Partida Rol por web

El frío le atenazaba el cuerpo... el mal sueño... y el dolor, aquel dolor... La cabeza parecía querer estallarle, y Elvis se la sujetó casi con miedo de que realmente lo hiciera y sus sesos acabasen desperdigados por... por... Por dónde?

Intentó abrir los ojos... unos ojos que le dolían como jamás hubiese imaginado... e intentaba recordar a pesar de que el cerebro y todo su cuerpo le gritaba que se dejase ir... que volviese a dormir... que sería mejor. Elvis no era de esos...

El avión... Se sobresaltó al recordar con claridad la sensación de vacio en el estómago... esa de caída en la montaña rusa... Solo que él no estaba en una montaña rusa... Estaba en un avión que se precipitaba sobre el suelo alemán. Su último recuerdo... su mirada desdibujandose tras el impacto...

Abrió los ojos para encontrar sobre sí los muelles oxidados de un somier raído... las hebras de un colchón más raído aún... Pero qué demonios...? Giró la cabeza con esfuerzo... Mierda.. mierda.. dónde estaba?

El barracón era de madera... madera vieja y carcomida por la húmedad y el tiempo... por la suciedad, que se expandía y lo dominaba todo... Diez literas que más parecían nichos ocupaban el lugar... y un puñado de tétricas velas, esparcidas por los rincones, debían ser las encargadas de proporcionar la escasa luz, claramente insuficiente, cuando la del sol dejase de filtrarse por las heridas de la madera...

Suciedad y tiniebla... nada más...

Mierda...Dónde demonios estaba?

agarrandome la cabeza, lentamente intente incorporarme...
estoy herido?
mis manos palpaban cada parte de mi cuerpo para asegurarse que aun estaban ahi y podia moverlas
pero que... donde?.... como?
con gran esfuerzo pude sentarme en ese monton de maderitas podridas que simulaba una cama
esto es una enfermeria..? o soy prisionero?
mi vista aun estaba nublada, y la tenue luz de las velas no ayudaba
muerto no estoy seguro...emm.. seguro..? nah pero que estupideces estas pensando? vuelve a la realidad!
una debil voz se arrastro por mi garganta para salir timidamente de ella y desvanecerse en el lugubre barracon
h..o..l..a...?

Se palpó la frente... las sienes que retumbaban como tambores furiosos... y el dolor pareció acallarse un poco... pero no lo suficiente.. no lo suficiente...

La voz de Elvis apenas se deslizó de sus labios para verterse a sus pies... Tenía su ropa, algo era algo... y no parecía que tuviese heridas importantes... pero aún así... cómo dolía todo...

Un murmullo leve se filtraba entre las maderas podridas... voces desconocidas que se insinuaban aquí y allí... Sería alguno de los suyos? Voces de hombres que murmuraban... voces perdidas que era incapaz de llegar a comprender... que solo apreciaba en el tono lejano... Y luego.. aquello....

Le llegó nítido como un relámpago en la noche... la risa de una niña, fresca y jovial... su correteo... le paró el corazón...

Pero dónde demonios estaba?

la risa y el correteo paralizaron me paralizaron por un instante
acaso me volvi loco? quizas este soñando...
junte fuerzas de donde no tenia para ponerme en pie. mis piernas flaquearon levemente, y un intenso dolor me lleno el cuerpo
di un paso casi arrastrado, y mis piernas respondieron quejandose...
mis manos se agarraban de aquellas literas putridas, y mis oidos seguian aquella risa.. aquel jugar inocente en tanto dolor...

Granito y alambre... muros grises y puertas de metal oxidado y barro en los pies...

No había duda... Quién no había oído hablar de ellos?... Aquelllos campos de concentración se habían vuelto legendarios... historia negra que se extendía como una marea... de boca en boca... de voz en voz... Y cada historia era más terrible... más cruel...

Los ojos de Elvis se perdían en enormes paredes de más de 10 metros de alto.. Hormigón gris e inexpugnable rematado de aquel alambre de espino retorcido y que proyectaba una sombra casi malvada que parecía querer enredar a las pocas almas tristes que por allí rondaban... Igual que lo hacían aquellas otras sombras... garitas elevadas, que con un faro halógeno a modo de ojo cíclope.. todo lo observaban... todo parecían saberlo....

Elvis intentó fijar la mirada.. enfocar las formas.... Sombras que entraban y salían de unos barracones burdos levantados del suelo en plataformas que ni siquiera llegaban a inestables... sobre unos pilares que llegaban más allá de lo ruinoso...

Pronto sabría si todas aquellas historias leídas... todas aquellas que había escuchado como si fueran historias para no dormir... eran ciertas...

empuje la desvencijada puerta, y esta libero al astro sol que me cego por un momento...

hasta que por fin pude abrir los ojos, los cuales contemplaron atonitos el horror gris y espinoso de la confinacion y el desaliento....

mis pies se hundian en el espeso lodo, y mi alma buscaba refugio en aquella risa de la niña...

la niña... donde esta...?

Sombras que se escondían... otras que se asomaban curiosas... y los ojos de aquellos soldados desde lo alto de las torretas, y el del brillo acerado de las ametralladoras que se encaramaban a ellas...

Elvis observaba casi repugnado a su alrededor... intentando aferrarse a una risa que se desvanecía... y entre aquellas sombras vió acercarse a un hombre de color... un hombre que saludaba a aquellas otras sombras grises con una sonrisa perfecta en los labios... cómplice...

Era como una raspa... hueso y pellejo... y le cubría una especie de pijama del mismo color de hormigón sucio de los muros, con un numero bordado en negro sobre blanco a la altura del corazón... Y un extraño gorro, bien calado en la frente, le cubría sin poder disimular su extrema calvicie...

Se acercaba con pasos rápidos, seguros.... con esa mirada en la cara del que sabe... del que entiende... Y llegó hasta Elvis con la mirada chispeante y la sonrisa adornada por unos dientes perfectos... blancos... casi demasiado...

Y con aquella expresión más propia de una reunión social que de un campo de prisioneros... le tendió la mano...

Bueeeeeeeno!!... Hola hola!!! Tendía la mano a aquel hombre, carne nueva... sí señor... Desmond le ayudaría, o sí señor... yo podría ayudarle... Te vi llegar, sabes?.. O sí señor!! hacía tiempo que no llegaba nadie nuevo...

Sonreía afable mientras mantenía la mano extendida en espera de su respuesta... Oh, sí señor... Bienvenido a Tanhausser...Soy Desmond Lester.. Sí señor... así me bautizó mi madre... Me acerqué un poco más a él... la discrección, en estos casos, siempre me había ayudado... Sí... Desmond Lester... recuerda mi nombre... eh amigo?... Desmond... Tu pide a Desmond... y Desmond concede...

La carcajada me estalló en los labios... y entre estertores la reprimí fingiendo una sonrisa.. Aquellos malditos nazis no tenían sentido del humor...

ajjaajjaj... excepto mujeres... de eso no puedo conseguirte... Pero.. ey amigo... Soy Desmond Lester, y conozco tooooodo sobre este campo... y puedo conseguirte... casi cualquier cosa... guiñaba un ojo negro como el azabache a aquel hombre... Aún no me había estrechado la mano... eso no era educado... no señor...

Quizá no lo recordaba... Volví a tendersela...

Y tú?.. cómo te llamas amigo?..

me quede paralizado ante desmond, la verdad es que esperaba muchas cosas menos una bienvenida de tal calibre

tras un rato de escuchar muchas muchas palabras, de las cuales solo me quedaron claras "Desmond Lester" y "consigue" levante muy lentamente mi mano, la cual fue rapidamente interceptada y estrechada freneticamente por desmond

ehhh... soy... ehh.. me llamo.... elvis... elvis presley...

me lo quede mirando un rato largo sin decir mas nada, aunque mi mano aun se encontraba dentro de la suya...

donde estamos..? ... que paso?

Me delvolvió el saludo.. Sí señor.. así se saludaban los hombres... Le sujetaba la mano con las dos mias... agitándola algo rápido, pero.. Así se saludaban los hombres... sí señor..

No lo sabes?... pero tú eres soldado, no? Deberías haberte puesto el uniforme gris, sabes?.. o esos cabrones te lo harán pasar díficil.. Creeme.. oh, sí señor... díficil... Le miraba intrigado ahora... casi desconfiado.. y había dejado ir su mano para mirar a mi alrededor... casi como si comprobara que lo que iba a decir era cierto... quizá para que solo lo oyese él... Le empujé levemente para obligarle a entrar de nuevo en el barracon... Mejor lejos de aquellos ojos nazis.. Sí señor..

Vamos.. es mejor que te vistas... No me gustaría que... acallé la voz... y le señalé el uniforme de prisionero que estaba en el suelo de una de las literas...

Me senté cansado en otra... Estas en el infierno, amigo.. Sí señor.. el puto infierno... ahí estas...

Bienvenido a Tanhausser...

senti un empujon que no esperaba, y de lo debil que me encontraba casi caigo al suelo, pero me repuse dentro del barracon putrefacto...

mis tristes ojos vieron el aun mas triste y gris uniforme que deberia vestir...

Tanhausser... repeti casi sin pensarlo...
mientras me enfundaba en el uniforme de convicto

hace cuanto estas aca...?

La sonrisa se me había apagado.. y ahora era gris, como todo allí..

Demasiado... Aquí siempre es demasiado... encogía los hombros mientras me echaba atrás y perdía la mirada a través de la puerta.. Una herida abierta a otra mucho mayor... Y creeme... se pierde la noción del tiempo... Sí señor... fue un tono resignado.. triste... peor que eso.. se pierde...

Me incorporé para apoyar los codos en las rodillas, y me obligué a la sonrisa de nuevo... Pero ey!.. Nadie puede decir que Desmond Lester no es un superviviente... Sí señor... un superviviente... La hilera perfecta y blanca de mis dientes volvía a reinar en mi cara... Y además soy más cosas... sí señor... Puedo conseguir que tu estancía aquí sea muuuuuuucho más agradable.. sí señor... Todo tiene un precio, claro.. pero... seremos grandes amigos... ya verás...

Sí señor... ya verás...

si grandes amigos...
mi tono no era muy efusivo, aunque intente sonreirle a desmond, el cual se esforzaba para que el impacto de saberme alli no fuera tan traumatico

sobrevivio alguno de mis compañeros?

Compañeros...hacía mucho que yo había olvidado a los míos, y la mención de ellos me revolvió incómodo... Después de todo, quizá hubiese sido mejor morir con ellos...

Solo bajaste tú del camión... encogí los hombros apartando la mirada mientras el nuevo se vestía... Sí señor... solo a tí... Estabas inconsciente y te trajeron directamente al barracón... Decías algo de un accidente...y gritabas no....

Gritos y lamentos... oh, sí señor... de eso hay mucho por aquí... pronto... pronto lo sabrás... Agité un poco la cabeza... todo a su tiempo... Pero dime... eráis muchos en tu escuadrón? que os pasó?

Retazos... quizá solo sueños extraños... Un furgón, una lona que ondea... unos parpados que se entreabren sin llegar a saber si realmente ven o si tan solo imaginan...

Ruido de carretera enfangada... de rueda hundiéndose y grava saltando a su paso... y la sensación de ingravidez en el cuerpo, de ese extraño duerme vela en el que los ojos quieren mirar pero que no obedecen...en el que los párpados pesan toneladas, y apenas se abren milímetros para distinguir sombras...

Granito gris... retorcidos sangrientos de espino.... Y aquel sonido que parecía una condena...

Las puertas se cerraban tras ellos....

La sirena que retumbó en los barracones dió la alarma... y el quejido de las enormes puertas de hierro abriéndose... el terrible retumbar al cerrarse, no dejaron lugar a dudas...

Un nuevo furgón llegaba... y el chirrido del freno a pocos metros indicó a Desmond y a Elvis que ya estaban allí...

Un furgón...y yo sabía bien lo que significaba...

Me levanté de la cama con el gesto agriado... con el retorcer algo nervioso de las manos... y me dirigí a la puerta para verles llegar...

Un furgón... sí señor... yo sabía lo que significaba...

Carne fresca.....

Jhon mclane siente como se mueve el suelo, mueve sus manos como una accion refleja como si estuviera buscando su rosario o la arma mientras piensa Dios... el infierno...esto es la muerte...??..al fin nos encontramos , aunque.. dudo que esto es un vehiculo de angeles..mientras comienza a abrir sus ojos

aun estaba algo mareado y debil...
que si eramos muchos....
no lo recordaba con exactitud... hice un esfuerzo por recordar....
eramos....
en ese momento las sirenas aullaban y las dentelladas de las puertas de hierro, carroñeras, desgarraban y devoraban los restos de libertad que nos quedaba...

cuantos somos masomenos...¿?

Pasaba ya del medio día cuando un furgón militar... con la trasera cubierta por una lona kaki, se detenía cerca del barracón y varios nazis saltaban de él con el gesto furioso... algunos sangraban, y se dirigían directamente a la zona de guardias del campo... Otros, no heridos pero desde luego cansados... lanzaban miradas furibundas a un lado y otro...

La compuerta de atrás de aquel vehículo se abrió con un estruendo metálico, y cuatro soldados llegaron para ayudar en la descarga... Uno a uno 5 hombres fueron descendidos en volandas y sin cuidado de él.. y uno a uno fueron introducidos en el barracón en el que Elvis y Desmond se encontraban..

Era un barracón de madera podrida, húmedo y frío... oscuro a pesar de la luz que se filtraba por las rendijas de la madera herida... y un par de hileras de literas se desperdigaban a los lados pareciendo más ataúdes que camas...

Los nazis abandonaban sin cuidado a cada uno de los hombres sobre el colchón inmundo de uno de aquellos nichos... y el negro Desmond se había apartado de la puerta, sonriendo y realizando pequeñas inclinaciones ante los guardias... No tardó mucho, ostensiblemente pálido incluso para su piel oscura, en escurrirse hacía afuera como una serpiente sin decir palabra...

Elvis los miraba sin saber muy bien a qué atenerse... Aquellos hombres no llevaban uniforme, solo un mono negro imposible de identificar con algún pelotón o sección de algún ejército... Quienes eran? Pronto lo sabría... Un nuevo nazi, con su fusil al hombro, entró para lanzar con desprecio sobre los cuerpos inconscientes el pijama gris numerado que el mismo Elvis ya vestía...

Poco a poco... uno a uno... la carne fresca abría los ojos...