Partida Rol por web

Cuando llegaste a tu casa ya estaba llena con la gente que estaba preparando todo para tu fiesta. Alan se había preocupado de crear diferentes ambientes y encargado suficiente comida y bebestible como para la mitad de Londres. Era exactamente lo que esperabas. Lamentablemente tus padres no estarían, pues se encontraban de viaje, pero siempre había sido así.

Sobre tu cama Scotty había dejado un hermoso vestido para la ocación y unas joyas que había pertecido a una de tus abuelas... ¿o a una de tus tatarabuelas?... en fin! Estaban preciosas. Estabas en eso cuando ves por la ventana llegar a Alan vestido con un elegante y moderno traje, montado en su moto y saludando a los trabajadores.

Llegaste a tu departamento, te diste una ducha, tomaste uno de tus mejores trajes y saliste en dirección de la casa de Alex. La verdad era que no habías estado antes en lugar, aunque buscates fotos en internet para saber cómo era y preparar las cosas para la fiesta. Ahora que te encontrabas frente a la manción en verdad tenías una apreciacione de cuánto dinero tenía esa chica tan rara.

Los empleados que trabajan para ti te saludan y tus encargados específicos (comida, música, iluminación, servicio y seguridad) te explicaron todo lo que se estaba haciendo y que ya no faltaba nada. Por su parte, el mayordomo de la casa, el señor Scott Wayne, te espera y con un marcado acento escocés, te dice:

- Es un placer verlo acá, señor Davis. ha hecho un trabajo extraordibario con esto de la fiesta.

El día en verdad ha sido una locura, pero de todas maneras te has entretenido de lo lindo. Si bien todo esto de trabajar para el gobierno no es para nada lo tuyo, puedes aplastar cabezas y codiarte con chicas guapas... ¡Eres todo un James Bond!.

Estás en tu casa pensando en estas cosas mientras te tomas una cerveza. Miras tu guardarropa y piensas. "¿Realmente iré a esa fiesta de remilgados?". Sonríes de pensar como reaccionarían al verte aparecer en ese lugar, en especial si ni siquiera te dejan caminar por el barrio acododado sin que un policía te controle la identidad.

"¿Qué me pondré para esta fiesta" Piensas, con una sonrisa maliciosa en los labios.

Estás sentado en la habitación del hotel mirando los regalos que compraste para tu pequeña gracias al dinero que te dio esa chica. La verdad es que hace mucho que no tenías tantos billetes en los bolsillos y menos recordabas la última vez que te sobró para las compras.

Estás feliz, pero al mismo tiempo te sientes culpable. Tomaste ese dinero sin más y no hiciste nada a cambio. eso no es bueno. No obstante, estabas invitado a esa fiesta y, aunque te sintieras totalmente fuera de lugar entre esa gente, Alex había sido tan buena contigo y no podías hacerle un desaire.

Será mejor que te prepares cuanto antes para la fiesta.

Alan le intimidaba, pero no era por algo malo, es un chico bastante guapo, incluso del gusto de Alex, pero de lo que ella temia era de las consecuencias de relacionarse de cualquier forma con un chico asi...si que es atractivo ese chico..pero si no quieres dañarle sera mejor que te mantes alejada de el... Centro mi atención en el vestido y las joyas, un hermoso bestido rojo, que sin duda la haria lucir hermosa, las joyas de la Abuela Isabella...le recordaron un de las fiestas de sociedad a las que asistia cuando pequeña, ademas de Scott, Isabella Karloff su abuela materna la consentia y mimaba....pero hace 5 años un accidente vascular le arrebato la vida... Pongo musica en mi habitacion, melodias en piano que la relajaban...entra la baño y prepara la tina para darse un baño de burbujas...tenia un par de horas antes que los invitados comenzaran a llegar... Ya en el agua, y con la mezcla de la musica y las burbujas su cuerpo se relaja al punto de casi dormitar...no todos los dias se cumplen 18 años, y con esto de la bomba quizas sea el ultimo cumpleaños que tenga y sin queren tendre al menos un par de personas conocidas en esta fiesta, quisiera que las cosas fueran diferentes Abuela...y estubieras aqui, pero no siempre se tiene lo que queremos y por mas dinero que tenga, solo es sinonimo de soledad y tristeza.....pero esta noche sera diferente...algo me dice que sera especial

Me pongo ante al espejo mientras me pongo mi mejor conjunto, una chaqueta de tweed marrón clara, y pantalones marrón oscuro. Ajusto mi corbata marrón sobre camisa blanca frente al espejo y mis ojos se encuentran con una imagen salida del siglo pasado. Mi ropa es vieja y esta desgastada, y por más que la lleve limpia parece salida de un alberge de indigentes. Mis ojos viajan desde el espejo hasta la repisa donde se encuentra el sobre lleno de dinero de Alex, y de vuelta al espejo.

Debería comprar ropa para la fiesta, y un regalo para ella, podría devolvérselo mas adelante… no. No puedo comprarle un regalo con su dinero, ni comprarme ropa. Tengo que devolverle ese dinero… esta bien, un regalo para ella, pero ya esta.

El tipo del espejo dibuja una sonrisa, pero desaparece bajo mi mirada.

Meto de nuevo el sobre en el bolsillo de la chaqueta con otras cincuenta libras en el bolsillo y salgo a la calle a buscar un regalo para ella.
Camino por las calles cercanas, hasta una tienda que aun no ha cerrado para aprovechar a los tardones como yo, que aun no han hecho sus últimas compras navideñas. Adquiero un pequeño oso de peluche con un gracioso pañuelo a cuadros anudado en el cuello y una caja de bombones. El tendero me pide treinta y cinco libras y media por ambas cosas y le pago sin pararme a pensar que es un atraco.

Me detengo en un portal y meto las monedas y los billetes del cambio en el sobre antes de empezar a caminar hacia la fiesta.

El abridor estaba tirado encima de la mesita del salón, tal y como lo había dejado la noche anterior. Esa era una de las ventajas de vivir sólo, sin nadie que te dijera qué debías hacer ni qué recoger: las cosas se quedaban quietas. Bueno, todas menos los calcetines. Esos condenados siempre acababan perdiéndose, y quedaban desparejados, era algo que no lograba comprender.

Charles abrió la cerveza, arrancando la chapa con el abridor. Un siseo rápido sonó cuando el gas contenido en ella escapó hacia afuera, cual fugtivo que huye de la cárcel. El joven sonrió. hacía ya tiempo que no le metían en la trena, igual se estaba reformando.

Ja! Esa sí que sería buena... se rio mientras daba un buen trago a la birra.

Bueno, y ahora... ¿qué coño me pongo para la fiestecita? Pensó en el traje viejo de su padre. pero seguramente ni le cabría. Además, llevar la ropa de un muerto... la ropa que había quitado al muerto antes de enterrarlo... era un poco asqueroso hasta para él. ¿Por qué demonios habría hecho aquello?

Cual colegiala en su día del baile de fin de curso, Charles se acercó hasta su amrario. Pero a diferencia del armario de una colegiala, allí había muy poca ropa, la mayoría negra. Sin pensárselo mucho más, escogió un jersey negro de cuello alto, y unos vaqueros desgastados. No iba a aparentar ser elegante se pusiera lo que se pusiera, así que al menos iría cómodo y con estilo. Las botas negras de cowboy completaron el atuendo.

Charles apuró la cerveza y miró la hora, para no llegar tarde... ni demasiado pronto.

- Bueno, 18 años no se cumplen todos los dias-Contesto Alan con una sonria para luego añadir- solo espero que a la homenajeada le guste y se divierta,eso es lo mas importante, he puesto mi mejor esfuerzo en que sea una fiesta especial.- Alan observo desde donde estaba como los trabajadores daban los ultimos retoques luego volvio a mirar a Scott- he de confesarle señor Scott que me siento como un director apunto de que se estrene su mejor obra, deseando que la gente disfrute con ella, un poco nervioso.

Scott te felicita por tu trabajo, diciendo que de seguro esta será una de tus obras de arte. Luego te deja con los preparativos de la fiesta.

Al rato comienzan a llegar los invitados, algunos muy imporantantes, como miembros de familias aristócratas, estrellas de música, magnates y gente demoda. Lo mejor de la sociedad londinense.

No obstante, por alguna razón que desconoces la festejada no aparece por ninguna parte. Está bien hacerse esperar, pero se encontraba gente muy importante en el lugar como para hacer ese desaire. Buscas a Scott para saber qué ocurre, pero no encuentras al mayordomo por ninguna parte. Te tocaba hacer algo a ti mismo para solucionar esto, aunque no sabías que esperar de esa chica tan rara.

Te metes en la bañera con espuma y sales para relajarte un poco antes de tu gran momento. Piensas en todo lo que te ha pasaod en las últimas horas y de cómo ahora trabajabas para el gobierno. No obstante, ese baño era tan relajante que comienzas a quedarte adormilada.

El frio del agua es lo que te despierta despues de un rato. No sabes cuánto tiempo te has quedado dormida, pero debe ser suficiente como para que el agua se enfríe. En ese momento se te viene a la cabeza "¿Y si la fiesta ya empezó sin ti?". Sales como impulsada por un resorte y te miras en el espejo, dándote cuenta de que estas toda arrugada por quedarte tanto tiempo en el agua y también comienzas a estornudar debido al cambio de temperatura. Esto no era lo que esperabas de tu fiesta.

La verdad es que en tu guardarropa no hay nada que puedas usar en una fiesta de estirados... aunque la veradad es que no debe de ser tan importante, pues por lo que has visto en la televisión esos se ponían cualquier cosa encima y a nadie le importaba un carajo. Así que encuentras una camisa medianamente descente, unos vaqueros no tan gastados y una chequeta más o menos cara (por lo menos el tipo al que se la quitaste se veía de buena situeción).

Sales de tu casa y tomas el metro sin saber ciencia cierta si llegas, pero no te importa demasiado. Al final, te bajas en una estación cercana y das con la casa (que es un decir, porque de verdad se trata de una mansión) y ves que ya la cosa está armada. Ves como los maricas de alta sociedad llegan en sus carros de muchas libras y pasan por la puerta con sus invitaciones... cosa que tu no tienes. La chica rara te invitó de palabras, pero nada más y en la puerta habían unos gorilas revisando que nadie se colara al evento.

En tu vida te hubieras imaginado estar en el barrio en que se encuentra la casa de Alex. Por lo que sabes, grandes magnates y aristócratas tienen sus manciones en ese lugar y tu vienes a una fiesta con tu traje barato, un oso bajo el brazo y una caja de bombones. Estuvista a punto de volver a tu casa, pues a cada momento te preguntas que haces en ese lugar, pero no deseabas hacerle un desaire a esa chica, algo rara, pero que parece ser buena persona.

Cuando te aproxima a la entrada de la casa de Alex, ves a distancia a uno de los hombres que estaban contigo en el cuartel de MI5, se trata de ese gigante llamado Charles. Por lo visto el también decidió venir a la fiesta, aunque hay algo en ese hombre que te causa cierto resquemor.

Camino cabizbajo hasta la direccion que me han dado. Las calles, los edificios, la gente que se cruza conmigo por la calle, todos parecen decir "¿que haces tu aqui?". Con cada paso mi cabeza parece bajar un poco mas, y al cabo de un rato tengo la sensacion de estar rozando la calzada con el menton.

Llego hasta donde esta Charles, y hago un pequeño saludo con mi cabeza, que dada su altura probablemente pasa desapercibido. El sobre lleno de dinero en mi chaqueta me pesa mas a cada paso y casi me cuesta hasta respirar, estoy deseando encontrar a Alex para devolverselo.

¿Que haces aqui Eduard? Tu no perteneces ha este lugar, perdedor. Antes de que la voz de mi mujer siga diciendo lo que yo mismo pienso, trato de traer a mi mente la imagen de mi hija, y lo feliz que estara cuando abra su regalo. Puede que Walter se gaste mas dinero, y compre regalos mas grandes y vistosos, pero mi pequeña siempre prefiere los regalos de su padre. Si, siempre.

Sin ni siquiera detenerse a echar un vistazo a la opulenta mansión, Charles avazó hacia la puerta, directamente hacia los dos porteros. Podían parecer intimidadores a la gente normal, desde luego a esa panda de mariposones ricos lo parecerían, pero no a él, que era más grande y feo que ellos.

Con un gruñido se plantó ante ellos dos, y su voz tronó.

Vengo a la fiesta de la pelirroja. aseguró Ella me espera.

Alan decidio ir a buscar a Alex el mismo, no estaba bien hacer esperar a los invitados, pero sobre todo, lo hizo saber si habia algun tipo de problema, la chica habia actuado de forma muy rara cuando se entero que el haria la fiesta, esperaba que el no fuera el problema, si era asi podia asegurar a Alex que se marcharia de la fiesta en la medida de lo posible, claro.

aunque no conocia de memoria la casa sabia que en esas mansiones las habitaciones solian estar en el piso de arriba, asi que subio y se puso a busacar, indicando que si habia algun problema se lo comunicaran al movil.

Al ver mis manos me largo a reir...hace mucho que no me relajaba tanto...aunque tras mis manos el vestido sobre la cama quizas no se vea muy bien en un cuerpo arrugadito....pero no era problema...comienzo a arreglarme para bajar al salón, me pongo el vestido rojo frente al espejo, recojo mi cabello con algunas mechas colgando, maquillo mi rostro, un labial de brillo rezalta mis labios, algo juvenil y sensual, tomo las joyas de mi abuela, aros, collar en diamantes y rubys, la mezcla perfecta, zapatos hermosos...

Ya lista me miro al espejo por ultima vez...- creo que estoy lista, es hora de fiesta!!!!!!...-

Salgo de la habitación y me dirijo por el pasillo hacia la escalera principal...la que da al lobby...desciendo los escalones con cuidado...rodar hacia abajo seria lo ultimo que tengo en mente...

Respiro profundo...- Esta sera una gran noche...-

Sales de tu habitación escuchando que ya hay algo de música en el exterior. La verdad es que estás emocionada, pero no te sientes muy bien, pues te pica la garganta y la nariz, sientiendo ganas irrefrenables de estornudar. No obstante te aguantas hasta llegar a la gran escalera de tu mansión. Ahi te encuentras con Alan que de seguro había venido a buscarte. Eso te pone nerviosa y no puedes controlar la irrefrenable necesidad de estornudar, así que lo haces.

El problema es que, como tus poderes aún escapan de tu control, proyectas sin querer un campo entrópico que al alcanzar uno del los jarrones de la decoración lo revienta y vuelve polvo.

Buscas a Alex por varios sectores de la casa hasta que llegas a un vestíbulo con unas hermosas escaleras que llevaban a las plantas superiores de la mansión. Ahí la ves, enfundada en un vestido rojo y muy bien arreglada.

La verdad es que a pesar de ser una chica rara, era muy guapa y se había sacado provecho. No obstante, justo en el momento en que ibas a decirle algún cumplido, ella estornuda sonoramente y proyecta lo que parece un campo de energía que alcanza un lindo jarrón decorativo haciéndolo añicos.