabríamos. 

No podía hablar con mucha seguridad cuando resultaba que estos monjes tenían sus recursos místicos.

Zated asintió. Le dolía el cuerpo y no podía cargar sólo con ningún cuerpo, pero con ayuda de Xostun pudieron sacar a Mave y Reek Kon. Lo que más le molestaba era el hombro, al hacer círculos notaba que el brazo le pesaba más de lo normal. Seguramente sería un problema temporal, más por el golpe que por otra cosa, pero tendría que dedicar un rato a mirárselo. O quizás podría echarle una mano Mi-Neb, decían que era un buen médico, mejor que espadachín. 

Zated se mesó la barba . Necesitaba meditar un poco, no se sentía en comunión con la fuerza. 

- Hay que pensar un plan de acción. ¿Alguien sabe donde estamos? ¿Podeis hacer funcionar el sistema de navegación o está todo inservible?