Partida Rol por web

Cuando Alan, Aldo y Fern fueron entrando a la sala de reuniones, pudieron ver que una mujer de cabello oscuro, rasgos latinos y uniforme de los marines permanecía a la espera, sentada a la mesa. Sólo cuando el ranger entró en la estancia, la marine se incorporó, irguió y saludó con contundencia. En ese momento, el general Hammond salió de su despacho con unas carpetas bajo el brazo. En todas ellas podía verse el sello del Comando Stargate cuando las dejó sobre la mesa y las separó de forma que cada cual pudiera hacerse con una.

- SG-4, pueden sentarse. Antes de proceder con la reunión informativa, me gustaría anunciarles algunos cambios. Estos últimos días han sido muy movidos, con la supuesta muerte del doctor Jackson. Por fortuna, todo fue un elaborado engaño y pudimos recuperarle. El SG-4 tampoco es inmune a estos vaivenes; la mayor Davidson ha solicitado una excedencia por asuntos familiares, por lo que he decidido asignar el mando del equipo al mayor Whiteface. El puesto que deja vacante lo cubrirá la sargento Guerrero, de la Fuerza de Reconocimiento del Cuerpo de Marines.

Hammond hizo un gesto en dirección a la desconocida antes de abrir su carpeta. Apartó varias fotografías de praderas y las dejó ordenadamente al lado antes de coger el informe de telemetría.

- Los reconocimiento preliminares de P8X-362 han demostrado que, si bien el planeta carece de naquadah, posee una gran riqueza mineral que puede ser de utilidad para el programa. Este mundo parece estar deshabitado y no tiene interés alguno para los goa'uld, por lo que no deberían esperar problemas. Durante los siguientes cinco días, su equipo, mayor Whiteface, deberá reunir muestras minerales en los emplazamientos señalados en el informe. - El general cogió una nueva hoja del informe y confirmó con el ranger la lista de coordenadas de lugares que debían peinar. - En el informe tienen también un listado con los elementos cuya presencia y cuantía más nos interesa comprobar. No es una misión glamurosa, excitante ni llena de acción pero, como todas las que realiza este comando, son necesarias para el éxito de nuestra misión principal. ¿Alguna pregunta o sugerencia que deseen plantear?

El general comenzó a recoger los papeles e imágenes contenidas en su carpeta pero sin apartar la vista de los presentes sentados a la mesa.

Saludé a la sargento Guerrero de la manera formal mientras tomaba asiento para recibir el briefing de la misión del General.

Bienvenida al equipo sargento. Antes de empezar con las presentaciones, escuchemos las instrucciones de la misión.

La misión no parecía tener mucha problemática. Inspeccionar el planeta en busca de minerales. Ni vida, ni naquadah, ni enemigos, aunque sabía por experiencia que aquello no significaba nada en el programa Stargate.

¿Hay que montar alguna especie de puesto de avanzada para la posterior extracción del mineral? Podríamos inspeccionar el planeta buscando un buen emplazamiento.

El lingüista comenzaba a pillarle el gustillo a aquellas reuniones. Entró en la sala con alegría, siguiendo a Alan y a Fern, quizá con la pregunta sobre dónde se encontraba la mayor Davidson ya que no la había visto en ningún momento.

Las respuestas llegaron a Aldo una vez entraron a la sala de reuniones y Hammond comenzó a hablar. El sociólogo se giraba de vez en cuando a observar a la visitante en la reunión de brieffing de la misión, después de escuchar la noticia del cambio de mando y la llegada de esa nueva integrante. Sonreía si la miraba y devolvía la mirada a los papeles.

La misión no era de lo más emocionante, parecía que el planeta estaba desierto, aunque eso era mucho decir, pensó que probablemente estuviera poblado y eso, en cierto modo, le levantaba el ánimo.

Dejó que el nuevo líder del grupo hablase por todos realizando la primera pregunta acerca del objetivo de la misión.

Los miembros presentes del SG-4 entraron a la reunión programada con el general, era impresionante el efecto que podía llegar a causar ese hombre en el personal de la base. Se fueron reuniendo en torno a la mesa presente en la sala junto con una desconocida. - Otro militar en el equipo, la siguiente misión no será fácil y seguro que tiene más riesgo que las últimas que llevamos. Pensó el científico mientras comenzaba a hablar el jefe. Todos escuchaban atentamente y al descubrir el motivo de la presencia de la marine, Fern saludó con un gesto de la cabeza. Y luego con los detalles de la misión. - Genial, nada de disparos, carreras ni cosas por el estilo. Vamos a estudiar ese planeta. Los ojos de Andrews se iluminaron con un brillo especial, esta misión era para lo que se había apuntado al programa Stargate, poder estudiar otros mundos, y con suerte, esta vez podrían hacerlo con tranquilidad.

- No será preciso, mayor. La ubicación del emplazamiento se decidirá conforme al resultado del estudio de calidad de las muestras que traigan. Ustedes disfruten de la estancia en el 362. Espero que una misión sin disparos ni jaffas al acecho sea un cambio bienvenido. - El tejano pareció relajarse y se permitió una sonrisa. Pareciera que enviar a sus hombres a recoger piedras no le causaba gran disgusto. - Si no hay nada más, les veo en el silo en una hora.

Me levanté e hice el saludo militar de rigor.

Allí estaremos, general.

Me giro para hablar con Aldo y Fern.

Me alegro de volver a veros chicos. Por lo visto esta vez iremos un poco de paseo por el Stargate. De todos modos, llevad equipo de investigación como una misión normal. No sabemos lo que puede esconderse allí y no me gustan las sorpresas.

Hago un gesto a la sargento Guerrero para que se acercara.

Sargento, le presento a Aldo Evans nuestro lingüista y experto cultural. El es Fern Andrews, biólogo y en concreto, experto en biología extraterrestre. Bienvenida al SG-4. ¿Cuales son sus habilidades, sargento? Me gusta conocer a mi gente para poder explotar sus virtudes al máximo. Cuente que allí fuera estamos solos y dependemos los unos de los otros.

Aldo asintió ante las indicaciones típicas de estar en una hora en el silo de la puerta. Escuchó con atención lo que Alan les indicaba.

- Venga Alan, como si no hubiéramos coincidido por los pasillos de la base - le dijo bromeando -. Somos compañeros de equipo, otra cosa no hacemos pero vernos durante todo el día, es nuestra especialidad.

Se adelantó para estrechar la mano de la sargento.

- Bienvenida al equipo - dijo con una amplia sonrisa.

- ¡Señor! - La marine se había incorporado de su asiento tan rápido que parecía haber sido impulsada por un resorte. Se cuadró en posición de descanso. - He recibido instrucción avanzada en combate cuerpo a cuerpo y armas de fuego: pistolas, subfusiles, fusiles y armas de apoyo, así como adiestramiento básico en manejo de explosivos. Además, he sido entrenada en supervivencia en entornos hostiles, reconocimiento sigiloso y tácticas de guerra asimétrica.

Sólo modificó su posición una vez, al mover un brazo para responder al saludo del sociólogo. - Gracias. - Correspondió al apretón de manos nada más, pues no alteró ni un solo músculo de su cara.

Perfecto, sargento. Sus habilidades nos serán útiles allí fuera. Está bien que sea una misión sencilla en principio. Así podrá habituarse al ritmo de la operación.

No quedaba más que irse a preparar.

De acuerdo, amigos. En la sala del Stargate en una hora. Ya han oído al general.

El silo bullía de actividad cuando el SG-4 al completo entró en él. El FRED esperaba ya en la rampa mientras varios técnicos se afanaban en las comprobaciones de última hora del zangano y cercioraban que el equipo cargado en el robot estuviera correctamente asegurado.

- Chevron 3, codificado.

La voz de un operador masculino resonó por la megafonía interna mientras el característico ruido del anillo interno al girar llenaba el ambiente. Una suave luz roja se iluminó al tiempo que una de las piezas móviles completaba su acción. Los soldados de guardia permanecían alerta, con sus fusiles en ristre. A su alrededor, el personal de asistencia ayudaba a los miembros del equipo stargate a ajustar sus pertrechos mientras la voz del operador informaba del progreso en la marcación del artefacto alienígena.

Desde su posición, los integrantes del SG-4 acertaron a ver como Hammond se acercaba al ventanal del centro de control de operaciones. El tejano se inclinó levemente sobre el micrófono para desear buena suerte a sus subordinados mientras el sexto chevron era fijado en posición. No tardó en seguirle el final y el horizonte de sucesos se formó en el espacio interior del círculo antes de que la columna de "agua" inestable brotase cual geyser y se desplomase sobre la acuosa superficie encargada de desmaterializar a los viajeros en moléculas.

El SG-4 subió con paso lento pero seguro la rampa, precedidos por el zangano, y atravesó el aparente fluido mientras intercambiaban bromas y comentarios sobre aspectos variados del planeta al que viajaban o respecto a alguna peculiaridad de la misión. La cháchara sufrió una breve interrupción cuando Alan, Aldo, Fern y Vanessa fueron reducidos moléculas y lanzados a gran velocidad por un tunel extradimensional a través de la galaxia. En el stargate de destino, acompañado por el frío habitual a la recomposición molecular, los viajeros se materializaron y descendieron por una rampa labrada en piedra y pulida por los elementos. El horizonte de sucesos se desvaneció a sus espaldas mientras contemplaban el paisaje y la oquedad en que se encontraba la puerta; un risco había sido horadado en su base para alojarla y, al hacerlo, se había creado una caverna de paredes regulares que delimitaban un elipse perfecto, con la plataforma del stargate y el mecanismo de llamada en su centro, y una amplia abertura en la cara de la peña como único medio de acceso.

El 362 (o la región a la que habían llegado, al menos) no presentaba accidentes geográficos destacables, aparte del risco. Estaban en medio de una inmesa pradera, que se extendía hasta donde abarcaba la vista. Solamente en la lejanía, con una sutil desviación hacia el nornoroeste, se apreciaba una elevación recortada contra el horizonte. Y a sus pies, una línea oscura que podía delatar la presencia de un bosque. Si el mapa de la zona incluído en el informe y las coordenadas eran correctas, el trayecto hasta el primer punto de interés les llevaría cerca, al sur de esa floresta. Si las distancias eran correctas, el SG-4 aun tenía por delante cinco horas de caminata antes de alcanzar su primer destino. Por suerte, la brisa soplaba fresca y el cielo estaba despejado, salvo algunas nubes blanquecinas dispersas muy al sur de su posición.