Partida Rol por web

La marine asienta su mano izquierda bajo el lanza-granadas y dispara una ráfaga de tres balas que obligan al alien a dar un salto lateral y evitar el daño; la criatura vuelve a rugir de manera ensordecedora y se abalanza contra la capitán, tratando de clavar sus cuernos en la humana.

El animal, o lo que sea que fuese, se mueve con una rapidez sobrenatural, de hecho se mueve tan rápido que la capitán de los Marines es incapaz de esquivar el ataque, siendo atravesada por la cornamenta de la criatura. La sensación era similar a la de ser embestido por un toro de rodeo, de esos que pesaban seiscientos kilos. Ni siquiera el blindaje que protegía a la mujer le hizo sentirse algo mejor; pese a absorber la mayoría del daño, Miranda siente que un coche la hubiese aplastado. Tras cornear a la marine, trató de asestarle un mordisco, pareciese que aquella fuese su manera de combatir, sin embargo falló.

Dos de las tres balas disparadas por Smith fueron esquivadas por el alien mientras liberaba a Miranda de su cornamenta, pero la tercera bala impactó en el abdomen, aunque pareció haber rebotado en la dura piel de la criatura, esta gruñó dejando patente que había sentido dolor.

La agente White disparó su pistola, el primer disparo impactó, pero la detonación la asustó, realizando su segundo disparo con un ojo entrecerrado, lo cual le hizo fallar. La bala de 9mm, si que rebotó sobre la piel del alien que ni se inmutó, limitándose a caminar en circulo, alrededor de Miranda.

El profesor O'Riordan fue incapaz de abrir la puerta de nuevo, al parecer el comando estaba des-habilitado por algún retorcido motivo. Bromhead aseguró su arma y disparó contra el monstruoso ser, las balas golpearon sobre la capa quitinosa que protegía a la criatura, que gimió de dolor, rugiendo y aullando al tiempo que realizaba varios pasos atrás. Por los sonidos emitidos por el alien, parecía agonizar y sufrir tremendamente.

Antes de que le dé tiempo a reaccionar se encuentra con esa bestia encima. Ahoga un grito, más que nada porque se queda sin aire a causa del impacto. Durante unos segundos, ni que su vida dependiera de ello podría decir nada.

El bicho estaba recibiendo disparos y parecía que quería darse a la fuga. Y una mierda. Se pone en pie como puede, con el costillar dolorido, y aprovechando que le sigue rondando como si fuera su presa, descarga una ráfaga a quemarropa. Siente cómo la rabia de haber sido golpeada le va subiendo por la garganta hasta que se forma un grito que ni quiere ni puede reprimir.

- ¡¡COME PLOMO, HIJO DE PUTA!!

El primer disparo rebotó en la piel de la criatura, la bala cayó al suelo rebotando, al igual que los cartuchos expulsados por el fusil de asalto de la capitán de los Marines, los siguientes dos impactos terminaron por herir de muerte al alienigena que quedó tumbado en el suelo, gimiendo y boqueando sangre verduzca oscura.

Pareció agonizar unos interminables segundos, en los que el SG·11 permaneció quieto, a la espera de que ocurriese algo más. Sin embargo, tras los gruñidos de dolor de la bestia, se volvió a hacer el silencio, quedando únicamente el rumor del aparato goa'uld, que hacía girar aquellas esferas.

Fue entonces, cuando White miró al techo, donde había impactado la granada de Winbright y vio un gran boquete en la piedra.

- El ingeniero se va a cabrear... - murmuró Bromhead con una media sonrisa, rompiendo el silencio.

El monstruo estaba muerto, la capitana no lo había dejado escapar...  pero aún quedaban sus huevos.

Alex se aproxima a la mole sin dejar de apuntarla con su enorme arma... algunas de estos alienígenas se regeneran... y la mueve ligeramente con el pie.

-Que pena que estemos de misión señora... esa cabeza quedaría perfecta encima de la chimenea de su sala de estar... aunque luego habría que disparar a las visitas.- Concluye medianamente serio.

La bestia había sido vencida, y con tranquilidad, bajó el arma y puso el seguro, colocándola caída en su pecho y sujeta con la correa portafusil. Miró al resto de la desapacible y oscura sala, bajando y activando su visor nocturno, y luego haciendo un barrido en infrarrojos, tratando de saber si había más criaturas como aquellas en la planta de abajo.

-Profesor, ¿Como va esa puerta? -preguntó, distraído.

Luego miró hacia la capitana, y echó una ojeada a la señorita White, que todavía sostenía su glock en la mano, con el cañón caliente.

-Buen trabajo, capitana -sentenció- Señorita White, mire a ver si puede hacerle unas curas antes de proseguir.

Consultó la hora de su reloj, apagando el aparato para ahorrar energía. Otro líder se hubiera abalanzado sobre la capitana intentando consolarla y cogiéndola mientras llamaba al sanitario. Él no era así, en verdad. Realmente, él era bastante misántropo. Por eso nunca había querido el mando, ni se lo habían solido dar. De cualquiera manera, se consoló pensando que aquella era una de "aquellas misiones", tan secretas y sucias que podían requerir de sus aptitudes.

-Jefe, vigile esas escaleras de caracol, si es tan amable.

Luego miró a los huevos, como considerándolo. ¿Merecía la pena gastar un explosivo para mandar al infierno aquel criadero de bestias cornudas?

La estancia desciende bastante, unos cuarenta metros - unos 12 niveles según el mapeado electrónico - y debido a su arquitectura cónica, las habitaciones van aumentando de tamaño gradualmente. No parece haber más criaturas al menos en los tres niveles que el infrarrojo alcanza a detectar - debido a la interferencia de aquella maquina incubadora.

La puerta está des-habilitada, al parecer hay que utilizar algún computador para desbloquearla, o buscar otra salida.

"Pero qué mierdas?!" gruño mentalmente, frustrado a más no poder. Me daría de cabezazos contra la puerta si no fuera porque eso no es propio de mí y de mi reputación de persona estudiosa y calmada. Me entran ganas de darle una patada a la puerta cuando compruebo que no hay manera de abrirla, por más intentos que haga.

-Está trabada, Teniente, no responde al mando de apertura, por lo menos al que hay en este lado. O nos hemos metido de cabeza en una trampa o alguien muy listo decidió que aquí las "criaturitas" no tenían "necesidad" de salir y les bloquearon la apertura, muy probablemente para evitar que se escaparan por "error", si es que eso es posible...- ironizo ese último comentario .

-Voto más bien porque era una trampa y muy posiblemente nos esperaban y por eso pusieron a sus perros guardianes particulares a custodiar la entrada- me encojo de hombros. Esto va cada vez de mal en peor.

-También voto por volar por los aires los huevos, o echarles algún ácido que los mate antes de que crezcan lo suficiente y eclosionen. Tenerlos delante ya es suficiente malo, no necesitamos que también estén a nuestras espaldas mientras avanzamos por este agujero infernal...- miro a mi alrededor, intentado vislumbrar si hay algún acceso más posible, que no implique tener que introducirse en aquel cono formado de escaleras múltiples. Tras eso, me acerco a la soldado, la que ha recibido todo el impacto de la bestia.

-Winbright verdad? Puedo ayudarla con esos hematomas?- me ofrezco.

Ann nunca ha tenido necesidad de disparar. Ha aprendido, "por si acaso" alguna vez era necesario. Pero jamás ha pretendido que se volviera algo habitual.

- Si no me echan del SGC tras esta misión, creo que tendré que aprender... - piensa aún algo asustada por el monstruo. 

Cuando aún esta bajando el arma y mirando alrededor algo aturdida, las palabras de Bromhead la sacan de sus propios pensamientos, y se acerca corriendo más que andando a Winbright. 

- ¿Cómo se siente? Ya, pregunta tonta donde las haya, vale, me quedo callada, pero acuéstese un momento. - le pide a la capitana, mientras va abriendo el botiquín, una vez arrodillada en el suelo, para hacer lo mejor que pueda con el botiquín tan simple que se ha traído. - Ya decía yo que el botiquín se me iba a quedar pequeño. Mierda, la próxima vez haré caso de mi intuición, no de gente que poco sabe de primeros auxilios.* Ni de puertas, ya que estamos. - Murmura entre dientes, echando un vistazo por encima a la puerta aún cerrada. 

Tras retirar por un momento la ropa de la zona de la herida, escucha a O'Riordan hablar... para contestarle mientras limpia la herida con el suero y un par de gasas: - Ojala fueran sólo hematomas. Por desgracia, la bestia tenía mejor puntería que nosotros al dispararla. Prosiguiendo con la cura, tras desinfectarla empieza a cerrarla lo más rápido posible. (Al fin y al cabo rápido y bien no son incompatibles). Por último, le tiende un analgésico y un antibiótico a la capitana, para que no se infecte la herida, y que el dolor se reduzca todo lo posible. 

- Lo siento, se tendrá que conformar con ésto si... hasta que volvamos a la nave. - Dice incorporándose. - Por cierto - comenta cambiando de tema. - el doctor tiene razón. Deberíamos destruir a esos. Si fuera seguro, no sería malo conseguir uno para analizarlo más detenidamente en la Tierra. Pero no seré yo quien se arriesgue a ello, ni aconsejo que nadie lo haga. - Termina mirando a Bromhead mientras espera más órdenes.

La herida de Miranda es limpiada y desinfectada por la agente White y en menor medida por el profesor O'Riordan que presta su apoyo a la joven del IOA.

Aunque escuece todavía, la mujer ha realizado un buen trabajo, sujetando la gasa con esparadrapo y afianzándose a una parte del costado. Probablemente una vez en el "Hammond", tendría que recibir un par de puntos de sutura, pero por el momento, iría bien.

Asiente con la cabeza y levanta un pulgar ante la aprobación del Teniente y el Jefe, aunque sigue estando un poco doblada por el dolor. Pero enseguida tiene a Miss White encima intentando ayudarla. Sonríe al ver lo solícita y atenta que está.

- No se preocupe - dice cuando Ann casi ha acabado - Un poco de alcohol y ya estará curado - Aunque otro tipo de alcohol igual también ayudaría.

Se levanta y observa primero al bicho y luego a los huevos.

- Jefe, por mi puede coger una de las patas y usarla de paragüero, no se corte - dice con una media sonrisa - Teniente, yo también soy de la opinión de que deberíamos destruir esos huevos. Si podemos hacerlo sin gastar explosivos, mejor, pero yo no me sentiría muy tranquila sabiendo que esas cosas pueden salir de ahí en cualquier momento - dice ya con tono más serio.

Alex, siguiendo las órdenes del Teniente, vigila la escalera si hacer más comentarios.

En cuanto la Srta. White toma las riendas de la atención médica de Miranda trato de estorbar lo menos posible y ayudar, aunque cuando ésta primera suelta aquel comentario acerca de mis "habilidades" tanto para los primeros auxilios como para abrir puertas, le lanzo una mirada reprobatoria.

-Si cree que usted puede hacerlo mejor, Srta. White, no dude en intentarlo. La puerta es toda suya- respondo, con voz calmada. Enfadarme por un comentario de chiquilla sin dos dedos de frente sólo serviría para rebajarme a su nivel...

Como veo que lo tiene controlado y la soldado parece estar "algo" mejor, vuelvo a mis tareas de traductor. Vuelvo a mirar la puerta y el sistema de apertura, pero hay algo en mi mente que no para de bailar el mambo y me acerco a la estructura central, donde están los huevos y trato de entender lo que hay escrito en el organigrama de la pieza que hay en medio.

El idioma es una evolución goa'uld con lanteano, un idioma bastante complejo que no consigues reconocer, necesitarías realizar unas transcripciones y dedicar tiempo antes de poder averiguar algo.

Lo que si puedes afirmar con cierta seguridad - usando tu sentido común - es que aquel aparato es una especie de incubadora colosal, encargada de mantener con vida a aquellas crías.
Por lo que parecía, aquellas criaturas tardarían cierto tiempo en salir de aquellas membranas o lo que fuesen.

Me paso unos pocos minutos tratando de desentrañar aquel idioma pero apenas consigo rascar unas cuantas palabras, lo justo para confirmar lo que antes había dicho, que aquello es un nido de "perros" guardianes, seguramente siguiendo la lógica de que una hembra protegería mejor lo que sea que haya ahí abajo, si se trataba de guardar a sus crías, mantenidas en suspensión.

-Bueno, tardarán algo en salir de sus huevos, pero no sé cuanto tiempo de más tenemos- les confirmo a todos -Sigo pensando que habría que volar esta incumbadora lo antes posible...- afirmo y vuelvo a mi trabajo con la puerta de entrada, en vistas de que ya había "resuelto" parte de ese pequeño misterio, o al menos no me veo capaz de sacar nada más de aquel cono.

Nada. No lo consigo. Lo del animal me ha dejado algo descentrado y no consigo dar con lo que le pasa a la dichosa puerta...

La puerta está desactivada y debe ser desbloqueada desde un terminal, habría que buscarlo en aquella sala, o quizá más abajo en algún otro nivel.

La luz azulada parpadeó ligeramente como si hubiese alguna bajada de tensión, sin embargo, duró apenas una fracción de segundo.

Estaba claro que no podían abrir la puerta desde allí. Estaban perdiendo el tiempo, el valioso tiempo. Así que suspiró, mirando al jefe.

-Ponga un explosivo con detonación remota para abrir la puerta a "las malas" si no conseguimos averiguar como hacerlo. Lo dejaremos preparado por si tenemos que huir a todo correr y no hay tiempo de ponerse a desbloquear sistemas de seguridad goa'uld. Además...

Miró a los huevos de la "incubadora".

-Así mataremos dos pájaros de un tiro.

Luego hizo una señal a Winbright.

-Conmigo, capitana. Vamos a explorar la planta de abajo. Cuando termine, jefe, coja a los civiles y reúnase con nosotros.

Sin más, echó a andar hacia las escaleras, y cuando llegó allí avanzó con cuidado, apuntando hacia abajo.

Resignado ante mi incapacidad para abrir la puerta, intento revisar la sala en busca del panel alternativo desde donde manipular la apertura de la puerta, antes de seguir al Teniente en su descenso por las escaleras de caracol... Al menos debía descartar ese sitio antes de ponerme a buscar a lo loco, así que hago una búsqueda rápida, antes de que decidan volar la sala en mil pedazos, conmigo dentro!

-Tiene que haber un terminal cerca... que permita abrir la maldita puerta!- murmuro, entestado en encontrar el panel con el terminal.

El jefe siguiendo órdenes, deposita su ametralladora en el suelo, saca un paquete de C-4 de su mochila y lo empieza a colocar en la puerta, para luego añadir detonadores.

-No se preocupe, Doctor, sé colocar estos chismes, y lo único que volará será la puerta- dice Alex amablemente al ver algo nervioso al Irlandés.

Toma aire y comprueba que todo su equipo esté en buenas condiciones después del trompazo con el animal, no quiere sorpresas en el momento decisivo. Asiente al Teniente y apuntando con su fusil hacia las escaleras se acerca con cuidado, siguiendo a Bromhead. Tal vez debería estar molesta recibiendo órdenes de alguien como él, pero ahora mismo lo único en lo que piensa en que el hombre es realmente bueno explorando el terreno y debe confiar en él. Así que sin decir palabra, baja las escaleras tras él.