Partida Rol por web

El caos reinaba en la base... un tsunami intangible había arrasado con todo.  Las reacciones más diversas se palpaban en el aire.  Héroes corriendo, héroes gritando, héroes llorando... héroes muriendo.

Todo había sido demasiado caótico, demasiado rápido.  El pulso llegó como una onda que lo atravesaba todo... y Damian, Helena y Anna lo reconocieron con terror.  Alguien había abierto de nuevo la Caja de Pandora.  Fue solo una milésima de segundo, pero esa milésima alcanzó para diezmar las filas de metahumanos.

El caos entre las personas, no concordaba con el orden material.  El edificio estaba intacto, pero el ambiente era áspero y brutal.  Cuerpos aquí y allá, Oracle evaluando la situación en la pantalla de la sala de reuniones y Olivia intentando hacer reaccionar a los que quedaban presentes.  Algunos se debatían entre la vida y la muerte y otros se aferraban a una última mirada de desesperación para arañar la cornisa de la que, inevitablemente, caerían.

Otra onda lo atravesó todo y algunos sintieron como les volvía el alma al cuerpo pero, para la mayoría, ya era demasiado tarde.  

Olivia, que había sido la que menos sufrió los efectos de lo que sucedía, los reunió a los cinco en la sala.  Incluso a Helena y a Hunter.  Su cara estaba surcada por maquillaje negro corrido por el llanto.

Chicos, creo que no necesito decirles que se ha ido todo a la mierda.  Comenzó, directa como siempre.  No hay tiempo para llorar.  Tenemos que reorganizarnos y nuestras filas recibieron un misil en su línea de flotación.  Arthur está en la enfermería y no estoy segura de que vaya a lograrlo.  Lian, Robert, Mary y los Kent están muertos o lo estarán en los próximos segundos.  Esto ya no es una misión por el planeta, esto es personal.

La chica golpeó la mesa tan fuerte, que la partió donde su puño hizo contacto.

AHhhhhh...  Gritó, soltando una frustración que no podía ser evacuada con violencia.  Bien, Arthur era más diplomático... Yo no voy a serlo.  Es estúpido que haya sido un atlante, no voy a mantener la duda y a bifurcar nuestros esfuerzos.  Sarah lo está comprobando mientras hablamos, pero es posible que lo que sucedió haya exterminado a todo habitante de Atlantis que estuviese estado bajo el agua.  La única explicación lógica es que la infiltrada sea una amazona.  Es lo único que tendría sentido.

Sarah se acercó a la puerta con los ojos llenos de lágrimas, luego miró a Olivia, asintió y se largó.

Bien... irán a Themyscera.  Encuentren a la infiltrada y tráiganmela.  Yo debo ir a la maldita ONU a dar explicaciones y señales.  Necesito que salgan de aquí antes de que alguien me llame para decirme que no puedo iniciar un conflicto internacional con la isla de las amazonas.

Cuando terminó de hablar, se acercó a Anna, tomó su rostro entre las dos manos y se fundió con ella en un beso.

No mueras, o voy a ir a buscarte a la tumba, resucitarte y volver a asesinarte.  Le dedicó una sonrisa triste y se alejó un poco, esperando los comentarios de los demás.

Mientras Olivia hablaba, Anna permanecía con la vista clavada en el piso y expresión ausente. No otra vez, no podían estar teniendo que pasar por aquello una vez más. Otra vez la muerte de sus familiares y amigos. Para colmo, Olivia casi había muerto en esta oleada. Apretó los puños con furia. No iba a permitir que esto se repitiera, aunque fuera lo último que hiciese en su vida. Recién salió de su ensimismamiento cuando Olivia golpeó la mesa.

Quiso acercarse a ella, pero no quería interrumpir su momento. Olivia se estaba haciendo cargo de la situación, a pesar de que estaba muy golpeada y había sido afectada por la onda de la caja. Les dijo que continuarían con la misión a Themiscyra, mientras ella hablaba en la ONU.

Cuando Olivia la besó, Anna le devolvió el beso con más pasión que nunca y la estrechó con fuerza entre sus brazos.

Cuando se separaron le acarició la mejilla y la miró esbozando una tierna sonrisa.

“Te amo y estoy orgullosa de ti.”  

Luego se puso seria.

“Voy a coger a esos hijos de p… y les haré pagar lo que han hecho. Te lo juro.”

Al retirarse Olivia, se volvió a mirar a Oracle.

“Sarah, en nuestro universo usamos tecnología holográfica para ocultar nuestras identidades cuando nos infiltramos en Spyral. ¿Tenemos algo parecido aquí? Si vamos ahora a Themiscyra con nuestras identidades, quienes tengan la caja, se pondrán alerta y quizás la muevan a otra locación.”

Damian estaba sentado en una silla, con los codos clavados en las rodillas y la barbilla apoyada sobre las manos, llevaba rato en estado de shock, intentando asimilar la situación, intentando asimilar otra vez las perdidas, como si aquello fuera una maldición que lo persiguiera, o más bien los persiguiera a él y sus hermanas.

Olivia hablaba, se había puesto al mando, al parecer Curry era otra de las víctimas, aunque con suerte podría levantarse y seguir luchando. No como Kent, a penas había podido hablar con él y lo había vuelto a perder... Y no como Mary... no se podía creer que la hubiera perdido otra vez. Aunque no fuese su Mary... Había pasado de pensar que igual podía recuperar a su Mary, a perderla por completo... Siempre fallaba, hiciera lo que hiciese parecía destinado a ello.

Themyscera... habían descartado por completo Atlantis y ahora se las verían con un montón de mujeres fornidas enfadadas. La linea de pensamiento era lógica, aunque él no la compartía, el traidor podía seguir siendo de cualquier parte, si, muchos atlantes habían muerto, pero podían haberle engañado, o incluso podía no importarle una mierda el destino de sus compatriotas. Fuera como fuese estaban mermados en número, y no podían estar en todos sitios, y mejor sería examinar primero un lugar que no estuviese bajo el mar.

-¿Porqué lo han usado?- Preguntó a nadie en concreto sin dejar de mirar el suelo.- ¿Porqué ahora? ¿era solo una prueba? ¿qué demonios pretenden hacer con esa máquina?

Y quedaba otra duda, ¿había otro Wayne usandola? ¿o en aquel mundo daba igual quien la utilizase?
Lo del camuflaje era inteligente por parte de Anna, solía serlo, pero en aquel momento a Damian le importaba poco o nada. Iba a encontrar a la traidora aunque tuviese que patear el culo de la mismísima Wonder Woman, la diplomacia hacía tiempo que se había ido a tomar por culo.

De pronto todo a mi alrededor es un caos. Veo, uno a uno a mis amigos morir... No me importa qué tan bien o mal nos llevábamos esto no es justo, para nadie. Sostengo a Robert entre mis brazos y lo veo exhalar sus últimos suspiros sin comprender qué ocurre; allá cerca de él yace Mary, Kara, John... No, por qué...

Alguien ha accionado el dispositivo otra vez, me pregunto para mis adentros si esto fue lo que vieron los demás en nuestra antigua realidad cuando fuimos trasladados a esta dimensión, si este espectáculo dantesco de destrucción y muerte sin sentido se ha replicado también otras veces. Entonces lo veo claro... Hay que destruir ese objeto. Ya no me importa por qué mi padre lo hubo creado, no me importa averiguar sus usos posibles, esto no puede repetirse.

Mi mandíbula se aprieta bajo la presión de mis dientes que rechinan cuando Olivia dice que esto es personal, ¡Ya lo creo! Han matado a casi todos los que quiero... Miro a mis hermanos en un gesto egoísta para constatar que están bien, no puedo dejar que nada les pase, son lo único que me queda... Inmediatamente dirijo mi mirada a Connor y a Hunter y me siento una mierda; ellos lo tienen peor que yo. -Cuenta conmigo -digo sin rodeos. Ya a esta altura mis diferencias de opinión con Tempest son inútiles.

Escucho que Anna habla sobre los dispositivos que usamos para investigar anteriormente, pero la verdad es que solo puedo pensar en una cosa... -Antes de partir quiero ver a Arthur -digo casi sin pensarlo -Una vez que tengamos el plan sobre ruedas -justifico. Expreso mi opinión al respecto luego -Para mí el plan de infiltración no debe ser prolongado en el tiempo, si es que nos infiltramos, a esta altura preferiría ir a ganar o matar a ese nido de víboras y para eso no necesito otra cara.

Una gran ola de desesperación devora todo a su paso, un azul que arrasa sin compasión alguna a todo incauto que se cruza en su camino. El caos invade el lugar, la muerte tiene mucho trabajo, pero en cambio Hunter se deja dominar por la frustración, la ira, el dolor, su cuerpo es capaz de resistir cualquier cosa, un puñetazo, una bala incluso, pero no ante la pérdida masiva que aún tiene que asumir, y su mente se niega hacerlo.

Sus ojos incrédulos observan el resultado de ese desastre, los cuerpos yacen sin vida cuyos rostros conoce, algunos de ellos demasiado bien…John, Kara, Mary…Robert. El labio inferior le tiembla, es incapaz de articular palabra alguna, el dolor es demasiado, como si atraviesan su pecho de cuajo, arrancan su corazón aun latiendo, y lo estrujan hasta convertirlo en papilla, mientras él solamente puede observar.

Pero aún hay más, claro que hay más. En el ojo del huracán se encuentra la tierra de la mujer que comparte sangre, y a la que él fue a entrenar desafiando las leyes ancestrales. Que sean las amazonas las acusadas, es como otro mazazo, siente que le arrebatan todo lo que tiene, y todos sus ideales.

Olivia habla, ella acaba de perder a uno de sus hermanos, y está dispuesta a luchar, los descendientes del linaje Wayne también. No obstante, al chico le llegan las palabras de forma lejana, como si su mente estuviese lejos. Realmente lo está, recordando tiempos felices y despreocupados donde jugaban con John y Kara, no comparte sangre con ellos, pero no por ello dejan de ser su familia. Los lazos no requieren de otra cosa que no sea afecto. Pero los habían roto, destrozado.

Como un relámpago, descarga toda su rabia, que intenta contener, en dirección a una pared que sufre las consecuencias de que la sangre de WonderWoman recorra cada una de sus venas. Necesita de unos segundos para recuperar la calma, aunque lo consigue a duras penas, el puño contrario se aprieta con fuerza.

 Sí…ha sido una de ellas…no tendré piedad. – Musita sin disimular su odio. No hay lágrimas por su parte, es inútil después de todo, nada que haga, nada que diga conseguirá que los caídos caminen a su lado. - Yo me lo conozco. Os puedo guiar. – Alza su vista al resto, una cargada de determinación. A fin de cuentas, en su adolescencia había entrenado en su lugar.

Y es una suerte de que no vaya a solo, desde el principio sabría que ese día, donde tendría que afrontar la pérdida, llegaría tarde o temprano, aunque por desgracia, mucho más pronto de lo que esperaba, siempre lo es, y menos de esta forma.

Sarah, que estaba yéndose, miró a Anna ante su pregunta y asintió.

Claro.  Puedo conseguir algo así.  Incluso esa tecnología podría disfrazar a los chicos como mujeres.  No estoy en el análisis táctico pero, si lo necesitan, denlo por hecho.

Luego Damian dejó la pregunta colgando en el aire.  Por qué?  Arthur les había hablado sobre la Caja de Pandora y el "Para qué?", pero la otra pregunta seguía aún sin respuesta.

Olivia asintió a la solicitud de Helena.

No hay problema, puedes verlo.  Y, en cuanto al plan, no les pediré sutileza.  Si quieren entrar a la fuerza pueden hacerlo, simplemente tengan cuidado.  Entrarán a un lugar lleno de mujeres poderosas y altamente entrenadas.

Señaló a Hunter cuando dijo que él conocía el terreno.

Creo que es buena idea que usen las herramientas que tenemos a disposición.  Y, en este caso, Hunter es su mejor carta.

La chica le hizo una seña a Helena indicando que tenía libertad para ver a Arthur, antes de dejar una última frase.  Encuentren a la maldita.

Demian se preguntó por qué, quienes tuvieran el artefacto, habían decidido activarlo en ese momento.

“Probablemente querían usarlo antes de que los encontráramos.” Reflexionó Anna. “Si golpeas rápido y primero golpeas dos veces.”

Helena quería caerles con todo a los que usaron el aparato.

Anna esbozó una leve sonrisa, cargada de tristeza.

“Ese es el espíritu.”

Le puso una mano en el hombro.

 “Nada me gustaría más que caerles a patadas en el culo a quienes hicieron esto, pero hay que ser realistas. Sólo quedamos los menos poderosos y no estamos en condiciones de asaltar una isla repleta de amazonas. Además de que no sabemos exactamente quienes están detrás de esto. No podemos combatir a todo Temiscyra, sólo por si acaso. Tampoco me cabe en la cabeza que todas las amazonas estén metidas en esto. Tenemos que averiguar quiénes tienen el artefacto exactamente.”

Sarah respondió afirmativamente a su pregunta sobre los disfraces holográficos. Aunque la mayoría estaban tan enfurecidos que parecían querer atacar sin miramientos.

“Bien. Sea como sea. Tanto si nos decidimos por la aproximación más directa, como por la más discreta, tener esos artefactos para ocultar nuestra identidad no nos vendrían nada mal, llegado el caso.”

Se volvió hacia Helena.

“Si consigues hablar con Arthur, te pido que le preguntes todo lo que sepa sobre las circunstancias en que se robaron el artefacto. Quizás eso nos de una pista sobre quienes pudieron haberlo tomado.”

Apenas había conocido a Robert, uno de los integrantes del clan Queen, teniendo la oportunidad de poder entrenar con él para pulir sus habilidades en el combate a distancia. Siendo momentos de parranda que lo llevaron a afianzar más esa relación tan fraterna y reciente que ahora se desvanece ante sus ojos al ser consciente que cada segundo transcurrido su hermano esta marchando al otro lado. 

Connor tenía su sombrero de color negro a la altura del corazón sostenido por su mano derecha, llevando un abrigo largo además de sus ropas tácticas caracterizado por dos pistolas, dos dagas.  Con magullones en el cuerpo como señal de haber sobrevivido a parte del impacto gracias a sus habilidades de teletransportación y las palabras de Olivia que explican el contexto parecen lejanas al mezclarse con los recuerdos vividos de lo que pudo seguir siendo, completamente solo con la intención de asimilar la partida de su "hermano mayor" y sin entender como puede ser de caprichosa la vida misma de llevarlo a tener un momento de felicidad que poco a poco se desvanece.

No es mi guerra...no debía serlo...no aun

Es todo lo que puede pensar mientras va asimilando que en un parpadeo él dejará de estar a su lado, consciente del plan que están estableciendo todos en este momento hasta detenerse en las palabras de Helena. La infiltración es algo que podría manejar bien a su juicio pero cuentan con muy poco tiempo.

-El camuflaje que mencionan nos dará poco tiempo...deberemos estar demasiado sincronizados y claros del lugar donde nos moveremos. Y sinceramente parece una puta locura sin retorno-.

Comenta con tono pesamista el halcón negro, comenzando a colocarse el sombrero y con una expresión más bien seria cargada de pesar en su corazón.

-Por esa misma razón cuentan conmigo para esto-.

Dice con expresión seria ausente de toda sonrisa característica en su rostro, posando sus ojos en Helena.

-Me gustaría acompañar a Helena, también tengo algunas dudas sobre los próximos pasos a seguir. Y si hemos de encontrar el fin que no nos pillen con los pantalones abajo-.

Termina por solicitar, acercándose nuevamente a ellos con las manos en los bolsillos de la larga gabardina, comenzando a barajar todas las posibilidades y riesgos que han de presentarse para aquella misión.

Todos estaban destrozados, de aquello no cabía duda, pero a Damian le costaba mucho pensar en alguien que no fuese él mismo en aquel momento, las conversaciones entraban y salían de sus oídos como si estuviese medio dormido, sin acabar de enterarse de lo que sucedía a su alrededor... Pero debía ser profesional, ya había pasado por eso, ya sabía lo que era, a lo que se enfrentaban, debía salvar el mundo, debía encontrar aquella máquina, y a poder ser debía encontrarla antes que nadie.
Sugieren usar identidades falsas, pero no, él pasa de aquello, pero también de discutir sobre planes, o sobre para que quieren ver a Curry, su expresión es seria, poco a poco se centra en lo único que importa, la misión.

-El chico maravilla es nuestra mejor baza, eso esta claro.- Dijo uniéndose por fin a la conversación.- Quien quiera ir a hablar con Curry que lo haga, pero rápido, no quiero perder más tiempo.

Lo más probable era que si habían usado aquel cacharro, no lo usarían en un tiempo, pero tampoco había esperado que lo usaran tan pronto, así que la verdad era que no sabía una mierda, solo que tenían que seguir la pista de las amazonas, y que no pensaba ser sutil al investigar sobre aquello.

-El resto a prepararnos.- Dijo Damian.- Lo cual me recuerda. ¿Como vamos a viajar hasta allí?

Mientras no pensara en otra cosa que no fuese la misión estaría bien, no era lo que le había enseñado Richard, no era lo que había esperado de él, era más bien lo que había aprendido de pequeño, lo que le había enseñado Batman, lo que le había enseñado madre, pero en aquel momento era la única vía disponible, así que era la que pensaba usar.

-Me gustaría acompañar a Helena, también tengo algunas dudas sobre los próximos pasos a seguir. Y si hemos de encontrar el fin que no nos pillen con los pantalones abajo-.

Eso no me lo esperaba. Miro a Connor de reojo y asiento, en realidad la conversación era de carácter personal pero... en fin. -Nada de ir de encubiertos, vayamos a partirles la cara, aprovechemos el factor sorpresa mientras dure, no se esperan que devolvamos el golpe tan rápido -sostengo con convicción.

-Hunter, establezcamos en un mapa de Themyscera los puntos relevantes en donde podríamos encontrar a quien buscamos o al objeto -propongo -Y a partir de allí barramos con lo que podamos. Quizás podríamos usar el dispositivo de encubrimiento, pero solo para entrar, luego podríamos movernos por canales no convencionales... ¿Hay algún sistema que recorra el lugar? ¿Alcantarillado, cuevas? Lo que sea que recuerdes servirá para movernos y ser invisibles.

Tenía bastantes dudas respecto a los eventos ocurridos y precisaba de consultarlas a Arthur, asintiendo a la afirmación de Helena en su aceptación de acompañarlo en ir a visitarlo. Escuchando ahora todas las propuestas asociadas a guerrilla táctica para infiltrarse y barrer con toda la ciudad.

Su expresión se torna seria al sentir que la parte más visceral esta dominando las estrategias del salón, cosa que lo lleva a sentirse bastante encontrado mientras se consulta respecto a los canales subterráneos como cloacas.

Esto es demasiado ingenuo...de ser el ataque por parte de las amazonas nos estarán esperando.

Nunca ha tratado con amazonas, su experiencia se reduce a criminales convencionales y algunos metahumanos,  no conoce en absoluto del territorio como de la cultura a la que van a enfrentar. Cruzándose de brazos como gesto de preocupación.

-Son demasiados cabos sueltos, desde el viaje, la planificación estilo guerrilla en ese lugar siendo que en realidad la misión es espionaje porque no sabemos quien demonios está tras todo esto realmente y estamos conjeturando demasiado rápido pasando por alto que nos estará esperando quien ha tramado esto-.

Su observación es más bien pesimista y sabe que realizando planes de café no llegarán a un lado.

-Iré a aclararme con Arthur-.

Dando media vuelta y comenzando a encaminarse donde se encuentra este para realizar todas las consultas correspondientes.

Olivia asintió mientras hablaba Anna.  No quería mostrar favoritismos, pero su novia comenzaba a pensar con la cabeza un poco más fría, al menos desde el punto de vista táctico.  Y eso la tranquilizaba un poco.

Es cierto.  Afirmó a las palabras de Connor.  Creo que Arthur fue un poco vehemente de más con lo que dijo, pero algo de razón le asiste.  Necesitan estar mucho más coordinados que en el hangar y la bodega.

Luego rió y revoleó los ojos cuando Connor pidió para acompañar a Helena.  La chica pareció totalmente desconcertada, pero lo manejó con entereza.

Olivia se volvió a Demian.

Viajarán en CQ Airlines.  O como sea que se llamen las compañías de teletransportación. 

Luego, nuevamente, se dirigió a Helena y miró a Hunter.

Es cierto, necesitarán todo lo que Hunter tenga sobre cómo moverse allí.

Hermanito... No.  Dije aún manteniendo la sonrisa y una mirada piadosa, casi de ternura, en el rostro.  Creo que debes darles unos minutos.  Yo puedo contestar tus dudas.

La enfermería estaba repleta, cada camilla tenía su propia habitación, aunque había varias improvisadas para esta ocasión.  La desesperanza podía cortarse con un dedo en el aire.

La escena era bastante tétrica, aunque ayudaba que las habitaciones fuesen a prueba de sonido.  Al verte entrar, algunas enfermeras usaron sus paneles de muñeca para opacar los vidrios y así evitarte la incomodidad.  Arthur estaba en la última habitación a fondo.

Al llegar lo viste como nunca imaginaste.  Vulnerable, conectado con electrodos a una máquina y con suero.  Tenía los ojos cerrados y parecía volar de fiebre.

Las enfermeras te dieron paso, luego cerraron la puerta y les dieron privacidad.

Una suerte que algunos de los presentes sean capaces de pensar, porque al joven de pelo rubio, le arde la sangre allá por donde pasa. Es consciente de que ni el odio ni la ira son buenas consejeras, mas no puede evitarlo. Siempre ha sido y es más emocional que racional. Y las ansías por ir al lugar y partir caras hasta hallar con la correcta es bastante tentadora, pero no le queda otra que confiar en el resto, tampoco es que tenga más opciones, lo había perdido en el ataque. Un golpe directo al corazón, una herida que tardará en cerrarse, y mientras seguirá goteando.

Necesita de varios segundos mientras los demás hablan y hacen lo que para él es imposible en este momento: mantener la sangre fría y elaborar un plan. Respira lentamente, aprieta sus puños y termina por vaciar sus pulmones. Consciente de que la misión no es nada sencillo, y mucho menos fácil, pero posee la determinación para llegar hasta el final, es personal. Muy personal.

Y su mente se pone a trabajar, recordar el lugar donde entrenó. – Liarse a golpes está descartado. La infiltración tampoco será muy sencilla – Sentencia de forma abrupta. – Por algún punto hay que empezar. – Dice para sí en un mero intento de ordenar las ideas. – Necesito un jodi…un mapa, sí, un puto mapa. – Poco le importa que sea en papel como antiguamente o empleando la modernidad de alguna terminal, para explicarse amabas opciones le dan lo mismo.

Empieza a dibujar el contorno de la isla mencionada conforme va haciendo memoria, todo sin dejar de hablar como si quisiera escupir toda la información. - Que yo recuerde no hay alcantarillado, tampoco cuevas. Así que descartado. Los bosques son densos, y arriesgados, nos puede ayudar en un acercamiento sigiloso, pero también nos podemos convertir en presa fácil con una emboscada. No jugamos en casa. - Necesita una breve pausa mientras continua detallando.

En el centro está la ciudad, en una meseta. – Dice señalando dicho punto. También están los ríos que bajan desde allí hasta morir al mar. Hay caminos radiales desde el centro hacia distintos puntos de la costa y, luego, dos anillos perimetrales con puentes sobre los ríos. Esto lo va explicando sobre la marcha mientras lo plasma con mayor o menor acierto. – Será prácticamente imposible acercarnos allí sin ser vistos, el terreno no ayuda, además, hay miles de guerreras. – Suspira medio frustrado. Nada fácil, nada fácil, aun así no desistirá.

Necesita pensar lo siguiente que va a decir. - Lo mejor será intentar colarnos en el bosque…en la parte noroeste…- Marca la zona con un círculo y después unos golpecitos con los dedos. - ...tal vez podamos encontrar ayuda para movernos mejor por el terreno. A fin de cuentas yo no he estado siempre. – “O eso espero”. Se queda en silencio de nuevo, esperando más preguntas, o tal vez para recordar algo más que fuese de ayuda. La van a necesitar, y no poca precisamente.

Le viene en mente un nombre, un rostro, y recuerdos, muchos recuerdos, muchos buenos, y unos pocos no tanto. Se pregunta que habrá sido de él, cómo se encuentra, ¿acaso se sentirá solo? Muchos no son capaz de entenderlo, pero ser hijo de una amazona dista mucho de ser fácil. Desde su nacimiento, el joven Hunter lleva sobre sus hombros el llevar la sangre de una mujer guerrera, y no cualquiera.

Algo impensable, tenía que haber nacido niña, para convertirse en una mujer. Y solamente una persona conoce como se siente, Rob, ya que en sus hombros carga con la misma presión. Razón que les unió hasta compartir más allá de unas palabras, unos sentimientos, unas caricias.

Lo que desea ahora el rubio es que él se encuentre bien, a salvo. Su situación es delicada, demasiado. Sabe que no le harán nada las amazonas, pero no por ello evita la preocupación. Sí, tal vez verse de nuevo sea lo mejor, al margen de necesitar ayuda ansía saber de él.

Anna levantó ambas manos, pidiendo calma.

“Helena, necesitas calmarte un poco. Quizás yo pueda con una amazona…” pareció pensativa un segundo “…si la pillo dormida y en esa isla hay miles. El caerles a golpes está descartado, a menos que queramos suicidarnos.”

Asintió a la descripción de Hunter, sobre sus posibilidades de infiltración.

“Si conseguimos teleportarnos hasta ese bosque podemos tener una posibilidad de pasar desapercibidos.”

Se volvió a Sarah.

“Oracle, ¿hay algo más que sepas sobre el artefacto que pueda servirnos? ¿Emite alguna especie de señal, radiación, sonido, lo que sea que nos pueda ayudar a detectarlo?”

Miró a Hunter.

“Tú conoces gente en la isla. Debe haber alguien en quien podamos confiar. Alguien que no nos delate y nos preste un lugar donde escondernos y organizarnos. Piensa… Tiene que haber alguien.”

La animosidad de mi hermano me saca, a pesar de todo, una sonrisa feroz que comparto con él en complicidad, cuando los Wayne quieren guerra es difícil disuadirlos. Mientras Anna me pide calma y miro de reojo a Hunter cotejando si se repondrá o no de este golpe tan directo a su vida las palabras de Connor quedan en mi mente flotando, dando vueltas. Nos estarán esperando. Es una puta trampa, es cierto: la sangre caliente casi no me deja ver lo obvio de la situación.

Y para que Anna me esté pidiendo que me calme... Debo estar fuera de mí. Asiento en silencio y levanto las manos en son de paz para indicar que mantendré la compostura. Miro al mapa y sigo las explicaciones del hijo de Diana con atención, -Concuerdo con el plan del bosque -luego dirijo mi mirada hacia el rubio esperando que conteste a Anna.

Me doy cuenta de que me cuesta prestar atención y es porque quiero ver a Arthur para despedirme... Para hablar con él. -Ya vengo, discúlpenme -me excuso mientras me voy, aunque sé que les caerá fatal no puedo arriesgarme a no hablar con él.

Qué me movía a estar allí junto a él en aquel momento, no lo podía precisar. Pero no era solo empatía, no era solo que me daba compasión que estuviera solo en este momento aciago: era todo lo que significábamos el uno para el otro pero que por un capricho del destino se había truncado. Éramos dos flores marchitas segadas por la misma guadaña, una en primavera, otra en verano. Él no se merecía esto.

Tomé un paño y le sequé el sudor de la frente y del rostro con delicadeza -Arthur -lo llamé suavemente para ver si me escuchaba -Quiero agradecerte por ser el único que me trató con cariño y creyó en mí, gracias por hablarme con la verdad, por confiar en mí -musité -No te defraudaré, hallaré al culpable de todo esto...

Luego ahogué mis lágrimas con una risa sofocada -No te puedo prometer que si regreso y sobrevives repoblaremos Atlantis pero le daré una oportunidad a lo nuestro -deslicé.