Partida Rol por web

—Bueno ^*biiiiip* Es que fui programado para otras... tareas. Sólo dispongo de programación básica de pilotaje —dijo el androide a la defensiva.

—¿Cómo desean proceder, señoritos? —preguntó a los sith mientras se acercaba a la camilla en la que permanecía Karak sentado— No se pase con los calmantes, señorito Karak, y sobre todo no se rasque la cara. Lamento no haber dispuesto de un paquete de programación de cirugía plástica.

Karak llevaba la cabeza vendada ocultando gran parte de su cara, y L4 era el único que había visto ya, mientras le trataba, cómo había quedado su rostro tras el combate. No era agradable de ver, según los estándares de evaluación orgánicos de su base de datos. Al robot no podría serle más indiferente, claro, y ni le importaba el aspecto externo del aprendiz ni lamentaba realmente no haber podido "arreglarle", pero las rutinas de protocolo estaban para algo.

Reedha miró a la mandaloriana.

— Entiendo entonces que tú no podrías pilotar para llegar hasta allí — le dijo, sin dejar de preguntarse a quién debería informar y sobre qué tendría que recibir instrucciones. — Si ese es el caso, no parece que tengamos muchas más alternativas que pasar por Farlander y dejar a Dess allí mientras buscamos un piloto... O una... ¿De quién estáis hablando? — Preguntó a las dos mujeres.

Seguía sin fiarse de ellas, a pesar de todo, pero ahora mismo no parecía que tuvieran ninguna otra alternativa, salvo que al droide o a Karak se les ocurriera algo.

Laynia se encogió de hombros.

*No soy mal piloto, y la Cimitarra era una buena nave. Con ella y mucha suerte de nuestra parte quizás podría llegar a pasar más o menos intactos. *

Suspiró. Parecía obvio que no le gustaba lo que iba a decir a continuación.

*Pero D. tiene razón. La piloto que os comenta es muy buena en lo suyo. Se llama Sanran Dongan. Hemos...trabajado juntas varias veces. Otra cosa es que la logréis convencer de que os ayude. Aunque si le proponéis un desafio como este tenéis muchas posibilidades de que se os una.*

Dess'iree restó imporancia a la última parte con un gesto de la mano.

-Bah. Tonterías. Seguro que puedo convencerla. No me dirá que no.-

Reedha se encogió de hombros. No le gustaba perder más tiempo, pero parecía que esa tal Dongan era su mejor oportunidad.

— Habrá que parar en Farlander, entonces — dijo, mirando a Karak para que confirmase su opinión.

Karak asintió. Estaba dolorido, tanto físicamente como en su orgullo. Llevaba unos cuantos combates ya que no era capaz de centrarse, de luchar tal y como había sido instruido. Las alimañas no contaban, por supuesto.

— A Farlander. — Miró a sus compañeras. — No os molestéis, pero si vamos a meternos en semejante montón de rocas necesitamos a alguien que sepa lo que hace al mando de una nave. —

No le gustaba tener que ofrecer aquella nave a alguien que su maestro no había autorizado, pero el caza recompensas había demostrado ser bastante poco digno de esta misión. 

—Parece decidido entonces. ^*biiiip* Si me proporciona las coordenadas, señorita Dess, fijaré el nuevo destino y buscaremos a su competente amiga.

L4 se alejó de Karak y la camilla e indicó gestualmente a Dess'iree que le siguiese hasta la cabina para establecer el nuevo rumbo.

Tras decidirse, los sith y sus acompañantes pusieron rumbo a la Estación Espacial Farlander V. Un par de días de viaje y llegaron a ella.

Tal y como les había dicho Dess'iree se encontraba en territorio neutral. Lo que quería decir en realidad era que estaba en una situación en disputa. Pero lo suficientemente lejos de las zonas importantes como para que ningún bando se tomase demasiadas molestías para tratar de anexionarlo. Lo cuál venía muy bien para realizar todo tipo de trapicheos y cambalaches, desde lo más inocuos a los más ilegales. Cosa que a los empresarios que la dirigían no les parecía mal, siempre y cuando se llevaran su comisión.
Normalmente nadie contravenía las normas de la estación, no les salía a cuenta. Ya que esta tenía su propio pequeño ejercito privado que en teoría se encargaba de que nadie se saliese de madre. Aunque nada impedía que la gente fuera armada, y los negociantes solían traer a su propia seguridad. Así que la de la estación casi nunca entraba en acción. Eso sí, cuando lo hacía era de manera contundente. Primero disparaban y luego preguntaban.

Si las pasajeras que llevaban en la Fury estaban en lo cierto, allí encontrarían a una piloto que les podría llevar hasta su objetivo.

Nada más acercarse recibieron un saludo con la petición de identificación y motivo de la visita. Para hacer más amena la llamada pudieron observar varias baterias de blaster que apuntaban a la Fury. Era otra de las cosas que tenía la estación, estaba muy bien protegida. Aunque no podría hacer nada contra un ataque en firme de la Republica o el Imperio Sith, era más que suficiente para defenderse de lo que fuera menor a un par de cruceros pesados de batalla.

El androide realizaba las maniobras de aproximación cuando recibieron la petición de identificarse acompañada del movimiento de las baterías láser, para hacer la petición más sugerente. Contestó sin intención de ocultar nada, dada la naturaleza de aquel lugar.

—Al habla el androide de protocolo L4-Uri3 pilotando la nave Fury, del Imperio Sith, código de identificación #0118 999 881 999 119 725 ... 3. A bordo de la nave hay 4 personas. ¿Necesitan que les detalle sus identidades?

Aquí puerto de control de Farlander V. Acceso concedido Fury. Puede estacionar en el hangar 1138 de la sección THX. Las coordenadas le han sido enviadas.

A pesar de que les dejaban acceder L4 se fijó en que los cañones automáticos estaban apuntando a la nave hasta que esta entró en el hangar.
Era bastante amplio, y se fijaron en que no estaban solos. Había varias naves más. Personal de tierra se ocupaba del mantenimiento y algunas tenían seguridad propia. También pudieron observar droides de vigilancia que suponían se encargaban de que no pasase nada raro. Al aterrizar se acercó un tipo con un datapad en la mano y dos droides detrás suyo. Tenía pinta de ser el encargado de esa sección.

Las invitadas de la Fury les confirmaron aquello último.

*No pasa nada. Es simple rutina. Querrán saber si precisáis de mantenimiento especial y si queréis rellenar combustible. Los precios son normales, no abusan de ellos.*

Saran estaba en uno de los bares de lujo de Farlander tomando su segunda copa y tratando de decidir qué hacer.

Estaba convencida de que Orím Frim tercero, su "patrón" arkaniano, estaba a punto de reunirse con algún mandamás de la Republica, si es que no lo estaba ya. Y no tenía manera de pasar a través de sus guardias para conseguir las pruebas que necesitaba.
Si no lograba confirmar ese contacto sus superiores no aceptarían la sanción, y lo mismo pasaban meses antes de que se volviera a reunir con otro comprador del bando enemigo a la guerra. Y no soportaría pasar más tiempo al lado de aquel cerdo.

Estaba calentando su copa cuando notó una sensación extraña en su cabeza. No era algo nuevo, ya le había pasado más veces. Demasiadas realmente. Era una especie de contacto tenue. Estaba, casi, convencida de que Dess'iree se encontraba en la estación.

—Propicios y estelares días, señor *biiiiip* —saludó L4 al operario, bajando por la rampa de la Fury— ¿Podría asegurarse de rellenar el depósito de combustible de nuestra nave? 

Mientras trataba con el hombre para hablar del precio y vigilar que no hacían nada sospechoso con la propia nave, dejó en manos de Karak, Reedha y los demás el cómo proceder en la búsqueda de la piloto.

Saran dejó la copa y miró alrededor, con una ligera sonrisa. No, no estaba en el bar. Pero estaba cerca desde luego. Tarde o temprano se cruzarían, siempre ocurría cuando tenía aquella sensación. Pero ahora debía solucionar lo de su encargo.

—Mmm... ¿cómo proceder?...

Karak miró a sus nuevas compañeras.

— En fin, creo que vosotras sabréis el camino mejor que Reedha o yo, así que. Después vuestro. Pero démonos prisa, parece que vamos siempre un paso por detrás de los jedis en esta misión... —

«Un paso por detrás...» pensó Reedha con fastidio, repitiendo en su mente las palabras de Karak. «Estamos aún peor que al principio».  Sin decir nada, jugueteó con el sable de luz en su cadera mientras esperaba a que las dos mujeres se pusieran en marcha.

— L4, haz un barrido de frecuencia sobre la nave. Quiero comprobar que no se está emitiendo ninguna señal desde ella cuando no estemos aquí — le dijo al droide discretamente cuando se pusieron en marcha.

En cuanto la nave aterrizó Dess'iree se quedó quieta concentrandose unos instantes, y enseguida asintió a Laynia.

-Sí. Está aquí en efecto. Aunque parece un poco nerviosa. -

La mandaloriana no dijo nada, sólo se colocó su casco y comprobó sus pistolas. Luego asintió también.

*Siempre está nerviosa. Es un culo inquieto, no puede parar. A saber qué misión tendría.*

Las dos mujeres salieron de la nave, y mientras L4 encargaba a los técnicos el trabajo que tenían que hacer se dirigieron a uno de los ascensores del hangar. Parecían saber donde iban, así que los sith las acompañaban.
Si alguno de los tecnicos o droides, u otro personal que estaba por allí les parecía mal ver a unos sith tuvieron la sensatez de no decir o hacer nada.

El ascensor le llevó a una plataforma central desde donde podían acceder a casi cualquier lugar de la estación. Estaba dividida por zonas y clases. La central era donde había el mayor número de tiendas y lugares de ocio y consumo. Incluyendo una gran variedad de bares.

-Iremos primero al Lu'Cas. Es donde suele ir a beber cuando tiene dinero para gastar.-

Laynia sólo asintió y caminaba de manera indiferente, pero tanto Reedha como Karak pudieron notar que sus manos estaban siempre cerca de sus armas.

Tuvieron que cambiar de zona, una con una seguridad considerablemente mayor que la anterior. Por no hablar de que tuvieron que pagar una tasa de acceso. 200 créditos por persona y 100 más por ir armados. Las dos mujeres ni pestañearon y pagaron con sus chips de créditos.

—Por supuesto señorita Reedha. Estoy haciendo el análisis conforme nos alejamos.

Siguió al equipo hasta el ascensor y las distintas zonas de la ciudad-estación. En cuanto les pidieron pagar acceso, levantó las manos, mintiendo vilmente para ahorrar unos créditos al grupo.

—Yo no voy armado, tan sólo soy un droide de protocolo...