Partida Rol por web

La brisa golpea sus rostros y el aroma del salitre comienza a hacerse frecuente mientras se van despertando. El característico sonido del agua golpeando en la costa llega a sus oídos mientras sus manos se entierran de a poco en la rugosa arena, a veces húmeda y a veces seca. Sus ropas se sienten pesadas por el agua pero sus cuerpos parecen relajados, como si ustedes hubiesen descansado en una mullida cama durante largo tiempo.

Lentamente abren sus ojos y la luz del atardecer se va filtrando tras las pestañas, una luz grisácea devenida de un Sol que pelea el dominio del cielo con las densas y oscuras nubes. A su alrededor lo primero que ven es el inmenso mar y una gran playa que les ha recibido. De a poco comienzan a mirar a sus costados y lo único que logran reconocer es a ustedes mismos y a un gran número de tablones de madera y telas que se hallan desperdigados por el lugar. Sin embargo, salvo ustedes cuatro no parecen haber más personas en la zona.

Instintivamente miran sus ropas y sus cuerpos. Las primeras no sólo se encuentran mojadas, sino que también presentan los jirones y rasgaduras propias del accidente que indudablemente han tenido. Los segundos, sorpresivamente se encuentran intactos. Sin embargo, quien más sorpresa acusa es Momoka al notar la piel de su pecho intacta allí donde hasta hace poco había una gran herida producto de la garra de Raptor. La extrañeza de todos aumenta al notar que no sólo no sienten dolor, sino que además sienten sus energías renovadas.

Pasados unos instantes, al mirar en derredor se dan cuenta que la playa se extiende varios metros desde la costa antes de comenzar cambiar paulatinamente la tierra y volverse cada vez más verde. Más allá, la vegetación va tomando uniformado hasta extenderse en una hermosa campiña, con varias colinas y algunos que otro gran árbol.

¿Dónde estoy?¿Que sucedió?¿Dónde estamos? Sfenos se incorpora lentamente y, al ver a Momoka se acerca a ella. Observa el paisaje, el mar, la playa y el verde más allá. Vuelve su vista a Momoka. ¿Cómo te encuentras? Intenta ayudarla a levantarse.

¿Qué paso? Es el primer pensamiento que cruza mi mente cuando abro los ojos y me encuentro sobre la playa. Me levanto lentamente de la arena, mientras miro a mí alrededor buscando entender la situación. El ruido de las suaves olas rompiendo contra la costa aporta cierta calma a la desconcertante situación en la que nos encontramos.

¿La nave se estrelló? Parecería que eso fue lo que ocurrió, pero como es posible que estemos todos juntos, sin ninguna herida e incluso sintiéndonos descansados. ¿Acaso somos los únicos supervivientes? En ese caso, ¿Dónde estamos? Reviso los alrededores para ver si distingo algún aspecto geográfico que pueda ayudarme a ubicar este lugar.

Pero rápidamente me preocupación se torna hacia mi pequeña compañera, así que reviso que Lorelei se encuentre bien.

Cada uno comienza a levantarse o simplemente a recuperar la conciencia de a poco, asimilando como pueden tanto el lugar en el que están como los recuerdos de los eventos vividos en la nave.

Sfenos no pierde tiempo y, tras observar la zona, se acerca rápidamente a su amiga. Al mirarle, nota sin mucha dificultad las ropas desgarradas que dejan ver la piel de Momoka, suave y sin marca alguna de rasguño allí donde Raptor efectuó su ataque.

Demian, por su parte, trata de llevar lógica a lo que les sucede. Inmediatamente mira hacia la costa y luego la recorre con la vista de un lado a otro, pensando dónde podrían estar. Tomando en cuenta el lugar de partida, el joven se hace aproximadamente una idea de donde deberían encontrarse en caso de haberse accidentado con el zepelín... el trayecto, el tiempo de viaje y la aparente velocidad que llevaban, hacen suponer a Demian que han de encontrarse en alguna isla de la bahía que forman los principados de Helenia y Gabriel.

Un pequeño ruido se oye en la cercanía y tras unas tablas que inicialmente se mueven aparece un pequeño ser, visible a los ojos de todos, que no tarda tiempo en salir volando hacia Demian hasta posarse sobre su hombro y abrazarle como puede con sus diminutos brazos. El ser parece comunicarse con el compañero de ustedes y entre los murmullos parecieran escuchar un sonido familiar... la voz de Lorelei.

Unas campanadas se oyen a lo lejos, sonidos que el viento comienza a llevar de un lado a otro. Pasado un rato su vista se dirige hacia el noroeste, donde parece ser el lugar en el que el sonido se origina y en donde comienzan a notarse algunas construcciones.

Costosamente abro los ojos, me sentía cómoda y descansada acostada en la arena y luego de tal ajetreo no era para menos. Al percatarme de mi alrededor caigo en cuenta de lo que ocurrió. Un momento, ¿qué ocurrió? La imagen de Raptor con su maléfica sonrisa me hace mirar inmediatamente hacia mi torso, y al comprobar que no tengo heridas, dejo salir un suspiro de alivio. ¿Pero cómo...? La calma inicial se torna en confusión al no saber el cómo ni dónde estamos. Observo a mis compañeros y agradezco con bajando levemente la cabeza a Sfenos por su ayuda.

"- Bien, estoy bien. Aunque no sé cómo -río algo nerviosa. ¿Vos cómo estás? -digo, y le echo una mirada al igual que a los demás, como extendiendo la pregunta al resto del grupo".

Es en entonces que me percato de la pequeña criatura. Así que eso era lo que escuchaba. Observo curiosa esperando Demian nos introduzca, y luego saludo.

Al escuchar las campanadas giro mi cabeza y me concentro en la distancia y el cómo podríamos llegar hasta allí. Parece que no estamos solos, tal vez alguien sepa dónde estamos exactamente.

Me alegro al ver que Lorelei se encuentra bien y cuando se apoya en mi hombro la acaricio afectuosamente con mi mano. Noto que todos la han visto, así que creo que llego el momento de presentarla ante mis compañeros, ya que con excepción de Gimok, el resto aun no la conoce.

-Bueno parece que todos estamos bastante bien, aunque no entiendo como puede ser que estemos tan sanos después de un accidente tan serio. No se ve a Penas por ningún lado, así que me temo que él no haya tenido tanta suerte como nosotros. –Digo con un tono de voz un poco serio.

-Las campanadas esas que oímos deben venir de algún pueblo cercano, lo mejor sería acercarnos hacia allí. Pero supongo que antes tienen curiosidad por saber sobre mi pequeña amiguita, así que dejare que ella les explique.

El pequeño ser de color azul con apariencia femenina cuyo tamaño no es mayor del de la palma de una mano se levanta de mi hombro y se acerca flotando al resto. Pareciera estar compuesta íntegramente por agua, incluso parece que su cabello está fluyendo constantemente.

-Hola a todos, mi nombre es Lorelei. –Dice la pequeña mientras saluda amablemente con su pequeña mano. Me alegro de finalmente poder presentarme. Soy una sheele, lo que significa que no solo soy la mejor amiga de Demian sino que también soy parte de su alma, literalmente.

Estoy bien Momoka.

Sfenos observa como el pequeño ser se posa sobre el hombro de Demian. Cuando se presenta, el joven responde: Es un placer conocerte por fin, Lorelei. Supongo que sabes nuestros nombres, sin embargo, por una cuestión de cortesía, me presentaré. Mi nombre es Sfenos.

El muchacho, hace una pausa. Luego deja de mirar a Lorelei, y dirige su vista a Demian.

Estoy seguro de que no he respondido tu pregunta satisfactoriamente, Demian. Lo que hice en la nave es una habilidad que me permite buscar hechos del pasado. Vi a Raptor dejando las marcas con sus garras, y riendo. Les dijo a los que estaban del otro lado de la puerta: Este ha sido un acontecimiento de lo más inesperado. ¿Verdad, mis asustadizos niños? Veamos si es posible aprovecharlo. Hace otra pausa, muy breve. Luego me pareció que podía verme. Extendió su brazo hacia mí, como si hubiera querido atacarme. Eso es lo que vi.

Luego de decir estas palabras, Sfenos mira a Gimok. Si buscas esta habilidad entre tus conocimientos de magia, hechicero, no la hallarás.

¨¿estamos muertos?¿que sucedío? escucho voces...¨

mis ojos se abren mirando el cielo, voy levantandome lentamente cuando logro visualizar a los chicos y a Lorerei, me agarro la cabeza en cuanto intento poder guiarme en donde estamos, por mientras, ignoro el dialogo de mis compañeros intentando pensar

Una leve brisa desde el mar acaricia la piel de cada uno mientras las últimas presentaciones se van dando; a excepción de Gimok, el resto del grupo es la primera vez que ve una criatura como Lorelei, extraordinaria sin dudas. La pequeña sheele se muestra afable y, a pesar del accidente que parecen haber tenido, se muestra tan jovial como lo fue en el zepelín mientras se mantenía invisible a la vista.

Mientras van hablando entre ustedes, algunos empiezan a preocuparse más por lo que hay en los alrededores y por ver qué llevan consigo. Sfenos inmediatamente se tranquiliza al notar que su máscara sigue en su lugar bajo el cuello largo de sus ropas, y asimismo rápidamente encuentra el sombrero tirado en las cercanías. Momoka, por su parte, comienza a buscar en los alrededores sin encontrar más pisadas que las que ustedes están dejando. Sin embargo, grande es su sorpresa al ver algunos cofres con pertenencias no muy lejos, entre los que se encuentra el cofre de ustedes.

Gimok se agarra un poco la cabeza, rascándosela mientras trata de acostumbrarse al lugar y a hacerse a la idea de dónde podrían estar. La situación lo desconcierta un poco y a lo único que puede atinar es a pensar que esta debe ser alguna isla del Mar Interior de la que no puede dar cuenta, que ha de estar cercana a las costas continentales.

Demian, por último, da cuenta de la falta de Penas. A pesar de observar el grupo en los alrededores, no pueden encontrarlo ni a él ni a ninguna otra persona.

Las campanas que hace instantes se sentían vuelven a escucharse y ello hace que su vista se vuelva hacia las construcciones en la distancia. No parece haber un camino en las cercanías como para movilizarse hacia aquel lugar, pero están seguros que si siguen la costa llegarán en no mucho tiempo.

Escucho con atención la explicación de Sfenos, sin dudas el posee algunas habilidades impresionantes. Una vez finalizadas las presentaciones y al ver nuestros cofres en la arena me acerco a ellos para recuperar mis pertenencias que hayan sobrevivido al accidente. Al volver escuchar nuevamente el ruido de las campanadas mi atención se torna hacia ellas.

-Si ya están listos, vayamos caminando por la costa en dirección al origen de esas campanadas. De paso puede ser que encontremos a algún otro superviviente, que seguramente también se encuentre en la playa como nosotros.

me fijo en los cofres ropa que me sean mas acorde al territorio

SI, ESTOY DE ACUERDO, TENEMOS QUE  MANTENERNOS UNIDOS, ANTE CUALQUIER SITUACION

"AHORA QUE ME DOY CUENTA, SIENTO MI MAGIA PLENA, COMO SI NO LA HUBIERA GASTADO, ¿HACE CUANTO QUE ESTAMOS ACÁ? ¿ESTE LUGAR QUE ES? "

POR CIERTO, YA QUE ESTAMOS EN ESTA SITUACIÓN JUNTOS, ME GUSTARÍA SABER MAS DE USTEDES, ASÍ SE NOS FACILITA A LA HORA DE AYUDARNOS, MOMO A TI TE VI, PERO AUN NO ME QUEDA CLARO EN QUE CONSISTE. ¿Y TU SFENOS QUE TE CUENTAS? ¿A QUE TE DEDICAS?

Mientras los demás siguen hablando, Sfenos se acomoda la máscara y va a recoger su sombrero. Lo mira, lo limpia un poco y piensa. ¿Por qué llegamos a salvo? ¿Nos hemos estrellado? ¿Alguien curó a Momoka? ¿Qué sucedió mientras estábamos inconscientes? Tal vez pueda saberlo. Podría intententarlo. Tal vez pueda encontrar algo de información. Se pone el sombrero, se acerca a donde despertaron, y se agacha, apoyando la palma de su mano derecha en la arena de la playa. Pero no está seguro, y cambia su idea por otra. Mi sombrero llego aquí de la misma forma en que nosotros llegamos.
 

Luego de encontrar los cofres, tomo algunas cosas fáciles de cargar, tales como ropa y pocos suministros, y me dispongo a encaminarme hacia donde escuchamos las campanadas. Antes, sin embargo, fijo mi mirada en el azul horizonte del mar, y luego levanto mi cabeza en dirección al cielo, por dónde viajábamos. Hundo los pies en la arena y pienso que en que éste sería un lugar lindo para estar si no fuese por el cómo terminamos aquí. Penas se encontraba muy grave... espero que como nosotros esté sano y salvo. Deberíamos buscarlo, puede haber ido al asentamiento. La voz de Gimok me quita del ensimismamiento y prontamente respondo.

"- Es algo que aprendí en el templo -comento, recordando aquel lugar. Puedo controlar mi energía espiritual, hacerla fluir y concentrarla en mis puños -digo, mostrando los nudillos. O bueno, en mis piernas -agrego, desenterrando los pies de la arena. Todos pueden hacerlo, con práctica. Lo que vos hiciste... ¿eso dónde lo aprendiste? -me atrevo a preguntar".

Con la visión de los cofres cercanos, algunos de ustedes se acercan para tomar sus pertenencias, dejar algo de lo que llevan y/o cambiarse las ropas mojadas. Además de ello, aprovechan también para hablar un poco de lo que pueden hacer, de sus capacidades.

Mientras algunos intercambian palabras, Sfenos se separa del resto acercándose inicialmente hacia el lugar donde se encontraba acostado y mirando luego el sombrero que lleva. De los restantes, sólo Demian reconoce cierto patrón en los movimientos de su compañero pues lo vio mantener similar nivel de concentración en el zepelín.

Pasa un momento hasta que todos se ven preparados y comienzan a movilizarse por la playa, buscando el origen de las campanadas. A veces húmeda, a veces seca, la arena envuelve de a poco los pies -o el calzado- de cada uno de ustedes a cada paso que dan. La brisa es persistente y el gris del cielo parece inmutarse ante un viento que les llega desde la costa. Los minutos pasan mientras continúan conversando, aprovechando la distancia que les separa de lo que parece verse como una aldea. Eso si, algo llama su atención y es que durante el trayecto no logran encontrar más rastros, ni de la nave ni tampoco de persona alguna.

Luego de un largo caminar, finalmente el grupo se encuentra con los límites de un pequeño poblado costero.

Varias casas de piedra y madera se levantan a sus costados mientras van atravesando las calles cubiertas de tierra y hierbas, notándose de inmediato la falta de gente en las viviendas. Este hecho llama su atención de inmediato hasta que la misma brisa comienza a traer hacia ustedes el ruido de los voces y el gentío no muy lejos. Luego de moverse unos minutos, llegan a lo que pareciera ser una suerte de calle principal que los lleva hasta una plaza, en donde finalmente encuentran un numeroso grupo de personas que parecieran encontrarse preparando y organizando la zona para un festejo.

Observo las construcciones y el paisaje que nos rodea. Parece un bonito lugar... Al acercarnos al lugar de donde provienen las voces y ver a la gente, aprovecho y me acerco a algún aldeano que pase y no se vea demasiado ocupado. 

"- Buenas tardes -digo, asintiendo como saludo. ¿Nos podría decir dónde nos encontramos? Tuvimos un accidente, y... no sabemos qué ocurrió -pregunto, intentando darme a entender lo mejor que pueda".

A pesar de toda la situación, el caminar por la playa disfrutando las vistas del mar se me hace muy placentero, al punto que casi me hace olvidar todo lo malo que nos ha pasado durante las últimas horas. Aunque me sorprende bastante que no hayamos encontrado más restos de la nave.

Al entrar en el pueblo y al acercarnos a la muchedumbre de la plaza también intento preguntarle a alguien que esté cerca.

-Disculpe señor, somos recién llegados  ¿Podría decirnos en que isla estamos?

-leí algunos libros, no hay mucho misterio- le contesto a Momoka

al momento de entrar al pueblo, me mantengo a distancia, y trato de observar los detalles, sus vestimentas, sus meneras de hablar, o si veo algo que logre guiarme de lo que pude haber leído alguna vez en mi vida.

La gente va y viene mientras se esfuerzan por dejar arreglada la plaza. Algunas guirnaldas adornan los árboles, hay mesas que se extienden y que llevan adornos hechos de madera, caracolas y flores, e incluso comienzan a darse cuenta del sutil aroma de alguna comida que ha comenzado a asarse de forma temprana.

Gimok observa a los lugareños mientras hacen sus labores, intentando discernir por sus ropas o adornos algo característico, pero no parecen gente distinta a la que haya visto en otros varios lugares más. Sin embargo, si puede notar en el sonido de las palabras cierta musicalidad similar a la del geolecto gabrielense, aunque atenuado y mezclado con algún otro dialecto.

El grupo se adelanta de a poco y finalmente se presenta ante los habitantes del lugar. De inmediato, todos los presentes cesan en sus tareas, manteniendo cierta distancia y extrañados al verles llegar. Algunos murmullos se escuchan y, pasado unos instantes, el gentío comienza a acercarse y rodearlos. Luego de un rato, una persona se acerca, un hombre de avanzada edad, barba y cabellos canos, y una mirada un tanto cansada.

"- Saludos, extranjeros- dice inicialmente con seriedad, haciendo que los murmullos se frenen-. Mi nombre es Raymon, soy el alcalde de esta Aldea... ¿cómo han llegado y qué hacen aquí?- les pregunta".

Un momento de silencio se forma, acompañado por cierta incomodidad y tensión que se hace palpable en el ambiente. Las miradas de las personas los siguen a cada movimiento que dan. Sin embargo, los rostros parecen relajarse apenas ustedes comienzan a hablar.

"- ¡Oh!- exclama Raymon al escuchar a Momoka-. Discúlpenme si he parecido rudo, es que es raro ver caras nuevas si ningún barco se ha acercado. En verdad lamento oír sobre su accidente. ¿Han llegado en alguna nave o...?- comienza a preguntarles pero se detiene de inmediato-. Perdonen los modales. Vengan, acérquense y tomen asiento junto a alguna de las mesas- ofrece mientras señala algunas sillas".

Las personas, que hasta hace un momento mostraban recelo, ahora se comportan de modo afable. Algunos les saludan extendiéndoles la mano, otros simplemente hace algún gesto, y enseguida la mayoría comienza a retomar sus tareas. Pasado un momento, Raymon nuevamente se acerca.

"- Entonces, lo del accidente... ¿han sufrido algún naufragio o sólo algún problema con su barco?- continúa con la pregunta que había dejado a medias, ofreciendo a cada uno una pequeña jarra con vino-. No hemos visto ningún barco cerca, nos han tomado por sorpresa con su presencia. Justo han llegado cuando estamos preparando la fiesta de la aldea... nos encontramos en la isla de Corvinus, por cierto- comenta mirando a Momoka y Demian-. Díganme, ¿necesitan alguna cosa? Si quieren pueden acompañarnos, no hay problema en compartir la mesa con algunas personas más... tendremos la fiesta esta noche- agrega sonriente".

Escucho la respuesta de Gimok algo incrédula, levantando una ceja en consecuencia. No es como si yo hubiese leído mucho, pero... nunca es tarde. En cuanto al recibimiento, acepto los ofrecimientos del alcalde, devuelvo los saludos respetuosamente y me siento en una de las sillas. 

"- Eso es correcto, naufragamos -respondo al hombre. Aunque no veníamos por mar, sino por aire -digo y me detengo unos instantes para observar su reacción. Nos dirigíamos desde la ciudad de Cheville hasta Arkángel. Algo falló en la embarcación y nos hizo perder altura hasta que... -desvío la vista y hago un esfuerzo nuevamente por recordar lo que pasó. Aparecimos aquí, sin mucho rastro de la nave o los demás pasajeros -comento, volviendo a mirar a mis compañeros y al alcalde como en busca de respuestas".

Me alegro de ver que la desconfianza inicial de los aldeanos rápidamente da lugar a una charla más tranquila y amable con el señor Raymon. De tal forma tomo asiento en alguna de las sillas que nos ofrece el hombre. Lo escucho con atención y cuando menciona el nombre de la isla intento recordar si he leído o escuchado algo sobre este lugar.

-Primero que todo, muchas gracias por recibirnos señor alcalde.-Digo de la forma más respetuosa posible. Tal como ya le explico mi compañera esa es la complicada situación en la que nos encontramos. ¿De qué forma podríamos regresar al continente?