Partida Rol por web

-Hummm, creo que podria encargarme del vigia, si no me equivoco, seria bastante sencillo y sutil.- Comente mesandome la barba, pensativo.-Sin embargo...

Y en este momento, fue interrumpido por el aullido de las bestias del infierno, que por aqui soliamos llamar Huargos, era imposible confundirlas con otra cosa como la llamada de la manada de un lobo, al igual que era dificil confundirse el grito de un demonio, por el de un mortal.

-...Los huargos van a ser un gran problema, para acercarnos con sigilo ¿Alguien tiene una idea, de como despistarlos?

Grummbar torció el gesto en cuanto oyó hablar de los huargos. Willen podría sin duda eliminar al orco vigilante con una flecha certera, pero enfrentarse a unos huargos sería harina de otro costal.

- Dudo que podamos ir simplemente de frente -gruñó-. Tal vez podríamos intentar que se alejaran con algún cebo... ¿Qué llevamos en las provisiones que pueda servirnos?

Parece que los huargos dejan de aullar y el silencio vuelve en la noche.

-A mi no me mireis. Dudo que los huargos esten interesados, en la lectura del "Arcanum Mysterium". A menos que hayan olvidado sus gafas de leer, en el torreon.- Me excuse, encogiendome de hombros.-¿Quizas con un palo o una piedra, serviria? He leido que los perros les encanta perseguir cosas.

Grummbar meditó un instante, pero luego se encogió de hombros también.

- Puede... pero dudo que les guste jugar con alguien que no sea su líder, y estos no tienen pinta de ser muy amigables.

Aunque ya no se les oía, seguían siendo una amenaza seria. En cualquier momento podían aparecer de nuevo y causarles problemas. Sería mejor tener las armas a mano.

- Si nos atacan, alertarán a los orcos... y la situación se pondrá aún peor. Malditas bestias...

La situación no parece cambiar a medida que pasan los minutos de incertidumbre ante la situación.

- En mi caso puedo conjurar a los vientos en combate... sé que no es lo mismo pero igual podría usar esa plegaria para hacer cambiar el viento de dirección y que así los huargos no detecten nuestro olor. Como la ráfaga es bastante fuerte eso provocará un ruido que puede enmascarar nuestro movimiento.- como para dar rédito a mi preocupación mi cota de mallas tintinea mientras gesticulo - Un detalle que me olvido... ¿están atados esos huargos?- pregunto a Joran intuyendo que su respuesta no me gustará.

Grummbar carraspeó y gruñó. No le gustaba la idea de tener que avanzar ocultándose... pero sin duda era mejor que perder la garganta por un mordisco de huargo. Y sería más sencillo acercarse a la torre que hacerlo simplemente a pecho descubierto.

- De acuerdo, me parece buen plan -convino al final-. Ya llegará el tiempo de abrirse paso con...

No terminó la frase, pero acarició la cabeza de su martillo con una sonrisa.

- Si te soy sincero amigo Grummbar: creo que al final tendremos que usar ese martillo. Aunque mi plegaria nos ayude estoy seguro que lo sentidos de esos lobos son más que finos... Pero bueno, por intentarlo que no  quede. Creo que de primero debería ir el mediano por ser el más sigiloso, un poco después el mago y cerrando la marcha nosotros dos. Las probabilidades de que los huargos nos escuchen serán mayores por culpa de nuestras armaduras.

Uno de los orcos sale de dentro de la torre, ataviado con su arma y escudo pero en descanso como si no pretendiera luchar con nadie. Se aparta varias decenas de la torre, hacia los arboles, donde se desabrocha los pantalones y se pone a mear silbando con tranquilidad.

Ante esta oportunidad que se abria ante nosotros. Me encogi hasta la altura del mediano, dandole unos toques en el hombro para coger su atencion, y luego le señale a el "Tu", luego al orco "A el", y luego unos impulsivos movimientos de brazo de adelante y para atras, que se podian entender entre "ZAS ZAS ZAS" o "FAP FAP FAP".

Por el bien de la gesta, esperaba que la mente del picaro, fuera limpia.

El mediano asiente al las palabras del elfo y usando las sombras y el follaje se marcha en busca del orco. Durante un rato no parece que vaya a pasar nada y el orco termina sus faenas, se gira y se dispone a marchar.

Justo en ese momento el mediano sale de entre los matojos, incrustar su daga en la espalda del humanoide y se vuelve a esconder entre la naturaleza arrastrando al cuerpo.

Apenas se ha escuchado algún ruido y todo sigue su cauce sin que nadie se haya percatado de nada. A los pocos segundos el mediano reaparece cerca vuestro con una sonrisa de satisfacción en su rostro.

Asiento haciendo un gesto en el aire mientras cierro los ojos.

- Una criatura despreciable, pero también tiene alma. Que Avandra lo castigue para que renazca en la pureza.

Luego hace una señal a los demás:

- Ahora deberíamos apresurarnos porque sin duda lo acabarán echando en falta. ¿Vamos según el plan? 

Grommbar aferró el martillo, con una expresión ceñuda, y un gruñido gutural. Estaba listo para partir cabezas en cuanto la cosa se pusiera fea.

- Adelante -susurró-. Cuanto antes vayamos, menos probabilidades habrá de que nos descubran antes de tiempo. Acabemos con ellos...

Se preparó para avanzar haciendo el menor ruido posible. Los huargos serían una amenaza, pero si conseguían librarse de unos cuantos enemigos por sorpresa, todo sería más sencillo.

Intento moverme en el mayor de los silencios, como si acudiese tarde a la oración...