¿Lo ven? Tranquilos todos… seguro que Switch sabe que no es buena política de negocios disparar primero y preguntar después a potenciales clientes… y no dudo que ya sepa de la escaramuza en el bar más temprano… sabe que tampoco somos presa fácil.
Jenssar siguió las indicaciones de los gamorreanos y avanzó. Estaba de lo más intrigado por conocer a este tal Switch…
–Si lo saben las cosas podrían ponerse...interesantes– respondió Leenar con una mueca. La mujer extendió las manos en un gesto que, después de lo ocurrido en la cantina, no debería confundir sus compañeros, pero sí que podía convencer al resto de los presentes. Las cosas parecían tranquilas, pero también lo parecían cuando se escabulló para entrar en el zoo del Templo y resultó que los bantha estaban en celo. O tras completar la misión, cuando aquellos clones comenzaron a dispararla. O cuando, ya de nuevo entre gente civilizada, aquellos esclavistas mandalorianos intentaron secuestrarla creyéndola ciega e indefensa. Siempre que las cosas parecían tranquilas, estaba a punto de ocurrir algo... ¿O no estaban relativamente tranquilos Even y ella hacía unas horas? ¡Y ahora ni siquiera había podido contarle su plan! En cualquier caso, tenían que conseguir el droide cuanto antes.
El escrutinio del gamorreano me vuelve a poner nerviosa pero me tranquilizo al ver que no es precisamente mi cara lo que le llama la atención. Su mirada lasciva no me molesta, un hombre es un hombre sea de la especie que sea, y cuanto más babosos, más fáciles de manipular son.
La única palabra que suelta el porcinoide nombrando a nuestro contacto viene a confirmar que mi reacción ha sido exagerada. Suspiro relajándome. Había deducido bien la razón de la cuarentena, el tal Switch debe ser un señor del crimen y los gamorreanos deben trabajar para él. Que tonta he sido. Creía superado mi pasado, pero ha sido toparme con unos gamorreanos en un garito de los bajos fondos y casi pierdo los papeles.
Sacudo la cabeza disipando mis últimas dudas y avanzo deseando conocer a Switch, si lo que dijo Maya es cierto se trata de un droide. Un droide criminal. Algo digno de ver.
Traté de no mirar a los ojos a los gamorreanos, retar a una criatura que puede hacerte los huesos polvo era una mala idea, pero si podía tener mis reservas con el propio Jenssar. No había resentimiento en mi mirada, pero si Switch no sabía nada, posiblemente ahora, ya hubiese sido puesto en antecedentes gracias a sus palabras. La misma mirada de sospecha sirvió para buscar cámaras o salidas de gas en el pasillo de camino a la reunión.
Estaban entrando en una ratonera, y ella siempre había tenido fama de ser una alimaña de pequeño tamaño, el resultado posible no le gustaba. Por otro lado, puede que Maya tuviese algo que hacer allí, que todo saliese bien para variar y aquello hubiese sido un desvío tonto creado por una mala organización por parte del "paquete". No podía olvidar que ahora eran "paquetes", y aquello podía tener un doble sentido impresionante.
- Yo sólo veo que la única salida no va a ser una opción. - contrastó con las opiniones del durosiano. Claro que Dev no pensaba en arrasar con todo al estilo "jedi", por asco que pudiesen darle los gamorreanos.
Ayudando a Maya aún, le apretaría la cintura para ver si sacaba alguna palabra, como cuando se aprieta la vejiga de un bantha y provoca un sonido desagradable, pero una reacción, al fin y al cabo. La miraría esperando que pudiese dar alguna pista, aunque casi agradecía que estuviese en silencio.
Eso sí, como le dijese "esperad y veréis" tendría dificultades para no golpearla hasta perder las fuerzas en los puños. No le gustaban nada las frases con varios sentidos, como eso que había dicho de "sereis recompensados debidamente", en su experiencia, lo que merecería Dev a vista de otros era una paliza, en el mejor de los casos.
- Seguro que es un tipo muy respetado, alguien con quien puede hablarse. La capitana lo tendrá fácil con su labia.
Se relajó, apoyando a Jenssar en su optimismo, y tratando de tranquilizar a Leenar, una nueva amiga que a pesar de lo tranquila que se mostraba, la serenidad que transmitía, escondía mortales espadazos bajo la túnica. Aquello hizo que Dev tragase sonoramente saliva. No tenía sentido evitar las miradas inapropiadas hacia ella, era ciega, y si no lo era, sabría que la miraba con curiosidad, aunque también en parte, como se mira un cadáver en los fondos de Coruscant, con cierto....repelús.
Su compañero jedi hablaba mucho menos. Eso si que era un misterio con patas. No tanto Jax, al menos estaba claro que él aportaba los músculos. ¿Los gamorreanos se excitarían viéndolo? A mi me daba cierto reparo, era una alguien...mayor, le quedaría poco. Lamentaría verlo morir. O no.
Coges aprecio demasiado rápido a los "paquetes". Se regañó a sí misma.