Partida Rol por web

Es inútil gritar comento al resto de personas en la habitación Lo único que podemos hacer es esperar a que hagan lo que sea que quieren hacer con nosotros y esperar a que nos devuelvan a casa comento con un tono desesperanzado Pensamiento

Entre el tío este raro que habla de dios y la zorra esa histérica me están poniendo de los nervios, mierda ¿por que otra vez yo? Trato de alejar los pensamientos de mi cabeza tratando de recordar algún capitulo de una de mis series favoritas, sabia lo que pasaba cuando dejaba que mi imaginación se desatara y algunas puertas era mejor no abrirlas nunca

Cita :

El que no seamos los únicos encerrados, las monedas desaparecidas, la semi escalofriante pasividad del niño, la pachorra con la que se toman las cosas algunos de mis compañeros de encierro..., demasiadas cosas que asimilar a la vez.

Nombres, nombres..., han pronunciado sus nombres y no me acuerdo de ninguno de ellos, aunque, a quien le importa?

Me hago a un lado cuando uno de los abueletes se dispone a abrir la puerta, o al menos intentarlo. Sigo expectante su evolución, sin poder dejar de pensar en todo lo que hay bajo mis pies. Las palabras de Redburn me abstraen momentáneamente de mis asquerosos pensamientos.

Pistas para llegar al pasillo?

Miro la puerta como si de un gran misterio se tratara, el pasillo supuestamente está al otro lado, no debería ser muy difícil llegar hasta él.

Qué pistas necesitas? Solo hay que salir. Si encontramos la palabra "empujar" escrita en la puerta, te valdrá como pista?

Hablo deprisa y casi de manera atropellada.

Podemos hacer terapia de grupo mientras salimos de excursión, que os parece?

La cínica sonrisa afloró a los labios con acostumbrada facilidad. La habitación parecía una irónica metáfora del propio individuo. El exterior, incontrolable, voluble, extraño, peligroso. El interior, repleto de extrañas voces, todas distintas, todas con un mismo fin y una única voz para tomar decisiones sobre uno mismo, la propia. Jason se separó de sus compañeros y los observó desde una distancia prudencial. Se acuclilló un instante para reflexionar y su rostro mudó de expresión desde la relajación a otra de concentración. (pensamiento 1).

Las voces irrumpieron en su línea de pensamiento -Maldita sea que demonios esta pasando ahi fuera?- dijo mientras se ponía en pie de un pequeño salto y se acercaba de nuevo hacia la puerta. Walter se encontraba junto a la misma, mirándo hacia el exterior, buscando una respuesta desde el exterior -¿Puedes ver algo?. ¿Qué dicen de las monedas?- su mano no pudo evitar ir hacia el bolsillo deon de había depositado la suya. Su puño se cerró sobre la misma y la sacó para observarla detenidamente para tratar de averiguar algo especial en la misma -¿Son nuestras monedas iguales?- la pregunta quedó suspendida en el aire unos segundos, no la había dirigido a nadie en concreto, pero quedaba patente por su expresión que esperaba una respuesta.

A su espalda, uno de los hombres se recostó en el colchón mientras se presentaba entre una desordenada orquesta de crujidos de muelles -William, ¿Podría echarnos una mano en averiguar que demonios esta ocurriendo ahí fuera?- (pensamiento 2) Jason se puso de puntillas junto a la puerta tratando de atisbar algo entre las grietas de la misma - Si hay gente fuera tiene que haber alguna forma de que alguien se acerque hasta nosotros- dijo a Walter. A su espalda sus compañeros continuaban charlando, el niño, en un quedo murmullo sugería esperar. A su lado William comenzó a desgranar un análisis de la situación mientras la mujer tan solo pretendía salir al exterior envuelta en sarcásticos comentarios-No estoy seguro de querer abandonar esta habitación. No estoy seguro de querer continuar aquí dentro- (pensamiento 3).

(pensamiento 1) ¿Quien es toda esta gente?. Todo me trae tantos recuerdos. La habitación, descascarillada, abandonada, perdida sin remisión al tiempo y al abandono. Casi es una caricatura del tiempo pasado del tiempo vivido. ¿Acaso mi mente me esta jugando una mala pasada?. Solo una puerta, una única salida a lo desconocido. Alegoría de la libertad y de la vuelta a la vida, a la incertidumbre. La droga solo genera una cosa. Un ritmo conocido, la certeza de que al día siguiente te embarcarás de nuevo en la espiral del caballo. Terrible, capaz de hundirte irremisiblemente en un abismo pero seguro, cíclico, previsible. ¿He vuelto a caer en este mundo?. Debo salir de él, aunque eso requiera acabar con las voces que ahora me rodean. La chica, recuerdo de aquella que me obligaron a violar. El niño, reflejo de una infancia feliz ahora perdida en este mundo interior. Los ancianos, cada uno distinto, ambos con la experiencia en sus voces, el reflejo de todos los consejos recibidos en mi vida. ¿He de acabar con ellos, he de reconciliarme?. La salida al mundo será el desencadenante.

(pensamiento 2) Uno impulsivo, el otro precavido. ¡¿Sois reales!?. Maldita sea creo qeu estoy viendo algo que no existe, todo esto no tiene sentido.

(Pensamiento 3) ¿A todos les he sonado tan contradictorio?.

Lenta, lánguida, una mano delgada, de dedos finos y pálida asomó por la ventanilla de la puerta, extendiendo la palma hacia el interior, prácticamente rozando a Walter... Con una voz que con su susurro quedo hacía estremecer a cualquiera, simplemente dijo:

- Tributo...

Mis ojos se abren como platos al ver la mano que asoma a través de la puerta ¡Mirad! Exclamo con una temblorosa voz temblorosa pensamiento 1 Después una espectral voz pronuncia la palabra tributo , recuerdo algunas de mis clases y recuerdo aquel momento pensamiento 2
Salgo de mi posición fetal para ir corriendo hasta mi mesa y coger mi moneda, me acerco tembloroso hasta la mano y le entro mi moneda tratando de evitar el contacto con ella

Pensamiento 1
Oh dios es uno de ellos pienso a ver tan extraña mano, durante toda la tortura a la que fui sometido no había tenido la "oportunidad" de ver u oír a ninguno de los extraterrestres o al menos no lo recordaba

Pensamiento 2

A pesar de que la otra ocasión no había tenido mucho poder de elección , una vez terminaron con su tanda de experimentos me dejaron marchar.

En nuestras mesas había una moneda y ahora nos piden un tributo, creo que hay que darle la moneda

Palabras, y más palabras. Ideas para salir que sin duda no tienen ningún futuro puesto que la única salida esta cerrada a cal y canto. Si esto sigue así la desesperación empezará a cebarse con nosotros. Meto la mano mano al bolsillo cuando Jason habla de las monedas, me dispongo a sacarlas cuando casi puedo sentir la mano rozándome.

Lo primero que hago es dar un salto hacia atrás acompañado de un grito producido sin duda por el susto del momento. Entonces aprieto la mano en el bolsillo y saco las monedas, que observo con detenimiento.

Estas monedas estaban sobre las mesillas de todos vosotros, digo girándome y dejando todas menos una sobre la cama Hay una que es diferente, aunque no se que significa. Estaba sobre su mesilla. Sentencio señalando con el dedo hacia la mujer.

Yo no se vosotros, pero no pretendo quedarme aquí ni un minuto más. Mi mirada entonces se detiene en el pequeño, No, tu no deberías estar aquí, todo esto es un error. Vamos pequeño... nos vamos. Finalizo cogiendo dos monedas y dando una al pequeño que se acerca a la puerta junto a mi. Finalmente dejo caer mi moneda sobre aquella mano, al igual que el chico.

Maldita sea... Esto no puede ser un psiquíatrico, ni mucho menos. No, no me habrían metido con ese... pequeño. Por mi mente comienzan a pasar diferentes pasajes de mi vida en los que he tratado con niños... todos sangrientos, llenos de dolor y de gritos, y no puedo evitar que se ponga la piel de gallina solo con recordarlo.

Procuro borrar de mi mente esos pensamientos. Ahora no es el momento, estas en una mala situación... debes controlarte. Vamos piensa un poco, hazte amigo del niño, la gente anciana que se lleva bien con los niños siempre son bien vistos... No se donde estás pero aquí lo último que tienes que hacerte son enemigos.

 La aparición de la mano me cierra la boca de repente y corta mi respiración, como el agua helada. Aterrada doy un paso atrás, mientras llevo una mano a mi boca y otra al pecho, como si quisiera evitar que el corazón saliera de su sitio. La palabra pronunciada se queda flotando en el interior de mi cabeza, apenas alcanzo comprender a qué se refiere, cuando recuerdo las palabras que alguien ha pronunciado hace un instante al otro lado de la puerta, en la inmensa oscuridad que se extiende más allá.

Ignoré la histeria de la mujer, que no parecía pensar con claridad y me dispuse a observar mi entorno cuando apareció aquella mano huesuda y frágil a través de la ventanilla.

Aunque aquella voz me heló los huesos no dejé ver que me alteraba. Observé desde la distancia y la seguridad, como pedía "Tributo", como si fuera un carcelero o un vigilante y tuviéramos que hacer algo para no incurrir en alguna falta. Pensamiento 1.

Tras dejar la moneda que me correspondía, la cogí en mi mano. Ya escuchaba las preguntas nerviosas de la mujer - a bote pronto parece que si es distinta, posiblemente sea para diferenciar que eres mujer, ya que el resto somos varones - comenté apreciativamente en un tono calmo. 

Escuché los comentarios de los demás, el más sereno - como si supiera algo que los demás ignorábamos- Walter, dijo llamarse, le tendió su moneda y la del crío.

Me levanto y me acerco a una de las paredes y me dirijo hacia la puerta. Espero a ver la reacción de aquel desconocido del otro lado de la puerta. Todo es demasiado extraño.

Pensamiento 1: Prisioneros. ¿pero de qué tipo? no recuerdo haber hecho nada para encontrarme preso...

Observo la moneda: El peso, la forma, si tiene inscrito alguna cosa, si tiene relieve, etc.

Observo las paredes y el techo por si algo me llamara la atención.

Finalmente, observo, cuando me acerco, si la mano que nos tiende, la muñeca y lo que se vea de aquel extraño, tiene heridas, lesiones, o tiene un color que pueda deberse a algun tipo de enfermedad o sea más por falta de alimento. Observo las uñas, si son largas o estan sucias y si se pueden ver las lineas de la mano y los vasos sanguíneos.

Conforme me acerco si se le ve el rostro al tipo, pues ya me dices.

Cinco de las monedas son de 1939.
Una antigüedad, un tesoro que podría venderse de maravilla en cualquier subasta...

Pero la sexta es de un año distinto, anterior...

La mano resulta realmente incómoda de ver: Los vasos sanguíneos azulados, las uñas astilladas aunque cortas, llenas de tierra y restos de torturas, como si alguien hubiese metido clavos entre ellas...
La piel pálida del brazo se pierde entre la oscuridad exterior...

Supongo que no hay nada que me llame la atención en las paredes y el techo. ¿qué hay del suelo? y la distribución de las camas, ¿me puedes decir algo de ellas? por ejemplo, donde se encontraba la chica y donde las otras dos personas mayores.

Por otro lado, hay alguna reacción cuando coge las monedas o ¿sigue esperando a ver lo que hacemos los demás?

También echo un vistazo a los demás, dime más o menos las edades que comprenden, y si llevan algo aparte del "pijama".

El pálido apéndice apreció a través de la ventanilla de la puerta, haciéndonos enmudecer por un momento a todos. La exigencia del tributo brotó desde un forzado susurro, siendo esta acompañada por un gesto de la mano. Jason dio un pequeño respingo de sorpresa y se retiró un par de pasos presa de un profundo estremecimiento. Walter reaccionó con otro sobresalto y se apresuró a depositar las monedas que había tomado sobre la cama. Tras mirarnos a todos su dedo, acusador, desencadenó la histeria de la mujer -La tuya tiene un indio en una de las caras y date de 1936, tres años antes que las nuestras- dijo mientras continuaba aferrado a su moneda -Tal vez signifique algo, tal vez no...- el joven miró a la mujer con tristeza, él no desearía encontrarse en una situación como aquella. Se adelantó un par de pasos y entregó su moneda a la grosera mano que se había colado en el precario equilibrio de nuestra habitación.

La moneda estaba encima de la mesa, encima de la mesilla que estaba al lado de TU cama, por lo tanto te aseguro que es tu moneda. Y no sabía que necesitara permiso para hacerme con la moneda. Niego con la cabeza y doy un suspiro mirando al pequeño y la mano, que parece esperar algo más.

Mira, lo siento, estoy enfermo de acuerdo digo con un tono de voz un tanto desganado, como si realmente no quisiera o pensara que no necesita dar explicaciones de porque lo hice. Hace dos años me diagnosticaron una cleptomanía aguda, yo lo se, y soy consciente de ello. No obstante en esta situación... Miro las monedas que quedan sobre la cama.

La moneda diferente era la tuya. Termino diciendo mirando a los ojos a la mujer, Quizá William tenga razón y sea diferente por ser mujer, no lo se. De nuevo me giro y miro la mano, esperando algo