Partida Rol por web

 Las puertas de la prisión se abren y, delante de los siete miembros guiados por Barret, se halla una parte de la carretera 12, bordeada por un frondoso bosque. El oficial hace una seña y los portones vuelven a cerrarse, a espaldas del grupo.

Delante: la carretera de dos carriles, vacìa. A derecha e izquierda los árboles como reyes y señores de la tierra.

Ningún indicio de podridos a la vista.

 -Con una mierda, cuanto silencio...

Bueno, hace semanas que no se avistan, silencio es lo que esperábamos, y espero que sera lo que tendremos

-movámonos rápido- murmuro aunque seguro que ese es el plan de Barret

Miro delante no sólo al lado izquierdo sino también al derecho esperando a que nos de la orden de avanzar.

El silencio de esos seres es una de las cosa que me asustan mas los hieres y aparentemente ni expresan dolor sólo quieren atraparnos y si lo consiguen tampoco alegría o triunfo.

Barret dá la orden de que avancen en silencio y caminando medio agachados. Por un momento sólo se escuchan unas pocas pisadas y el sonido de los corazones de cada individuo palpitando. Después de veinte minutos de caminata en donde el bosque y la soledad han sido la única constante, el oficial hace un gesto y el grupo se detiene.

Se vé un almacén, de esos que están en las rutas y que sirve para que los conductores se detengan a comprar algo para el camino. No tiene sección de gasolina pero quizás haya alimentos. Además, cosa más importante, hay un coche aparcado en la entrada.

Es un Ford de tono amarronado.

- El grupo de la derecha investiguen el coche, el de la izquierda entrará conmigo a la tienda. Hagan el menor ruido posible, ¿está claro?

De pronto se levanta un poco de viento que trae el aroma como de frutas descompuestas, aroma a podrido...

Si ya era preocupante encontrar un vehiculo que no pareciera abandonado desde meses este olor acaba de hacer que me concentre en que estamos haciendo aquí.

– A sus ordenes señor. – Mientras quito el seguro y amartillo uno de los dos cañones de la escopeta acomodándomela firmemente contra el costado para que no se mueva tanto al disparar ni me golpee una costilla.

hago un gesto a mis compañeros de grupo para que vigilen y levanto el capo del coche, aparte de que tenga gasolina o no tras meses de abandono puede no funcionar por muchos motivos, le hago una revisión rápida buscando oxido, cables rotos o incluso nidos de pájaros o ratas en el motor.

Luego revisare los niveles de aceite y agua y si todo esta bien miraremos como esta de gasolina

Gore entra con Barret y el resto del grupo de la izquierda en la tienda. Adentro el olor a podrido es sumamente intenso. Lo bueno es que parece provenir de un cuerpo, ya muerto, al menos por el hoyo que presenta en su frente, producto muy probablemente de un balazo, que no se va a levantar. Sin embargo los gusanos que le salen de la boca y las moscas que lo han tomado de comida, no son algo para nada agradable de ver.

Barret toma un nailon y cubre al cadáver.

Hace una señal con la mano indicando a Gore que revise un mueble que hay cerca de la caja registradora. Él se dedica, con los demás a revisar otros exhibidores.

Gore encuentra varios paquetes de snack, están cerrados así que no podría decir su estado. Tres botellas de agua mineral y unas revistas. Todo lo demás o está roto o en terrible estado de descomposición.

Busco una bolsa donde guardar las cosas encontradas sin dejar la escopeta de la mano pero con los dos seguros puestos.

– Poca cosa aquí tres botellas de agua, unas revistas y unos paquetes de comida sorpresa. Ya sabéis los envases opacos que no puedes saber si esta o no comestible su contenido.

Turner comprueba que el coche aún tiene medio tanque de gasolina. Los niveles de aceite están un poco bajos pero, quitando eso, el vehículo es perfectamente utilizable. Es un coche con capacidad para cuatro personas, seis yendo un poco apretados pero puede viajar algo antes de detenerse. Quizás resista un viaje de ida y vuelta al instituto, si quisieran desviarse hacia allí. De todas formas, sería mucho mejor el tanque lleno.

G se acerca a Turner y le pica en el hombro. El hombre está a punto de perder los estribos cuando vé el motivo de preocupación del sujeto.

A unos 100 metros, se ven cinco "personas" viniendo hacia aquí.

-Bien. Demos una segunda revisada, señores y a seguir camino. No podemos darnos lujos.

En ese instante se abren las puertas del almacén y entra uno de los tipos que están armados con palos, del grupo de Turner. Su cara pálida no indica buenas noticias.

-Cinco, cinco, señor, hay cinco de esas cosas viniendo para acá.

-¿Cuál es la distancia?

-Cinco...

Barret lo toma de la ropa y lo sacude un poco.

-¡Distancia soldado!

-a 100 me metros señor...

Nada mas sentir lo que ocurre introduzco lo encontrado en mi mochila y me acerco a la puerta con la escopeta preparada. Comenzamos bien la misión…

– Que propone señor Barret salimos fuera a enfrentarnos con ellos mientras avanzamos o entramos todos aquí cubriendo las entradas.

Confío en que no indique que nos quedemos dentro ya que vendrán mas zombis que munición tenemos, sobre todo yo.

Hago un gesto al tipo con un palo y le susurro señalando a la tienda -rápido, entra ahí y diles que tenemos cinco invitados, que salgan rápido-

Entro en el coche y miro si tiene las llaves puestas o están en la guantera

-G, tu tienes un rifle con bastante alcance, ocúpate de ellos mientras aun están lejos. Yo voy a ver si puedo poner esto en marcha, asegura los disparos-

Barret sale acompañado de Gore, después de que le ordenó seguirlo. El predicador está junto a Turner, quien está intentando puentear el coche que ha encontrado. G, por su parte, está apuntando con su arma a los muertos que aún se encuentran muy alejados.

-Soldado -pregunta Barret a Turner -¿este auto funciona, entramos todos aquí? -mientras le grita a G -aún no dispares, si son sólo cinco podemos sortearlos con facilidad. Éstate atento.

G asiente nerviosamente.

El predicador no dice nada y los tipos con palos por ahora han entrado a la tienda.

Barret está sopesando un plan de acción. Sin embargo algo le molesta y no tarda en decirlo.

-¿No sienten el olor? Hay demasiado olor a podrido para cinco muertos.

Por ahora, pese al olor que es intenso y todos lo sienten, sólo se ven cinco, viniendo hacia allí muy, muy lentamente.

Después de oír al oficial Barret constato que tiene razón y no se trata de que huela perfectamente a tanta distancia. Me coloco vigilando el vehiculo para abatir alguno que aparezca en ese punto.

Tenemos la teoría de que los atrae el ruido. Por si acaso, y como el resto no me harán caso, permanezco en silencio. Indicándole con gestos a Barret lo que voy ha hacer, mientras Denzel determina si se puede poner en marcha o no el vehiculo, por si prefiere otro curso de acción.

Procuro no elevar demasiado la voz cuando respondo a Barret -el coche funcionara, tiene medio deposito, pero aqui cabríamos 6 como máximo, y somos ocho-

Me agacho y cruzo los cables que he estado pelando, tras un par de carraspeos el motor del coche empieza a funcionar, al menos eso nos da algunas opciones mas