Partida Rol por web

Un par de besos sugerentes y te despides de tu nueva amiga. No ha empezado mal tu viaje, te dices a ti misma, sonriente. Notas un gusanillo en el estómago, picas algo ligero y luego coges un taxi, claro que sí, hasta la pensión. Te has quedado en la gloria después de aquel increíble "masaje". Casi que te amodorras un poco en el asiento trasero del vehículo.

Después de media hora de tráfico intenso llegas a la pensión. Es un edificio antiguo, en buen estado, de cuatro plantas. En la planta baja hay una cafetería mona, con bastante clientela. Cuando subes, en la primera planta te abre la puerta un chico joven, de tu misma edad, más o menos. 

Te presentas. El joven te saluda con dos besos en las mejillas- Hola, cariñito, Alice, me encanta ese nombre. Para, pasa, uy, qué culo y qué tetas, tú triunfas por donde vas, eh, picarona. Soy Robby. -El chico tiene bastante pluma, algunos lo plantearían así, a ti eso nunca te ha incomodado, al contrario, apoyas al colectivo LGTBI. En una primera impresión parece majo.

-En una hora comemos, te enseño tu habitación y cómo funciona esto. Ay, presiento que vamos a ser grandes amigas tú y yo, corazón. Ven, pasa, qué haces ahí parada. Y qué, qué tal el viaje, aburrido, ¿no?  

A Alice le pilla un poco a contrapié la efusividad del chico pero su energía resulta contagiosa y la morena devuelve los dos besos con resolución, sonriendo.

-Ay cielo ya era hora que alguien apreciara este cuerpazo como se debe, no tendrás un amigo hetero que sepa usar los ojos ¿no?- añade con una risotada al tiempo que se marcaba un bailecito de culo para lucirlo.

-​​​​​​-Uy pues la verdad es que no tan aburrido, he tenido buena compañía, tu ya me entiendes, amor. Entonces ¿Qué? ¿Me doy una ducha y nos vemos para comer?

-Uff, un amigo hetero, dice, jaja, que moni. Te presentaré a Will, no ha bajado todavía. Le va todo, carne y pescado. Me derrito y me mojo toda solo con pensar en lo que le cuelga, ay, qué hombre. Se dedicará a tu culo como mereces, jajaja. 

Te enseña esa planta.-Buena compañía, cuenta, cuenta, qué brujita que estás hecha, cielo. Si ya se te nota. -Te explica que la pensión la regentan su madre y él. Aquí está el comedor, un salón para los huéspedes, un lavabo. La cocina. Un gran balcón. Luego otro salón y baño, pero para disfrute solo de la familia. 

-Solo tenemos cuatro habitaciones, arriba. Y la de mi madre y la mía, claro. Will ocupa una de ellas. Sara, que regresa por la tarde, una nena encantadora, te gustará. Y Frank, que debe de estar al llegar. Es muy seriote, en apariencia, y distante, le cuesta hacer amistades. Pero majo, majo. -te va mostrando las diferentes estancias. Y, bueno, ahora tú. Mi madre está en la cocina, terreno prohibido cuando cocinan ella y Brenda, la chiquita que nos ayuda. Un suspiro de nena.

Enfiláis las escaleras - Va, sígueme, que sí que necesitas un baño, uyyy, hueles a perra en celo que tira para atrás, no veas, tú has follao, eh! cielo, uyy qué pedazo de brujaaa. Tira delante que quiero ver ese culito moviéndose, jajaja. Bueno, ¿y a qué te dedicas, qué vas a hacer en la city? Ah, se paga por semanas, creo que ya lo sabes. pero va, cuéntame de ti, que si no, yo no paro de darle a la hebra, solo me callo cuando tengo algo en la boca, tu ya me entiendes, amor, jajajaja.

-Soy un peligro en la cocina, podria prender fuego haciendo una ensalada cielo, créeme, mejor no entro allí.- informa con una carcajada.

-¿Tanto se nota? Vaya si que tienes ojo Robby, no se te puede ocultar nada...-añade ante el acierto del hombre a la hora de declarar lo que había pasado en el tren.

Si tu supieras... pensó, recordando el tremendo orgasmo gracias a un "inocente" masaje de pie.

-Caray chico tienes cuerda para rato...necesito café para seguirte el ritmo de la charla. Pues de momento voy a probar suerte como asistente de una mujer de negocios, mañana he quedado para comer con ella, veremos a ver que tal se me da. Y si eso no cuadra ya buscaré otra cosa, no quiero conformarme con nada ni con nadie, ya me entiendes jeje- y devuelve el tono pícaro que él también había utilizado en su última frase.

Vas subiendo el tramo de escaleras hasta el primer piso-  Uy, cariño, yo puedo estar hablando hasta el fin del mundo. Soy como una máquina de esas del movimiento perpetuo o como se diga. Pero tú pide, y yo callo. No te cortes, guapa, que lo entiendo. 

Arriba caminas por un pasillo- Al fondo la tuya. Es amplia. Con balcón. En la azotea hay una gran terraza, en plan solarium, con una zona en la que puedes tomar baños de sol en pelotas total, sin que nadie te vea. ¿O te va el exhibicionismo?  Asistente de mujer de negocios, hum, ¿qué negocios? Me la presentas, eh, brujita, que tengo ideas, muchas ideas revoloteando en mi cabeza y en mi coño. 

No calla. Hasta que pasáis al lado de uno de los baños. Se oye la ducha y la puerta está entreabierta. Robby mira por el hueco - OMG, el mariconazo, si se está dando un gusto sin mí. Cabroncete.

Tú, curiosa, le imitas y echas un vistazo. En el reflejo del espejo se ve a un chico desnudo en la ducha y, a través del cristal de la mampara, observas que se está "tocando" con ganas. El joven tiene un cuerpo atractivo, en forma, y una "buena herramienta" entre las piernas. Y entre los dedos. 

-Aún no sé lo que me va, pero tranquilo, estoy en camino de averiguarlo...- añade con un tonito cantarín y divertido mientras sigue a Robby por el tour.- Oye Robby ¿Wifi si tenéis no?- pregunta de repente, no muy preocupada por la respuesta pero si curiosa. 

Claro que pronto pierde el interés por la respuesta cuando llegan al baño y se asoma a mirar al interior. Se queda mirando, morbosa y asombrada, una sonrisa pícara se dibuja en sus labios y se separa con aire burlesco.

-No me digas que ese es Will...- interesada y mordiéndose el labio inferior.

-Claro que tenemos Wifi, nena. Que no somos unos bárbaros. Acceso desde cualquier rincón de la casa, en la azotea incluso. O en el baño mientras meas. Lo que quieras. Yo no podría vivir sin wifi, encanto, soy una yonki de las redes sociales.

Ya luego estáis los dos mirando al interior del baño. -ESE es Will -jadea a propósito Robby. -Ay, qué perra, se te hace la boca agua, ya estás empapando las bragas. -El chico se relame los labios y hace ademán de cerrar la puerta. Te mira, con la misma picardía en sus labios y un punto de lujuria en los ojos maquillados.

-Que ese culito tuyo no pase hambre, jajajaja. Con él te vas a quedar harta, cariño. ¡Oye, William, cielo, te has dejado la puerta abierta!

Dentro del baño el chico detiene su acción. Se queda cortado un momento, mira hacia el reflejo del espejo pero solo ve ahora a Robby- Cabrona, cierra o entra, pero no te quedes mirando.-Ríe el joven.

-¡Voooyyyy! -Robby se gira hacia ti- El aperitivo, niña. No soy celosa, pasa tú también. -Sonríe, te muestra una lengua larga y balarina, te roba un beso fugaz. En un segundo se cuela en el baño, se desviste a toda prisa y ya lo tienes dentro de la bañera, empalmado también,  besándose con William y acariciando su miembro. Tú contemplas la escena, curiosa, y tu mirada acaba cruzándose con la de Will en el espejo.

¿Qué harás, Alice? Te pregunta una vocecita en tu cabeza. ¿Te quedas mirando, morbosa? ¿Te decides a entrar y a lo que sea? ¿Prefieres irte a tu habitación? ¿Quizá marcharte, darte una ducha en el otro baño y "relajarte" sola? ¿Qué vas a hacer, Alice? 

La morena se queda boquiabierta con la nada sutil invitación de Robby pero rápidamente se espabila y pasa dentro del baño, dejando, de nuevo la puerta entreabierta, es de buena educación dejar las cosas como las encontraste... además que así quizás alguien se apuntaría a la fiesta.

Alice entra despojánndose de los zapatos y de la camisa mientras caminaba, arrojando ambas prendas a un lado.

-Hola, encanto, yo soy Alice y tú debes de ser Will...es un placer...conocerte.

Ni corta ni perezosa, quizá todavía con la imagen de Michelle y la excitación de su encuentro, sigues a Robby. A este se le iluminan los ojos por la sorpresa - Pero qué zorra, Alice...si ya se te ve, brujita, si me dije en cuanto te vi, "buah, a esta le va el folleteo" -comenta entre risas, de buen rollo. Will también sonríe, te toma de la mano, como un caballero -Encantado...Alice-  y te metes con ellos dos en la ducha. Un poco estrechos, con la mampara al lado, pero espacio suficiente para "maniobrar", atrapada entre ambos chicos. 

No son necesarias las palabras. Will te quita el sujetador entretanto Robby te baja los shorts. William, ya de por sí a cien, se relame a la visión de tus hermosos y firmes pechos,  coge el "teléfono" de la ducha y, con agua tibia, te la pasa por los hombros, desciende a los senos y se acerca a ti para besarte.

Abajo, notas la dureza del largo ariete de Will. Detrás, los besos delicados de Robby en tu espalda baja.  

Encantada con las atenciones de los dos hombres, Dawson alza los brazos por encima de los hombros de Will, colgándose un poco de él para fundirse en el prolongado, húmedo y ardiente beso al tiempo que se ponía de puntillas para ofrecerle el trasero en pompa a Robby.

-Vamos chicos ha sido un viaje largo y si no me dais algo de entretenimiento del bueno me voy a dormir...- amenaza juguetona y provocativa, mordiendo los labios de Will para luego bajar una mano y acariciar suavemente la virilidad del hombre-  espero que hayas dejado ahí para mí...está feo eso de jugar solo...muy malo, señor William.- le reprende con un tono mandón y divertido.

No te reconoces. Estás desatada y desconocida. Solo en tu imaginación hubieras imaginado una escena así, con dos chicos en la ducha, ¿Qué dirían tus amigas, tu familia, tu ex? ¿Qué pensaría la Alice de un mes atrás? 

Los tórridos besos se suceden con Will. Acaricias su erección, inabarcable, que sí, que es mucho mejor la calidad que la cantidad, pero hay mucho morbo en dar un masajito a esa barra de hierro al rojo. Tampoco es que vaya mal presentado Robby, pero es otra cosa, otra liga. -Toda tuya, Alice, ¿a qué sabes jugar? -comenta, entre besos, el alto y atlético chico que te saca más de una cabeza.

-Es lo que yo le digo, cariño, que cuando quiera jugar me llame. Él silba y yo acudo, jajaja. -está de acuerdo contigo Robby, que termina por desprenderte las braguitas, y salen volando desde la ducha. Que te pongas en pompa es toda una provocación y una declaración de intenciones. Robby es ahora quien te pasa el agua por la espalda, los glúteos y la entrepierna. Tal vez esperas una ansiada penetración, sin embargo él se agacha detrás de ti, besando y lamiendo tus nalgas, abriéndote para tener un fácil acceso. Parece que no le hace ascos a una mujer y su lengua se pasea entre tu doble capa de labios. 

Hay besuqueos con Will, sus manos ya aposentadas en tus pechos. Detrás, Robby te separa más las nalgas, y su lengua ahora se dedica a lamer tu más íntimo secreto, paseándose en círculos alrededor de tu asterisco oculto, un lugar que a tu ex novio ni se le hubiera ocurrido probar. Besándolo, lamiendo, dedicándose con apetito a su disfrute, parece que eso es lo que le gusta o al menos el placer que quiere darte. Te come el culo con pasión, un beso negro en toda regla. *

El placer de las especiales atenciones de Robby en su ano y zona íntima a la vez la pilla bastante desprevenida, de nuevo, una cosa que jamás había experimentado y gracias a Dios que estaba aferrada al cuerpo de Will pues casi se hubiera ido al suelo al empezar a sentir tanto y tan pronto.

-Seguro que se jugar a menos cosas que tú, nena, pero aprendo rápido...- dice mientras sus caderas empiezan a bailar al son que marca la lengua del atrevido chico. Pero ella no se deja amilanar por su lanzamiento y comienza a masturbar fuertemente a William al tiempo que sus labios recorren sus pectorales, besándolos con adoración hasta llegar a los pezones, donde muerde y tironea con ganas de jugar.

-Eh, eh - gime Will a tus caricias enérgicas en su húmedo miembro y a tus besos y mordiscos en sus pezones, que le hacen escapar un siseante jadeo - Más dulce, me gusta con más ternura. -Acompaña sus palabras guiando a tus manos en un movimiento más suave, a la vez que se recuesta en la pared de la ducha. 

Detrás, un entusiasmado Robby te sigue regalando con su inesperado baboseo de culete. Tú no puedes evitar ese murmullo de placer, que no es como si te comieran el coño, pero te está gustando su dedicación. 

El meneo de tus caderas le anima más, y ahora, la yema de un dedo mojado, es la que te acaricia y te da el masaje, presionando a veces e, incluso, tanteando tu receptividad cuando te lo introduce un poco mientras te besuquea las cálidas y contundentes nalgas. Su otra mano busca y encuentra un clítoris palpitante y ansioso de atención, que se entrega derretido a sus dedos delicados. 

La morena mira con ojos devoradores a Will, picara y juguetona por su petición de calma, clava sus dedos no muy fuerte en los músculos del chico y torna sus mordiscos en besos:

-¿Así le gusta más al chico dulce? - pregunta arrastrando las palabras, relamiéndose los labios, se pone de puntillas y exige fundir su boca con la de él antes de que pueda responder. Entretanto intenta abrir más las piernas para permitir el libre acceso de Robby a donde quisiera...pero Alice ya queria subir el nivel, si iba a pasar el resto de la tarde durmiendo y con agujetas, que al menos sea por algo memorable.

-Folladme...los dos...a la vez...Venga...-dice en un tono que estaría a medio camino entre la orden y la súplica, una petición firme, como un gato cuando maulla muy fuerte y agudo para exigir comida.

Tus labios y tu lengua es ambrosía para Will. Su boca te sabe a néctar. Sus hábiles dedos en tus erectos pezones y los de Robby en el botoncito de tu volcán te nublan los sentidos. Pides que te follen a la vez, impulsada por una lujuria que rompe en añicos tu pasividad de años. 

Will sonreía de lado -Nos ha salido mandona la nueva chica. Lo vamos a pasar muy bien -Te alza, tus piernas hacen pinza en torno a su cintura y clava su enorme pene profundo en ti. Es un tren de mercancías que no parece tener fin, te roba el aliento y el alma. Empuja con firmeza y te eleva a cada embestida.  

A tu espalda, es Robby el que sonríe, encantado -Yo prefiero recibir a dar, amor, pero aprecio un buen culo en cuanto lo veo. Que no pase hambre el tuyo, zorrita, jajaja. Notas entonces la refrescante untuosidad de una crema en tu trasero. Luego, Robby se abre paso dentro de él, lentamente, con suavidad. Se hunde hasta su base. Sale despacio y entra, sale y entra, en un vaivén acompasado. 

Te sientes completamente llena, por delante y detrás, te están follando a buen ritmo, acompañada de gemidos, jadeos, besos y lametones por parte de ambos chicos.

Abraza con sus piernas la cintura de William tal y como éste le indica con sus acciones sin dejar de besuquearle y revolverle el cabello hasta que éste y Robby comenzaron a follarla fuerte pero no tanto como ella quería...era absurdo pero aún quería más, quería saber hasta donde la podían llevar este par.

Echa su brazo derecho hacia atrás para tomar la nuca de Robby y poner su mentón en el propio hombro girando ella la cabeza para besarle afanosamente.

-No todos los besos van a ser para Will cariño...-le dice con picardía mientras su brazo izquierdo seguía aferrado al otro chico, quedando entonces su figura algo torsionada pero Alice no parecía incómoda en absoluto.

-Más fuerte...aah...por dios...-gime bien alto sin importarle quien pueda oirla.

Quieres más. Quieres aprovechar esta oportunidad, hasta el límite. Entre gemidos, jadeos y suspiros in crescendo, devoras la boca del joven maquillado -te adoro desde ya, brujita - ríe Robby. Will te besa el cuello, y se une al beso a tres. Sus fuertes brazos alzan y bajan tu cuerpo al ritmo de sus caderas, incrementado por tu ruego, por tu exigencia de más. Ahora el ritmo es rápido, te va a romper por dentro, no te importa.

Atrás, Robby olvida su delicadeza primera. Te coge de los cabellos y te estira hacia atrás la cabeza, de manera brusca, sujetándote con fuerza, mientras te penetra a fondo, con esa furia y fuerza que demandas, sin contenerse, chocando vibrantes sus inglés en tus nalgas. En esa posición ves como se entrelazan las lenguas de los dos hombres, besos lúbricos y furiosos. 

Arañas el cuerpo de Will. Notas la ola brutal que está por llegar, te duele, te gusta, es dolor y placer a la vez, no quieres que paren, no quieres que se detengan. 

-No me adores tanto...que quiero guerra guapetón.- dice, cuando ellos terminan de besarse y Robby le suelta el cabello, tomando con cierta violencia la cara del chico moreno y besándole profundamente, tanto como si pudiera absorber su alma con este lujurioso acto.

Tras ello, la morena continúa moviendo la cadera frenética pero ordenadamente, impactando contra los dos hombres que la tomaban de esa forma tan deseable y salvaje, pero ella en todo momento queriendo marcar el ritmo, cada vez más rápido y más fuerte, clava sus uñas en las nucas de ambos como si, de no hacerlo, temiera que las piernas nos la sostuvieron...lo cual era muy posible.

Sus gemidos y sus sudores de acrecientan por momentos, su corazón va a mil por hora, como un caballo desbocado...incontrolable, presa de la agitación...comienzan las contracciones de su vagina, de seguro Will puede notarlo, no hay lugar a que Alice esté más húmeda y caliente...está apunto de desbordarse...