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Star Wars: Escuadrón Rebelde

Misión 1: Carroñeros espaciales

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30/12/2018, 08:48
Director

Con la ayuda de Raalo, del muchacho y de los dos trabajadores del hangar que se acercan con la grúa y las plataformas repulsoras que pidió vuestro socio, comenzáis a descargar el botín de vuestra bodega y al cabo de unos minutos ya tenéis todo arriba de las plataformas y del speeder del neimoidiano. Dejando a Trasher a cargo de vuestra nave, salís del hangar y Raalo os guía por las áridas calles de la ciudad hasta llegar en poco tiempo hasta su casa, o más precisamente al amplio almacén que hay junto a ella. Luego de que el neimoidiano coloca la palma de su mano y teclea una serie de números en el panel de acceso, la puerta reforzada se abre e ingresáis en la edificación aunque esta no tarda en cerrarse a vuestras espaldas.
Ni bien las luces de la sala se encienden, más de uno os quedáis con la boca abierta ya que lo que tenéis frente a vosotros no es un simple almacén sino que se parece más a la armería de una base militar. Hay una gran cantidad de cajas cuidadosamente apiladas y ordenadas tanto a vuestra derecha como a vuestra izquierda y aunque todas están cerradas, por las etiquetas os dais cuenta que contienen todo tipo de pistolas, rifles, carabinas, vibroarmas y granadas, incluso alcanzáis a ver que entre las cajas del piso superior hay más de una docena de lanzacohetes y algún que otro contenedor de armas disruptoras que suelen ser de uso militar o directamente ilegales. Sin lugar a duda, Raalo tiene el suficiente poder de fuego como para destruir el solo una ciudad entera.

De repente, comenzáis a escuchar un ruido metálico y por la puerta que hay en el lado opuesto del almacén aparecen dos droidekas, más conocidos como droides destructores, los cuales no tardan en desplegarse, activar sus escudos y apuntaros con sus blasters.

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30/12/2018, 08:49
Sude Raalo

Inmediatamente, Raalo comienza a teclear en su ordenador de muñeca y en segundos los droides bajan sus armas y desactivan sus escudos. Por lo visto, su historia de que le había robado unos droidekas al Imperio no era inventada...

-Listo, ya no tenéis que preocuparos de mis guardias, hasta que terminemos con nuestro negocio os reconocerán como amigos -os dice simpáticamente- Ahora, si sois tan amables de seguirme a mi oficina -agrega mientras comienza a caminar aunque tras dar un par de pasos, se gira- Me olvidaba de ti, chaval. Mientras nosotros hablamos tu encárgate de bajar las cajas y colocarlas allí.

Siguiendo al neimodiano, cruzáis la puerta por las que aparecieron los droides para así llegar a una sala bastante espaciosa, con una mesa de trabajo y llena de herramientas y piezas de recambio que indican que se trata de un taller. Sin embargo, no os detenéis allí sino que continuáis andando por un pasillo perpendicular al taller con puertas a ambos lados, entrando por la segunda a la izquierda y arribando así a una estancia más pequeña que las anteriores pero no por ello menos espaciosa. A simple vista, más que una oficina parece una sala de trofeos ya que hay una buena cantidad de antigüedades militares, si es que puede llamar antigüedad a objetos de entre treinta y quince años de la época de las Guerras Clon. Además de una bien cuidada armadura de guardia neimoidiano ubicada en una esquina, hay estantes en los que se hallan una serie de cascos de soldados clon de diferente tipo y también las cabezas de varios droides de combate mientras que colgadas de las paredes hay media docena de armas, principalmente pistolas, rifles y armas cuerpo a cuerpo usadas tanto por la República como por los separatistas. Sin embargo, la pieza más notable es un pedazo de metal de tres por cuatro metros con la insignia de la Confederación de Sistemas Independientes y que seguramente perteneció a casco de alguna nave. Aparte de los trofeos de guerra, hay una cómoda, un armario y un escritorio con cuatro sillas, tres de vuestro lado y otra del opuesto.

Inmediatamente, Raalo se sienta en la silla del otro lado del escritorio y tras reclinarse con comodidad, os habla.

-Ya estamos en Mos Eisley así que es hora de vender el botín y repartirlo. No puedo aseguraros nada pero calculo que me llevará un par de días, a lo sumo una semana, el hablar con mis contactos y venderles a buen precio todo lo que hemos conseguido así que si queréis quedaros con algo, tendréis que decidirlo ahora -os dice el neimoidiano para luego abrir uno de los cajones de su escritorio y sacar de él siete chips de créditos, los cuales coloca frente a vosotros- Sin embargo, mientras tanto no pienso dejar que os marchéis con los bolsillos, aquí tenéis los 8400 créditos del pago inicial aunque antes del viaje me tomé la molestia de dividíroslo en partes iguales. Además, aunque el trato era la mitad de todo lo que encontráramos en el crucero, como me habéis alegrado el día al acabar con Geelo podéis quedaros con todo lo que le pertenecía al rodiano y a sus secuaces. Y por último, como me habéis caído bien, me comunicaré con el encargado del hangar y le diré que llene los depósitos de combustible de vuestra nave -agrega Raalo con una simpática sonrisa- Ahora, si os parece bien y no tenéis ninguno otro asunto que tratar, podéis iros a disfrutar de vuestro merecido descanso y a entreteneros con las “maravillas” de Mos Eisley mientras yo me encargo de hacer las llamadas. Me comunicaré con vosotros una vez que todo haya sido vendido.

Notas de juego

Todos: A menos que tengáis algo que hablar con Raalo, lo único que tenéis que decir ahora es lo que hacéis durante los 5 o 7 días que el neimoidiano tarda en vender el botín. Podéis visitar las tiendas de la ciudad (recordad que tendréis que vender vosotros mismos los objetos de Geelo y compañía), buscar información, dar un paseo o hacer cualquier cosa que se os ocurra.

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01/01/2019, 01:34
Ray Garbar

Durante los siguientes dias, Ray los usó para calmarse un poco y, de todas formas vigilarse las espaldas, para asegurarse de que no había un vengantivo bribón rondándole cerca. A los 3 días se relajó, y es que aún era incapaz de comprender porque debían perdonarle la vida siendo alguién peligroso.

Aún así, olvidó las penas y hasta buscó momentos para tirar de la influencia de Raalo para reponer la granada. También buscó momentos para hablar con sus hijos a través del comunicador de la nave, pero ambos estaban muy ocupados y fueron momentos muy cortos, por lo que tuvo que dedicarse mayormente a lo que hacía un soldado entre espera y espera, si no quería perder el juicio.

Apostar.

El entretenimiento era la clave para no perder la cordura, cuando uno estaba demasiado jodido por dentro, así que cogió la mitad de sus ganancias y las apostó al pazaak. Hacía tiempo que no jugaba, pero igual estaba de suerte (o no lo perdía todo, lo cual ya era una victoria si había logrado entretenerlo).

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06/01/2019, 20:25
Ayuz'bepa

- Eres todo un derroche de amabilidad, Raalo. Puedo decir sin ironía que es un placer hacer negocios contigo-le dijo a modo de despedida.

En cuanto se reunió con sus compañeros les dijo donde podrían encontrarla.

-Me dijeron que hay una cantina por aquí cerca donde toca un grupo bastante bueno, estaré tomando algo allí antes de volver a la nave, por si alguien me necesita-les dijo como invitación abierta por si alguien también quería acompañarla a tomar algo.

Notas de juego

yo en principio ya estoy operativo aquí en Boston, lo único que el teclado que tengo es un teclado en árabe y muchos simbolos de puntuación están cambiados o no existen, asi que pido disculpas por mi mala ortografia las proximas 6 semanas 

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07/01/2019, 04:39
Sude Raalo

Después de una semana en Mos Eisley y en donde no solo vendéis la parte del botín que os ha cedido Raalo sino que también os entretenéis con lo que podéis, vuestro socio os cita en el hangar y os reunís con él frente a vuestra nave. Tras transferiros a cada uno de vosotros 2200 créditos, vuestra parte de las ganancias, el neimoidiano os habla.

-Bueno amigos míos, esta es la despedida. Ha sido un honor compartir aventuras con vosotros y si os soy sincero, no me molestaría repetir otra -os dice con una sonrisa mientras os estrecha la mano y os da una palmadita en el hombro a cada uno de vosotros- Si queréis comprar buenas armas o volvéis a pasar por Tatooine, no dudéis en hacerme una visita, mi puerta siempre estará abierta para vosotros. Además, si no tenéis inconveniente, puede que me contacte con vosotros si surge otro lucrativo trabajo.

Inmediatamente Trasher le dedica unos frenéticos pitidos a Raalo.

-Ya te lo dije varias veces, mi cilíndrico amigo, no es posible montar un rifle de repetición en tu chasis -le responde el ex-separatista- Aún así, si llega a caer en mis manos algunas de las otras mejoras que buscas, te lo haré saber.

Luego de que vuestro droide da otra serie de pitidos que imitan un refunfuño, el neimoidiano os vuelve a hablar.

-Adiós -antes de continuar, Raalo da un vistazo hacia los alrededores para comprobar de que no haya nadie más cerca- Y como dicen los vuestros, que la Fuerza os acompañe -agrega guiñándoos un ojo.

Notas de juego

Todos: Este es el penúltimo turno de la misión así que podéis usarlo no solo para despediros de Raalo sino también para resumir lo que hicisteis durante la semana previa al encuentro.

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07/01/2019, 09:07
Kimbria Pu Coezlel

Kimbria pasó la semana asegurándose de que todo estuviera preparado en la nave: suministro, estado de los motores (no lo hizo ella misma, por supuesto, pero sí se encargó de revisar que todo funcionara como debe), documentación de varios orígenes que les permitieran moverse con cierta libertad.

También deambuló por las cantinas buscando posibles nuevas ocupaciones para el equipo, aunque no estaba segura de haber encontrado nada reseñable.

Después acudió a la despedida de Raalo y se mantuvo cordial, aunque educadamente dio un paso atrás para evitar la palmada en el hombro.

Ha sido un buen trato el que hemos hecho, también para ti y aunque no pueda decir que haya sido un placer, si se vuelven a dar las circunstancias, podremos volver a hacer negocios... Al menos por mi parte, no hablo en nombre de todo el equipo.

 

Notas de juego

Tampoco quiero comprar nada.

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07/01/2019, 13:13
Ayuz'bepa

Ayuz se mostraba alegre, no por la bebida, si no por que nadie de todo el equipo se hubiera metido en problemas durante su estancia en tatooine. No las tenía todas consigo cuando ese rodiano la confundió con una bailarina e intentó besarla. Por suerte a nadie le importó un rodiano muerto.

-Espero que cuentes con nosotros la próxima vez que tengas otro trabajo como este-le dijo mientras se despedía.

-Bueno equipo, será mejor que nos marchemos antes de que cambie la suerte, no me gustaría arriesgar todo lo que hemos ganado en esta caja de arena y nuestros amigos nos estarán esperando-´dijo al resto del equipo apremiandolos para ponerse en marcha meintras subía a la nave.

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07/01/2019, 13:24
Talikah Kami

Talikah pasó la semana comprando lo que necesitaba para cumplir su papel de medico a bordo. Cuando terminó con eso dedicó la mayor parte del tiempo a meditar. No le atraia el paisaje desolado y muerto de Tatooine, pero habia pocas cosas que superasen aquellos magnificos doble atardeceres desde lo alto de una duna y le ayudaban a estar en paz y sentir la Fuerza a su alrededor.

Tambien habia intentado entablar conversacion con Ray ya que el hombre tenia claramente estres post traumatico y quizas pudiese ayudarle. Sin embargo, este habia desaparecido rapidamente y por lo que la togruta habia oido de sus compañeros, se habia dedicado a tirar su dinero con vicios diversos. La joven preferia no preguntar. 

Habia visto al resto de la tripulacion bastante poco y casi no se habia cruzado con Dacen. A la togruta le costaba entender porque aquel jedi era tan esquivo con ella, pero le conocia poco. Todos ellos habian sufrido y quizas ella le recordaba el pasado que pudo ser y no fue. En el fondo, le entendia. 

Cuando llegó el momento de despedirse de Raalo, Talikah se mantuvo correcta pero distante. No confiaba en el. Habia algo en su actitud que encendia las alarmas de la jedi. Esperaba no volver a verlo

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07/01/2019, 17:03
Nina Darro

- Claro Raalo, seguro que nos vuelves a contratar por que no hay mejor tripulación por los alrededores que nosotros - pretendía ser amable, este tipo sabía que eran rebeldes y que tenían jedis, los podía joder muy fácilmente.

El resto del tiempo estuvo buscando cosas útiles, un traje espacial, no pensaba helarse como la última vez, por suerte tenía ganancias de sobra. Luego le puso un gatillo especial a su blaster, ahora seguramente sería más fácil acertar, y por último compro un pistolera oculta, después de un trabajo como este era mejor pasar desapercibida.

Ahora sólo quedaba esperar a que el grupo se reuniera de nuevo y buscar otra cosa para buscarse la vida.

 

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07/01/2019, 18:33
Gor Did'hosu

Despues de una aburrida semana de espera en lo único que hacia era vigilar la nave y ponerme a practicar el tiro, pero por fin Raalo había conseguido vender todo lo que habíamos conseguido en la misión "un autentico placer, espero poder repetir en el futuro aventuras como esta" le digo de manera sonriente, el neimoidiano no le había caído mal y esperaba poder compartir mas lucrativas aventuras como esta.

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09/01/2019, 22:55
Ray Garbar

Ray no pudo evitar sonreir al escuchar la petición de Trasher, quizás los Jedis empezaran a considerar que pasaba mucho tiempo ambos influenciandose el uno al otro, pero como alguién tratara de resetearlo se iba a armar un buen motín.

La semana no había estado tan mal, 200 créditos extras, quizás podria invitar a sus hijos a una cena cuando tuvieran un permiso y algo de tiempo libre.

En cuanto a Raalo, había cumplido y además le había logrado la granada de respuesto que necesitaba. Por lo que no tuvo ninguna queja en particular, un cliente satisfecho y un conocido que se alejaba. Pero como siempre pasaba en el universo, la galaxia era demasiado corta y no era infrecuente que a veces se toparan con viejos conocidos. Y si quedaban en buenas circunstancias mejor que mejor.

Debido al miedo al Imperio, la rebelión no gozaba de muchos aliados capaces, así que lo mejor era terminar de forma agradable.

-Cuídate Raalo, guardaré tu frecuencia por si tenemos que volver a contactar para futuros tratos. Ha sido un placer.

Tras despedirse, se dirigió a su sitio de copiloto, y antes de ponerse a los mandos como tal, usó su ordenador de muñeca para enviar a Trasher un catálogo de la holonet, acerca de gadgets roboticos para inutilizar otros robots. Eso le daría entretenimiento para rato.

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11/01/2019, 07:37
Director

Tras despediros de Raalo, unos con más efusividad que otros, subís a vuestra nave y luego de hacer las comprobaciones de rutina, encendéis los motores y despegáis dejando primero atrás el hangar y poco tiempo después la atmósfera del desértico Tatooine.

Mientras Trasher calcula las nuevas coordenadas, os dedicáis a las tareas de vuestros respectivos puestos pero una vez que la nave da el salto, un mismo pensamiento cruzar por la mente de todos: solo es cuestión de tiempo que encontréis otro trabajo o que la rebelión os llame para cumplir con vuestro deber.

Notas de juego

Fin de la misión