Partida Rol por web

Greg sonrió. Para un ojo avizor, señorita, sus ropas delatan un arduo camino. 

Inclina la cabeza levemente en señal de respeto. Milady, mi nombre es Greg, y soy un humilde boticario de aquí. Lord Olmen se encuentra... contrariado; los asuntos de la nobleza son demasiado complejos para mi pobre cabeza... los ojos de Greg son chispeantes y no se pierden detalle de la mujer, a pesar de tener la cabeza baja. Debería consultar al senescal, o alguien de la casa. Yo, me temo, debo volver a mi humilde hogar. Y volver en la ignorancia de su nombre, lo cual me apena aún más.

—Oh... Eh, Alayne, de la casa Vash. Hija del Señor de las Islas Cangrejo, Lord Kenneth —dije rápidamente antes de que se sintiera más apenado por el desconocimiento de mi nombre—. Sí, sí, de algo me enterado por ahí y ya me han recibido. Mañana tengo que partir en busca de alguien pero como he visto mucha actividad de guardias y todos parecen en no decirme que es exactamente lo que ocurre con Lord Olmen pues sentía curiosidad —agregué con toda sinceridad encogiéndome de hombros—. Pero bueno, imagino que no suelen confiar esos chismorreos a un humilde boticario... —sonreí y dejé que Greg continuara con su camino, si es que se iba a marchar—.

- Es verdad... no es mi lugar oir semejantes situaciones, milady. Conociendo el rango de la dama, Greg ahora se preguntaba si había sido buena idea el tratarla tan familiarmente. Algunos nobles no se lo tomaban bien.

Decidido a no tentar más su suerte, inclinó la cabeza para saludarla. Me retiro entonces, milady, si no requiere de mis servicios. 

La edad daba sabiduría o eso decían muchos maestres. Y este hombre la poseía siendo prudente y guardando sus chismorreos para él mismo. Iba a ser muy extraño que contara secretos en un pasillo transitado y a una mujer desconocida. Tendría que hacerlo mejor la próxima vez que me cruzara con alguien o simplemente desistir y volver a la cama para un nuevo amanecer. Despedí a Greg con una ligera inclinación del cuerpo y la cabeza. De seguro que no le volvería a ver en la vida. Me di mediavuelta desandando mis pasos para volver a mi habitación...

Greg continuó su camino, pensando en las nuevas vasijas a comprar y en los ingredientes gastados que tendría que reponer. La mujer también se alejo, no dijo más, tampoco habría de por que hacerlo. 

Tras compartir unas palabras con aquel anciano, la mujer continuó su camino. Tras una breve vuelta, lo único que logro sacar en claro, era que el castillo había sufrido un robo y que eso alteró al Lord - casi parecía un demente, si me permite el atrevimiento- dijo un curioso criado. Pero que era o el por que de ese estallido, nadie supo decir nada. 

No sucedió mucho más aquella tarde. Llegó el día y con la mañana, su camino hacía Mermet.