Partida Rol por web

La oscuridad era una ilusión que se escondía en el horizonte, la penumbra, como la apatía precedente a una pena real, cubría inexplicablemente los muros de aquel laberinto sin ventanas, de olor rancio y nauseabundo.

La figura de Melissa, fina y delicada, daba la espalda a Christian corriendo con zancadas de sonido amortiguado por su descalzado, como una liebre que huye de un perro de caza. El perfume de su cabello alcanzaba al que pretendía ser su captor, el corazón aumentaba en pulsaciones...

Como la fase de meseta previa a un orgasmo.

Sin embargo, cuando menos lo esperaba, la rectitud de aquel pasillo se difuminó, alcanzando una pequeña intersección en la que una puerta metálica se cerraba al paso de Melissa, quien agitó unas cadenas aseguradas por un candado en un intento futil de abrir. Aquel lugar también era la entrada a otro pasillo. Lo que parecía una caja de fusibles cerrada daba la bienvenida al pasillo "B" -anunciado con la misma letra en la pared, en descascarillada pintura roja-, mientras que los recién llegados acababan de dejar el pasillo "A"...

Melissa tiró del candado nerviosamente, esperando cualquier cosa: Un crujido, una vibración que le indicara que aquello podía ceder, pero cuando notó que era imposible, se dio la vuelta en busca de otra salida. Jadeó al ver a Christian llegar tras ella. Tenía miedo de que hubiese sido aquel siniestro chico pelirrojo, el del pelo blanco que tenía el perfil de un sectario, o el que afirmaba ser un asesino. Aún así, sabía que acababa de matar a alguien, y sus enormes ojos azules buscaron los del chico pidiéndole comprensión con su brillo, sorprendentemente inocente.

- Si no le hubiese matado, tu y yo no estaríamos ahora lejos de ese asesino -explicó, intentando simpatizar-. Ese hombre... Ese hombre tenía algo que ver en nuestro encierro. Estoy segura de que mató a Christina... Lo vi en sus manos.

Christian se había intentado alzar como el líder basándose en la organización y no en la palabrería como Sebastian, y era motivo más que suficiente para pensar que se podía confiar en él más que en otros... Además, los ojos se recreaban en su buen aspecto, era un muchacho de un atractivo tierno a pesar de sus feos modales... Probablemente era un método de defensa como cualquier otro.

Igual que los pasos de Christian y Melissa se oían poco, los de Jason también. La concentración que aquel depredador de Harris tenía puesta en la muchacha hizo que, por segunda vez, no se acordara de Boyd. Eso le ofrecía al mismo la protección de la sombra, del sigilo... Podría decidir si descubrirse o no a espaldas de Christian...

Christian bajó algo el ritmo al ver que la chica se había detenido. Estaba peleando con el candado de una puerta, pero este no cedía. No había otra posible salida. *Pensamiento 1*

La chica se volvió hacia él. Su voz sonaba asustada, y sus ojos azules rebosaban inocencia. Christian se quedó mirándola intensamente unos segundos, antes de volver la cabeza hacia atrás, en dirección al pasillo por el que habían venido. Parecía estar teniendo una lucha consigo mismo. *Pensamiento 2*

Finalmente se vuelve y habla con la voz tranquila, aunque hay un cierto tremolar en ella que denota que no todo está tan en calma como parece aunque no deja muy claro por qué.

No lo se, y me da igual. A mi también me amenaza alguien que no conozco, y no se quien puede ser... creo que por eso estoy aquí. Y entre todos esos pirados hay tantos candidatos a asesino que no se por donde empezar. Tú al menos parece que no me tienes de objetivo- comentó con una risita.. Podría ser que hubiese cambiado de idea si aun llevases esa espada- Christian sonrió de forma torcida al decir eso- pero el caso es que no la llevas, así que supongo que, de momento, me puedo fiar más de ti que de ellos. Si es que realmente nos podemos fiar de alguien aquí.

Christian intentó con todas sus fuerzas abrir la puerta. Tal y como era de esperar, el candado no cedió. Tras eso, probó a abrir la caja de fusibles mientras seguía hablando.

Nos fiemos o no, mejor será que nos movamos rápido en cuanto le hayamos echado un vistazo a todo por aquí... es cuestión de tiempo que alguien más se de cuenta de que no vas armada, y me disculparás si te digo que creo que tu pequeño show, por muy justificado que fuese, no te ha ganado las simpatías del público. Me parece que no te va a elegir Miss Popularidad de este año, chica, y como decidan venir a por nosotros buscando la seguridad en números, más nos vale que todos estén en una situación parecida a la mía, o la cosa se puede poner muy fea. Así que en cuanto ves si podemos hacer algo con esta caja, sugiero que echemos a correr tan rápido como podamos y busquemos un sito apartado por si acaso han decidido salir con las picas y las antorchas a quemar brujas... no creo que necesitemos escondernos mucho tiempo, viendo lo que hace este sitio, probablemente tengan problemas más acuciantes bien pronto.

Pensamiento 1: Oh dios. Oh, joder. Dios me ama. Por si no fuera suficiente que se haya quedado sola, encima no tiene ningún lugar al que ir. Joder, la vida es bella. Solos tu y yo. Tu sólo quédate quieta hasta que me acerque... después, sólo tienes que dejarme. Oh, y lo que te voy a hacer... ya he visto la sangre de otros, no sabes las ganas que tengo de ver la tuya corriéndote entre las piernas y por mi polla... la expresión en la cabeza de eso viejo va a parecer bonita en comparación con la que se te va a poner cuando te la empuje dentro. Te voy a hacer gritar. Quid pro quo, ¿si?. Tú has hecho gritar a todo el mundo, yo te voy a hacer gritar a tí, por varios. Si al menos no hubieses tirado la espada... pero que le vamos a hacer. No podías con tu conciencia, ¿verdad?. Lógico, eres mujer. Eres débil. Pero eh, no pasa nada. Me gustan los débiles. Son los que chillan más alto cuando les estás haciendo daño.

Pensamiento 2: Oooooooooooooooh diosssss. Esto es demasiado. Tiene ojitos de perro degollado. La muy guarra ni siquiera es una asesina de verdad, es una cría y está asustada. Joder. Joder joder joder joder joder joder joder joder joder. A la mierda, me la voy a follar aquí mismo en el pasillo, sólo de pensar en esos ojos de niña buena llenos de lágrimas se me está yendo la vista de lo burro que me estoy poniendo. Oh dios, una cría asustada a la que nadie quiere. No me puedo creer mi suerte. Si no fuera por la mierda de la tierra esa que mata, creería que esto es el puto paraíso. Bueno, dentro de un rato va a serlo. Al menos para mi. Para ella... supongo que sólo hasta que descubra que es lo que la hace saltar. Literalmente. Empezando con un rapidito en la pared del pasillo...

...pasilo...

Algo le molestaba. Incluso en medio del rugido de la sangre en sus oídos, una parte de la mente enferma y podrida de Christian le susurraba algo al oído.

El pasillo... mierda. Estamos muy cerca del pasillo por el que vinimos. No se si alguien habrá salido corriendo tras nosotros, probablemente no... probablemente hayan ido todos corriendo en la dirección contraria, pero... con que haya alguien más como yo, que quiera a la chica para él... o que realmente sea amigo suyo y quiera salvarla... joder, por lo que se podrían haber decidido cazarla todos a la vez una vez se les pasó el susto, para no correr riesgos... aunque vayan andando no tardarán mucho. Aquí no hay donde esconderse, y esta zorra va a gritar de lo lindo... si no antes, será durante. Mierda. Hasta que encontremos un sitio con más privacidad es demasiado arriesgado. Si me ven en plena faena no va a haber ninguna explicación buena para esto, y no me puedo permitir quedar como el malo delante de todos... volveré a necesitar la fuerza de los números cuando ya haya usado a esta puta. Mierda... estoy tan caliente que hasta me olvidaría de eso, esa carita de buena me pone a mil... no. No. Piensa con la cabeza y no con la polla, todo fue bien hasta que empezaste a lanzarte y te volviste descuidado, ¿recuerdas?. Está desesperada por que alguien la ayude, tírale un caramelo. Cuando la tengas comiendo de tu mano todo será más fácil. Bien mirado, hasta merecerá la pena. Imagina su cara cuando su principe azul la meta en un cuarto oscuro y le arranque las bragas. Si... hagamos eso. De momento...

(pensamiento 1) Luz. Un punto en el infinito, difuminado, inalcanzable ¿Alguna vez has buscado tu futuro tratando de sumergirte en tu pasado? Los tiempos son discordantes, nunca rozan sus límites y todo parece haber ocurrido cuando en realidad es algo incorrupto, inmaculado. La guía se pierde y tú te afanas en buscar un sentido al presente, reflejo de tus anhelos. Luz. Un rayo como guía, una lanza que parte en dos sectores la oscuridad que rodea la vida del individuo. Jason, ¿Qué ves en la bruma que te rodea? No te esfuerces, nunca lograras encontrar la razón que te saque a flote de esta locura pues la cordura en realidad no existe, es solo un mito, una convección social que nos permite creernos equilibrados y evita que sucumbamos a nuestros propios miedos, sospechas y anhelos. La oscuridad siempre te rodeara Jason, la oscuridad siempre acompaña al línea rayo de luz y el, como la vida misma, es finito en ambos extremos. 

(pensamiento 2) La voz hizo eco de nuevo en el mundo consciente de Jason. ¿Que piensas? ¿Temes tu falta de control? Te lo dije, yo te ayudare a encontrar la salida al laberinto. 

(pensamiento 3) Él, él fue el prisma que desvió nuestra luz Jason ¿Aun no lo ves? Incluso la luz en su pureza puede ser desviada de su camino infinito a través de la oscuridad. Los dos formamos parte de ese haz. Tú aun no puedes verlo, pero el tiempo permitirá nuestro reencuentro, la unión divina que permite nuestro baile eterno de consciencias. Húndete en el olvido, no hace falta que lo veas, pero ha de hacerse. El estaba allí cuando ella entro en nuestras vidas, es justo que se una a la urdimbre para redimirse, es justo que pague por sus pecados, el fue uno de los que incito nuestra caida. Han roto nuestro haz, nos alimentaremos de su fuerza para volver a ser loq ue fuimos Jason...

Jason avanzó con rapidez hacia el lugar por el que la niña había escapado. Sus piernas se movieron instintivamente haciéndole recortar distancias entre aquel ángel que huía y su perseguidor. El pasillo comenzó a perder su luminosidad y pronto dejaron de ver al resto de sus compañeros, estaban a solas, a la luz de un leve destello proveniente de algún punto indeterminado (pensamiento 1). El joven aminoró su marcha para avanzar precavidamente por la nueva sección. Uno nunca sabía que podía encontrarse y no era la primera que se encontraba con una ingrata sorpresa, no era la primera vez... (pensamiento 2).

 Jason se detuvo un instante al vislumbrar la espalda de Christian y a la pequeña Melissa observando a su perseguidor. Harris se aproximó a la puerta que cortaba el camino y la zarandeo asegurándose de que estuviera bien cerrada. Sus palabras llegaron hasta Jason con claridad - "Sugiero que echemos a correr tan rápido como podamos y busquemos un sito apartado"- haciéndole recordar otro tiempo, un recuerdo profundamente oculto en su interior (pensamiento 3). Despacio, flexionó ligeramente sus dedos y se aproximó por la espada a Harris, el abrazo debía de ser fatal - No te preocupes Melissa, él no podrá hacerte lo que le hizo a ella...- dijo mientras cerraba su presa sobre el cuello de su víctima.

¿Otra tirada de desempate? Mi ser confuso...

Las manos de Jason se cerraron sobre el cuello de Christian con la potencia que la venganza traía consigo... Por unos instantes, Harris sintió el peso del castigo: El diafragma obligando a los pulmones, la garganta cerrada, la confusión y el pánico por la falta de oxígeno. En aquel momento solo el instinto de supervivencia podría salvarle. Pero lo hizo. Se mantuvo empujando a Boyd en todo momento, hasta que lo apartó de sí, pudiendo volver a respirar con un dolor entumecedor ahí donde su atacante había clavado los dedos...

Justo en aquel momento, aparecieron Thomas y Liam en la bifurcación... ¿Habrían visto el enfrentamiento...? De quien no había rastro era de Melissa...

La oscuridad era una ilusión que se escondía en el horizonte, la penumbra, como la apatía precedente a una pena real, cubría inexplicablemente los muros de aquel laberinto sin ventanas, de olor rancio y nauseabundo.

Sin embargo, cuando menos lo esperaban, la rectitud de aquel pasillo se difuminó, alcanzando una pequeña intersección en la que una puerta metálica se cerraba al paso, con unas cadenas aseguradas por un candado. Aquel lugar también era la entrada a otro pasillo. Lo que parecía una caja de fusibles cerrada daba la bienvenida al pasillo "B" -anunciado con la misma letra en la pared, en descascarillada pintura roja-, mientras que los recién llegados acababan de dejar el pasillo "A"...

Sin embargo, Melissa ya no estaba ahí. En la penumbra se adivinaban dos siluetas: Harris acababa de apartar a Jason de un  violento empujón, y desde luego no se regalaban buenas miradas...

"Odio los subterraneos, odio los subterraneos, odio los putos subterraneos, joder, no creo que vaya decir esto, pero realmente echo de menos estar encerrado en aquella cuarto acolchado... ¿Hey, es eso una salida?" Malhumorado y con la compañia del pelirrojo, lo cual me reconfortaba un poco aunque no lo fuera decir en alto, recorri las humedos y claustrofobicos caminos de ningun lugar, hasta llegar a una interseccion que parecia conectar a dos pasillos, aunque lo que mas me llamo la atencion no fue la caja de fusibles, ni la puerta metalica que parecia ser una salida, sino el candado, estaba por nuestro lado. No soy un experto en seguridad, no analogico, pero si eso era la salida, el candado deberia estar fuera para poder encerrar a los presos, al reves, lo unico que conseguias era encerrarte a ti mismo y la llave, junto a un monton de personas deseando ponerte las zarpas encima.

Un ruido de pelea me sorprende y en una parte donde las pocas luces no conseguiar alumbrar del todo, los dos perseguidores actuaban como si fueran a gastar un buen tiempo en discutir sobre algo irrelevante mientras se hostiaban hasta la saciedad, ni rastro de la pequeña asesina. Miro al cielo, si hubiera, pensando en que no voy a lograr nada de provecho metiendome de por medio, asi que mientras indico al pelirrojo que no se aleje de mi e intente no hacer ruido con un gesto de mano y mucha imaginacion, me acerco a la caja de fusibles e intento abrirla con el cuidado de no despertar el interes de esos dos. No estaba seguro de que encontrar ahi, pero los cables tenian que estar conectados a algo, asi que cabia la posibilidad de que hubiera etiquetas escritas a mano como "estas en el infierno, hijo de puta" o "sala de laboratorio".

La oscuridad era una ilusión que se escondía en el horizonte, la penumbra, como la apatía precedente a una pena real, cubría inexplicablemente los muros de aquel laberinto sin ventanas, de olor rancio y nauseabundo, que iba quedando atrás durante la frenética huida.

Sin embargo, cuando menos lo esperaban, la rectitud de aquel pasillo se difuminó alcanzando una pequeña intersección en la que una puerta metálica se cerraba al paso, con unas cadenas aseguradas por un candado. Aquel lugar también era la entrada a otro pasillo. Lo que parecía una caja de fusibles cerrada daba la bienvenida al pasillo "B" -anunciado con la misma letra en la pared, en descascarillada pintura roja-, mientras que los ahí presentes parecían haber llegado del pasillo "A"...

Dos muchachos parecían luchar frente a la puerta metálica: Christian Harris* y Jason Boyd*. De pronto se hizo la luz. Thomas Reznor* había manipulado algunos fusibles, y aunque ambos pasillos se mantenían en la más densa oscuridad, la intersección se iluminó por completo, mostrando también a Liam Alasdair... No había rastro de Serena o Gorman...

De pronto, antes de que fuese siquiera pronto para huir de ahí, justo en el momento en que Thomas manipulaba los fusibles y lograba hacer luz únicamente en la intersección, unos pasos se dejaron oír descalzos, corriendo hasta ahí. Prácticamente arroyaron a Reznor, parecían aterrorizados. Era un grupo de personas como el que ellos habían conocido... Venían del pasillo B.

Uno de ellos, un tipo* enorme y fornido, de larga melena y barba bien cuidada, sujetaba en brazos a un latino** que parecía estar en sus últimos minutos de vida. El brazo del mismo estaba totalmente ensangrentado, y tenía una parte del mismo hecha jirones. No parecía que fuera a sobrevivir. Otros, una pareja, se cogían de la mano sin soltarse***, y otra sostenía una grabadora en su mano****.

En ese instante en que el grupo se encontró con los cuatro que ahí estaban, las puertas sonaron violentamente, golpeadas desde el otro lado. Por debajo de la puerta, bien visible gracias a la luz, un folio de aspecto viejo y quebradizo decía con letras bien grandes:

...Solo quince pacientes...