Partida Rol por web

La cabeza de Constanzo asomando por encima de los presentes.....sus ojos inexpresivos observan detenidamente las fotografías....inicio y fin....su mente intentan retener cualquier detalle de lo que ven.

Estamos cerca...es la hora... La voz del Mayor advirtiendo del irreversible momento.

Constanzo opta por ponerse el paracaídas de inmediato dejando a los listos debatir los detalles. Su misión era purgar...a cualquier amenaza entre ellos y su objetivo. Una vez preparado lanza sus puños al aire en una combinación de golpes letales...parece que eso le tranquiliza relajando el gesto...la tensión acumulada todo este tiempo fue liberada.

Sus ojos inexpresivos se fijan entonces en la bella mujer. Proteger.... Que extraño significado para ese saco musculado. Extiende su enorme mano, que pone fin a su descomunal brazo, hacia la endeble criatura. Yo le ayudaré señorita.....yo le protegeré. Dijo sin más con su grave voz salida de las cavernas.

Bulldog observó como aquel hombre disfrazado de soldado se acercaba hacia su posición con aire fanfarrón. Los ojos vacilones de este sujeto en Constanzo intentando demostrar cierta hombría. El hijo de Sanguinetti tenía reciente las burlas y amenazas del gusano pero ahora la situación había cambiado.....estaban de igual a igual sin armas de por medio y eso......eso le hacía ser feliz. Los ojos inexpresivos del Bulldog con el derecho parpadeante observando al soldado que luchaba por mantenerse firme y contener la orina. Golpea el botón de apertura de la compuerta......el aire entreba turbulento en la cabina....era de noche y desde esa altura no se podía ver el suelo con claridad.

Bulldog se dispuso a morder el brazo de ese gusano a modo de despedida, la cara de terror de la víctima, pero justo en ese momento una leve turbulencia lo terminó de desestabilizar y se precipitó a través de la compuerta......hacia el oscuro mar de la noche.

La próxima vez que nos volvamos a ver...... Pensó con rabia mientras era engullido por el aire y recuperaba la postura.

Logan mira hacia el suelo, que ahora mismo parece como si fuese inalcanzable, pero su mente no deja de trabajar y en situaciones peores se ha visto.

Intenta relajar la respiración, forzándose a mantener la calma, pues a buen seguro los nervios no pueden ser unos buenos compañeros en esta situación.

Las manos del teniente se dirigen hacia las cuerdas que parten de sus hombros hacia la oscuridad, que parece tragarlas más arriba...y en esa oscuridad comienza a dibujarse una sonrisa en el rostro de Logan. Esa era la solución, ahora sólo faltaba llevarla a cabo.

Extiende el brazo derecho, y su mano se aferra fuertemente a las cuerdas que le sujetan. Acto seguido su brazo izquierdo se acerca para hacer compañía al primero, tan sólo un poco más arriba.
Los músculos de los brazos se tensan, los dientes se aprietan, marcándo los músculos de sus mejillas. Lentamente comienza la ascensión, mano sobre mano, aumentando la distancia con respecto al suelo, buscando la rama más próxima.

Tras unos minutos consigue alcanzarla y se sienta a horcajadas sobre ella, pudiendo así descansar un poco los brazos, ya que los necesitará para el siguiente paso del plan.
Saca el cuchillo que le fué entregado en el avión y una a una comienza a cortar las cuerdas que le atan al paracaídas.
Lo hace por dos sitios, uno en el extremo más cercano a su cuerpo y el otro lo más alto que puede en las cuerdas que se extienden hacia las alturas.

Cuando cree que ha conseguido las suficientes cuerdas, comienza a atarlas entre sí, formando una sola pero mucho más larga, tanto como para poder alcanzar el suelo.
Ata un extremo a la rama, afianzándola varias veces para que el nudo no pueda soltarse, y deja caer el resto en dirección al suelo.

No le gusta la idea de dejar el paracaídas en la copa del árbol, pero no puede hacer nada para remediarlo, tan solo bajar y alejarse lo máximo posible del lugar antes de que sea descubierto.

Lentamente se descuelga de la rama, sujetándose con fuerza a la cuerda improvisada y comienza el descenso.
La palma de las manos le duele, pero es un dolor soportable, mucho más que el producido si se soltase.
Así pues, Logan sigue bajando, mientras con los pies atenaza la cuerda para buscar otro punto de apoyo, por inseguro que parezca.

Al cabo de unos momentos sus pies tocan tierra, y se frota las manos contra las perneras de los pantalones, intentado aliviarlas del esfuerzo al que han sido sometidas.

Allí queda la cuerda, colgada y a la vista, pero es un mal menor comparado con el paracaídas de la copa del árbol.
Encogiéndose de hombros decide no perder más tiempo e ir en busca de sus compañeros, no pueden estar muy lejos.

Y ahora veremos qué pasa - se dice a sí mismo mientras se interna en la oscuridad, con el fusil en sus manos y preparado para ser utilizado en caso de necesidad - ¿cuantos se echarán atrás?

En caída libre.....así era como descendía la espada de Damocles sobre aquel territorio de herejes y paganos. Poco despúés del accidentado salto consiguió recuperar el equilibrio. Sus ojos fijos en la oscuridad, el cielo encapotado impedía el paso de la luz de la luna dificultando aun más la visión. Constanzo decidió contar hasta cincuenta antes de tirar de la anilla.

Uno, dos, tres...............doce, trece,......treinta y uno, treinta y dos..... El ruido del aire era ensordecedor impidiéndole escucharse a si mismo. De repente el suelo apareció ante él...demasiado cerca como para seguir contando. Tiró de la anilla con fuerza.......quedándose con ella en la mano....sin embargo suficiente como para que el paracaídas frenase su caída..... Sus robustas piernas hicieron el resto.

Nada más llegar al suelo extrajo uno de sus cuchillos y cortó las cuerdas que le unían al paracaídas. Hizo una pelota lo más rápido que pudo y la ocultó en unos matorrales. El bulldog se movía con celeridad y seguridad como si hubiese hecho lo mismo en cientos de ocasiones.

Busco en el cielo a sus compañeros de misión y fue a su encuentro....fusíl en mano.

Constanzo escuchó las palabras del Teniente Logan atentamente aunque su corto entender no le permitía enterarse de nada. ¿Desertar??.....¿quién querría desertar?... Se preguntó a si mismo con cierta incredulidad. Habían sido encomendados a una misión.....su patria les reclamaba......huir no era concebido por su mentalidad....huir no era una opción.

Entonces habló el histriónico y ruidoso ayudante del Teniente. Como hiciesen más ruido pronto su posición sería descubierta....estaban en terreno enemigo. Constanzo oteo entre las sombras de alrededor en busca de alguna fuente de luz. La negrura les envolvía. Estaban sólos...........o al menos eso aparentaba.

El francés había conseguido con su charla desviar la atención hacia la hermosa mujer.....sin duda todo el mundo estaría pendiente de su respuesta... Todos menos bulldog que vió apropiado el momento para hablar. Yo he venido a purgar esta tierra de indeseables....no soy ningún gallina. Dice con un susurro aunque el gesto de su cara no indicaba que estuviese de broma. Aferró su fusil con fuerza e impaciencia......la noche era su aliado y estaba venciendo poco a poco. No tardaría en hacerse de día.

Intentó orientarse de alguna forma pero le fue imposible.....dirigió su mirada nuevamente al Teniente. Él sabrá por donde hay que ir...

Tras escuchar las palabras de Logan, A.J. guarda su cuchillo y se acerca a Robert. Su cerrado acento se hace notar más aún cuando susurra lo suficientemente alto como para que lo oigan todos:

- Ten presente que yo siempre he trabajado solo. No me importa ir delante, pero si vais a seguirme, hacedlo a una distancia prudencial. Si encuentro algo, os lo haré saber.

Acto seguido, enfoca su objetivo, en la dirección que había señalado el teniente. Lanza un rápido vistazo para evaluar el terreno, tras lo cual echa a andar intentando hacer el mínimo ruido y aprovechando las sombras para mantenerse fuera de alcance de ojos alemanes...

A.J. continúa su avance en silencio...

León asiente al teniente con una sonrisa, pues nunca le habían tratado con respeto. Acto seguido, y arma en mano, comienza a alejarse con el mayor sigilo posible. Las pocas sombras se reducen ante el nuevo amanecer, pero espera que aún le sirvan de cobertura...

Oskar recibe de pronto la orden de Louis, venida de la boca de Logan. Había observado como Logan había trasmitido la orden y que de boca en boca, como de un juego infantil se tratase, ha llegado a él.

Vaya, pisar donde pise Louis, este Logan es sorprendente, siempre es bueno prevenir...

Se gira sobre su espalda y encuentra a Graves y dudo durante un momento en comunicarle la orden, pero al final accedio a hacerlo.

Este ladón puede que nos sea de ayuda...

Pisa donde yo piso si quieres seguir vivo

Su voz es seca y con un tono despreciable apenas apreciable. Se volvio a girar y siguió los pasos de Louis, observando todo a su alrededor. A.J. le daba confianza, parecía que sabía lo que hacía y eso estaba bién, pero un militar es un militar y por instinto no dejaba de vigilar a su alrededor.

Graves, inmóvil junto al árbol, veía como los demás avanzaban. Se había quedado un poco rezagado atento a cualquiera que viniera por detrás, pero ahora estaba a punto de moverse hacia sus compañeros con el mayor sigilo posible...