Partida Rol por web

¡Señores!, ¡nos han atrapado! -dijo Dash-; queda esconderse y permanecer alerta.

No lográsteis escapar del rayo tractor de la fragata. El Outrider fue aproximándose en medio de la inmensidad de chatarra espacial, sin posibilidad de escapatoria alguna hacia la bahía de embarque principal. A pesar de que las señales emitidas por la fragata a la que se dirigen no se correspondían con ningún código imperial conocido, bien podría tratarse de un nuevo método de codificación de transmisiones.

- ¡Esto me da mala espina! - digo con tono preocupado. - Con lo bien que iba todo... - me lamento.

Me levanto del puesto de escudos y me reúno con mis compañeros.

- Sr. Dash - me dirijo al piloto - ¿Tiene algún sitio donde ocultarnos en la nave? Seguro que tiene algún rincón para cuando hace actividades no muy lícitas ni legales...

El wookie se pone a gruñir cuando les atrapan con el rayo tractor. Su triunfo inicial se vio absorbido por toda esa ola de mierda espacial entre la que estaban atrapados. Se echó sobre los controles, a resoplar resignado y a tomar un descanso antes de tener que ir a tomar un arma láser.

— ¿Insultas el honor de Dash Rengar? En mi tierra eso demandaría sangre —dijo el Wookie, pero sólo por decir algo, como por rellenar el silencio.

Acababa de desimantar mis suelas cuando el tirón del rayo tractor casi consigue volver a hacerme perder pie.- Este sería un buen momento para decir algo del estilo a "que poco dura la alegría en casa del pobre"- Dije cuando se confirmó que nos habían atrapado.

Algún conducto de ventilación donde esconderse debe haber, aunque sea estrecho y pequeño.- Sugerí.

¿Estáis seguros de que nos debemos esconder?¿No sería mejor hacerles frente y luchar? Si nos escondemos tarde o temprano nos encontrarán, por mi les damos caña. Es más me pondría a la entrada de la Outraider por si como último recurso tengo que soltar el detonador termal que sea fuera. Ahora nos podemos posicionar para tener cobertura y, aunque sean más, freirlos a tiros.

Dash intentó tranquilizar al wookie y sus palabras. Ciertamente, aquel contrabandista, como aquel dedicado al mismo negocio, poseía no menos de tres o cuatro "espacios huecos" en el Outrider para situacions como ésta, o bien para esconder material u objetos de contrabando importante ante situaciones de emergencia.

Nada podemos hacer, ¿no lo notas? -dijo arquando sus brazos-: es el rayo tractor, y atrapa esta chatarra espacial y a nosotros como un trozo metálico más... Cualquiera acción evasiva nos reduciría a pedazos, es más... es imposible maniobrar con tanta basura a nuestro alrededor... ni tan siquiera disparar. Será mejor que nos escondamos, si... ¡seguidme!

Entonces LE-BO siguió a su amo y vosotros también, y Dash abrió varios compartimentos hasta una bodega de carga con fondo doble. Allí había dos espacios muertos que tenían una abertura falsa. Tras pulsar un botón escondido detrás de una turbería llena de cables, se abrió tal compartimento.

¡Oh, por cierto! -Dash pareció acordarse-, ¡¡LE-BO!! ¡¡Acude rápidamente al panel de control y borra el historial de navegación!! -el droide marchó raudo ante la órden, pues en el historia se encontraban los planes de establecimiento de la base Rebelde en Anoat.

Os encontrábais ahora en los compartimentos del Outrider destinados al contrabando. Seguramente ya os encontrábais colocados en la bahía de embarque principal de la fragata, tras ser atrapados por el.... ¡BZZZZ, CLACK! Efectivamente: os habían atrapado. Si vuestros captores fuesen soldados imperiales, la revisión de la nave no sería más que un paseo de un par de soldados de asalto sin buscar escondrijo alguno, al menos si no se trata de una Nave Patrulla de Sistema. Sin embargo, no sabíais a qué os enfrentábais, por lo que permanecísteis atentos. Tras la apertura de la puerta del Outrider, permanecísteis tensos y callados. De repente, notásteis las vibraciones de pasos en el suelo por encima de vuestras cabezas. A pesar de no estar demasiado lejos de los seres que deambulan de una parte a otra, no lográbais escuchar a vuestros captores.

El wookie prefiere quedarse callado, pues sus cuerdas vocales no están hechas para hablar en voz baja. Dejará que sus amigos decidan, y si llega la hora de partir cabezas, estará preparado.

Permanezco callada junto a mis compañeros. Intento no estar asustada, ¡un Jedi no se asusta fácilmente! Aunque no estoy muy tranquila. Si los que han entrado en la nave tienen malas intenciones, podemos tener un buen problema.

Recuerdo mis enseñanzas, e intento concentrarme en la Fuerza por si logro captar algo que nos ayude a saber quien registra la nave.

Tras un rato notando pisadas sobre vuestras cabezas, la puerta de la escotilla oculta se abrió rápidamente. Encima de vosotros surgieron dos figuras que os divisaron rápidamente.

¡¡Eh!! ¡¡Aquí están!! -gritó uno de los alienígena trandoshanos-, ¡están escondidos en la bodega!*

Iban armados, pero vosotros también.

Por lo que veo, ¡mis sentidos poco han servido! Y el compartimiento muy secreto no es que sea...

- ¡Parece que nos han descubierto! - digo cuando los trandoshanos abren la compuerta.

Rápidamente, cojo mi sable láser y lo enciendo, dispuesta a defender a mis compañeros y a mi de su ataque.

- ¡C13, detrás mio! - ordeno al droide, pues se lo vulnerable que es a los disparos de bláster.

El wookie no se lo piensa y emite un terrible rugido de combate usando todo lo gutural que pueden llegar a ser sus cuerdas vocales

— WWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWWOOOOOOOOOOOOOOORGH URRRRRRRRRRR!*

Se prepara, con su lanzaproyectiles a punto.

Como ordene.- Contesté a Alik mientras me retiraba e intentaba estorbar lo menos posible al resto.
 

Sin mediar palabra disparo mi blaster pesado (siempre y cuando tenga línea de tiro y no haya un alto peligro de herir a un compañero).

Dash hizo lo propio que vosotros, sacó su blaster y se preparó para fulminar a esa escoria trandoshana, que no parecían sino piratas espaciales.

Los dos trandoshanos disparan 1 vez cada uno.

La cosa empieza a ponerse fea... Nuestros enemigos no se andan con rodeos, por lo que, aunque no me guste entablar combate, me veo obligada a hacerlo.

Asiento una estocada con mi sable al trandoshano que tengo más cerca.