Partida Rol por web

Vicen se dirige al sótano donde tiene su almacén de armas.

-Esperadme aquí, que sino no podemos abrir la puerta-os dice Vicen.

En ese momento Rael se acuerda de la primera vez que vino a por armas, y que en el cubículo tan pequeño que era el arsenal no se podía abrir la puerta si había varias personas en las escaleras.

Estáis esperando en la acera, cerca de la puerta. Un viento frío empieza a soplar por la calle cuando veis como un coche se acerca a toda velocidad.

Todo sucede en un abrir y cerrar de ojos: primero la explosión, haciendo retumbar el suelo; luego el sonido de las balas provinientes del coche os pasan rozando.

El humo llena rápidamente la calle, saliendo a bocanadas de las escaleras que conducen al almacén de Vicen, mientras el coche acelera y se va por el fondo de la calle.

¿Que coño ha pasado aquí? - digo mirando a mi alrededor. Primero compruebo si hay heridos y luego me pongo a inspeccionar la zona, a ver que encuentro.

Yakov quedo enmudecido ante la belleza de su nueva compñera , de su boca podian haber salido miles de piropos y florituras.......pero las explosiones y balazos dejaron ese momento en el cajón de los pudo ser.

Hijos de puta arrancare vuestra putrida carne , sin importarme quien seais !!!!!nadie dispara mi bello rostro!!!!!

Yakov con tranquilidad empieza a buscar nuevos puntos de peligro en la zona cuando la voz de su compañera le saco de sus cabilaciones

Creo hermosa dama , con riesgo de equivocarme......nos dispararon , ergo alguien nos quiere mas muertos aun

JODER!!! - grito al ver que el coche ha desaparecido y no puedo seguirlo. Me relajo e intento tomar iniciativa. Venga, tenemos que ayudar a Vicen, quizás aún esté solo medio muerto y podamos recuperar algo de su material. 

Creo que....

Al fondo de la calle, por donde el coche apareció, ves una silueta acercándose corriendo. Parece un hombre grande, de hombros anchos.

chicos , Alguien se aproxima....

corre en nuestra dirección justo  por donde vino el coche

Escondámonos y veamos quién es - susurra Rael a sus compañeros. Me coloco en una esquina donde creo que tendré buen ángulo de tiro por si viene alguien por la carretera. Y con suerte podré darle de ostias - piensa Rael. Cargo el arma y desde la esquina observo toda la zona al alcance de mi vista e intento captar cualquier sonido u olor sospechoso.

Mientras sacabas la pistola llega a tu mente la imagen de la gitana adivinadora, la bombilla sobre tu cabeza en la chabola, el hule raído y las cartas del Tarot sobre él. Recuerdas a la justicia que, dada la vuelta, te mira desde el papel.

Entonces una palabra resuena sobre tu cabeza: traición.

Ves como la figura se acerca entre el humo que sale del almacén de Vicen, un humo negro y espeso.

Es en ese momento cuando una palabra se cuela por los resquicios de tu mente: traición. Traición, eso es lo que a ocurrido hoy.

Os escondéis detrás de una esquina, cerca de la puerta que da al arsenal del Brujah, esperando a la persona que se acerca corriendo.

Poco a poco la imagen se vuelve más nítida a través del humo: es Tobías, el Gangrel miembro del Sabbat, con su sucio y raído abrigo marrón.

Mira alrededor rápidamente y, mientras gruñe algo, de dirige hacia el almacén de Vicen. Está a tiro.

Mierda la cosa esta jodidamente clara esto solo puede ser...traicion!!!

Nos traicionaron......mierda !!! matemos a ese bastardo!!!!

Cuando veo esas cicatrices familiares me viene a la mente una conversación lejana en el tiempo. Hay que cogerle a toda costa. Disparo sin avisar, pues no creo que se quedara quieto. Mi intención es disparar al abdomen: una herida en las extremidades no supondrá problema alguna, y en el corazón o la cabeza le mataría.

Mierda, se suponía que esto era una reunión informal - farfullo mientras dejo que los que van armados ataquen y busco una manera de entrar en el arsenal de Vicen y armarme en caso de necesidad(*)

La bala silba en el aire y chocan contra la base de una farola. Oís un chisporroteo y, después de una pocas chispas, la farola parpadea y se apaga, sumiendo el callejón en una oscuridad densa. El olor a quemado y polvo invade la calle.

El cuerpo de Tobías da un respingo bajo el sucio abrigo cuando la bala pasa rozándole. Con una agilidad impropia de un hombre tan grande, salta y se esconde detrás de un coche que había aparcado.

Al ver que se esconde detrás de un coche, y para evitar que escape, corro hacía él por uno de los lados (no de frente) y estoy atento a la menor señal de movimiento.

Me moví sigilosamente hacia el lugar dónde se encontraban las armas, tenía que armarme y ayudar en nuestra defensa.