Partida Rol por web

Susurros

Día 3. Un problemilla

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20/01/2020, 19:20
Director

La segunda mañana en el nuevo hogar amaneció igual de soleada que la anterior. Debían de reconocer que el tiempo en aquella zona rural era sin duda mucho mejor que en Berlín. Arabella fue la primera en despertarse y bajó a preparar el desayuno para todos. A pesar de que el día anterior habían adelantado mucha faena todavía tenían un largo día por delante: Eber tenía que encargarse de algunas tareas que había dejado a mitad el día anterior y además quería comprobar que los plomos de la casa y el tendido eléctrico estuvieran bien después del apagón de la pasada noche. Arabella, por su parte, debía encargarse de ir con Edward y Hilda a la escuela del pueblo para inscribir a sus hijos cuanto antes, aquella mudanza ya les había quitado un par de días de clase y como madre preocupada que era no pretendía que aquello se alargase mucho más.

El olor del café recién hecho y de las tostadas preparadas con el pan sobrante del día anterior no tardó en llamar al estómago de quienes aún dormían en las habitaciones de arriba. Ahora que Eber había saneado el jardín al completo, la vista de las ventanas que daban a la parte posterior de la casa era muy hermosa. Las que daban al lateral seguían cruzándose con la casa del vecino mirón, que aquella mañana había amanecido con todas las persianas bajadas. Como si a él le preocupara su privacidad después de lo ocurrido el día anterior.

Notas de juego

Nivel de amenaza: 2.

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24/01/2020, 01:16
Arabella Weigel

¡Hilda, Edward! ¡El desayuno ya está sobre la mesa! —llamó Arabella.

Cuando Eberhard apareció por la cocina, lo saludó con un beso-

No sé qué le dijiste, pero parece que el ya no va a molestarnos. No negaré que me tiene intrigada, pero creo que es mejor así.

Arabella suspiró aliviada y y removió su taza de café mientras le pasaba la mermelada a su marido.

Y perdona por lo de anoche. Que juro que sonaba tan vívido… aunque supongo que no sería más que una pesadilla —añadió, no demasiado convencida.

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27/01/2020, 22:20
Edward Weigel

-¿Que paso ayer? - Preguntó Ed acercándose a la mesa con cara somnolienta todavía - Me fui a la cama después del apagón y he dormido del tirón ¿El vecino volvió a dar problemas ? - Dijo mientras se acercaba a dar un beso de buenos días a su madre.

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31/01/2020, 00:26
Eberhard Weigel

Una vez se levantaron y fueron a desayunar Eber se dio cuenta de que no había dormido del todo bien. El comienzo de la noche había sido magnífica pero luego se había desvelado periódicamente. Esperaba que fuera cosa de una noche. Cuando su mujer le habla sobre el vecino sonríe. 

- No volverá a molestarnos, eso es lo importante.

Eber coge la mermelada y comienza a extenderla por la tostada. 

- No te preocupes, cariño .- le dice y comienza a hacer mentalmente la lista de las tareas pendientes .- Nos costará acostumbrarnos a los ruidos de esta casa... pero ya verás como todo mejora. Por cierto, luego iré a revisar los plomos y el tendido eléctrico. Espero que no sea nada más.

Mira a su hijo.

- El vecino no ha dado problemas. Ni los va a dar más. Pero tú como no desayunes rápido igual si tienes problemas. - le dijo en su tono habitual. Luego le dio una palmada en la espalda.- Y tu hermana? Se le han pegado las sábanas?

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31/01/2020, 09:07
Edward Weigel

Ed abandonó si sonrisa ante las palabras ásperas de su padre sin venir a cuento para acabar centrándose en su hermana como siempre.

Claro- se limitó a decir respecto de lo del desayuno. 

Notas de juego

A desayunar

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01/02/2020, 01:37
Arabella Weigel

Arabella le puso una mano en el hombro a su hijo y le guiñó un ojo, tratando de quitarle importancia al gesto que acababa de tener Eberhard con él.

Simplemente sigue un poco nervioso por lo del vecino, no se lo tengas en cuenta —le susurró.

Antes de volver a su café, levantó una ceja y echó un vistazo a la cocina. Era cierto que Hilda no estaba.

Qué raro. Hilda siempre es muy madrugadora. ¿Sabes si le ha pasado algo, Edward?

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02/02/2020, 17:52
Edward Weigel

Ed se acababa de sentar y se levanto nuevamente. 

Voy a llamarla -  Dijo encaminando se escaleras arriba sabiendo que aunque no lo hiciera por si mismo acabarían ordenando le que lo hiciera. - Bajamos ahora - Les dijo sin darles tiempo a decir nada más.

Subió escaleras arriba y le costó recordar cual era la habitación de su hermana, pero lo hizo, picó a la puerta.

Hilda... Se hace tarde.

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02/02/2020, 22:22
Hilda Weigel

Efectivamente, Hilda estaba dormida como un tronco cuando su hermano tocó en la puerta y pasó a ver cuál era el motivo de que tardara tanto en bajar a desayunar. A pesar de que el sol de la mañana se colaba por su ventana y le golpeaba ya en la cara, la niña lo había solucionado colocando un brazo sobre los ojos para poder seguir durmiendo a pierna suelta. Solo la irrupción de su hermano terminó por despertarla, visiblemente desorientada, sin recordar durante los primeros minutos dónde estaba ni que se habían mudado de piso.

-¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Dónde estoy? ¿Papa ha vuelto a romper las cosas de mamá? ¿Por qué me levantas tan pronto?

Poco a poco, Hilda fue dándose cuenta de dónde se encontraba y de que no era tan temprano como se imaginaba, especialmente cuando sus tripas empezaron a rugir como un león. Así que bajó corriendo las escaleras y le dio un beso a su padre y otro a su madre antes de sentarse a la mesa y volcar un cuenco de cereales en la leche.

-Buenof diaf- Dijo con la boca llena y una sonrisa de oreja a oreja.

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05/02/2020, 16:22
Director

La pequeña Hilda fue la última en bajar a desayunar, pues se le habían pegado las sabanas. La primera noche había sido incómoda, por lo de tener que acostumbrarse a una cama que no era aquella a la que estaba acostumbrada, pero en la segunda noche el cansancio y el sueño pudo más que la incomodidad y pareció haberse hecho demasiado bien al nuevo colchón. Tanto que incluso tuvo que ir su hermano a despertarla. Pasó algo parecido con todos, se fueron acostumbrando a las nuevas camas, y también a la nueva casa. Las noches en el campo eran mucho más silenciosas que en la ciudad. Sin el ruido del tráfico, los vecinos, el bullicio de la gente en la calle... Tanto era así, que costaba acostumbrarse a aquella quietud y tranquilidad, que era tal que incluso podían escuchar los quejidos de la madera, las ramas de los árboles meciéndose por la brisa y todo tipo de sonidos nocturnos a los que no estaban acostumbrados.

Una vez todos hubieron desayunado se organizaron por turnos para ducharse mientras Eber comprobaba el tendido eléctrico de la casa. El día anterior no había visto ningún fallo, lo cual convertía el repentino apagón en un misterio. Pero esperaba con más luz poder desentrañar algo de aquel misterio. Arabella y los chicos no tardaron mucho en estar listos para ir a dar una nueva vuelta por el tranquilo pueblo, esta vez buscando la escuela. Tras ducharse cada uno de ellos en una bañera que, afortunadamente, contaban con agua caliente, se despidieron de Eber y salieron de la casa.

Notas de juego

Eber, tirada de acción par ver si encuentras algo en los cables de la casa.

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09/02/2020, 11:52
Eberhard Weigel

- Portaos bien, niños.- dijo despidiéndose de los chavales que se iban a dar una vuelta.

- Yo voy a ver si desentraño el misterio del apagón.- da una palmada y luego le da un beso a su esposa.

Eber coge la caja de herramientas y se dirige a revisar el cableado, no puede esconder su mosqueo porque nada de eso tiene aparente sentido... espera encontrar respuestas ahora a la luz del día.

- Tiradas (1)
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18/02/2020, 13:20
Hilda Weigel

-Hasta luego, papi. - Dijo Hilda colgándose del cuello de su padre para darle un beso en la mejilla y un fuerte abrazo. 

La pequeña había terminado de desayunar y había regresado a su habitación para ponerse un vestido verde y sus zapatos favoritos. Se había recogido el pelo en una coleta y ya estaba más despejada después de lavarse la cara con agua fresca. 

-¿Dónde vamos, mami?

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18/02/2020, 19:51
Director

Arabella llevó a sus hijos al centro escolar de Vergessen, quería inscribirlos cuanto antes para que perdieran la menor cantidad posible de días de clase. Allí pudieron conocer a la profesora de Hilda, una encantadora y amable muchacha recién llegada de Berlín y también recién titulada. Saludó a Hilda y enseguida se vio que haría buenas migas con ella, le preguntó por sus intereses y qué le gustaría aportar a la clase. En cambio, la profesora de Edward era una mujer de mediana edad con aspecto rudo y severo que no le invitó a aportar nada, sino a aprenderse el temario retrasado cuanto antes. Incluso llegó a soltar un bufido cuando se le dijo que Edward había perdido varios días de clase y que venían desde Berlín, como si despreciara el sistema educativo de la capital. Como no tenían todavía el historial académico de Edward, insistió en que debería pasar un examen para ver si estaba a la altura de su clase, o de lo contrario sería mejor incluirle en el curso inmediatamente inferior. El director del centro, bastante más comprensivo, accedió al examen pero en caso de que lo suspendiera tomarían otro tipo de medidas compensatorias en lugar de hacerle repetir un curso. Fijaron la fecha para dentro de dos días. 

Las gestiones en la escuela les llevaron toda la mañana, y solo les quedó tiempo para pasar por la tienda y comprar algo para la comida antes de regresar a casa. Durante ese tiempo, Eber había estado revisando toda la instalación eléctrica de la casa, de arriba a abajo, comprobando fusibles, cableado, interruptores y diferenciales, midiendo la corriente y la tensión en diferentes puntos de la casa y haciendo diversas pruebas con el horno encendido y otros aparatos que consumieran suficiente energía para ver en qué punto saltaban los plomos. Pero todo parecía estar en orden. La instalación era reciente, de la reforma de la casa, y estaba en muy buen estado. Eber buscó algún cable o conexión que pudiera haber provocado algún cortocircuito, aunque le extrañaba porque no había saltado ningún fusible, y tampoco lo encontró. Todo estaba perfectamente. 

Cuando Arabella y los chicos regresaron a la casa, Eber acababa de terminar de revisar la instalación. Descansó un rato viendo la tele con los muchachos mientras le ponían al día de lo ocurrido en la escuela y Arabella preparaba la comida. El plan para la tarde de aquel día era recibir a los vecinos para tomar un café, a los que Eber había invitado el día anterior. Pero antes tendrían que comer aquello que Arabella estaba preparando y que llenaba la casa de un olor magnífico y aún tendrían un rato para descansar y reposar la comida.  

Notas de juego

Eber, la tirada sería desglosada y se queda el resultado más alto, olvidé decírtelo. Afortunadamente el sistema ahora da los resultados desglosados, por tanto el resultado sería 5 +1. 

Edward, tienes dos días para estudiar. Puedes hacer una tirada de cognición en el día actual y otra en el siguiente (dificultad 5). Si las superas, cada una te darán un modificador +1 para el examen, que será dificultad 7. También puedes pasar del estudio e ir directamente al examen, o estudiar solo el día de antes (como hemos hecho muchos).

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25/02/2020, 01:25
Arabella Weigel

Arabella entró en la casa, todavía tratando de tranquilizar a su hijo mayor.

Tranquilo, Edward. Ya verás como pasas el examen sin problema. Aprovecha para repasar mientras tu padre y yo terminamos con la mudanza.

* * *

Tras ponerse mutuamente al día de las novedades, Arabella estaba dándole los últimos toques a su famoso pastel de carne. Todavía le costaba un poco acostumbrarse a la nueva cocina, especialmente con el horno, pero la presencia de sus fieles y viejos utensilios de cocina la reconfortaban.

Sí, puede que no haya quedado tan perfecto como en Berlín, pero creo que va a estar de maravilla.

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28/02/2020, 17:03
Edward Weigel

Prepararse para salir, asearse, poner los enseres viejos de los anteriores inquilinos en una caja, tras ver que no había nada de utilidad y dejarlos en la entrada.

Luego se puso a repasar. No le seducía ni un poco la idea de pasar un examen y con el día desorganizado de ayer no se sentía preparado, así que los nervios se dejaban ver. Pero repetir curso o llevar el capirote de burro todo el año podía ser bastante peor. Por lo que se dedico a repasar en cuerpo y alma.

Los ruidos de la mudanza se sucedían y las horas pasaban mientras Ed repasaba lecciones, hacia ejercicios y recitaba de memoria unas cosas y otras

- Tiradas (1)
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06/03/2020, 18:39
Eberhard Weigel

- Es perfecto Arabella. Seguro que estará perfecto aunque no sea en Berlín - dijo halagando a su mujer. 

Se levantó del sofá y fue a la cocina. Dió un beso a su mujer con una sonrisa. 

- Va a venir el vecino. Podemos darle un susto para que entienda quienes somos - se rió y movió las manos - Es broma, es broma. Probarán el pastel y hasta pensarán que somos majos. 

Miró el reloj para calcular la hora a la que vendrían y cuanto tiempo faltaba.

 

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07/03/2020, 20:11
Hilda Weigel

-¿Va a venir el vecino? - Preguntó Hilda alzando la cabeza como un perrillo que había escuchado la palabra adecuada a la hora de comer. - ¡Sí, papi, sí! Un susto sería genial. Podemos... podemos... pegarles un grito cuando crucen la puerta o... ¡o sacamos la dentadura que encontramos en mi habitación y se la ponemos en la bebida! ¡Así dejará de mirar por la ventana!

La muchacha estaba tan emocionada que se estaba haciendo pis pero no quería ir al baño, simplemente se mantenía bailoteando en el sitio mientras lanzaba sugerencias alocadas para bromear contra los vecinos. Sin duda, Eber la había hecho buena con aquella idea. 

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08/03/2020, 01:29
Arabella Weigel

Muchas gracias, cielo —contestó Arabella, agradecida al ver que no le iba a costar tanto como pensaba adaptarse a la nueva cocina—. No, Hilda, cariño. Papá se refiere a Anke y a su marido, los vecinos de enfrente. ¡Y nada de bromas! Ni se os ocurra.

Arabella los fulminó con la mirada, pero se la notaba relajada. Aunque todavía le preocupaba que Edward no pudiese integrarse sin problemas en el nuevo instituto.

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10/03/2020, 11:25
Anke Ulbricht

Un poco antes de las cinco de la tarde, el timbre de la nueva casa de los Weigel sonó con el clásico din-dong. Habían estado tan ocupados con la mudanza que ni siquiera habían probado el timbre hasta entonces, aunque tampoco se les había ocurrido y más bien lo habían dado por hecho. Hilda, que estaba muy excitada por la visita, corrió a abrir la puerta tras pegar un salto del sofá donde se habían sentado a reposar la comida, a excepción de Edward que había subido a su cuarto a estudiar para el dichoso examen. Arabella le recordó a su hija, con una severa mirada, que nada de bromas con los recién llegados, y Hilda lo comprendió al instante sin necesidad de que hubiera palabras de por medio.

Los vecinos saludaron a la pequeña con una cálida sonrisa y le entregaron un bizcocho que Anke había preparado. Anke era una mujer cautivadora, sin lugar a dudas, tenía un aura alegre y jovial que la acompañaban constantemente y que llenaba de luz hasta el lugar más oscuro. Tenía la piel blanca, el pelo rubio y unos labios rojos que le iluminaban todo el rostro con su contagiosa sonrisa. Anke era bella, pero tenía una belleza natural y espontánea, fruto de su jovialidad y alegría. Sin duda había mujeres con rostros más agraciados que el suyo, pero Anke tenía un algo que no se encontraba fácilmente en todas las personas.

Su marido, Bastian, era también un hombre alegre y simpático. Le encantaban los niños, y bromeó con Hilda en cuanto esta abrió la puerta haciendo notar lo joven que era la señora de la casa, fingiendo que había confundido a Hilda con su madre. Bastian era un hombre alto y espigado, bien vestido y cuidadosamente afeitado. Estrechó firmemente la mano de Eber y saludó con cortesía al resto de la familia.

-Es un placer conocerles, por fin. - Dijo Anke tras saludar a Arabella.

Notas de juego

Edward consigues un +1 para el examen. Durante el día 4 podrás volver a tirar para ver si consigues un +2.

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15/03/2020, 10:02
Eberhard Weigel

Qué majos.... no me gustan. 

Les miro y sonrío ampliamente. Me coloco al lado de Arabella y con mi brazo hago gestos a la niña para que se acerque.

- No hombre no, el placer es nuestro! - exclamo con una sonrisa. - Ya habéis conocido a los tesoros de la casa - miro a Arabella y a Hilda. Vuelvo a mirar a los vecinos - El rey de la casa está estudiando, luego bajará para conoceros - me encojo de hombros. 

Miro a Arabella y luego al pastel que han traído ellos. Sonrío. Seguro que el de mi mujer está mucho mejor.

 

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16/03/2020, 23:18
Edward Weigel

Los sonidos de gente llegando, las horas y la fatiga mental hicieron que dejara de estudiar, organizara los apuntes, escribiera por donde iba, lo que había hecho y lo que debería empezar repasando mañana antes de pasar a algo nuevo y se dispuso a bajar.

Bajo las escaleras contento de salir de la habitación, ya llevaba unas cuantas horas.

Buenas tardes - Dijo al ver gente en la casa. - Soy Edward, un placer.  - Dijo presentándose activamente sin esperar a que llamara su atención.

Sonrió a los recién llegados, aunque los recién llegados estrictamente hablando eran ellos, los Weigel