Partida Rol por web

Después de no encajar en ningún otro lugar... o quizá por algún enchufe familiar, te encuentras ante tu última oportunidad. Una de triunfar por todo lo alto o caer hasta el fondo. ¡Os han ofrecido una plaza en un escuadrón (todavía sin nombre) que está formando el mismísimo Wedge Antilles!

Hay quien diría que el famoso piloto (el único en la galaxia que tiene marcadas dos Estrellas de la Muerte en su caza) debería estar como general asesorando al Almirante Ackbar y ayudándole a ganar la guerra... porque después de liderar al Escuadrón Pícaro en la conquista de Coruscant y Thyrferra no le caben las medallas en el pecho. 

Pero no, va a montar un nuevo escuadrón y parece que estás en él. Aún así, algo te escama. El resto de miembros del escuadrón son "raritos" o más bien tienen algo extraño o peculiar. Has escuchado rumores. De momento no les conoces, pero ya has has aceptado el puesto y sido trasladado a la base de Folor, luna del planeta Commenor, donde la Nueva República adiestra a sus pilotos de caza. O al menos a bastantes escuadrones. O los readiestra. No es un sitio agradable, antes era una base minera, ¡y es una base secreta! Pero al menos no estás en dique seco y puedes seguir luchando contra el Imperio. 

Y si de alguna manera puedes conseguir la gloria, o redimirte, o algo así, es en un escuadrón de Wedge. 

La cantina de la base es un asco. Es una habitación grande con pocas mesas y sillas prefabricadas, una barra ridícula y un camarero-unidad 3PO de color negro que os mira como si os odiara. Pero ahí es donde os han dicho que esperéis hasta que Wedge os lleve a las dependencias de vuestro escuadrón, os confirme la misión y empiece el entrenamiento. Daban a entender que era algo más que la habitual adaptación a nuevos compañeros... pero en fin. 

Las comodidades de la antigua mina dejaban mucho que desear para una joven y guapa piloto como Twi’lek, pero eso no le disgustaba sino todo lo contrario: estaban en una base secreta llena de curiosidades y eso le resultaba de lo más estimulante. No sólo la base le llamaba la poderosamente la atención, la gente había llegado allí por razones que no estaban nada claras. De no ser por la dolorosa circunstancia que la había llevado a ella misma a Folor, no podría pedir más.

Llegó a la cantina la primera y se quedó apoyada en la barra disfrutando a sorbos pequeños de su concentrado de frutas Naboosianas saludando a los nuevos compañeros conforme entraban, tratando de adivinar la razón que había llevado a cada uno de ellos al nuevo escuadrón de Wedge. Probablemente algunos de sus nuevos compañeros tendrían un pasado criminal, pero eso no la intimidaba.

-Mi nombre es Teeubo Seku, creo que vamos a ser compañeros de Ala.

Kevin echó un vistazo a su alrededor. ¡Vaya panda! Había escuchado que Wedge estaba reclutando raritos, pero esto rozaba lo circense. ¿Esperaban derrotar a algún escuadrón con semejantes piezas?

Bueno, a él le daba igual, mientras le dejaran un caza, pudiera hacerle algunas modificaciones de vez en cuando y, sobre todo, pudiera hacer estallar algunos ojos cada día... ¡Joder, qué pena que en el espacio sólo pudiera ver las explosiones y no escucharlas!

Una Twi'lek se acercó contoneándose, como siempre, y Kevin la ignoró, como a todas. No tenía dinero para sus jueguecitos y gratis no le iba a hacer caso a un tipo como él. Así que levantó su vaso y bebió hasta tener que meter la nariz para que cayera algo.

-Mi nombre es Teeubo Seku, creo que vamos a ser compañeros de Ala.

Hundió un poco más la cabeza todavía y esperó a tragar su bebida.

¡Mierda! Y encima una distracción en combate. ¡Joder con Wedge!

Bajó el vaso, se limpió con la manga y eructó. Después tendió a la mujer la misma mano con la que se había limpiado.

- Hola, soy Hogan, y soy más de sentarme en la cabina; en las alas hay demasiada corriente.

Wedge Antilles. Un tipo con suerte - pensó Gorrin mientras comía el segundo estofado - Y con las conexiones adecuadas, claro. Que a ver si vamos a pensar que la Alianza es distinta a cualquier otra organizacion. No es lo que sabes hacer, es a quien conoces.

El piloto bebió un gran trago de la bebida azucarada que tenia frente a el y apretó el boton para que se la rellenasen. No es que Antilles fuese un mal piloto, no. Es que tanto su tio, Jek, como él, Gorrin, eran mejores. De hecho, por eso estaba Gorrin aqui, no tenia duda. No era que otros escuadrones no le querian por pesado. Si no saben aguantar una broma por ser unos inutiles en un caza, que se vayan de la Flota. Ni aquel incidente hace un mes que le dejo suspendido sin sueldo y a punto de ser expulsado. Ni el anterior, ni el anterior...

Rebañó el plato. La verdad, si lo pensaba friamente, habia destruido mas cazas que ningun otro piloto de la flota. Cazas propios, queria decir. Y claro, la mayor parte de los comandantes se preocupaban más de su presupuesto que de otra cosa. Que mas daba que Gorrin fuese mejor piloto que los demas? Evidentemente que tomaba mas riesgos. Para pilotar como decian en la academia, ya tenia el piloto automatico de los R2. En fin, Antilles, a pesar de ser un lamebotas suertudo, era un buen tipo. Quizas aqui le darian mas cancha para demostrar su potencial.

~~-Mi nombre es Teeubo Seku, creo que vamos a ser compañeros de Ala

Gorrin levantó la vista. Habia visto a la Twi'lek antes. Una tia del monton. Del monton de tias buenas que nunca hablaban con un Puerquins, claro. Que hacia en la mesa de los gordos? Si habia venido especificamente aqui es porque queria algo. Gorrin sabia lo que queria. Y sabia como darselo. Oh, si. Gorrin sabia lo que querian las mujeres. La miró con una sonrisa y dijo:

... - el piloto notó un nudo en la garganta que le impedia hablar

Se puso todo rojo. Le estaba mirando!

Pero di algo! Gorrin, copon! Di algo!

Hol_{a guaeeeehola} - dijo con voz estrangulada y una risita nerviosa. Apretó al botón para llamar al droide camarero. Donde leches estaba?

Joshua se sirvió otro vaso de su propia botella. Había sido previsor y se había hecho con un docenas de licores de calidad antes de ser enviado a este tugurio. No creía que le duraran mucho, y con lo que le pagaban tampoco espera reponerlas.

La llegada de la Twi’lek había mejorado el paisaje, al menos ahora había donde mirar.

- Jhosua, encantado de conoceros. - contesta algo más contento mientras esconde la botella buena bajo la mesa.

El concentrado de frutas que disfrutaba Teeubo sabía a frutas que habían estado almacenadas desde las Guerras Clon. No había problema, con la cantidad de azúcar que tendría, se habría conservado bien. Sabíais que vosotros formaríais parte del mismo escuadrón, el resto ya estaban formados, el resto ocupaban sus mesas y os miraban mal. Bueno, miraban mal en dirección a Teeubo.

La mujer twi'lek se sentó en la mesa en al que estaban Kevin y Puerquins. El estofado que devoraba debía haber estado congelado un par de años. Y descongelado rápido en microondas. Y eso de que tenía trozos de Bantha... el sabía reconocer el sabor de Rata Womp cuando las comía. El problema era que estaban más buenas y eran más difíciles de cazar que los Banthas. 

Presionó el botón que había en la mesa para llamar al Droide de Protocolo negro que hacía las funciones de camarero. Parecía un droide bastante vago. Y arisco.

Antes de que el Droide se acercara, dos pilotos más entraron en la "cantina" y se dirigieron hacia vosotros. Uno era un gamorreano. ¡Un jodido gamorreano! No conocías ninguno alistado en la Alianza. Con él iba una mujer rubia y alta. Y fornida. El gamorreano no sabía muy bien que hacer, pero la mujer tomó una mesa, la juntó con la vuestra y acercó dos sillas. 

—Hola, yo soy Tyria y él es Voort. Creo que vamos a ser compañeros en el condenado escuadrón de casos perdidos de Wedge. 

El gamorreano también se sentó. Si no supierais que era imposible en esos sangrientos alienígenas, diríais que parecía algo nervioso y avergonzado. 

El droide de protocolo negro se acercó a vuestra mesa. Sus junturas chirriaban mientras lo hacía. Se detuvo de pie detrás y entre las dos mujeres. —¿Qué desean, señoras?

Ignoraba a Puerquins. 

~~¿Qué desean, señoras?

Una ronda para todos! Paga Wedge! - dijo con una sonrisa no correspondida por el resto. Menuda panda de sosos. Miró a los dos nuevos. La chica tenia una aire a la presidente Leia, si le hubiesen puesto esteroides. Al lado suyo estaba el monstruo del averno ese. Otro gordo. Al final ni Rojo, ni Oro ni Verde. Iban a ser el Escuadron Jamón. Iba a comentarlo cuando se acordo que, segun el documental Sodoma y Gamorria, que los gamorreanos tenian malas pulgas (figurativa y literalmente) y era mejor no molestarles. Y claro, las menciones al jamon era mejor ahorrarselas. Gorrin podia boxear, pero solo como saco de entrenamiento.

El droide siguió sin mirar a Puerquins, su voz amable y metálica contrastaba con lo que decía  —El comandante Antilles ha especificado que sólo paga las rondas después de una misión de combate. Haré caso omiso de sus evidentes faltas de cortesía y civismo y, siguiendo las ancestrales normas de educación preguntaré primero que desean a las señoras de este grupo.

—Squaky —la mujer parecía conocer de antes al droide —no seas tan borde, si pido yo primero, una ronda para todos del mejor whiskey corelliano que tengas. Y pago yo.

Os miró —Veo que no le conocéis. Os presento a Squaky. Es un droide manumitido y trabaja para la Alianza. Hasta le pagan. No le borran la memoria... bueno, desde la manumisión. 

El droide respondió a la mujer —Claro que me pagan... ¡Y luego me cobran la energía! ¡A precio de oro! Usted no tiene suficientes fondos en esta cantina para pagar una ronda del mejor whiskey. Así que me temo que como mucho traeré medios vasos de esa asquerosa leche azul que ustedes humanos consumen...

Tyria bajo la mirada como harta, pero el gamorreano gruño, y al instante el pequeño droide traductor que tenía colgado como un amuleto debajo del cuello tradujo lo que decía. Lo tradujo en una voz alta, clara y simultánea. Todo lo contrario de los droides de protocolo que conocíais. —Yo pago la ronda, ingresé fondos ayer en mi cuenta de la cantina. Tu mejor Whiskey, y vasos bien llenos. 

El droide se alejó con una última mirada de lo que parecía lástima hacia el pequeño droide del gamorreano

Tyria suspiró. —Bueno, nosotros ya nos presentamos. ¿Qué nos podéis decir de vosotros?

-Bueno, no suelo beber pero, ¡qué diablos! me vendrá bien un whiskey. 

La situacion se volvió incómoda para Teeubo y lo mejor era resolverla cuanto antes. La sola idea de que les sirviesen whiskey le hacía sentirse más valiente.

-Supongo que todos habréis oído lo que se dice por ahí. Que maté a mi compañero wingmate Erlad Duncan y que me salvé de la cárcel porque practicaba el arte de las esclavas sexuales Twi’lek con Pash Cracken. Todo es mentira. Erlad murió por salvarme. Quería a Erlad como un hermano. Erlad no me falló y yo no fallaré a mi wingmate ni a nadie de mi escadrón.

Squaky se acercaba con los whiskeys pero Teeubo se le adelantó. Se puso de pié, cogió el suyo y lo bebió de un trago antes de volver a sentarse y apoyar el vaso en la mesa con un golpe sonoro.

Que solo pagaba rondas despues de un combate. Claro, aprovechando que unos cuantos se habian quedado en el camino.

Pensaba que un comandante tenia una paga más alta - se dijo

~~Yo pago la ronda, ingresé fondos ayer en mi cuenta de la cantina. Tu mejor Whiskey, y vasos bien llenos.

Hale, ya venia el macho alfa a poner el pito sobre la mesa. En un caza queria ver al cerdo ese, seguro que no era tan chulito alli.

A mi no me paga nadie un whiskey, se va a enterar.

Oye tu ce_{rrr... Gracias.  -}  Le dijo con una timida sonrisa. Esa bestia le habia echado una mirada asesina. Y ahora sonreia, amenazandole con sus colmillos. Dejale que gane esta, Gorrin. Que mas da.

~~-Supongo que todos habréis oído lo que se dice por ahí.

Gorrin era la primera vez que oia hablar de esa twilek pero hizo como si la escuchase hasta que

~~el arte de las esclavas sexuales

Esclavas sexuales... gggrrrrrr

Se quedo con una sonrisa bobalicona, pensando en la twi'lek hasta que se dio cuenta de que todos le miraban. Le tocaba presentarse? Gorrin se puso todo rojo.

Gorrin Puerkins. Piloto de caza... jeje - dijo con una risa nerviosa - Primero de mi promocion - dijo mirando fugazmente a la twi'lek a ver si se quedaba impresionada. Mierda, seguro que habia quedado como un chulito - ehhh, lo mejor de lo mejor de lo mejor, señor. jeje... Con honores! - dijo haciendo una parodia de los Stormtroopers de Negro, que o nadie pillo o a nadie le hizo gracia. Hubo un silencio - Eh... Supongo que necesitan un piloto de verdad aqui, ya sabeis, para que no os maten - dijo cada vez mas nervioso ante el silencio. Sin saber que decir, cogio un vaso, se lo bebio de un trago y en cuanto el alcohol empezo a quemarle la garganta se puso a toser, poniendose aun mas rojo.

Theseus se detuvo antes de pasar el umbral y escuchó las voces de los que parecían que iban a ser sus compañeros. Respiro profundamente y entró en la cantina.

Espero que no sea whiskey menkooro. - dijo con una sonrisa triste en el rostro por el chiste que acababa de hacer más para sí mismo que para el resto.

Su paso era irregular, acostumbrado a vivir en una nave, la tierra firme le solía resultar extraña.

Mentalmente tomó nota de que el droide necesitaba energía mientras que la Twi’lek quería quitarse de encima la mala reputación. Era un trabajo que hacía siempre, tratar de saber quién quería qué y cómo conseguirselo. Con el gordo estaba claro que le bastaba con comida.

Soy Theseus, el... - se detuvo un segundo y después se encogió de hombros, dando por hecho que tarde o temprano sabrían sus pasados - ... el contrabandista.

Y conociendo mi suerte últimamente, me va a tocar ser el hombre de ala de éste. - hizo un gesto hacia el gordo mientras se sentaba en una silla, haciendo un gesto al droide para que le sirviese ese whiskey que todos se pegaban por pagar.

~~Y conociendo mi suerte últimamente, me va a tocar ser el hombre de ala de éste.

Eres un tipo con suerte?  - preguntó Gorrin al dejar de toser

—Por supuesto que es Whiskey menkorro. Es una bebida excelente y hace poco la Alianza decomisó una gran cantidad del mismo. He podido obtenerla a un precio irrisorio —dijo el impertinente droide —Y puedo cobrarlo a precio de Bacta —el líquido milagroso estaba muy caro últimamente, con eso de la Galaxia entera que estaba en guerra y tal. 

Puerquins no acaba de toser cuando se acercaron otros tres humanos a la mesa, unos que estaban en la mesa de al lado y os habían escuchado, levantándose de donde estaban. Eran dos hombres y una mujer. No conocíais a ninguno, pero con vosotros sumaban diez. Si Antilles os lideraba junto con el teniente Jason de segundo al mando, ya érais doce. 

El primero era un humano calvo con una cicatriz que el desfiguraba el rostro. Se acercó a Puerquins según acababa de toser. —Buenas a todos... creo que vamos a estar en el mismo agujero... —Se dirigió a otro de los recién llegados. 

—Thon, mira a ver que este se te muere, quizás es una emergencia médica...

—Nah, mira, ya para. Si se cae y se pone rojo, le haré una traqueotomía y fuera. Tengo un boli excelente que sirve para estos casos...

El que hablaba tenía más partes cibernéticas que humanas, y parecía que las había perdido en batalla, viendo las cicatrices. 

La tercera en hablar, otra mujer, suspiró. 

—Por las estrellas. Pensaba con el médico-Cyborg y el calvo marcado se acabaría el número de monstruitos en este escuadrón, pero no, tenemos uno... dos... tres... bolas de grasa, que seguro que pilotan con el piloto automático... si es que llegan a activarlo rebuscando entre las cajas de hamburguesas, una matacompañeros... y el resto... ¡Menudo grupo de pringados! ¡Se os ve en la cara! —Se refería a Theseus, Joshua y Tyria —¿Habéis estado en alguna batalla? ¿Disparado al menos una vez? Joder, que una As del pilotaje* como yo tenga que compartir siquiera habitación con semejantes retrasados...