Partida Rol por web

tras echar un vistazo rápido a la habitación, saco mi pistola blaster, para tenerla ya en la mano, "creo que yo me voy a esconder en las habitaciones" le digo a mis compañeros, podría intentar ocultarme detras de los armarios, pero no tenía mi poncho de camuflaje, lo cual no era una de las ideas mas listas que había tenido, pero también sabía que no había podido traerlo sin levantar sospechas.

- No me esconderé como un ratón. Mejor me quedo en nuestras habitaciones o salgo distraídamente al pasillo cuando lleguen para poder avisaros con el ruido que haga al saludar o bien por los intercomunicadores. Si después necesitáis ayuda, también conozco el código, podré entrar.

 Con mucho cuidado de no dejar evidencia de que he estado husmeando, busco cualquier cosa de interés en los muebles...

Sin perder ni un solo instante, seguís al investigador aunque debido a la distancia y al hecho de que debéis ir a paso rápido ya que correr llamaría la atención de todos los presentes, recién lo alcanzáis en el pasillo, a pocos metros de la puerta que acabáis de cruzar.
Cuando le agarráis de los brazos, el joven se sorprende pero no tarda en relajarse al ver a Nina. Sin embargo, al girar la cabeza y ver a Ayuz, inmediatamente frunce el ceño y esboza una mueca de desprecio.

-Tu otra vez -dice mirando a la twi’lek- Soltadme.

Luego de un breve forcejeo, el investigador consigue liberarse aunque en vez de marcharse, decide girarse hacia vosotros.

-¿Es que no podéis dejarme en paz? ¿Qué estáis buscando? -os dice con furia aunque afortunadamente sin levantar la voz, además notáis como los párpados comienzan a pesarle- ¿Qué… queréis? -agrega mientras hace un esfuerzo para mantener los ojos abiertos y combatir la somnolencia- ¡El.. trago! ¿Qué le… habéis… puesto? Malditas zo…

Antes de que pueda terminar la frase, el somnífero hace efecto y el joven cae inconsciente, aunque por fortuna se desploma hacia adelante y por eso alcanzáis a sujetarle antes de que caiga al suelo. Tras examinar rápidamente los alrededores y cercioraros de que no hay nadie más en el pasillo, os ponéis a cada lado y mientras que colocáis los brazos del investigador sobre vuestros hombros, le agarráis con firmeza del torso.

Ahora que el investigador está inconsciente, tenéis que robarle su cilindro de códigos y ocultarle. La opción más obvia es llevarlo a vuestro camarote y esperar hasta la hora de la cena para dejarlo en la cápsula de escape junto con el resto de sus compañeros inconscientes, sin embargo eso implica tener que recorrer poco menos de media nave y posiblemente toparos con algún miembro de la seguridad.

Mientras esperas a Veexa, te dedicas a examinar los arcones y los armarios del lugar, comenzando por los que están en el lado izquierdo.
Con cuidado pero también con suma atención, empiezas con tu registro. En el arcón que hay a los pies de la cama no encuentras más que un par de cobijas bien dobladas mientras que en el armario hallas una maleta vacía pero con utensilios de higiene personal en los bolsillos laterales, además ves colgados un uniforme del Consorcio y tres conjuntos normales de ropa, todos de un talle mayor a la que debe usar la zeltron. Terminado el examen del lado izquierdo, pasas al derecho aunque lo que encuentras es prácticamente lo mismo: en el arcón un par de cobijas y en el armario una maleta, un uniforme y un par de conjuntos de ropa que no le deben pertenecen a Veexa. La única diferencia es que en un bolsillo oculto del uniforme encuentras un pad de datos.
Por desgracia, antes de que puedas encender el módulo de datos y ver que es lo que contiene, en la sala resuena una breve melodía que indica que están llamando a la puerta. Además, al cabo de un par de segundos escuchas una voz que proviene del pasillo.

-Soy yo, encanto -dice la voz que rápidamente reconoces como la de la zeltron- No vas a dejarme esperando aquí afuera ¿verdad?

- Bueno Ayuz, yo digo que lo llevemos a nuestra habitación, si nos cruzamos con alguien de seguridad, le contamos una mentira y ya está, tampoco les importamos mientras no rompamos su nave.

Era lo más lógico, a los de aquí les daba igual los pasajeros mientras no hagan nada ilegal, un tipo dormido no era extraño.

Suspiro de forma más o menos audible al ver que se cae por el somnífero. Podía habernos causado problemas si hubiese gritado o algo.

Coincido contigo. Yo creo que lo más oportuno sería decir, en caso de encontrarnos con alguien y que se ponga pesado, que ha bebido demasiado. Los camareros le han visto tomarse mínimo dos copas. Vamos, que este pesa como un muerto.

Dicho esto empezamos a recorrer el pasillo en dirección a nuestra habitación.

 Tras dejar todo en su sitio, incluido el módulo de datos, ya que no conviene que ella me lo encuentre encima, me apresuro a abrirle la puerta, con una sonrisa seductora, mientras le decía:

 - Ni se me pasaría por la cabeza, hermosura..