Partida Rol por web

Buenas noches, hijas. He visto que habéis salido corriendo en cuanto me habéis visto, así que algo malo estaríais haciendo. Así que... contadme, ¿qué es lo que ocurre?

¡¡¡Estupendo!!! Os esperamos -respondió Harumi, alejándose con Ran.

-¿Bien, ya tenemos a dos. ¿A quién invitamos ahora? Supongo que si Mitsuki no está aquí... estará con Momomi -comentó, sonriendo de forma tonta -. Últimamente están siempre juntas. Vamos a verlas.

Os fuisteis todas, acompañadas por Chikaru, hasta Ichigo, y cuando llegasteis, visteis que la puerta estaba cerrada, tal y como habíais sospechado. Había movimientos dentro, pero llamar la atención no siempre era una buena idea. Otra cosa que visteis fue que a un lado del edificio podía verse a un pequeño grupo de chicas, Yaya, Yuki, Amane y Rebecca, hablando con una de las hermanas.

La peliblanco no pudo evitar preocuparse al escuchar a Kaname, principalmente porque no había notado la hora que era, pensando que aún tenían tiempo para regresar a Ichigo. Aquello era un problema, ya que si bien a Fran no le importaba mucho llegar tarde, no le agradaba que sus amigas tuvieran que sufrir las consecuencias de no llegar a tiempo a los dormitorios. - Bueno... puedo ayudarlas a trepar el muro... - Afirmó, decidida a ayudar a sus amigas, viendo que parecía que llegarían tarde. Después de todo, no tenía idea de qué otra cosa podían hacer, a menos que desearan soportar los regaños de la directora o de alguna de las hermanas. Por su parte, no había duda de que no deseaba soportar las críticas de la directora, por lo que prefería la idea de trepar el muro, que no era algo realmente imposible de lograr.

No obstante, Kaname no tardó mucho en preguntarle a Chikaru si ésta podía acompañarlas, de modo que tuvieran a alguien más con quien poder defenderse en el caso de tener que dar una explicación por la tardanza. Tras oír aquello, la guitarrista asintió, concluyendo que esa idea parecía una mejor opción que la que ella había propuesto, aunque... bueno, siempre podían dejar lo otro como una posibilidad, en el caso de que no hubiese nadie para recibirlas en la entrada. - La verdad... es que pensé que llegaríamos a tiempo. Perdón... todo esto porque me entretuve... em... cocinando con Kaname. - Se disculpó un poco arrepentida por meter en problemas al resto, o al menos eso pensaba que había hecho. Sin embargo, aún tenían una posibilidad de salir de aquel problema, siempre que tuvieran el apoyo de las dos presidentas de los clubes a los cuales se habían apuntado.

De cualquier modo, no tardaron mucho en encaminarse hacia Ichigo, con la intención de no llegar más tarde de lo que ya estaban llegando en ese momento. Por desgracia, tal como había afirmado Kaname, habían llegado luego de que la puerta hubiese sido cerrada, dejándolas fuera de los dormitorios, a la espera de que apareciera una de las hermanas o la misma directora. Aún así, parecía que había movimiento dentro, así como también había otro grupo de chicas a un lado del edificio conversando con una de las hermanas. - Mm... ¿qué hacemos? ¿Llamamos la atención de una de las hermanas para que nos dejen entrar?... ¿O trepamos el muro? - Preguntó con cierta seriedad en su voz, dejando en claro que no tenía problema en intentar lo último, si sus amigas no estaban en contra de la idea. Bien podrían llamar la atención del grupo en el cual se encontraba Rebecca, Yaya así como Yuki, y una chica que Fran no conocía aún.

Ran se preguntó por qué Harumi sonrió de una forma un poco traviesa, o evocadora, pero no se lo preguntó demasiado. “Por supuesto, vamos a verlas!”

Cuán fácil es encontrar gente con una compañera tal que Harumi. Puedo ser muy feliz por poder llamarla mi amiga. Ah, y finalmente llegaré a conocer mejor tantas chicas refinadas, educadas y … sí, perfectas… en comparación conmigo, son todas perfectas.. como Tamao.

“Pero...”, respiró hondamente, pero sin perder un atisbo de su emoción y entusiasmo, sólo tratando de controlarlos mejor, como las chicas – las chicas como se deben – saben controlar sus emociones y no se aparentan a brutos ruidosos - “¿pero sabes dónde están? ¿Estarán en el cuarto de Momomi? ¿Vamos allá?”

Tuvo ganas de dar un salto y correr hacia allá, pero se detuvo.

-¿Hm? -Mitsuki dejó escapar una especie de gemido confuso. Le había despertado el roce de algo en la mejilla. ¿Qué hora sería? ¿Qué le había despertado? No, esa no era la pregunta que tenía que hacerse. Esa no era la hora de dormir, ¿no? Se removió un poco y se encontró de frente con el dulce rostro de Momomi, mirándola directamente. Se levantó súbitamente. No podía creer que se hubiera quedado dormida en aquella situación. ¡Qué vergüenza!

Por suerte, la chica no le había dado mayor importancia, y propuso que salieran a dar una vuelta antes de la cena. El plan le parecía maravilloso a la rubia, y por parte doble: primero, porque podía olvidarse de lo de la siesta improvisada en la cama de su pareja de hacía un día, y segundo porque le encantaba poder deambular por los preciosos jardines con la compañía de Momomi. 

-Claro, me encantaría. ¿Tienes pensado algo en particular? Si no, podemos ir por el lago, como el otro día. 

Harumi y tú fuisteis al pasillo de Spica, que por supuesto, no estaba cerrado todavía y localizasteis sin dificultades el dormitorio de Momomi. Harumi fue mucho más lanzada y llamó a la puerta con los nudillos, sin esperar nada.

-Seguro que están aquí -dijo riéndose juguetonamente -. Espero que no les molestemos. La verdad es que me ha parecido que Mai y Ruby estaban también ocupadas. ¿No sería gracioso que interrumpiésemos a las cuatro?

Momomi se puso en pie, impulsada por lo buena que le había parecido la idea a Mitsuki.

-Pues... no había pensado nada más que en estar contigo, si te parece bien -le dijo, ruborizándose ligeramente. En ese momento, llamaron a la puerta y Momomi miró a Mitsuki, sorprendida.

-Hummm. No sé quién podrá ser -comentó, acercándose a abrir.

Momomi abrió la puerta de su dormitorio y se encontró con Ran y Harumi esperando al otro lado. Éstas pudieron ver a Mitsuki sentada en el borde de la cama.

Empecé a agitar los brazos ligeramente al ver que realmente llegábamos tarde, acompañado de unos saltitos que alternaba entre los dos pies en señal de nerviosismo -no Fran, no es tu culpa, ninguna de nosotras se dio cuenta- dije antes de soltar un pequeño sonido en señal de que acababa de tener una idea -¿creéis que realmente nos dejen pasar por ir con vosotras?- pregunté notablemente más tranquila dirigiéndome a las presidentas de los clubes -porque sino...- dije esbozando una sonrisa traviesa antes de desvelar mi plan, haciendo un gesto con la mano para que se acercasen todas a escuchar -necesitaría que me ayudaseis, tendríais que llevarme o ayudarme a caminar como si no pudiese sola, solo haría falta decir que me mareé y eso nos retrasó- expuse como si se tratase de un plan genial -si no tenéis un plan mejor, claro- finalicé separándome para escuchar su opinión o planes alternativos.

Hummm hay una manera de entrar, un hueco en el muro, pero tendríamos que ocultarnos y esperar a que se fuesen la hermana y esas chicas antes de ir a buscarlo. Muchas chicas entran y salen por él cada noche.

Ella misma había estado tentada de hacerlo en alguna que otra ocasión, aunque nunca lo había hecho. Sabía en donde se encontraba, pero como hasta entonces no había hallado ninguna razón para salir del recinto de noche, pues se había quedado dentro.

“Hola, Momomi!” Ran sonrió ampliamente. Aprovechando de que la puerta estaba abierta un poco, pasó su mano por la puerta, casi al lado de la cabeza de Momomi, y le saludó con la mano. “Hola Mitsuki! Ya te hemos visto!”

Retiró la mano, hizo un paso atrás para significar que, más allá de los saludos, no quiso de ninguna manera irrumpir en la intimidad de las dos amigas, y preguntó – Tengo que hacer esto bien, tengo que hacerlo bien…  - carraspeó primero y luego preguntó: “Tenéis ganas de venir esta noche a una fiesta de té encabezada por la mismisima Tamao y orquestada por vuestras humildes servidoras aquí?”

Las palabras de Ayami sirvieron para mejorar un poco el humor de la peliblanco, luego de que ésta pensara que había sido su culpa que llegaran tarde a los dormitorios. No dudó en sonreírle agradecida, sabiendo que siempre podía contar con su buena amiga, incluso si Fran sabía, en el fondo, que había sido un poco su culpa. La próxima vez, debería de estar más atenta a los horarios, al menos cuando sus amigas la acompañaban, ya que no deseaba meterlas en problemas. El hecho de que no le importaran demasiado las reglas de la institución, no quería decir que disfrutara de causar problemas a sus amistades, quienes no se merecían esa clase de cosas. Por eso mismo, estaba dispuesta a hacer de soporte para que el resto pudiera trepar el muro, ya que si había una abajo, no debería de ser muy difícil.

No obstante, su compañera de cuarto tuvo una idea mejor, que se trataba de engañar a las hermanas, buscando una excusa lo suficientemente creíble para que las dejaran entrar sin ser recriminadas por llegar tarde. A la guitarrista no se le daba muy bien actuar, teniendo en cuenta que solía ser bastante directa en su forma de ser, aunque suponía que no debería de ser muy difícil, sólo debía de seguir la actuación de su amiga, seguirle el juego para que fuera más o menos creíble. No estaba segura si Kaname era capaz de hacer algo así, aunque Chikaru parecía bastante apta para esa clase de cosas, al menos por lo que había podido definir de su personalidad. - Mm... bueno, eso parece un plan más... apropiado que el mío. - Afirmó al oír a Ayami, mostrándose a favor de la idea. Después de todo, el plan de trepar el muro podía ser complicado, en el sentido de que podían descubrirlas trepándolo. - Buena idea, Ami-chan. - Felicitó a su amiga, en el momento en el que llevaba su mano a la cabeza de la rubia, removiendo su cabello en un gesto amistoso.

La revelación por parte de Kaname sorprendió a la joven rebelde, quien la miró con la boca abierta por un instante, antes de recuperar su compostura y sonreír con cierta picardía. - ¿De verdad? ¡Deberías haberlo dicho antes, Kaname! - Exclamó en el momento en el que la abrazaba emocionada ante aquel dato de importancia. El hecho de conocer un hueco en el muro por el cual podían pasar sin ser descubiertas, era perfecto, ya que significaba que no tendrían problemas en el futuro por llegar tarde, y que incluso podrían escaparse de Ichigo por la noche, si tenían algún plan en los terrenos de Astraea Hill. - Creo que la opción del hueco es la más segura, y así nos evitamos los problemas. - Apoyó la idea de su querida senpai, una vez finalizó el abrazó que le había dedicado a la presidenta del club de esgrima. El plan de Ayami no era malo, pero si había un hueco en el muro, era mejor recurrir al mismo, ya que evitarían tener que hablar con las hermanas y arriesgarse a que no les creyeran. Además, quería saber dónde estaba el hueco para poder usarlo en el futuro.

Sonreí orgullosa cuando Fran me felicitó y premió con un gesto de cariño antes de hacer un gran gesto en señal de sorpresa al escuchar las palabras de Kaname -¡wah! ¡¿en serio?! entonces yo voto por su plan- dije señalándola con una mano mientras alzaba bien alta la otra como si fuese necesario hacer un recuento. Pero mi mano no duro mucho tiempo en alto ya que pronto la llevé a mi mejilla dando unos toquecitos en señal de pensamiento -pero... deberíamos avisarlas a ellas tambien ¿no?- pregunté con expresión triste casi rogándolo, dirigiendo una mirada hacia las chicas que se encontraban hablando con una de las hermanas, no soportaba la idea de no avisarlas de aquella información si finalmente no las dejaban pasar... de no intentar hacer algo por evitar que pasasen la noche ahí fuera...

Al fin estoy sola nuevamente con Mai-chan, la tomo de la mano otra vez y la vuelvo a traer asia mi delicadamente.

-Ahora estamos tranquilas... ¿En dónde nos quedamos?-

Sonrio de forma cómplice, y un tanto atrevida, besando otra vez sus labios. 

- Quería preguntarte ¿Quieres salir conmigo?-

Acaricio sus labios y sus mejillas con el dedo índice de la mano derecha, esperando que conteste a mi propuesta. 

Tan pronto como se fueron, cerré la puerta y me quedé apoyada con ella mirando a Rubí hasta que atrajo de nuevo hacia ella. 

- En el momento más dulce ... - sonreí y respondí a su beso sintiendo de nuevo sus suaves labios contra los míos.

La siguiente pregunta no me tomó por sorpresa después de lo que había pasado. Yo misma ardía en deseos de preguntárselo, sin embargo, llegada la hora de la verdad no pude contestar. De la emoción las palabras se agolparon en mi pecho y no consiguieron salir, por lo que decidí dar mi respuesta con mis acciones. La abracé fuertemente y hundí el rostro en su llameante melena. Con la cara oculta para que no pudiera ver lo roja que estaba, asentí y finalmente pude articular un ahogado "sí" mientras un par de lágrimas de felicidad se escapaban de mis ojos.

Me siento tan aliviada, pego mi cuerpo al suyo dejando qué este abrazo que compartimos confirme nuestro lazo de amor. 

Siento su mejilla húmeda después del "si" , tal vez comenzó a llorar de la emoción, no lo sé con certeza, y no quiero preguntar tampoco, ya que suficientes pruebas tengo ya, por lo que continuo con el abrazo, cerrando los ojos, sintiendo el aroma dulce de su cabello, la textura sedosa de la piel del cuello.

​-Te... Amo... Mai... - 

Dejo que mis palabras sean prueba de mi amor, mi afecto incondicional, y todo mi apoyo para su persona, haciéndole saber qué me quedaré a su lado, pase lo que pase.

El agujero está justo en donde están esas chicas así que tendremos que esperar a que se vaya la hermana, o de lo contrario nos descubrirán a todas.

Qué estarán haciendo allí. ¿Habrán entrado también por él y las habrán descubierto?

La mano de Kaname se fue directamente hacia la de Fran y se agarró a ella. Quizás al verse en tensión, recurrió al alma gemela que había encontrado, aunque no fuera consciente de ello. 

Cuando se dio cuenta, miró a Fran y se sonrojó, pero en lugar de soltarla, sonrió.

Pues... verá, hermana. Mi compañera de cuarto se ha caído y hemos venido todas a ver qué le había sucedido. ¿Te has hecho daño, Hana-chan? -le preguntó Yaya a Yuki, guiñándole un ojo para que viera que no estaba hablando muy en serio.

Qué se lo trague, qué se lo trague...

Viendo que su compañera de cuarto estaba a favor del plan del hueco en el muro, la peliblanco asintió complacida, ya que parecía el plan más ideal en ese momento. Después de todo, era mejor si nos atrapaban en ningún momento, incluso si podían tener una excusa para llegar tarde. Lo mejor era evitar todo posible conflicto con las hermanas. Además, la guitarrista quería conocer la ubicación del hueco, teniendo en cuenta lo que odiaba las reglas. El hecho de poder entrar y salir cuando lo deseara de los dormitorios, era más que ideal para ella. No le gustaba verse atada por reglas sin sentido. Bastante con que toleraba el tener que vestirse con el uniforme de su institución, así como también debía de estudiar para esas materias que resultaban tan aburridas para ella. - Genial, Ami-chan. Con eso podremos salir o entrar cuando lo deseemos. - Le aseguró a su amiga, dedicándole una sonrisa de claro entusiasmo ante aquella posibilidad de cierta libertad.

Sin embargo, la rubia no tardó en expresar su deseo de contarle a las otras chicas sobre el hueco en cuestión, algo que no le pareció un problema a Fran, si bien, prefería escuchar la opinión de su senpai primero, ya que era ella quien poseía el conocimiento del hueco en sí,  y no quería abusar de su ayuda. Sabía que era posible que Kaname no deseara compartir esa información con cualquiera. - Bueno, si Kaname no tiene problema, podríamos avisarles luego, cuando entremos. Por ahora, necesitamos que se vayan para poder entrar. - Le explicó a su querida amiga, esperando que comprendiera lo que había dicho. Después de todo, si bien la peliblanco no tenía problema con informar a las otras chicas, no quería causarle problemas a su senpai, ni tampoco molestarla, no cuando ésta había sido tan buena con ella, y se había ganado su afecto.

La joven rebelde asintió en favor de lo que decía la presidenta del club de esgrima, ya que ésta tenía razón. Debían de esperar a que el resto se marchara para poder entrar, en especial la hermana, quien podría atraparlas, y descubrir el hueco, lo cual no sería bueno, ya que aquello implicaría que perderían algo importante para poder romper las reglas cuando así lo desearan. Sería mejor esperar lo suficiente, hasta que no hubiese nadie cerca. - Sí, no sería bueno. Además, las que sepan del hueco se enojaran con nosotras si las hermanas descubren esa "entrada". Mejor esperamos, como dijo Kaname. - Afirmó tranquila, dispuesta a actuar con cierta paciencia antes de cometer un error y arruinarlo todo. No quería ser reprochada por las hermanas, o por la directora. De cualquier manera, tras decir eso, pudo sentir la mano de su senpai aferrándose a la suya, algo que sorprendió, por un instante breve, a la guitarrista, si bien no tardó mucho en mostrarse bastante a gusto con aquella búsqueda de apoyo por parte de la presidenta. Sin dudarlo, acarició el dorso de su mano con su pulgar, de manera afectuosa, a la vez que le dedicaba una sonrisa dulce, de modo que ésta no se preocupara por nada. - Tranquila, no nos van a atrapar. - Le aseguró, amable, mientras continuaba sujeta a su mano, disfrutando de la calidez de la misma.