Partida Rol por web

Gongar emitió un gutural sonido y miró a uno de los caza recompensas, aunque sus ojos iban y venían ante la visión de aquel sable de luz. Entonces el caza recompensas se acercó a Nawara y cogió de sus manos el sable, entregándose seguidamente al Hutt.

- FIUUUU -

El sonido de la hoja apareciendo y su brillo inundaron la sala. La movió, deleitándose con el mismo. 

- ¿Donde la habéis conseguido? - Dijo moviendo de nuevo el arma - Y lo más importante. ¿A quien perteneció? Un arma solo vale lo que vale su dueño. - 

Te estás pasando, montón de sebo con ojos - Mantengo el semblante neutral mientras el hutt examina mi sable - El implacable señor Mardoc no nos facilitó esa información. Dijo que alguien tan versado en la tecnología Jedi sabría apreciar su valor como adelanto de un lucrativo negocio para usted.

De nuevo intento recurrir a la Fuerza para aplacar su recelo y hacerlo más receptivo, pero sólo consigo pensar en que esa babosa está manipulando el sable de luz que me costó semanas de trabajo conseguir. Pienso en Hamma y Galen, observando detrás de mi y jugándose su libertad, tal vez incluso sus vidas, a que yo pueda convencer a Gongar.

Me aclaro la garganta antes de continuar - Si, por desgracia, este arma y la promesa de futuros beneficios no le resulta aceptable le ofrezco mis disculpas en nombre del implacable señor Mardoc - Quieres ese sable y quieres esas futuras ganancias - ya que lo único que tengo a mano es el Lado Oscuro, lo utilizo para aumentar su codicia y que se avenga al acuerdo con tal de aumentar su colección y de futuras ganancias que pueda sacarle a Mardoc - Por favor, gran Gongar, le ruego que me devuelva el sable para poder llevarlo al segundo posible comprador de nuestra lista. Sin embargo, si cambiara de opinión nuestro siguiente destino es... - hago un gesto a Hamma y Galen...

- El sistema Novor, señora - intervengo recordando un sistema no muy lejano pero poco conocido que llegué a ver en las cartas de viaje. Entonces decido no darle oportunidad al Hutt de pensar y apresurar un poco su decisión y me acerco a Nawara para susurrarle al oído. Tuerzo los labios y niego ligeramente con la cabeza antes de cubrirme la boca con gesto confidente. Sin embargo no susurro sino que hablo bajo pero que, "por descuido", puede escucharse en el silencio de la sala -. Creo que la dama Lantha Vonda puede ser más receptiva aunque tardaremos un par de días más en cumplir nuestro encargo. Estoy seguro de que el implacable señor Mardoc lo comprenderá.

Gongar lanzó a Galen una mirada que muy probablemente hubiera helado la sangre a cualquiera que no tuviera el entrenamiento necesario. Pudisteis notar incluso como los guaridas se tensaban, mostrando incómodos movimientos o cambios de postura, miradas cruzadas y agarrando sus armas, acompañando la mirada del Hutt, aunque ni de lejos tan efectiva.

- Esperad - Dijo removiéndose y guardando detrás de si el sable de luz. - Darme un día para pensarlo. Mientras tanto seréis mis invitados - No parecía que fuera una sugerencia por su forma de hablar. - Bebed, divertíos y disfrutar de los placeres que mis instalaciones os ofrecen. - 

Hizo una señal y dos de los hombres de Gongar se pusieron a vuestro lado. 

- Venid mañana y tendréis mi respuesta - Hizo un gesto de despedida con su mano - Mis hombres os facilitarán habitaciones - 

Había asentido con una sonrisa maliciosa a las indicaciones de Galen. El brillo codicioso en los ojos del gusano indicaba que nuestra treta había surtido efecto.

Venid mañana y tendréis mi respuesta - Hizo un gesto de despedida con su mano - Mis hombres os facilitarán habitaciones

Asiento y hago una discreta reverencia - Agradecemos su generosidad, gran Gongar

Una vez en las habitaciones (1) voy a ver a Galen y Hamma.

Bueno, no es así como estaba previsto que ocurrieran las cosas pero teniendo en cuenta el imprevisto creo que ha ido de la mejor forma posible. Ahora tenemos que darnos prisa - hago un gesto discreto hacia las paredes indicando la casi segura presencia de micrófonos o cámaras - Si Mardoc accede debemos conseguir el objeto cuanto antes y marcharnos de aquí...

Mantengo impasible la mirada de Gongar. Al fin y al cabo el "implacable señor Mardoc" sólo se rodearía de servidores rudos y atrevidos que hicieran honor a su propio apodo. Directo al orgullo.

Imito a Nawara con otra ligera reverencia antes de retirarnos.

- Y tampoco podemos fiarnos de él - me muestro de acuerdo con Nawara -. No creo que consiguiera todo su tesoro de forma honrada y, desde luego, no es una palabra que esté en el vocabulario de los Hutt. Podemos aceptar su invitación y darnos un paseo y "admirar" su exposición. No descartaría la posibilidad de que ya lo tenga en ella.

Los tratos entre kajidic hutt no están basados en la honradez sino en el honor - informo a Galen, como si fuera un empleado novato del cártel de Mardoc - Si Gongar quiere ese sable de luz, y creo que lo desea mucho, accederá al trato. Aunque sólo seamos mediadores, tenemos la confianza de que el señor Mardoc nos respaldará si Gongar decide jugárnosla. Y el señor Mardoc no es paciente ni comprensivo. Si alguien intenta jugársela responderá con contundencia.

Me asomo al gran ventanal y miro la jungla de Vodran salpicada de la mezcolanza de edificios nativos y las construcciones prefabricadas destinadas a los visitantes con menos suerte y clase que nosotros. El corazón me aletea en el pecho ¿De verdad le he entregado mi sable de luz a ese monstruo? Al menos Galen y Hamma siguen conmigo.

Saldrá bien - digo apoyando la mano contra el tibio cristal - Gongar tiene mucho que ganar en este trato y lo sabe. No desperdiciará una oportunidad como ésta. Pero siendo sincera no veo el momento de volver a estar en el espacio. Mi raza está adaptada al desierto. No soporto esta condenada humedad...

He preferido mantener silencio durante todo el trayecto y conversación con el desagradable Hutt. La forma en que mis compañeros han logrado captar la atención de Gongar parece suficiente, y creo que ha sido lo mejor no intentar intervenir. Mi tipo de diplomacia no parecía ser el necesario para esta situación.

Una vez en las habitaciones me mantengo con los brazos cruzados, y al notar el gesto de Nawi miro disimuladamente alrededor en busca de dispositivos que pudieran estar escuchando o viendonos en este momento.

-Señorita Hirani.- Sería mejor mantener las apariencias hasta estar fuera de este planeta. -Estoy de acuerdo con mi compañero de ir a dar un paseo. El señor Gongar nos ha dado libertad de ver sus instalaciones, después de todo.- La pregunta estaba en hasta que punto era esa "libertad". ¿Consideraría el Hutt el templo como parte de sus instalaciones? Como fuera, evaluar el lugar para conocer posibles rutas de escape y el nivel de seguridad sería una buena idea.

Las habitaciones eran individuales y pequeñas, y disponían de una zona común en la que poder estar por cada cinco de ellas. Las paredes eran de duro acero, no estaba limpio ni cuidado; pero tampoco era el peor sitio en el que habíais estado. El baño era un sexto cuarto comunitario para todos.

Un estrecho pasillo llevaba directamente a la cantina; donde había varias barras en este momento vacías y en donde seguramente durante la noche varias bailarinas harían su espectáculo. Ahora mismo la cantina estaba medio vacía y un humano de edad mediana que limpia los vasos de la barra con bastante desgana.

Lo que llama vuestra atención de aquella cantina es sin duda la gran cristalera que cubre una parte de una de las paredes. Es gruesa y está bastante limpia, dejando ver al otro lado lo que es sin duda la entrada al templo. Se trata de una pequeña estancia, cerrada en la parte de arriba de forma artificial, posterior al templo sin duda. En un lado hay una puerta de entrada que parece provenir de la zona donde estaba el Hutt. Desde el cristal se puede ver que hay una serie de hendiduras en la pared de la pirámide... ¿quizá sea esa la entrada?

Mis ojos se posaron rápidamente en aquel cristal que representaba la separación entre la cantina y el templo, sin que se viera una manera de acceder desde allí a primera vista. La idea de volver a la habitación donde habíamos hablado con el Hutt no me apetecía, pero necesitábamos saber si efectivamente podríamos entrar al templo desde allí. Miré a mis compañeros, segura de que estaban viendo lo mismo que yo, y me incliné para susurrar al oído de Nawi.

-Quizás sea necesario distraer a Gongar y sacarlo de esa habitación para poder ir al templo. ¿Crees poder distraerlo sola o prefieres que uno de nosotros te acompañe?- La tercera opcion, difícil pero quizas no imposible, sería que Nawi convenciera al Hutt para que pudieramos entrar los tres; hasta ahora las capacidades de la Twi'lek para tratar con él habían sido sorprendentes, pero las palabras del maestro Yoda seguían muy presentes en mi mente. En cualquier caso, yo preferiría que no la dejaramos completamente sola...

Niego con la cabeza ante la propuesta de Hamma - No. Gongar ya nos ha despedido hasta mañana y molestarle otra vez sólo puede traernos problemas. Hemos de ser pacientes y aguardar su respuesta - seguro que tengo más ganas de largarme que vosotros dos juntos, compañera - Sin embargo, nada nos impide dar una vuelta por los alrededores y conversar con los locales. Voy a ir a buscar algún sitio donde comer algo, estoy muerta de hambre ¿Os venís?...

- Vayamos - acepto suspirando -. No me apetece estar aquí sin hacer nada. Es más - continuo -, creo que saldré luego fuera a explorar un poco y comprobar si hay o no más entradas a parte de lo que vemos tras esa cristalera.

El local no era nada del otro mundo. Tal y como otros lugares regentados por los Hutt el tipo de clientela era muy específica. Bandidos, traficantes, caza recompensas y gente que normalmente no se dejaría ver por sitios respetables a no ser que fuera por dinero o porque hubieran sido llevados a la fuerza.

El local ofrecía comida, bebida, y una variada oferta de servicios; aunque por lo que habíais podido ver y escuchar fuera de aquel local había todo un pequeño complejo con diferentes opciones...

Hablar con cualquiera de los parroquianos no nos va a dar información de fiar, y tampoco tengo ganas de aguantar el acoso de la flor y nata de la baja estofa de este sector de la galaxia. Así que busco con la mirada a la persona a la que nadie presta atención y que precisamente por eso se entera de todo. No cuesta mucho encontrarlo: un pequeño Twi'lek vestido con ropas sucias que hace lo que puede por atender a los clientes y no llevarse más pescozones de lo necesario.

¡Chico, ven aquí! - espero que el niño se acerque para echarle una buena mirada. Flaco, pero no mucho. Mirada llena de tristeza y rabia, atento por si quiero hacerle alguna mala jugarreta.

No me mires así, no voy a comerte - retiro la silla sobrante con un pie y empujo el plato de aperitivo que nos han puesto hacia él. Para nosotros no pasa de ser un simple refrigerio, pero para él probablemente sea lo mejor que haya comido en semanas - Tú en cambio sí deberías comer algo ¿Cómo te llamas?

Olm, señora...

Khaar. Soy la señora Khaar. Mucho gusto en conocerte, Olm - señalo a Hamma y a Galen - Ellos son mis acompañantes. No te preocupes, tampoco van a hacerte daño ¿Qué te parece si charlamos un rato?...

Aquel pequeño te miró primero a ti, luego a tus dos acompañantes y finalmente hacia atrás, dirección al gentío de la calle que abarrotada no dejaba de hacer negocios, charlar o simplemente caminar.

- ¿Que, que es lo que quiere señora? - Dijo entre vergonzoso y atemorizado, tratando de mantener siempre las distancias...

Decidí acompañar a Nawi por el momento; aunque la idea de Galen era buena, sentía que de los tres quién mejor sabía como había que comportarse en un lugar como ese era la roja Twi'lek. Intenté no parecer sorprendida al ver como llamaba a un chico joven y de aspecto nervioso hasta nosotros, y lo invitaba a comer en la mesa en la que nos habíamos sentado. Me recliné en el asiento un poco para mirar por encima al resto del local, y así poder ver si alguien en particular parecía interesado en saber que estaba ocurriendo en nuestra mesa.

Opto por ir con Nawara y Hamma a tomar algo. No es mala idea relajarnos primero y aprovechar para observar un poco la situación antes de buscar otra forma de entrar al Templo en caso de que nos estén vigilando. Presto atención buscando cualquier observador que siga nuestros movimientos.

Entonces Nawara llama al pequeño Twi'lek. Trata de ganarse su confianza seguramente con la intención de sonsacarle algo de información, al tiempo que mejora un poco al fortuna del pequeño. Así que la dejo hacer prestando oídos y sin dejar de observar a los alrededores.

Entiendo tu desconfianza - digo con una sonrisa tranquilizadora - Pero no tienes que tenerme miedo. Ambos somos twi'leks y tenemos que cuidarnos entre nosotros ¿Verdad? - le hago una seña al camarero para que se acerque y pido un filete de rycrit muy hecho con guarnición de hongos huitlacoche. Al mismo tiempo realizo gestos tranquilizadores a Olm con los lekkus, alentándole a dejar de lado su desconfianza.

Ya con la comida en la mesa, dejo que el chico coma tranquilo antes de empezar a sondearle con preguntas - Se te ve un chico despierto, Olm. Me recuerdas a mí cuando tenía tu edad. Yo también crecí en un sitio como éste ¿sabes? Veía muchas cosas y escuchaba más cosas todavía. Y de eso quería hablar contigo. Seguro que has oído a mucha gente hablar sobre sus tratos con el señor Gongar ¿Qué tan astuto suele ser él en sus negocios?...

El muchacho miró con sus ojos al camarero, que aunque al principio lo miró con cierto desprecio cuando Nawara pidió la comida pareció relajarse bastante. El chico no se relajó hasta que tuvo la comida delante, y tras miraros uno a uno y no sin cierta cautela no comenzó a comer.

Mucho más relajado por la comida y por las propias palabras de la jedi y su comunicación con los lekkus, el chico contestó.

- No he visto nunca al señor Gongar, pero todo el mundo dice que es muy duro, que siempre consigue lo que quiere y que es mejor no insultarle o enfadarle. -

Os miró de nuevo dio otro bocado arrancando un pedazo con los dientes cogiendo el filete con sus manos y prosiguió al tragar.

- También dicen que nunca rompe un trato, pero que a quienes no los cumplen los castiga de formas terribles - 

La primera respuesta no me es muy útil. No es nada que no supiéramos ya. A todos los hutts les gusta cultivar esa reputación de implacables y despiadados. Sin embargo la segunda sí que resulta interesante. Si el gusano accede finalmente a quedarse con el sable de luz conseguiremos lo que hemos venido a buscar sin necesidad de planes complicados ni armar un alboroto del que tenemos muy pocas posibilidades de salir con vida. Dejo que el chico disfrute de su comida. Le acerco el vaso de agua. Tenerlo cerca puede ser un seguro de vida cuando se come con tanta voracidad.

He visto que hay unas ruinas cerca de aquí. Parecen una especie de templo ¿Las has visto alguna vez? ¿Sabes qué hay allí?...