Partida Rol por web

La detención en la entrada del edificio puso en valor todo el trabajo informático y de falsificación llevado a cabo previamente a la misión, no hay que despreciar la informática nunca.

La nave que nos saca del planeta no es que sea lo mejor, pero salir de aquí es lo único que importa ahora, como si nos ponen en un misil y nos disparan.

Ayuz parece más receptiva, eso me alegra, puede que ver lo peligroso de las misiones le haya animado para ser más abierta, no es que vaya a quejarme.

- Si ha sido todo más limpio de lo que imaginaba, me imaginaba que tendríamos que abrirnos paso a tiros pero ha salido todo genial - mientras coge la mano de Ayuz. Una vez en nuestra nave resulta que me da un buen beso - vaya que traviesa estás hoy - le da un cachete en el trasero, divertida.

- En resumen todo ha salido perfecto, ójala todos los trabajos sean así. 

Pese al incidente del rodiano, lo demás fue bien. El ajetreo del viaje de vuelta era el menor de los contratiempos después de todo lo que habían pasado para lograr completar la misión.

Regresar a la nave todos sanos y salvos era motivo de alegría y celebración, aunque lo primero era informar de la misión a sus superiores.

La escapada fue sin ningún problema y parecía que al salir habían pillado a alguien, a un rodiano, no sabía ni quien era y si tal como decía el jefe de seguridad era de verdad otro espía, puede que fuera culpa nuestra, pero la verdad es que quería mirar a otro lado y irme de este maldito planeta de una vez por todas, por suerte le resto del viaje es tranquilo y parecía que había varías formas de salir, pero como todo estaba listo, no había que preocuparse de nada, así que me relajo todo lo que se puede en la nave hasta llegar al nuestra y salir de ese sitio con la misión cumplida.

-Excelente, no me equivocaba al creer que erais las personas más adecuadas para el trabajo -dice Caltos tras escuchar vuestro relato y mientras que Ray le entrega el pad de datos con la información- Como os había prometido, aquí está vuestro más que merecido pago.

Inmediatamente, el alderaaniano saca de su bolsillo siete chips de créditos y os los va entregando en la mano a cada uno de vosotros. Además, ni bien Caltos ha terminado con el reparto, sentís una ligera sacudida que indica que el carguero se ha desacoplado y segundos después veis como la teniente Bernesh se une a vosotros.

-Y por último, como sabía que recurrir a vosotros era garantía de éxito, os traje un pequeño regalo. Por favor, seguidme.

Tras acompañar a Caltos hasta el comedor de vuestra nave, os quedáis de pie en torno a la mesa mientras que el teniente de la Guardia de Alderaan y los hijos de Ray comienzan a abrir los armarios y a sacar vasos, copas, jarras o cualquier otro recipiente adecuado para echar un trago. Una vez que todos tenéis uno, lo cual es un milagro que alcanzaran ya que en total sois trece personas, Caltos saca de la alacena una botella que nunca habéis visto y coloca una medida de su contenido en cada vaso, incluso en el de Seku y Narik aunque por insistencia de Ray la de ellos solo es de medio dedo, una cantidad apenas suficiente para mojar los labios. Al centrar vuestra mirada en lo que os ha servido Caltos, os dais cuenta de que es un líquido color caramelo y que claramente se trata de una bebida alcohólica.

-Es brandy, pero no de esos baratos que podéis encontrar en cualquier cantina sino brandy alderaaniano de calidad -dice el teniente mientras deja en la mesa la botella ya vacía- Bueno, de la mejor calidad que pude comprar con el sueldo de un funcionario público -agrega bromeando para luego levantar su copa- Por un trabajo bien hecho y sobre todo por vosotros, con quienes Alderaan está en deuda aunque solo seamos unos pocos los que lo sepamos ¡Salud!

Una vez que termináis de brindar, le dais un trago a vuestra bebida y de inmediato sentís un sabor ligeramente dulce, el calor del alcohol bajando por vuestra garganta y un regusto en la boca que denota ciertos matices frutales. Sin lugar a duda, Caltos no exageraba con que lo de que el brandy alderaaniano era calidad. Además, todos lanzáis una carcajada al ver como Seku y Narik comienzan a toser o a carraspear debido a que no están acostumbrados a las bebidas fuertes.

-Os aviso que os dejé otra botella en la alacena así que dadle un buen uso. Y si os gusta y queréis un par más, pasaros algún día por Aldera, siempre seréis bienvenidos y además conozco a un par de comerciantes que os dejarán las botellas de brandy a buen precio -comenta Caltos mientras da un segundo trago, vaciando así su vaso- En fin, es hora de partir, que vuestros aliados me han prometido llevarme de regreso a Alderaan, cuidaros y que tengáis un buen viaje. Además, procurad no volver a Nyriann hasta que pase un buen tiempo, el virus del pad de datos debería de haber borrado del registro vuestra presencia pero aún así no está de más que toméis ciertas precauciones, y más con el jaleo que ahora hay dentro del Consorcio.

Una vez que Caltos se despide de vosotros, la teniente Mila Bernesh y los escoltas Lerk Vatten y Firith Ven también os desean un buen viaje. Por último, los hijos de Ray toman la palabra.

-Nosotros también nos marchamos, debemos regresar a nuestros puestos en la flota del comandante Caran -os dice Seku- Cuidaros mucho y espero volver a veros pronto, que ya sois casi como mi familia.

Mientras la joven twi’lek se dedica a despedirse de vosotros dándoos a cada uno un fuerte abrazo, Narik simplemente os dice adiós acompañando su palabra con un simple movimiento de cabeza, un saludo sencillo y muy del estilo de Ray. Además, el sullustano aprovecha el tiempo para devolverle a su padre el rifle ya modificado y llevarse consigo el artilugio que habéis usado y los cilindros de códigos.

Sonrío a Caltos mientras recojo mi chip de créditos y, por simple costumbre, compruebo lo que contiene.

Lo de la sorpresa adicional no me lo esperaba, así que simplemente les acompaño hasta el comedor: una pequeña masa de gente reunida en torno a una mesa foto empiezan a sacar vasos, copas, tazas y todo recipiente donde se pueda servir algo hasta que todos tenemos uno y entonces Caltos empieza a servir el líquido de una botella que creo no había visto nunca. Observo el líquido y lo huelo, pero no huele nada mal.

Levanto la taza que me ha tocado y brindo con todos, terminando en Nina, antes de probar el líquido. La verdad es que no está mal, y tampoco es lo más fuerte que he bebido.

No puedo evitar reírme un poco con la reacción de los hijos de Ray y luego miro a Caltos. Te tomo la palabra, si en algún momento volvemos a Aldera probablemente compre alguna de estas.

Tras eso toca las despedidas, las de Caltos, la teniente Mila y los escoltas que es bastante sencilla. Pero la despedida de los hijos de Ray me provoca un nudo en el estómago; yo también les considero ya parte de la familia. Abrazo con cariño a mi versión joven y me despido con la mano del otro.

Cuando las despedidas terminan, miro a Nina y luego empiezo a andar hacia mi camarote...

La mejor parte había llegado, recibir el pago estaba muy bien, sobre todo si es por fastidiar a grandes empresas sin escrúpulos, ahora sólo tocaba encontrar otro trabajo.

Caltos parece muy emocionado con su licor alderaaniano, supongo que para él tiene mucho significado aparte del económico, pero Nina ya ha probado muchas cosas... bueno en otra época, pero tampoco va ha desperdiciar el regalo.

- Muy bueno Caltos, quizás la próxima vez yo también traiga algo. - mira a los jóvenes que no se defienden con este tipo de bebidas - y para vosotros alguna chuchería mejor - mientras se ríe un poco de ellos.

Ya despidiéndose del equipo Nina se muestra mas cariñosa de lo que suele ser normal en ella, han pasado por muchas cosas y siempre se han portado muy bien con ella, una sensación que hace tiempo que no vivía. Luego vió la descarada señal de Ayuz, se ve que la chica una vez que elige un camino lo sigue bien.

- Las cosas que tengo que hacer por la república...- mientras sigue sus pasos.

 - Una buena bebida, gracias. - Respondo. Ahora, gracias a el dinero conseguido, podré seguir viajando en busca de secretos Jedi y continuar mi entrenamiento, al menos por un tiempo. Echaría de menos a esta gente, pero ahora mismo lo mejor era seguir caminos separados y desaparecer, al menos por ahora, a la espera de que las aguas volvieran a su cauce. Debería de preguntar si podía prestarme algún pequeño transporte sin registrar para mi viaje, o por lo contrario, debería de tratar de conseguir uno por mi cuenta.

"Esto esta muy bueno, creo que si paso por Alderaan pueda comprar algunas botellas" le digo, y la verdad es que me gustaría disfrutarla con mi clan, ya que este brandy merecía una ocasión especial, pero de repente me acuerdo del triste destino de mi gente en Bothawui, todavía quedaba familia, pero poca y esperaba que algún pudieran celebrar una reunión.

Pero me quito la idea de la cabeza, habíamos completado la misión y no era momento de estar triste, ahora tenia que celebrar la victoria antes de que nos dieran nuestra próxima misión, "Ha sido un placer volver a veros y a ver si coincidimos mas" le digo a los hijos de Ray y a Caltos.

Al parecer todo había ido bien, y la celebración, aunque breve, se podría decir que fue bastante intensa. Habían compartido mucho en poco tiempo, pero el suficiente para ver el talante de cada uno y su compromiso por la lucha de la libertad y la justicia en la Galaxia.

El dinero le serviría para seguir financiando la búsqueda de su familia, a cada paso que daba estaba segura de que le acercaba más a sus seres queridos y que pronto se reuniría con ellos. Aun así, también consideraba a este grupo como parte de su familia, y tener que separarse de ellos le causaba dolor y pena.

Abrazó fuerte a cada uno de ellos en la despedida. Si bien un Jedi no debe mostrar emociones, a veces se permitía ciertas licencias y tuvo que contener alguna que otra lágrima. Le dolía tener que separarse de tan buena gente.

Tras despediros de vuestros aliados y darle un tiempo a Ray para que pueda decirles adiós a sus hijos, los acompañáis hasta la esclusa y una vez que veis como estos abordan su nave, os dispersáis por las diferentes cubiertas del “Surcador de estrellas”: Gor se dirige hacia los motores para comprobar que estén a punto para el salto, Blake y Dacen se retiran a sus habitaciones para meditar y descansar, Ayuz se marcha a su camarote mientras es seguida pícaramente de cerca por Nina, y Kimbria y Ray se dirigen hacia la cabina, la primera para revisar las comunicaciones y el segundo para ocupar la posición de piloto.

Una vez que la nave de vuestros aliados se ha desacoplado y pone rumbo hacia Alderaan, Ray enciende motores y coloca al “Surcador” en posición mientras Trasher termina de hacer los cálculos en el ordenador de navegación. En menos de un minuto, vuestro temperamental droide comienza a lanzar pitidos por los altavoces de la nave avisando que ha terminado de ingresar las coordenadas y casi de inmediato, Ray tira de la palanca que tiene a su diestra haciendo que saltéis al hiperespacio.
Después de haber sacudido los cimientos de una importante corporación, es mejor que paséis un buen tiempo sin llamar la atención y por eso ponéis rumbo hacia el Borde Exterior, una región cercana a los confines de la galaxia y con una reducida presencia imperial, donde podéis pasar desapercibidos gracias a los laxos controles aduaneros y los planetas gobernados por el crimen organizado. Sin embargo, todos sabéis que solo es cuestión de tiempo para que el mando rebelde contacte con vosotros y tengáis que volver a luchar por el bien y la justicia en la galaxia.