Partida Rol por web

A medida que las puertas del turboascensor se abren y salís a la zona cercana al Blue Deck, la sensación es similar a la de ingresar en una estación espacial completamente diferente. Los suelos están pulidos y poseen un brillo metálico, y las masivas ventanas a lo largo de una pared otorgan la vista más magnífica de Brentaal disponible en la estación. Aunque muchas de ellas disponen a los lados de propaganda imperial.

Los droides de mantenimiento y servicio revolotean de un lugar a otro, manteniendo todo limpio y ordenado. Se mueven por los pasillos de Blue Deck un gran número de humanos, la mayoría de ellos ricos según sus apariencias. Prestan poca atención a vuestro grupo salvo para mirar extrañados e incluso despectivos a la wookie que os acompaña.

- Se accede por esa puerta.

Comenta Maya indicando una entrada doble que daría acceso a las naves espaciales. Pronto advertís que hay guardias imperiales apostados, manteniéndose firmes con los rifles sujetos. No miran nada en particular.

- Estaban ahí también antes, cuando yo llegué.

  Errol observa los nombres de las naves y le pregunta a Maya si piensa que estará el cargamento en su nave:

  Maya, ¿confías en que esté el cargamento en tu nave?

  Cuando pasan ante los soldados imperiales él ni se inmuta, como si no estuvieran allí, y se para cuando llegan a la nave apropiada. Mira hacia atrás para ver si los demás le siguen y entra rápidamente pero sin correr en ella, además con un acento como de ordenar, se dirige a la wookie en su lengua:

  No les hagas caso, son unos clasistas y no vale la pena que te discutas con ellos (traducción)

  al tiempo que le guiña ligeramente un ojo a Liakbev.

Al abrirse las puertas Eneera contempló el espectáculo, una vision sublime de la estación. Ella avanzaba distraída, mirando por las ventanas mientras Maya y Errol encabezan la marcha.
Un sobresalto la sobrecogió al pasar junto a los soldados imperiales en la dirección que Maya había indicado. Sus ojos dejaron de mirar por las ventanas mientras iba notando como una pequeña gota de sudor frío le recorría la espalda, sus manos frías normalmente, estaban ahora calientes por la sudoracion. Aún no podía controlarlo, seguían haciéndole sentir como una niña pequeña a la que ella han pillado realizando una trastada. Notaba como latía con fuerza su corazón, se aceleraba la respiración y no lograba pensar con lucidez. Gracias a lo grupo, a no estar sola, continuó andando, algo que no hubiese sido capaz de realizar estando sola. En un acto reflejo bajo la mirada al suelo para ocultar su rostro, era un gesto muy utilizado por los niños en el colegio cuando el profesor preguntaba en clase y nadie quería responder. La confianza de Errol le resultaba gratificante -¿Como lo hará? Debo aprender a controlarme-

Al ver a los soldados imperiales me siento tentada de esconderme por un momento y activar el traje de ocultación. Sin embargo no es probable que estén parando a todo el mundo que se acerque al puerto y tal vez tengan algún dispositivo de búsqueda que pueda revelar mi posición incluso con el traje de ocultamiento, lo cual sólo conseguiría meternos en un buen lío.

Pese a todo, aunque no es probable que nos estén buscando a nosotros, tal vez tengan la descripción de Maya, así que me vuelvo un momento hacia ella.

- Espera, Errol... - le digo al tahúr antes de que siga avanzando. - Maya, cuando nos conocimos te estaban persiguiendo unos agentes imperiales - recuerdo. - ¿Crees que esos soldados pueden estar aquí por ti? Si es así, es posible que vayan a interceptar cualquier cargamento que intenten hacer llegar a la Banshee.

No debería ser demasiado complicado evitar a los soldados y acceder al hangar por algún otro punto, pero antes de tomar ninguna decisión creo que Maya debe darnos más información sobre lo que estamos haciendo y por qué la estaban persiguiendo, pues de otra forma estaremos tomando decisiones y jugándonos el pellejo completamente a ciegas.

Opal decidió detener el avance de sus camaradas para poder lanzar una pregunta a la joven que os había reclutado. Ella negó con la cabeza pero lo que negaba eran sus propios pensamientos, no las palabras de la arrojada piloto.

- Esos hombres que me atacaron no sé quiénes eran. Sus armas eran las propias de stormtroopers, eso sí, así que casi seguro que tienen vinculación imperial. No les puedo decir mucho porque la misión es muy secretista. No sé en qué consta el cargamento pero sí que es algo que puede usarse contra el imperio. Si me he embarcado en este asunto es para hacerles el daño que pueda.

Hizo un leve gesto de rabia.

- Quizá debería de intentar pasar yo la última, por si me reconocen. Si me detuvieran podrían ustedes alcanzar la Banshee. La capitana les permitirá subir y llevarles.

Maya se mostró un poco desorientada, en el sentido de que no sabía lo suficiente como para encontrar una vía de acción segura.

Desde luego la vista era impresionante, eso no se podía negar. Si la situación hubiese sido otra seguramente se habría podido disfrutar de ella. Por desgracia los carteles propagandistas del Imperio le daban un toque téticro. Al menos para Voltor.
Vió que la joven Eneera estaba un poco tensa y nerviosa.

¿Era yo así también a su edad? Seguramente. Que mal se lo debí hacer pasar al maestro T'su. Le sigo echando de menos tras todo éste tiempo. Aunque ahora será uno con la Fuerza.

El Jedi guardian posó una mano en el hombro de la joven. Con calma, para tranquilizarla.

No te preocupes. Todo saldrá bien. La Fuerza está con nosotros.

Escondió dentro de la chaqueta su sable de luz. Una cosa era defender a los inocentes. Otra dejarse localizar así como así. Y siguió adelante junto con Errol. La actitud del noble era la adecuada. Indiferencia. Era lo mejor en aquellos casos.

Sonrío, no sin cierto cinismo, al escuchar a Voltor. Sabía bien de lo que eran capaces los Jedi, pues dos de ellos habían rescatado el asentamiento minero en el que viví los primeros años de mi vida, pero de ahí a lanzarse a lo loco hacia el peligro confiando únicamente en la Fuerza había un abismo que mi pragmática mente no estaba dispuesta a saltar.

- Maya, si quieres podemos dejar que ellos pasen antes. Yo me quedaré atrás contigo y nos las apañaremos para acceder al hangar dependiendo de cómo reaccionen esos soldados - sugiero. - En el peor de los casos, si tenemos que pasar por la puerta principal, te podría dejar mi traje para que te ocultases al hacerlo.

Miro un momento a los demás.

- ¿Os parece bien? Si la están buscando, sería un suicidio entrar directamente con esos guardias...

  Errol antes de entrar en la nave echa un vistazo a la espalda, ve que alguno de sus compañeros se han parado para parlamentar sobre la situación.

  Las enseñanzas de su familia le dictaban a actuar como lo ha hecho, seguir hacia delante sin mirar atrás y mostrando algo de desdén a lo que ocurría a su alrededor, como medio de indicar su noble procedencia. Además para entrar en la nave debían arriesgarse de algún modo, los soldados del imperio estaban patrullando por todo el recinto, ¿podían utilizar la estrategia de esconderse y pasar sin ser vistos? Errol pensó que no, aunque era buena idea dividirse en dos grupos para que unos pasen primero y otros después. Él fue de los primeros. A la vez intentó hacerse una idea de la posición de la nave en el hangar y de las posiciones de los soldados imperiales ahora que había llegado a la entrada de la nave.

  Volvió a mirar hacia sus compañeros y esperó alerta con la mano cerca de su pistola blaster.

Las palabras de Voltor no llegaron a consolar a Eneera completamente pero le ayudaron bastante. Al ver que unos avanzaban y otros no, la Jedi se mantuvo junto a Maya, no por miedo sino porque era más débil y quería protegerla. El resto sabía o por lo menos debían de poder desembolverse sin problemas y aunque tuviesen que enfrentarse a los soldados, ya habían demostrado que eran más que capaces.
Fue conteniendo la respiración mientras algunos de sus compañeros se alejaban ¿Que ocurriría?

Errol y Voltor no esperaron más, echando a caminar hacia delante. La puerta del hangar estaba protegida por varios soldados imperiales y algunos de ellos miraron hacia ellos sin prestar mucha más atención. Lograron pasar a su lado, adentrándose en el hangar azul, donde habían esperando varias naves espaciales, rondando la decena. Demasiadas como para saber con claridad cuál era la Banshee.

Allí no había demasiada gente. El muelle estaba pensado para personas de alto estátus, no para carga y descarga. Quizá por eso el Jedi cayó en la cuenta de que una carreta flotante estaba esperando discretamente en uno de los laterales llevando encima un embalaje plástico de gran tamaño, un par de metros de alto y metro y medio de ancho. Un par de humanos se apoyaban en ella con gesto frío. Nadie le prestaba demasiada atención y aunque habían cuatro miembros de la milicia de Brentaal en el interior, se dedicaban explícitamente a ignorarla.

Tanto Voltor como Maya contaban con comunicadores, de modo que la mujer lo acercó a los labios para susurrar.

- Os describiré la Banshee, es un yate estelar clase Baudo blanco y dorado.

En efecto lo que os esperaba no era un carguero sino toda una nave de lujo, aunque su aspecto no discrepaba con el de otras naves que allí se encontraban. Aquél era el puerto en el que desembarcaba la élite de Brentaal.

Observo atenta cómo Errol y Voltor cruzan por delante de los guardias y miro al resto de mis compañeros, en particular a Liakbev, en quien los soldados imperiales ya se han fijado y Sajuuk, que con su gran corpulencia llama la atención.

- Maya, ¿sabes si hay alguna otra entrada? - pregunto. - De todas formas, no he visto que estén utilizando ningún dispositivo de detección, así que probablemente lo más seguro sería dejarte mi traje de ocultación y que pasemos todos juntos. O al menos en dos grupos - añado mirando al jedi y a la wookie - aunque tal vez no sería mala idea que fuéramos nosotros tres delante con Maya oculta y vosotros justo después, para que los soldados se centren más en Liak que en los que estamos pasando delante de sus narices.

Les miro un momento, esperando sus comentarios para ver si están de acuerdo con el plan. Tal vez Eneera o Sajuuk pueda utilizar alguno de sus trucos jedi para ayudarnos o cualquiera tenga una idea mejor que la mía.

- Si puedes decirle a Errol y Voltor que estén preparados dentro por si tienen que acercarse a echarnos una mano, seguramente ver que alguien viene desde las naves a recoger a uno de nosotros que pueda tener más dificultades en entrar también pueda servir para influir en los guardias - comento. "Y eso, claro, si no llegamos a las manos con ellos..."

Voltor observaba el hangar mientras Maya les describía la nave. No tardó en encontrarla, sobretodo gracias a la ayuda de los que suponía que eran los tipos de Switch.
Le dió un codazo a Errol para señalarle la nave, y contestó a Maya.

La tenemos localizada. Y aprece que la carga ya está allí. Si necesitais ayuda para entrar decirlo, vamos a ir poniendo en marcha la nave.

Sigueindo con su andar indiferente el Jedi se acercó a la nave y saludó a los hombres que custodiaban la carga.

Buenas caballeros. Supongo que éste es nuestro paquete. Muchas gracias por traerlo.

  Errol puso su mano aún más cerca de su pistola blaster de bolsillo, contaba con algún impedimento o contratiempo pero no con que la nave estuviera cerrada y no pudieran subir rápidamente a su interior.

  No está muy versado en los temas de naves y su tecnología.

  Quizá Maya tenga la forma de abrir la nave.

  Le susurró a Voltor, aparentando una amplia sonrisa y una conversación trivial para que los soldados imperiales, si miraban, no se percataran de la situación.

  Por favor Voltor dime que Maya te ha indicado cómo se abre esta nave.

  Susurró nuevamente.

  Fingió naturalidad.

Voltor enarcó una ceja ante la pregunta de Errol.

Obviamente no.

Una vez más, activó el comunicador para hablar con la mujer.

Ejem.. Ya estamos en la nave, pero está cerrada. Necesitamos el código para entrar. Que supongo que tendrás ¿no? Sobretodo porque si lo abro yo con mi "llave" la voy a dejar echa un cisco.

Al aproximarse hasta el levitador, los dos hombres se fijaron en Voltor y Errol. Un par de cruces de palabras les bastó para determinar que no trataban de engañarles.

- Decidnos dónde se embarca y lo dejamos. Pesa así que harán falta varias personas para poder dejarlo acostado.

Comentaban sin más, espernado indicaciones.

La mujer seguía a la escucha con el comunicador pero Opal le planteaba un plan. Ella la miró y después cabeceó suavemente.

- Puedo ponerme ese uniforme si quieres. Tan sólo enséñame el funcionamiento. Pero si vistes con mi ropa, quizá la que llames la atención seas tú.

Explicaba mientras recibía una transmisión proviniente del Jedi.

- Le diré a la capitana que abra las compuertas, tranquilos. Las abrirá enseguida.

Maya inició entonces una conversación usando el comunicador con otra mujer. Al poco, la trampilla principal descendía con suavidad y agachándose levemente se asomaba una humana de cabello largo castaño, con ropa cómoda y chaleco color verde aceituna. Portaba un blaster en la cintura.

La mujer miró alrededor sin encontrar lo que buscaba. Maya devolvió el mensaje a Voltor.

- Ya podéis subir, Sirona os espera.

Informaba esperando que con eso se pudiera avanzar.

Sonrío con cierto sarcasmo al escuchar a Maya.

- Bueno, no sólo importa la ropa que vistes, sino cómo lo haces... - le digo. - Yo carezco de tu estilo y, además, siempre puedo ponerme algo del revés para que no parezca la misma ropa, o llevar el mono a la cintura dejando caer la parte superior, como si tuviera calor... - comento. - Por suerte, voy desarmada y eso suele hacer que la mayor parte de los guardias se despreocupen bastante de mí.

Miro a Eneera y le hago un gesto con la cabeza. - Venga, vamos a buscar algún sitio discreto donde cambiarnos... - comento.

Un portal en un estrecho callejón es suficiente para hacer el cambio, sobre todo teniendo en cuenta que sólo es necesario pasarle el mono y que ella me deje unos pantalones y la chaqueta, pudiendo mantener mi propia camiseta. Tal y como le he explicado a Maya, me dejo su chaqueta en la mano, dada la vuelta, y descoloco un poco mi ropa, como si hubiera estado trabajando y volviese a casa hecha polvo. En eso, desgraciadamente, tengo experiencia.

- Es mejor que te camufles aquí que no hay nadie para vernos... - Le explico. - Pulsa en estos dos falsos botones a la vez, y no te muevas muy rápido - digo señalando los activadores en la parte baja de las mangas. - El camuflaje te oculta de la visión normal, pero no amortigua el sonido.

Les hago un gesto para ir hacia la puerta. - Maya, pasa tú en medio. Yo iré detrás. Si me paran, avisad a los demás, por si acaso. La capitana se llama Sirona, ¿no? - pregunto recordando lo que le ha dicho a Voltor por el comunicador. Es posible que me haga falta ese nombre si los soldados imperiales me preguntan algo.