Partida Rol por web

Susurros

Día 3. Un problemilla

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12/04/2020, 20:13
Anke Ulbricht

-Hay un hostal en la carretera. - Respondió Anke, tras meditarlo un poco y después miró a su marido para confirmarlo, quien asintió con la cabeza. - No tendríamos inconveniente en acercaros hasta allí si no tenéis coche, pero queda bastante a desmano para que los niños vayan a la escuela.

Además de eso, la economía familiar no era muy holgada como para derrochar el poco dinero que les quedaba en dormir fuera de casa cuando tenían unas buenas habitaciones allí mismo. Pero eso Anke no tenía porque saberlo. Del mismo modo que Hilda y Edward debían empezar ya la escuela, Eber tendría que buscar un trabajo en el pueblo para poder ganarse la vida.

-También podemos daros el teléfono de un buen fontanero. Os revisará toda la instalación y encontrará el problema. Es el mejor de la zona, os lo aseguro.

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13/04/2020, 13:53
Eberhard Weigel

Eber quería comenzar a romper cosas pero se contuvo porque había invitados. Su mujer hizo un planteamiento coherente que no le hizo la más mínima gracia pero se reprimió. Sin luz y con la casa inundada tal vez lo mejor era ir a un motel. 

- Llamaremos al fontanero ahora mismo, gracias Anke - le dijo con cierta sinceridad esperando que le extendiera el número de teléfono. Luego miró a su mujer, él también quería ir a dormir a un motel pero no tenían dinero suficiente y ponerse a pedir a los vecinos... era algo que el orgullo de Eber no podría permitir.- Los niños necesitan ir al colegio descansados, si vamos a un motel será complicado - explicó ocultando el verdadero motivo. 

- Si, hija, había revisado la instalación pero no sé qué coj.. diantres ha pasado - dijo frustrado - Iré a mirar de nuevo. Sin luz no podemos estar. Ed, acompáñame, necesitaré que sujetes la linterna mientras trato de arreglarlo. Cariño, por favor - dijo mirando a su mujer - ocúpate tú de lo del fontanero.

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14/04/2020, 02:29
Arabella Weigel

Supongo que tienes razón, Eber. Trataremos de adecentar las habitaciones para que puedan dormir con comodidad —respondió Arabella, anteponiendo el bienestar de sus hijos y tratando de ignorar lo agotada que se sentía.

Se giró a los Anke. Normalmente se habría sentido abochornada por todos los incidentes que se estaban encadenando, pero dado que acababan de mudarse, lo achacó a que la casa todavía necesitaba reformas. Reformas urgentes.

Muchísimas gracias por vuestra ayuda. Lamento que la tarde se haya visto torcida por todos estos accidentes domésticos. Espero que puedan arreglarlo lo antes posible o tendremos que mudarnos otra vez —bromeó.

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15/04/2020, 14:25
Edward Weigel

Dejo que los adultos se encargasen de los adultos. Se despidió de los vecinos agradeciendo su ayuda y cuando su padre reclamó su asistencia asintió rápidamente.

Claro papa - Dijo marchando tras el.

No quiso preguntar, pero al final no le había quedado  muy claro si se iban a un motel o se quedaban.

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15/04/2020, 22:02
Anke Ulbricht

-No te preocupes, Arabella. -Le dijo con gesto de comprensión. Anke sabía que las mudanzas no eran fáciles, y menos si ocurrían incidentes caseros como aquellos. -No tienes de qué disculparte, y si necesitáis ayuda con lo que sea sólo tenéis que avisarnos.

Anke y su marido se despidieron de la familia Weigel para dejarles intimidad y permitir que pudieran encargarse de los arreglos de la casa. No querían molestar con su presencia en aquellos momentos tan frustrantes, aunque su ofrecimiento de ayuda era sincero.

Entre tanto, Eber y su hijo acudieron nuevamente a revisar los plomos de la casa, y como ocurrió en el día anterior, estos estaban intactos. Eber desarmó el sistema y lo volvió a armar y la luz regresó al hogar. En esta ocasión, al menos, le fue más sencillo lograr que la luz volviera, aunque sin duda era una faena que volviera a ocurrir, especialmente después de que los grifos se hubieran vuelto locos.

Cuando llamaron al fontanero que les habían recomendado los Ulbricht, este les indicó que no tendría problema alguno en pasarse por allí a primera hora de la mañana del día siguiente. Ya que llamaban por recomendación de la pareja de vecinos, les haría el favor de atenderles urgentemente. Cuando le contaron el problema no les pudo dar una explicación concreta por teléfono, aunque dijo que podía deberse a la presión de las tuberías. De todos modos, cuando revisara el sistema les diría con exactitud a qué se debía el problema.

Notas de juego

Os dejo un turno antes de cerrar el día.

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18/04/2020, 18:24
Eberhard Weigel

Eber se despidió de  Anke y su marido con cordialidad. Estaba ligeramente avergonzado de que todo eso hubiera pasado mientras tenían visita.

- No entiendo nada. - dijo Eber como conclusión del día entero.- Nada de nada.- suspiró

No quería pensar en el hecho de que se habían comprado una casa y esta estaba fallando por todos los lados. Parecía que alguien les tenía en muy mala estima. Respiró varias veces intentando calmarse. 

- Vayamos a dormir, que pase el día rápido. Mañana vendrá el fontanero y trataremos de que acaben de una vez los problemas en esta casa. A ver si conseguimos la normalidad. De una vez.

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19/04/2020, 14:16
Arabella Weigel

Sí, creo que será lo mejor.

Arabella se encontraba genuinamente agotada. Ni siquiera le preocupaba la impresión que hubiese podido causar en los vecinos, solo le interesaba que Edward y Hilda pudiesen descansar cómodamente. ¿Qué clase de madre era si no podía proporcionarle un lugar seguro a sus pequeños.

Muy bien, mañana será otro día. Intentaremos arreglar todo esto como podamos. Lamento muchísimo que tengáis que pasar por todo esto, de verdad. Pero saldremos adelante, ya lo veréis.

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20/04/2020, 21:03
Director

Los Weigel se fueron a la cama completamente exhaustos. Lo que a priori parecía que iba a ser una tarde tranquila, se había complicado de una manera que ni imaginaban. Al cansancio que sentían por todo el cuerpo tras haber estado achicando el agua que surgía descontroladamente de los grifos inundando toda la casa, se sumaba el cansancio mental por no comprender que diablos iba mal en aquel edificio. La luz se había vuelto a ir una vez más, y Eber era incapaz de encontrar cuál podía ser el fallo de todo aquello.

Para colmo de males, todo había ocurrido de sopetón en el peor momento posible, cuando tenían la visita de sus vecinos. La preocupación de que el hogar no fuera seguro para sus hijos hizo que tanto Eber como Arabella tardaran en conciliar el sueño. Las dudas se arremolinaban en sus cabezas, y la situación familiar impedía que pudieran abandonar la casa para buscar otro lugar.