Partida Rol por web

El mensaje y el abrirse la puerta de la nave sucedieron casi a la vez.

Oook. Ya está todo. Gracias.

Luego le hizo una seña a la capitana para que viera la carga que tenían que subir a la nave.

Si es usted tan amable de abrir la puerta de carga subiremos la mercancia.

Venga chicos. Ya podéis subir todo esto.
 

  Mientras suben entre todos los que están ahí la carga, Errol va observando al resto de compañeros que todavía no están en la nave o cerca de ella, pendiente de cualquier contratiempo.

  Un cordial saludo a Sirona y a ayudar a entregar la carga.

  No está muy seguro en qué consiste el material que van llevando y por eso intenta hacerse una idea de lo que puede ser.

  El deseo de ir dejando esta estación va incrementándose dentro de Errol.

  A ver si los compañeros tienen suerte y llegan rápido a la nave con él, con Voltor y por supuesto con la capitana de la nave.

  Piensa el espía de origen noble, en todo caso está atento a lo que pasa a su alrededor.

Voltor se aproximaba hacia Sirona junto a Errol, yendo en el transporte. Sería sencillo si no fuera porque la capitana les miró desconfiada. Aún con esas hizo un gesto para que pudiérais subir.

- Dejad eso aquí arriba, pero algo pasa, no viene Maya.

Decía incapaz de ver a su acompañante.

- ¿Qué está pasando?

Preguntó a los dos hombres.

Un análisis de aquella caja no parecía arrojar mucha información. Aquello era un bloque realmente pesado, tanto que costaría de mover y serían necesarias varias personas. Era más alto que ancho, y no demasiado profundo. No estaba claro lo que era hasta que caíste en la cuenta de que tenía la forma de un bloque de carbonita y el tamaño necesario para que hubiera una persona en su interior.

Maya hizo caso a las indicaciones. Con el uniforme le era posible activar el camuflaje y colocarse entre vosotros dispuesta a intentar el paso.

Fuísteis hacia la entrada pretendiendo superarla como habían hecho vuestros compañeros, pero los soldados imperiales al advertir al nuevo grupo miraron detenidamente a Opal y uno de ellos estiró el brazo para que se detuviera.

- Enseña tu documentación.

Ordenó escuetamente mientras el resto de soldados imperiales permanecían atentos. Escondidos bajo el casco era imposible obtener información de sus expresiones faciales.

Con la carga ya apunto de subirla, la capitana se mosquea y pregunta por Maya. Lo cúal también es comprensible.

Está con nuestros compañeros. Supongo que estarán a punto de pasar el control. Nosotros nos hemos adelantado para controlar la carga.

No se preocupe. Enseguida vendrá.

Voltor lo dijo muy confiado. Ni Errol ni él habían tenido problemas para acceder a los hangares. Por lo que el resto tampoco deberían tenerlo.

Me desplazo hacia un lado, dejando espacio libre en la puerta mientras me coloco justo frente al soldado imperial que me ha pedido los papeles.

- Por supuesto... - digo mientras rebusco un poco en la ropa. Toso un par de veces para hacer algo de ruido que pueda disimular las pisadas de Maya. - Un momento, tiene que estar por aquí... - digo tratando de ganar algo de tiempo. - Ya, ya está, no se preocupe... - añado finalmente cuando veo que empieza a impacientarse, haciendo un gesto para que vea que no llevo ningún tipo de arma encima.

Le tiendo mi holotarjeta al soldado mientras miro a su compañero. - Soy piloto... - explico, aunque no tendrá ningún problema en leerlo. Al menos eso puede explicar por qué vengo al puerto. - ¿Va todo bien por aquí? No recuerdo que hubiera tanta seguridad antes...

Los nervios no cesaban sino que aumentaban. Acompañar a Maya fue sencillo hasta que les detuvieron pidiendo la documentación. Eneera miró a Opal, abrió sus ojos desmesuradamente y se secaba el sudor de sus manos en los pantalones -¿Que? La documentación.... Si.. La tengo por algún lado- Revisó sus bolsillos varias veces sin encontrar nada, la miraban, estaban armados y como no, ella no tenia nada que mostrarles. giró su cabeza para ver el pasillo, no, volver corriendo no era una opción, pero quizás ir hacia la nave, si

El soldado imperial no tardó en agarrar la tarjeta y en revisarla. La pasó también a un compañero quien también la escudriñó. El hombre se aproximó entonces a Opal, acercando el casco a la cabeza de la mujer, apartándolo después. Finalmente hizo una señal para que continuara. El grupo pudo avanzar y Maya caminó entre ellos a salvo pues ninguno de los vigilantes se percató en lo más mínimo.

A paso vivo lográsteis llegar hasta la entrada del Banshee, el lujoso yate espacial.

- Subamos y vayámonos.

Maya subió la rampa. Se advertía un borrón moviéndose lo que hizo que la capitana reaccionara con preocupación hasta que pudo escuchar las palabras de la que parecía su amiga. La capitana bajó y ayudó a tirar del paquete que habíais logrado recuperar.

- Arriba con él y de vuelta a casa.

Dijo entrecerrando un poco los ojos. Parecía que todo estaba saliendo bien.

Subo al yate y espero a que Maya desactive el camuflaje de mi traje.

- ¿Ves? No era tan complicado... - le digo quitándome su chaqueta y tendiéndosela para volvernos a cambiar de ropa. -Wow, bonita nave - digo mirando a mi alrededor mientras tanto. Estoy bastante más acostumbrada a cargueros ligeros y bastante destartalados que a un yate de lujo. - ¿Luego puedo echarle un vistazo a la cabina? - Pregunto, no sin sentir cierta envidia por el piloto que la maneje.

Miro el paquete mientras lo suben a la nave, preguntándome qué habrá ahí y si merecerá la pena todas las molestias que nos causó en la sección V14. - Y, ¿dónde está esa casa? - le pregunto a la capitana al escucharla. Después de todo, no tenemos demasiada información sobre en qué nos estamos metiendo.

La capitana hizo un último gesto hacia la compañía. Una vez subido el cargamento bajaron el levitador y lo siguiente fue subir la rampa. El interior de la nave más práctico de lo esperado y para un entendido era evidente que había sido reacondicionado en algunos puntos.

- Vamos a Alderaan. No tardaremos mucho en llegar así que descansen y tomen algo.

La mujer sonrió un instante cuando un droide aparecía moviéndose torpemente como correspondía a los modelos RX diseñados para el pilotaje.

- Es mi copiloto, Crash.

El nombre no inspiraba demasiado confianza pero ambos se dirigieron hacia la cabina dispuestos a sacar la nave de allí.