Partida Rol por web

Entre Sidias y yo no es difícil mover al viejo y obeso Mitty hasta una roca que le proveería de todo el confort que precisaba, le dejamos alimentos y agua, no sabía si los humanos precisaban algo más pero seguramente mi amigo sí, confié en el y volvimos con el resto.

-Vamos, cuanto antes lleguemos con ellos antes podremos estar felices a bordo del lekkuan, además esta gente está pidiendo que les quememos el culo con un blaster-.

Tomé el rifle que colgaba en mi espalda y lo dispuse en baja lista*.

-Creo que puede seguir el rastro hasta donde lo atacaron- dice Baker -una vez en el sito podremos encontrar a eso tipos- termina de decir mientras termina de atender a Mtty.

No había tiempo para llevar a Mitty al asentamiento. Estaba claro que tanto Val como Taalan estaban en peligro y eso sería fatal. El viejo no corría un peligro real, y podrían dejarlo a cubierto y a salvo. El encuentro con Mitty había facilitado las cosas, si bien ahora era una carrera contra reloj.

No fue difícil localizar el lugar en el que habían atacado al viejo. Las señales del paso de varias personas y de que habían permanecido allí durante unos minutos eran perfectamente visibles. En poco tiempo, Baker pudo determinar por dónde se habían ido.

Rápidamente pero con precaución, el grupo siguió el rastro hasta que Baker alzó un puño como señal de alto. Cubiertos tras una gran roca elevada, Baker señaló hacia delante. Al pie de la loma, había un pequeño grupo.

Cuatro humanos armados con rifles bláster, custodiaban a otras dos personas. Una era Val, sentada y visiblemente asustada. La retenía uno de los hombres armados, a su espalda. El otro era un anciano, sucio y de ropas desgarradas. El anciano permanecía sentado en el suelo. Pasaba el dedo por la tierra como si escribiera o dibujara algo. De vez en cuando levantaba la vista y miraba, a los hombres, a Val y a cualquier otro lado, sonriendo de forma bobalicona. Parecía no ser consciente a lo que sucedía alrededor.

Al poco, pudo oírse el sonido de dos vehículos aerodeslizadores, y dos motos repulsoras se reunieron con el grupo. Los recién llegados vestían de forma diferente a los cuatro humanos. Llevaban armaduras, que recordaban a las Imperiales.

Caminamos poco tiempo antes de encontrar a los atacantes del pobre e indefenso Mitty, desde una elevación no muy lejana pudimos ver de quienes se trataban. Eran unos seis, la muchacha y un viejo desconocido parecían ser rehenes, teníamos que actuar.

-Genial, ¿Ahora que hacemos?- preguntó el Twi'Lek -¿Los cocinamos con los blasters? ¿O los rodeo y detono cargas para generar una distracción?-.

Miraba a Baker, él tenía más experiencia que cualquiera de nosotros en ese tipo de cosas. Pensaba en que sería mucho más sencillo de tener la nave.

-Lo mejor va ser crear una distracion para separalos- dice Baker mientras estudia el terreno -pero los que acaban de llegar me preocupan, van demasiado bien equpados para ser simple matones- continua diciendo Baker mientras observa al grupo y trata de identificar el equipo y de ver si se mueven con profesinalidad -¿alguien les reconoce? por el equipo se parece a las armaduras de las tropas de asalto, aunque es el mismo, pero como habia una cantidad descomunal de tropas especialistas entre los imperiales es dificil estar seguro- termina de decir.

Mientras estaba apoyado en la roca eché unos vistazos rápidos asomando la cabeza, aquello no me gustaba nada.

Torcí el gesto cuando la situación se complicó con la aparición de los soldados equipados con armadura. Eran seis y nosotros cinco. Suta sugirió crear una distracción, está bien, ve. Ten mucho cuidado.

Me quedé pensando en la pregunta que a continuación lanzó Baker. Antes de responder indiqué al resto, estad pendientes de Suta, si por alguna razón algo sale mal debemos disparar a los vehículos para que no se puedan escapar. De todas maneras, en cuanto la distracción esté creada mejor acabar con ellos. No tenía muy claro a qué pertenecían, pero esa manera de actuar no dejaba lugar a dudas de la clase de escoria que eran.

Nun era un hombre de acción, deseaba liarse a tiros con los matones pero la inferioridad numérica le obligó a tranquilizarse. La estrategia de distracción era buena idea, divide y vencerás.

-Podríamos tratar de colocar algún explosivo en los vehículos. - Dicho esto lo pensó mejor - O incluso lanzar varios ataques con explosivos y dispararles desde diferentes puntos así creerán que les superamos en número. Por supuesto lo haríamos después de causar la distracción. Se llevarán tal sopresa que no sabrán qué hacer.

Nun no era un estratega aunque en su cabeza lo veía todo claro.

Mis dedos tomaron con cuidado y cierta fascinación el detonador de Baker -no te preocupes, está en buenas manos- comenté con cierto placer al soldado -en cuanto escuchen la explosión, actúen, yo intentaré darles fuego de apoyo desde un punto distinto. Así los confundiremos-.

Asentí reafirmando para mí lo que acababa de decir, esa explosión sería una... BOMBA.

Me alejé con cuidado del grupo, intentando siempre estar a la cobertura de las piedras pero buscando alcanzar un punto lateral a la patrulla que tenía a los rehenes; rodearlos seguramente me tomaría mucho tiempo, tiempo que no teníamos.

Alcanzado el punto que consideré óptimo programé el explosivo y me alejé a una distancia segura. No obstante no dejé de caminar, no pretendía volver con mi grupo sino acercarme a la ruta por la que los speeder habían llegado, en caso de que alguno decidiese escapar con un "recuerdo" podría emboscarlo.

Suta tomó el detonador y se deslizó en busca de una posición idónea para colocar el explosivo. Aunque relativamente seguro, era consciente de que tenía que tratarlo con cuidado. El núcleo de baradium era algo inestable y se sabía de detonadores, de dudosa calidad, que habían estallado por una manipulación inadecuada; o sin motivo alguno. Colocó el detonador en la base de una de las muchas columnas de roca que conformaban el Bosque de Piedra de Kavvarad, y lo programó para que hiciera explosión en unos minutos mientras él buscaba un lugar seguro para iniciar un fuego cruzado.

En el pie de la loma, uno de los recién llegados había bajado de la moto deslizadora y conversaba con los tres guardas. El otro motorista parecía hablar por el comunicador.

El grupo aguardaba la señal que sería la explosión para iniciar el ataque.

El soldado que seguía en la moto dejó el comunicador y llamó la atención de su compañero, para hacerle una seña. Tras asentir, levantó su arma y apuntó al viejo Talaan, completamente ignorante de la amenaza.

La cuenta atrás del detonador no iba a llegar a tiempo.

Val se libró de su guardia y se lanzó contra el soldado, para evitar que éste pudiera disparar al anciano, que miraba y sonreía completamente ido. Sin miramientos, el soldado la empujó tirándola al suelo y volvió a apuntar.

De repente, unos disparos interrumpieron de nuevo al soldado, llamando la atención de los soldados y los guardias. Los disparos no parecieron dar a su objetivo, pero estuvieron cerca. Varias decenas de metros a la izquierda, en dirección contraria hacia donde había ido Suta, Lucien, con una pistola bláster en una mano y su garrote de taberna en la otra, avanzaba cubriéndose con las rocas.

Entonces el detonador termal hizo explosión.

El campo de partículas generado por el núcleo de baradium se expandió con rapidez hasta su límite, y todo en su interior explotó con una violencia concentrada. Gran parte dela base de la columna de roca se deshizo rompiendo el equilibrio que la mantenía. Toneladas de roca se derrumbaron, continuando con su estruendo a la explosión, y provocando que guardias y soldados miraran en todas direcciones por la sorpresa.

Lucien había llegado a tiempo para rescatar a la muchacha y al anciano, quizás puso demasiado tiempo en el detonador en un error de cálculos del que tendría tiempo para arrepentirse al estar todos a salvo.

Con mi fusil blaster en mano me asomé como un jutt entre las rocas, pese a haber tardado demasiado el detonador había sido extremadamente efectivo plantando miedo y caos entre los soldados imperiales. Sonreí. Lo único que podría dejarlos más confusos y aterrados ahora sería la llegada de un clan wookie sobre banthas voladores.

Apunté, inhalé, solté parte del aire de mis pulmones y tiré con dolor; angustiado por el daño que le podría causar a esos pobres y vulnerables speeders.
Por otro lado consideré la opción de desmantelarlos o "expropiarlos" para nuestra causa, no era mala idea en absoluto.

Desde detrás de las rocas observe como Suta se arriesgaba y salía con el detonador de Baker. No me gustaban nada esas armas, eran demasiado peligrosas y dudaba que Suta fuera capaz de llegar a manejarlo. Sin embargo el joven twi'lek consigue hacerlo. Una vez parece colocarlo devuelvo mi vista al grupo y mi sorpresa es mayúscula cuando uno de los soldados saca un arma para atacar al que parece ser nuestro objetivo. En un momento de despiste la mujer intenta detener al soldado pero este la aparta, en ese momento decido salir para disparar pero antes de ello aparece el testarudo camarero de ayer y entonces explota el detonador térmico. Esto nos otorga cierta ventaja pues nosostros lo esperábamos y ellos no, ¡Vamos -grito en voz alta mientras salgo de mi escondite disparando. Los años de instrucción vuelven a mi y dibujo un blanco mental en el soldado que está apuntando al viejo mientras intento acertar. Busco acercarme algo para que el disparo sea más certero sin tratar de perder la cobertura de algunas rocas.

Cuando Baker vio a Suta largarse para colocar el detonador tuvo un mal presentimiento, pero la cosa ya esta en marcha, así que lo unico que se podia hacer era nadar o hundirse.

Así que cuando el tipo apunto al tipo que parece ser el que buscaban o saber sobre el tema, Baker supo lo que habia que hacer, así que apunto con calma el rifle, y espero al momento correcto, que llego cuando el detonador hizo saltar la columna de piedra por los aires.

La explosión había desconcertado a todos lo que se encontraban al pie de loma, además de a Lucien. Eso proporcionaba unos momentos preciosos que podían aprovecharse. Lucien pareció pensar eso, pues se repuso con rapidez y continuó avanzando y disparando.

Suta se tomó unos instantes y disparó. El tiro resultó bastante certero a pesar de la distancia, aunque no impactó en donde pretendía, sino en la moto deslizadora, sin efecto aparente. El soldado captó de inmediato de dónde provenía el ataque y se puso en movimiento, en una trayectoria curva que lo haría más difícil como blanco y lo enfrentaría a la posición en que se encontraba Suta.

Sidias avanzó buscando una mejor posición. Desde esa distancia, el ataque sería más complicado, máxime porque demasiado cerca del segundo soldado se encontraban Val y Talaan. Sidias y Baker concentraron sus disparos en el mismo objetivo, pero su celo por no dañar a los dos rehenes les hizo fallar en su ataque.

Val, rápida de reflejos y aprovechando las distracciones, se abalanzó sobre Talaan, arrastrando al sonriente anciano fuera del peligroso lugar y buscando dónde cubrirse ambos.

El segundo soldado se repuso y se alejó corriendo hacia su moto mientras disparaba y daba órdenes a los guardias. Sus disparos no se acercaron a las posiciones del grupo, pero su órdenes lograron espabilar a los guardias.

Los guardias buscaron cobertura y dispararon, concentrándose en las posiciones en las que se encontraban Sidias, Baker, Nun y Wulryk.

-¡Cuidado, ese quiere escapar!- Nun apuntó con su blaster al soldado que corría hacia la moto pero lo pensó mejor y decidió disparar directamente hacia la moto, si la inutilizaba eso le daría tiempo de deshacerse del soldado.- Cubridme, debemos evitar que pida refuerzos.

Nun abrió fuego

-Mierda- No había salido como esperaba

La situación se convirtió en una ensalada de tiros en menos que cantó un gallo. Por suerte la muchacha aprovechó la situación para escapar junto con el viejo, estábamos siendo un buen cebo para su escapada... espero que no seamos demasiada presa.

¡Cuidado Suta, va hacia tí! -grité por el intercomunicador a mi compañero, entretanto vi que Nun trataba de derribar al soldado que iba motorizado. Mi arma no era tan potente así que traté de disparar ahora ya sin temor de dar a nadie a los guardias que se ocultaban.

El viejo príncipe evaluó rápidamente la situación; eran 3 grupos, en principio a dos bandos, y la oposición parecía profesional. Sabía que no era ningún soldado, poca chances tenía contra esos trúhanes.

Vió a Val escabullirse y supo que debía hacer. Miró la posición del enemigo y trazó en su cabeza la ruta entre los pilares de piedra.

¡Grupo, atacad a los soldados y cubridme, iré hasta la posición de Val y los protegeré!

Sin esperar respuesta, blaster en mano, se lanzó hacia el primer pilar de piedra que había en su camino.

Mi disparo había golpeado en la pobre e inocente speeder, como intentaba evitar. Casi dejo escapar una lágrima pero no era momento de aquello pues el soldado que la estaba utilizando intentaba escapar.

Me cubrí, cambié ligeramente de posición y volví a atacar. Al menos ahora estaba más cerca.

-Lo sé, lo sé- respondí a Sidias -concéntrate en el resto-.

Si bien estaba nervioso intentaba disimularlo.

El disparo de Nun'zacris falló de largo su objetivo. Pretendía hacer un nuevo intento, pero entonces Wulryk llamó su atención y la de sus compañeros para que le cubrieran.

El viejo senador pareció rejuvenecer con la adrenalina del combate y la promesa de gloria. Avanzaba hacia donde se encontraban Val y Talaan, pero no lo hacía cegado por la locura. Disparaba y se cubría, dificultando lo más posible el que pudieran alcanzarle. El Twi'lek y los humanos disparaban a los guardias ofreciendo una cobertura efectiva, pero estaban demasiado lejos y los soldados cubiertos, como para poder acertar en sus disparos.

Los guardias dividían su antención entre el grupo y Lucien, que se iba acercando a su posición, implacable.

Suta disparó al motorista, pero falló ante una inesperada maniobra de zig-zag. El soldado respondió al fuego del piloto twi'lek con el arma de su moto deslizadora. El rayo, más grueso y potente que el arma de Suta impactó en su cobertura, desprendiendo fragmentos cristalizados de roca.

El segundo soldado alcanzó su moto y subió de un salto, arrancando al momento y saliendo a toda velocidad. A medio camino redujo la marcha. Una comunicación que apenas duró un segundo le hizo dar la vuelta, directamente a dónde se encontraban Val y Talaan.